Casi al unísono, Mary Reilly procedente de la puerta Noreste y Angus Urquhart procedente de la puerta Sureste acceden al Claustro.

Allí coincidirían poco antes de que Angus Urquhart continuase su camino atravesando la puerta Suroeste hacia el Recibidor. Aun así, ambos podían mantener contacto visual a través de la ventana entre ambas estancias.

Desatascar Fuente

Tarea: Desatascar Fuente

Etapas: 1

Estancia: Claustro

Descripción: Algún gracioso ha bloqueado el paso del agua en la fuente del Claustro utilizando unas piedras pesadas. Alguien tiene que ir hasta allí a desatascarla.

Mary continúa su camino al claustro, todavía pensativa y sin mucha prisa, pero la distancia era poca, no tardó mucho en llegar. Saludó a Angus al compartir camino.

-Angus, tengo quehaceres aquí en el claustro. ¿Vais a algún lugar cercano? No me gustaría quedarme sola, sabiendo que hay malvados cerca.

La visión del senescal envenenado aún la estremecía.

Lo siento, hija, pero mis deberes son muchos y… y… aun siento algo de vergüenza por mi comentario en el comedor, debo ir a la capilla.

Lo cierto es que esa mañana el bueno de Angus Urquhart se estaba cubriendo de gloria, pues estuvo más “seco” de lo que la joven Reilly se merecía y, por qué no decirlo, el siempre amable rostro del franciscano esta mañana estaba más… oscuro de lo normal. 

Quizás solo estaba impresionado por la muerte del senescal.

De todos modos, señorita Reilly, no creo que corra usted peligro a plena luz del día. Intente, en la medida de lo posible, no quedarse sola en salas… mmm… menos concurridas que esta.

Buenos días.

-Vuestra devoción hace que también yo quiera ir a rezar, pero deberá ser más tarde, tengo cosas que hacer primero, y la obligación es lo primero. ¡Id con Dios pues, y ya nos veremos!

A Mary se le acumulaban las tareas si no empezaba a hacerlas, así que prosiguió su camino hacia la fuente.

-¡Angus, perdón! Antes de que os vayáis... A vos, que sóis sabio, he de preguntaros... ¿Qué creéis que sucedió ahí dentro? El senescal... ¿Cómo pudo ser envenenado? ¿Sospecháis de alguien? Quizás debemos... estar muy atentos. Perdonad... seguid vuestro camino, no quiero interrumpiros más.

La muchacha, azorada, se dio cuenta de lo charlatana que estaba, quizá fruto de los nervios. Ver morir así a alguien no era plato de gusto.

No, hija, no sospecho de nadie... ¿Cómo podría? Y no es cristiano acusar a nadie de manera infundada así que, mientras no tenga pruebas, no lanzaré conjetura ninguna.

Que Dios la guarde, que pase un buen día.

Y sin más dilación abandoné el claustro por la puerta suroeste.

Mary se acercó a la fuente, y se remangó para meter la mano hasta el desagüe. Estaba lleno de hojas del árbol cercano, y le llevó un rato sacarlas todas. El nivel del agua estancada comenzó a bajar a medida que deshacía el tapón, y en poco rato volvió a ser una fuente con agua corriente. Esperaba no tener que volver a hacerlo en algún tiempo.

Mientras estaba atareada se distrajo con ello, pero al secarse el brazo y volver a bajarse la manga volvieron sus preocupaciones. Miró alrededor, a ver si veía a alguien, y revisó su lista de cosas para hacer.

Post para limpiar actualizaciones de jugadores

Desatascar Fuente

Tarea: Desatascar Fuente

Etapas: 1

Estancia: Claustro

Descripción: Algún gracioso ha bloqueado el paso del agua en la fuente del Claustro utilizando unas piedras pesadas. Alguien tiene que ir hasta allí a desatascarla.

Notas de juego

Si has jugado al Among Us original, sabrás que todas las tareas son minijuegos muy tontos de hacer click y arrastrar y poco más. Esa esencia es la que he querido mantener en la partida. Algunas tareas son pequeños puzzles, otras puramente visuales.

Esta es de las puramente visuales, aunque si esto fuera interactivo, tendrías que desatascar la fuente haciendo click y arrastrando xD.

Nota: Esta tarea la realizas en la Fase 3, así que si quieres hacer alguna referencia a este post, escribe solo al director para que Angus no pueda leerlo ^^.

Desatascar Fuente

Tarea: Desatascar Fuente

Etapas: 1

Estancia: Claustro

Descripción: Algún gracioso ha bloqueado el paso del agua en la fuente del Claustro utilizando unas piedras pesadas. Alguien tiene que ir hasta allí a desatascarla.

Dios le guarde, hijo - expresó con cordialidad el viejo escribano cuando se encontró con el joven esclavo en el claustro - cualquiera diría que nos estamos siguiendo. ¿Lleva bien sus quehaceres diarios?

El monje bajó entonces la voz, acercándose al joven - lo cierto es... que no me fio de nadie... aunque algo me dice que usted es de los buenos... le conozco desde hace tiempo, es un joven íntegro, pese a lo difícil de su posición. Necesito alguien en quien confiar, alguien libre de toda sospecha, para crecer a partir de ahí y buscar como... mmm... solucionar este embrollo. Si no encontramos al topo... perdón, a aquel que se ha desviado del camino, estaremos condenados. Se lo debemos al señor Gueuse... ¿podemos confiar el uno en el otro?

El franciscano miró entonces hacia los lados, una inquietud había hecho mella en él, se sentía observado.

Estudié los rostros de los presentes en el comedor, y no vi ningún signo sospechoso... no... lo siento, joven, soy buen observador, pero no fui capaz de ver la Mentira... lo cierto es que no se por donde empezar. No creo en la culpabilidad de la señorita Reilly, ¿y usted? ¿Algo?

El esclavo estaba terminando su tarea en el Claustro cuando se sorprende al escuchar al anciano escriba entrar y hablarle. Inmediatamente Armand se pone de pie e inclina su cabeza con respeto.

- B-b-buen día, señó Uru.. Ur... señó. -balbucea Armand, trabándose con el nombre del escriba, así que vuelve a inclinar la cabeza.

- E-este j-joven esclavo tá trabajando, señó. Iré máh rápido. ¿Puedo ayudá en algo? -le pregunta, dispuesto a ayudar al escriba con sus tareas aún a costa de perder tiempo a hacer las suyas.

Pero entonces el franciscano se acerca y, al bajar su voz, Armand que es un poco duro de oído, se tiene que acercar e inclinar su cabeza para escuchar a partir del oído derecho, que es por el que más escucha.

- Ohh. Y-yo no sabé. Y-yo tareas y agachá la cabeza. Yo no sabé náh. -le digo con pesar. - Yo confío en señó escriba. Armand buen esclavo.

Bien, hijo. Te ruego que me disculpes por retrasarte en el trabajo - el viejo franciscano le dio unas cariñosas palmadas en los hombros.

Me vale con eso, gasta cuidado... y no te fíes de nadie. Eres un buen hombre, y temo por ti.

Ve con Dios.

El esclavo se inclina humildemente.

- I-igualmente, señó. Con Dios.

Armand abandona el Claustro para proseguir con sus obligaciones, tan preocupado por las palabras del escribano que sin darse cuenta se dirige hacia las ventanas que dan al Salón Principal y se queda unos segundos de pie sin entender por qué no puede pasar por ahí. Después de unos segundos de confusión, el esclavo se dirige hacia el pasillo F.