Partida Rol por web

Siempre elegante y majestuoso, el Consejero de la Moneda reflexionaba pensativo con su índice posado en su barbilla, paseando por la terraza. Atrás había dejado a la señorita Really tras salir de las cocinas, cuando de pronto vio subiendo la gran escalinata central  que daba a los jardines al joven O'Lantern. Tiempo hacía que ambos vasallos no habían intercambiado palabra alguna ni se habían cruzado en sus quehaceres, por lo que al verle acercarse hasta llegar a su posición, no dudó en saludarle levantando ligeramente la mano y procurar intercambiar unas frases para ponerse ambos al corriente.

- ¿Qué tal estáis, joven O'Lantern? ¿De dónde venís y hacia dónde tenéis pensado dirigiros, si no es molestia por su parte satisfacer mi curiosidad?  - indagó con una sonrisa dibujada en su rostro, empleando una cordial y suave entonación en cada palabra susurrada en su boca - Un servidor tenía en mente limpiar las escaleras oeste de la terraza, dado que precisamente esa fue una de las tareas encomendadas por nuestro buen Senescal Deadfate. Justo acabo de cerciorarme de que la comida está casi preparada y que ya solo restará servirla en la mesa para cuando el sol esté en su cénit. - señaló hacía lo alto del cielo, revelando que ya casi podía considerarse mediodía.

No sabía si el joven estaría dispuesto a entablar conversación, pero quizá el intercambio de información fuese fructífera para ambos.

- ¿Por casualidad habéis cruzado camino con varios de los vasallos de la hacienda? ¿Alguna sospecha o inquietud hacia alguno de los presentes que queráis compartir?

Al llegar a la terraza mi respiración se encuentra ligeramente agitada pues en este tiempo he recorrido la hacienda de cabo a rabo completando tareas por diversas zonas de la misma.

Buen día mi lord, disculpe si no le estrecho la mano, pero como verá se encuentran cubiertas de tinta, acabo de terminar de enviarle un mensaje nuestro señor y aproveché el viaje para alimentar a las palomas y verificar la condición de los alimentos de la despensa, no vaya a ser que alguno de esos bellacos intente envenenarlas.

Justo iba camino a la intendencia para dar cuenta de mis hallazgos respecto a las provisiones. Como verá soy un labriego bastante diligente. - respondo dándole cuenta de mis actividades al maestro de la moneda.

Pues mi lord, me temo que no tengo razones para sospechar de nadie, pues, pese a que me he cruzado con diversas personas, ninguna de ellas ha mostrado una actitud misteriosa o poco convencional.

Hace poco vi a madame Bavard, iba hacia aquella zona.

Vi al maese Bermejo realizar sus labores en la despensa y luego recorrer la terraza y la señorita Elisabeth estuvo un momento en el palomar.

Por lo demás, no tengo nada que reportar.

Tras el apagón súbito de las luces en toda la hacienda, el Consejero de la Moneda temió por su vida dado que era el momento más propicio para que los asesinos actuasen y arrebatasen las vidas de los vasallos inocentes. Sus sentidos se agudizaron y trató de prestar atención a su alrededor, mientras lentamente trataba de encaminarse hacia el cuerto de luces avanzando por las terrazas. Justo entonces creyó escuchar unos pasos, llamando la atención del desconocido o desconocida en cuestión.

- Alto, ¿quién va? Si se acerca a mi persona de forma amenazante o con malas intenciones... juro por mi vida que pelearé hasta las últimas consecuencias, como si mi existencia dependiese de ello. ¿Queda claro? ¿Quién sois vos? - preguntó receloso, tratando de discernir la silueta que tenía frente a sí, a solo unos escasos metros de distancia entre la densa oscuridad - Soy Rudeus Greyrat, el Consejero de la Moneda, un fiel servidor. ¿Podéis decirme a quién habéis visto y con quién estuvisteis recientemente?

Fase 19:

Una silueta concide contigo en la terraza. De pronto, rompe el silencio.

- Alto, ¿quién va? Si se acerca a mi persona de forma amenazante o con malas intenciones... juro por mi vida que pelearé hasta las últimas consecuencias, como si mi existencia dependiese de ello. ¿Queda claro? ¿Quién sois vos? - preguntó receloso, tratando de discernir la silueta que tenía frente a sí, a solo unos escasos metros de distancia entre la densa oscuridad - Soy Rudeus Greyrat, el Consejero de la Moneda, un fiel servidor. ¿Podéis decirme a quién habéis visto y con quién estuvisteis recientemente?

Fase 19:

Una silueta concide contigo en la terraza. De pronto, rompe el silencio.

-No soy Bermejo Russus soy otra persona a la que nadie querría matar... digo, soy... soy... soy un gato Miau... -Dijo claramente Bermejo Russus tratando de hacerse pasar por un gato agachándose a cuatro patas mientras escapaba del lugar, o al menos lejos de aquella silueta de la terraza- Si quieres comerte a alguien, la Señora Patamas estaba cerca del Palomar. Miau.

Una silueta responde:

-No soy Bermejo Russus soy otra persona a la que nadie querría matar... digo, soy... soy... soy un gato Miau... -Dijo claramente Bermejo Russus tratando de hacerse pasar por un gato agachándose a cuatro patas mientras escapaba del lugar, o al menos lejos de aquella silueta de la terraza- Si quieres comerte a alguien, la Señora Patamas estaba cerca del Palomar. Miau.