Partida Rol por web

Escondida de los ojos de los mundanos en una estrecha cala la pedregosa playa junto al castillo de Iuxta Mare es el lugar para que los magos resuelvan mediante certamen sus desavenencias.

Poco antes del anochecer apareció Sculptor en la playa escondida de ojos curiosos, dispuesto a acabar lo que otro había comenzado. Porque él, en justicia, se estaba defendiendo de un abuso e injerencia en sus asuntos personales por parte de otro magus que no tenía derecho alguno a hacerlo, aunque sí posibilidad. Y para eso estaba el Certamen, para dirimir esas desavenencias de forma pacífica y sin sangre. Triste sería que tuvieran que llegar a esos extremos, pero el Certamen se consideraba hasta honorable, así que serviría para sus propósitos. Si ganaba, claro.

─Como bien dijísteis, en efecto, veto vuestra Forma de Ignem, al igual que vos vetasteis mi Técnica de Rego. Así pues, elijo Muto ─sentenció a Fulgens.

El Flambeau se mostraba seguro de sí mismo, escogiendo a su vez Corpus, resultando una combinación en la que probablemente ninguno de los dos podría hacer gran cosa. Aún así, ninguno de los dos iba a dar un paso atrás. No Sculptor, lo que se jugaba era demasiado importante como para al menos no intentarlo.

─Si os parece bien, la ilusión podría ser dos hombres que combaten a manos desnudas...

Dicho esto el Verditius dibujó cuidadosamente el círculo de Certamen en el suelo de la playa y se dispuso a convocar su ilusión para enfrentarla a la de Fulgens.

El Flambeau le estaba esperando con el circulo dispuesto, formando por leves trazos de arena cristalizada por un intenso calor.-De acuerdo Muto Corpus entonces, dos hombres que irán cambiado durante el pulso del combate. Sin embargo hay una cosa más, ya que vos me habéis realizado una petición si ganáis, me veo en el mismo derecho. Si venzo no pondréis objeción a que Marc sea el que acabase con la bestia, yo jamás aceptaría un mérito de otro, pero en estos momentos me guste o no es lo mejor para Iucta Mare.-antes de empezar se acercó al Verditius y le tendió la mano.-Sodaldes, que gane el mejor.-se colocó en posición a la par que se concentraba cuando empezaron fue como si parte del cuerpo de Fulgens Meteora se desprendiera de si mismo. La figura se dispuso en guardia a la espera de su rival.

La ilusión de Sculptor se precipitó con rapidez sobra la de Fulgens Meteora, así el Flambeau pudo constatar el agudo ingenio de su rival. El coloso de Sculptor trató de golpearle con ambas manos desde arriba con un poderoso martillete, pero la ilusión del Flambeau reaccionó cruzando ambos brazos sobre la cabeza justo antes de pasar al ataque, desplazándose a un lado para golpear en las costillas al desquilibrado oponente. Un golpe bien colocado pero carente de la potencia suficiente como para causar grandes daños.

─Acepto vuestras condiciones ─dijo Sculptor, plegándose a las exigencias del Flambeau.

Si ganaba Fulgens la menor de las preocupaciones que iba a tener era el que se atribuyera el mérito de la victoria sobre el dragontópodo de la biblioteca. Al parecer, ya rebajado el tono tras el Concilium, el magus había recapacitado y ya no veía necesario continuar con la amenaza de "delatarle" ante su pater. Seguramente encontraría que tal acción, de hecho, debilitaría a la Alianza en su conjunto y no sólo a un miembro díscolo.

─O el que tenga la reivindicación más justa ─pensó para sí Sculptor como réplica al deseo de fortuna de Fulgens.

Los movimientos más bien torpes del coloso de Sculptor denotaban la falta de destreza de éste en las Artes de Muto y Corpus, o tal vez sus carencias en el área bélica. En cualquier caso, pese a la velocidad de reacción de su luchador, no acertaba a propinar los golpes en el lugar apropiado o a encajar los que le propinaban con toda la fortaleza deseable. Había un claro vencedor desde el principio del combate y ese no era el Verditius...

─Está bien, de acuerdo, vos ganáis. Bien luchado... ─concedió a su contrincante un Sculptor sudoroso por la fatiga propia del combate─ Os habéis ganado el derecho a usar la muerte de la bestia en vuestro beneficio. Pero algo me dice que tal hazaña beneficiará a la Alianza en su conjunto, así que os lo cedo con gusto.

Todos pudieron ver como ante las palabras de Sculptor el rostro del Flambeau se ensombrecía, algo en las palabras o la actitud del Verditius no había sido del agrado del Flambeau. Levantando las manos con fuerza por encima de la cabeza ordenó a su alter ego que sujetara con fuerza a la forma ilusorica de Sculptor, alzándolo en bolandas mientras empezaba a presionarle la espalda con desmedida fuerza. Los golpes de la figura de Sculptor impactaban una y otra vez sobre su objetivo, pero este decidido y cegado por la furia decidió llegar hasta el final, momento en el cual pudo escucharse el chasquito de su espalda al partirse. En ese momento el halo mágico que envolvía el Certamen se disipó a la par que Sculptor caía inconsciente al suelo. Fulgens Meteora se acercó mirándolo con desidia desde arriba, ni siquiera le había tocado, además de ello ni siquiera había querido luchar hasta el final. El Verditius no era más que un cobarde, que le dejase inconsciente casi había sido un don para él.-Maldito cobarde criado entre cojines.-susurró por lo bajo mientras lo levantaba en brazos para emprender el camino de vuelta al castillo.

Se paró unos instantes para dirigirse a sus sodales.-Cuando despierte decidle que he declinado mi derecho de usar un Muto Corpus sobre él, este patético y pomposo parásito no vale el Don que posee.¡Decídselo de mi parte!Y decidle también que no se moleste en dirigirme la palabra hasta que no aprenda a terminar lo que se empieza. Que ingrata sorpresa con el que pretendía ser Princeps y no llega ni a sodales.-airado y de mal humor llevó a Sculptor a su sanctum, dejándole sobre su cama. Ojala saltase alguna defensa que le causase el menos rasguño para poder desquitarse con algo de destrucción de verdad, pero dudada que el Verditius hubiera tenido tiempo. Fulgens Meteora no era como muchos en su casa, él consideraba mayor insulto el no hechizarlo y no se iba a rebajar a cortarle un mechón de pelo para tener una conexión con él ¿para qué si podía derrotarle en cualquier momento?En parte por eso se lo había llevado el mismo a sus estancias, todavía no conocía lo suficiente a los demás miembros de la Alianza para saber cuan gentiles o no serían con un compañero caído.

El cobarde criado entre cojines despertó en su laboratorio/sancta, fatigado pero sin notar nada extraño en su cuerpo. Había revisado su cuerpo en busca de algún cambio, pues Fulgens había tenido ocasión de lanzarle un hechizo de Muto Corpus legalmente al vencerle en el Certamen y era la ocasión perfecta para humillarle. Así lo dictaba la tradición.

─Qué raro, ─pensó para sí─ él que precisamente en tan alta estima tiene el cumplir con las normas y la tradición...

Luego, al caer la noche, Sculptor salió del laboratorio y Alric tuvo a bien informarle educada pero claramente lo que Fulgens había dicho.

-Entiendo ─se limitó a contestar. No valía la pena replicar ni al mensajero no al origen de tamañas palabras.

Aquel Flambeau irascible, gritón y arrogante no iba a contentarse con nada en el mundo, ni una disculpa, ni yacer a sus pies ni, se temía, si alguien le ganaba, mucho menos Sculptor. Siempre encontraría la manera de gritar y sentirse furioso por algo. Aquel magus tenía un problema y pensaba aprovechar sus propias palabras para apartarse de su camino y vivir más tranquilo. O sí, ya llegaría el momento en el que el Flambeau tuviera que dirigirse a él para pedirle algo que su Don no le permitiera hacer y a él sí. Y sería más pronto que tarde, de eso estaba seguro.

Cuando la fiesta ya está decayendo y los fae empeizan a retirase antes de que salga el sol la que se ha presentado como embajadora de la corte de tu madre se te acerca. Mirandola de cerca puedes reconocer que no se trata de un fae pues porta al cuello un amuleto con la forma del simbolo de la orden forjado en hierro. Aun así sus ojos no tienen color alguno y cuando habla jurarías que su voz provoca un leve pero imposible eco.

Os saludo princeps y celebro ver a la hija de Su Majestad encumbrada al poder aun a tan corta edad. Y sin mediar palabra levanta la mano y ves que sostiene un anillo como el que te entregó Berengal sonrie taimadamente mientras pronuncia las palabras Quid muta orbis?

Debía haberme cuenta antes del sello de hierro que adornaba su cuello. Sabía que a no todos loa fae les molestaba el hierro, pero me sorprende ahora que ningún invitado se quejara de ello durante las fiestas.
Asentí con humildad y una sonrisa sus palabras sobre mis logros, pero no estaba preparada para que ella fuera la enviada de Berengal. Quedaba más claro aún que mi parens y Terah, y puede que mi misma madre, estan en consonancia con Berengal. Estúpido sería por mi parte oponerme a toda mi familia, pero igual de estúpido sería seguir a Berengal ciegamente. Sin embargo, esta vez ya no me queda más elección.
- Stupor mutat mundi - contesté a su pregunta enseñando mi propio sello.

Cuando pronuncias las palabras vuelve el potente zumbido, notas como tus labios se mueven y pronuncias algunas frases que pasan como una sombra, sin dejar rastro. La mujer asiente mientras hablas y sonríe cuando acabas de hacerlo.

Gracias por vuestra ayuda princeps asiente satisfecha  os agradezco que hayáis colaborado en esta empresa, aunque vuestro papel por el momento haya sido pequeño. Quizás pueda ahora pediros que me concedáis la hospitalidad de Iuxta Mare. Estoy dispuesta a pagar por ella aunque sea cantando. Rie satisfecha mientras por encima del agua empieza a clarear el alba.

Me trago mi frustración por no poder recordar las palabras que no llego a oír, pero esta no será la última jugada en esta partida.
Hago una leve reverencia a mi invitada.
-No será necesario pago alguno, mas nos honraría sobremanera poder disfrutar de vuestro canto si lo teneis a bien - indicandole el camino a Iuxta Mare - ¿Con qué nombre y Casa he de presentaros, sodale? - inquerí educadamente mientras nos acercabamos a Iuxta Mare

Ves cómo la fémina que entonó la bella canción se acerca a Aysha mientras esta está de pie junto a la orilla. Movido por una cierta curiosidad no puedes resistirte a aguzar el oido tratando de oir que hablarán. Puedes ver cómo ambas levantan sendos anillos y pronuncian dos frases en latín. Primero la desconocida pronuncia "Quid muta orbis" y Aysha como si fuera una señal convenida responde "Stupor mutat mundi" 

Lo sorprendente es que dicho esto Aysha parece tensarse y pronunciar con voz tensa como en trance las siguientes palabras He cumplido con mi parte, Maestra. El vientre de Constanza de Sicilia ha sido restaurado, las profecias no se cumplirán y mis agentes en la corte de Heinrich han vertido el deseo en el corazón del rey. Espero ahora el pago por mis desvelos.

Tras esto Aysha da un par de pasos hacia atras y se sacude como quien sale de un profundo sueño.

Supongo que nuestro común amigo Berengal de Barcelona os habrá recomendado secretismo. Pero a veces tantos secretos son agotadores ¿no crees?  Te ofrece las dos manos tendidas en señal de amistad mientras el vestido de hiedra se desvanece dejando a la vista un mucho más sencillo atuendo de pieles Llamadme Saor Ro'Cath y soy una maga ad cultas merinítae o de la Casa Merinita como la llamáis en el continente. Procedo de la Alianza de Beanagh Conái en Ibernia. Y como he dicho te traigo noticias de tu antigua Alianza y de tu madre. En el sur de Iberia celebran tu ascenso y debo decir que yo misma he quedado sorprendida con tus habilidades para guiar las complejas corrientes de los fae. Se por experiencia que son aguas difíciles de navegar.

Sonrío ante la resolución de Saor.
- Agotadores. - concuerdo con ella - Sois muy amable y aunque me gusta pensar que buena parte del mérito se debe a mi ingenio y perseverancia, he de reconocer que si la suerte no me hubiera sonreido esta historía habría acabado de una manera mucho menoa festiva. Aún me queda mucho que aprender de Berengal para lograr tener tan buenos amigos tan lejos en el norte y tan lejos en el sur, y en tantos Reinos - dejando implicita la referencia a ella, a mi parens y mi madre - Decidme, ¿cómo sigue mi madre? He lamentado mucho no haberla podido ver en una ocasión tan propicia como esta, aunque entiendo que la organización ha sido apresurada... pero ya sabemos que es mejor no esperar, pues los vientos cambian con facilidad y rapidez - con otra referencia velada al caracter fae.