Desde luego había pocas pruebas para incriminar a la joven Mary; pero que cruzara un pasadizo podía malinterpretarse fácilmente; estaba claro que era un secreto bien guardado pero si los usaba para hacer sus quehaceres... ¿cuál era el problema?
-En mi humilde opinión, no es el momento de hacer una caza de brujas; pero es mejor ser cautelosos. Quizá sería mejor que alguien la acompañara a hacer sus cometidos hasta que esté libre de sospechas; a no ser que consideréis que pueda ser peligroso para aquel que deba cumplir dicha tarea.
Miré el reloj de la sala con cara de preocupación.
-Sea como sea, es mejor que sigamos con nuestras tareas o se nos echará el tiempo encima.
Mi voto va para Mary Reilly
voto a Arne Windsbraut
El tiempo de deliberación consumió el resto del día y los siervos de la Hacienda acabaron por tener que retrasar el resto de tareas para el día siguiente.
No obstante, aquel tiempo de deliberación había propiciado una votación que quizás acabase con alguien sentenciado.
Al finalizar la deliberación, se mostraron las votaciones. No se podía identificar quién había emitido cada voto, pero si que era suficiente para sacar una conclusión: el vasallaje estaba dividido respecto a la interpretación de la información recibida.
Finalmente había habido un empate en la votación. Cinco personas habían sospechado de Mary Reilly mientras que otras cinco habían decidido que la información era insuficiente para sentenciar a nadie. Un voto aislado había sido emitido sobre Arne Windsbraut y un último voto no había llegado a emitirse.
Con esta información, todos se fueron a dormir dispuestos a comenzar un nuevo día y reencaminar las tareas pendientes.