La Señora Patamás busca en la sala encontrando las velas adecuadas para la lámpara de araña del Salón Principal.
Ahora que tiene las velas, podrá ir allí a reponerlas adecuadamente.
Desbloqueas la Etapa 2.
- Qué desastre, qué desorden...
La señora Patamás no dejaba de gruñir a cada paso que daba. Movía las cajas de velas colocándolas una encima de la otra para volver a moverlas a continuacion.
- ¿Es que no podían ser todas del mismo tamaño? - decía mientras comparaba el grosor de los cirios, velas y velones pues todos estaban mezclados. Al ver una vela que bien podría pasar por cirio Pascual pensó en el padre Urquhart pidiéndole a la gente que escupiera su comida - Como te meta esto en esa bocaza veremos a ver si tú puedes escupir...
Y con la imagen de Angus atragantándose con el cirio y sus velas para la lámpara de araña en una cesta abandonó la señora Patamás la estancia.
Claire Verte entra en Luces y, cuando va a empezar a realizar su tarea...
Actualización de Fase 9 en curso. Por favor, espera
Armand busca en la sala encontrando las velas adecuadas para la lámpara de araña del Salón Principal.
Ahora que tiene las velas, podrá ir allí a reponerlas adecuadamente.
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Claire Verte busca en la sala encontrando las velas adecuadas para la lámpara de araña del Salón Principal.
Ahora que tiene las velas, podrá ir allí a reponerlas adecuadamente.
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Claire Verte, Armand y Angus coinciden en Luces
disponible para hablar por petición de un jugador
Claire se sintió segura en Luces con Armand, hacían muchas tareas juntos. Y la presencia de Angus también la reconfortaba, era un hombre sabio. Le preguntó, antes de tener que separarse - Mi señor, ¿Qué acaba de pasar? ¿De verdad puede haber alguien de nosotros que quiera matarnos? ¿O una bruja fantasma?
No lo se, hija - dijo el escribano en respuesta a la interpelación de Claire Verte - lamento no ser de más ayuda. Sin duda hay... extraños, en la casa. Y si, es posible que quieran matarnos, aunque dudo que ese sea su objetivo, ¿Qué beneficio podría sacar alguien de matar a un pobre franciscano? ¿O a una sencilla sirvienta? El objetivo es hacerse con la hacienda, y acabar con nuestro señor. El personal es secundario. O debería serlo.
Quedó entonces pensativo unos segundos, elaborando una respuesta para la última pregunta, quizás la más difícil. Angus era hombre temeroso de Dios, pero del mismo modo, no se dejaba amedrentar con facilidad.
No creo que haya brujas, o fantasmas. Siervos del diablo seguro, estoy convencido, pero estos tomarán la forma más agradable posible, siempre es así. Todo el mundo desconfiaría de un monstruo, un engendro con dos cabezas, o una bruja que fuera por ahí convirtiendo a los demás en sapos y culebras. No, hija, los enemigos de la gente de bien tomarán la forma que les permita pasar desapercibidos, caer en gracia, en definitiva, ganarse la confianza del pueblo, para así llevar a cabo sus planes con total tranquilidad. Por eso es tan difícil dar con ellos.
Incluso a mi, instruido como estoy, me resulta casi imposible de distinguirlos. Por eso necesito de la ayuda del resto... para observar. Cuatro ojos ven más que dos, y seis más que cuatro. Al final, en los pequeños detalles está la clave, hija mía. Por favor, manténgase atenta, y cuídese de quien más inocente le parezca.
Vaya con Dios.
Claire asentía a las palabras del sacerdote, aunque no comprendía todas. Qué sabio es, pensaba. La verdad, no le tranquilizó mucho, pero prefirió no importunarle más. - Muchas gracias, mi señor, es un gusto escucharlo. ¿A que sí, Armand?
Si no le he entendido mal... Los enemigos se harán primero con la hacienda, y segundo con nosotros. Y que son siervos del mismísimo Diablo, y yo que pensaba que serían de Lord Imposthu. Que pudiendo ser brujas y fantasmas, se disfrazan de nosotros. Pero pareciendo graciosos o inocentes. Y que en eso y en los detalles nos tenemos que fijar. Pues aquí son todos unos serios, así que será fácil.
Muchas gracias, mi señor. Que Dios oiga nuestro rezo y nos libre de Satanás y sus enviados.
Tras santiguarse y cargar unas velas, la sirvienta se marchó sin dejar momento al franciscano a corregir sus palabras.
Armand no sabe qué decir, no prestaba atención a la conversación al estar buscando la manera de transportar las velas. Pero como es la señorita Verte quien pregunta, el esclavo asiente con la cabeza con firmeza y sigue dedicándose a lo suyo.
Después de terminar, se pone en pie y se despide del franciscano con una inclinación de la cabeza, saliendo de la estancia después de que la señorita Verte haya salido primero.