Partida Rol por web

La situación en el sendero se había tornado en la calma tras la tormenta. Con los aparentes bandidos muertos en los alrededores y la lluvia lavando el camino, el grupo se puso de nuevo en Marcha. Con ellos llevaban ahora la pesada carga de armaduras y armas que pertenecieran a sus atacantes.

Tras reanudar la marcha, el grupo no tardo mucho mas de una hora de ambulando por aquel sendero perdido en el interior del bosque de Brescilia, para acercarse a su cometido. La noche aun estaba en su apogeo cuando en la densa oscuridad del bosque la luz de un fuego se hizo clara a pesar de que la lluvia aunque difusa, continuaba en los alrededores.

Una extraña sensación de olor a carne podrida les llegó a todos casi al mismo tiempo en que Maganyos quien iba adelante les señaló algo que veía mas adelante en el camino. Al parecer, había divisado a un buitre dando vueltas arriba  en el cielo sobre de un claro que se forma entre los árboles algo mas adelante de su posición.

Tras dar vuelta en una amplia curva en el sendero el grupo se topo de lleno con el mas amplio claro en el bosque habían visto y el que sin duda era el lugar donde los leñadores habían establecido su campamento. Sin embargo, apenas el grupo dio vuelta para adentrarse en el claro, toda una bandada de aves carroñeras se levantaron en alto para tomar vuelo.

Ante la conmoción súbita del suceso el grupo tardo un poco en reaccionar con respecto a lo que tenían frente a ellos. Delante en el claro, tres hombres yacían colgados de un alto y ancho roble; dos colgados del cuello y un tercero crucificado en el tronco del árbol.

Y aunque estos tres hombres llamaron por completo su atención, una segunda mirada a los alrededores del lugar, dejo en claro los muchos otros cuerpos que yacían por doquier en la oscuridad tenue que bañaba el lugar. Miembros cercenados estorbaban el paso de cualquier que intentara encontrar algo en aquel caótico lugar. Algunos hombres habían sido arrojados a una hoguera y ahora alimentaban el fuego que antes habían visto; a la par era fácil poder leer alguna parte de la escena que alli se gesto poniendo atención a los muertos. Hombres decapitados, cercenados, atravesados por algún tipo de lanza, atravesados por flechas y algunos masacrados a golpes mientras intentaban alejarse a rastras.

Después de recorrer el camino bajo la lluvia, quejándome en mi fuero interno por el maldito clima que me tiene mojado hasta los calzones, divisamos un fuego en lo que parece ser un claro. Me pongo contento por el hecho de acercarnos al campamento maderero pues me dará gusto un fuego y un lugar seco en el que dormir. Antes de entrar, mi olfato me dice que huele a carne quemada y a otros olores no demasiado aromáticos. Es mala señal, pero pronto las dudas y las impresiones quedan atrás cuando veo el paisaje que forma aquella enorme cantidad de masacre que riega todo el lugar: Cuerpos muertos, sangre y parte de cuerpos muertos son la decoración de aquel mosaico de muerte y podredumbre.

Con la vara en mi mano en alto, miro la zona, intentando no perder detalle a pesar del ruido que hicieron las aves carroñeras al huir y que aun me resuena en los oídos. La verdad es que nada auspicioso es lo que vemos, pero acostumbro ver lo mejor en lo peor. Me acerco a Gareth y le susurro al oído:

 - "No debemos tocar los cuerpos ni los rastros de matanza. Revisemos que el lugar esté vacío, registremos todo y durmamos bajo algún techo. Si ya mataron a todos hace poco y ven que no han movido los cuerpos, no sospecharán que estamos acá y podremos pasar la noche tranquilos."

Luego sigo mirando alrededor mientras juzgo cuantos muertos hay y cuantos atacantes debieron hacer esto. Si los bandidos eran igual de débiles que los que matamos en el bosque, deben haber sido casi un ejército para acabar así con estas personas. Me pregunto si los que iban en la carreta delante de nosotros estarán muertos por aquí.

Ciara se queda dura ante el grotesco espectáculo que se encontraba frente a ella. La ilusión de encontrar un lugar dónde descansar se ve violentamente destrozada por una cantidad de cuerpos mutilados y cercenados de infinidad de maneras.
La elfa tapa su cara con sus dos manos y la mueve de un lado a otro repitiendo - No no no no. - Luego de un buen rato de sollozar Ciara se reincorpora y decide investigar lo sucedido. - Debo averiguar, por respeto a todas estas almas, que es lo que pasó acá - Tapándose la boca y nariz con las manos para evitar que la hediondez llegue a sus pulmones intenta avanzar un poco sin perturbar nada.

Intento determinar el origen de la gente ¿Son campesinos o guerreros? ¿Portaban armas? ¿Hace cuánto fue el combate/matanza? ¿Hay alguna construcción cerca o solo un montón de gente muerta en el claro? ¿Detecto que esto es una ilusión?

Esto parece cosa de engendros de la ruina

Erackand no sabe porqué pero esa es la impresión que le da aquella matanza. Los demonios de la ruina no dejan a nadie vivo, masacran a placer y con sadismo. Los que huían eran rematados sin piedad.

Pero ... ¿Qué locura era aquella?

El olor... aquel olor...

Las aves detuvieron la marcha del caballo, cuyo instinto le impedía dar un paso más. Desmontó atenta y preocupada, desenfundó su espada incluso por si fuera necesario, pues el olor ya desvelaba la opción que menos deseaba, más aún cuando le mostraba al líder horas atrás la posible hospitalidad que podían recibir... pero esto. Tras observar tal panorama, la rabia le hizo golpear con su filo el inocente árbol que quedaba a su lado. Su respiración forzada y su vista al suelo en busca de la calma parecían no conseguir su propósito.

Otro paisaje como tantos otros en su vida, de manos de la injusticia más inmensa del mundo, sus criaturas. A esto me refería, enunció con potencia hacia el grupo, pese a la contrariedad de sus anteriores palabras, se hicieron esclarecer pronto, espero que ahora no dudéis en acabar con él, ni tampoco en intentar detenerme. Su boca aligeró la ira y desencajó con violencia la espada del árbol, mirándola unos segundos, para volver a enfrentarse a la masacre.

Su cuerpo temblaba y se revolvió en busca de su caballo, incapaz de mirar a los ojos de Gareth, decepcionada y sintiéndose culpable de guiar al grupo a un claro bañado en sangre.

Habíamos llegado al campamento y aunque todos sabíamos del peligro con el que vivían estas gentes ninguno de nosotros podía haber imaginado ni en sus peores pesadillas una escena tan dantesca como la que teníamos delante. Lo poco que tenia en el estomago luchaba por salir. El olor, la sangre, me estaban revolviendo la tripas.

-Hemos llegado tarde... Dije con apenas un hilo de voz. -Tranquila Cassandra, yo no pienso detenerte. Quien haya hecho esto merece todo el sufrimiento que puedas darle. Dije en respuesta a las palabras de Cassandra que se veía sensiblemente afectada, incluso un poco más que el resto.

Todo esto era horrible, demasiado cruel. Si estuviera sola saldría de aquí a toda prisa sin mirar atrás. Haría lo que siempre hago cuando la cosa se complica, huir, pero estaba con ellos y no les fallaría, no los abandonaría. 

Trate de buscar a nuestro alrededor cualquier cosa sospechosa, quizá los que habían hecho esto seguían cerca, podían estar ahora mismo observandonos.

Después del viaje por el silencioso bosque, lleno de vida aunque esta se tratara de ocultar, mis sentidos y mi mente no estaban preparados para lo que encontramos.

Maldición -gruño para mí mismo. Escucho lo que dicen mis compañeros y no se que me hace sentir peor, la muerte de estos pobres hombres o el hecho de que creo que la mejor opción para nuestra misión es la mencionada por Amon, dejarlos estar y tratar de descansar entre las ruinas del lugar, sin dejar señales de nuestro paso ni enterrar a los desgraciados asesinados.

Por fin, y tras cargarlo todo en los caballos, reanudamos la marcha hacia el campamento maderero, donde esperaba encontrar un lugar algo más seguro. Tardamos poco más de una hora en llegar. La luz proveniente de una hoguera fue la que nos indico que habíamos llegado a nuestro destino, pero lo que allí encontramos no era lo que esperábamos. Al llegar, una bandada de cuervos y grajos alzó en vuelo, dejándonos ver una escena dantesca, con cuerpos mutilados por doquier.

¡¿Pero qué?!- me dije, mientras me tapaba la nariz y la boca con la mano -¿Quién haría algo así? ¿Y por qué?- pensé, intentando comprender la escena que allí veía, mientras intentaba prestar atención por si había escapado alguien a la matanza, intentando escuchar algún gemido o algo.

Shh, no alcéis la voz, pero puede que aun estén cerca, y no nos conviene que sepan que estamos aquí... ya abra tiempo para vengar lo que han hecho- les dije a mis compañeros -Magányos y Sondra, intentar averiguar algo de cómo fue el ataque y ayúdalos tu también Erackand, que con tu experiencia veras cosas que al resto se nos escapen- les indiqué -Vargad, Ciara y Amon, se que estáis cansados, pero montad vosotros el campamento, Cassandra y yo vigilaremos que no se acerque nadie- añadí.

No tengo mucha idea de magia, pero con todo lo que han hecho deben estar agotados- pesé, mirando a mis compañeros magos -Y realmente lo parecen, lo mejor sería que descansasen ellos toda la noche y nos ocupásemos el resto de las guardias- me dije, aun sabiendo que tampoco era la solución ideal, pues todos estábamos cansados. Pero lo que realmente me preocupaba era la escena que nos habíamos encontrado, entendía que los bandidos robasen y asaltasen a la gente, pero esto que había pasado aquí no era normal.

En el claro donde antes estuviera el campamento de los leñadores y ahora solo hubiera sangre y muerte, los legionarios se preparaban para lo que podría ser su única oportunidad de descanso ante una difícil misión que aun tenían que cumplir. La lluvia había menguado ya por completo y el grupo lo agradecía pues tener que lidiar con el agua en esos momentos habría sido algo insoportable.
El dilema era ahora cuando tiempo habría que descansar, lo lógico sería hasta el amanecer, lo que les daría cerca de 6 horas; sin embargo, quizá ese tiempo no era suficiente para que los magos se recuperasen por completo y sin ellos quizá las cosas no fueran a salir también como deseaban.
Mas adelante en el bosque, sin duda se encontraba el campamento de los bandidos y estos quizá sabrían de su llegada. Sin embargo no eran los únicos que los buscaban, los legionarios eran conscientes de que en general algunos grupos mas de mercenarios deberían estar internados en el bosque en busca del campamento y por tanto quizá ellos no fueran en si la amenaza principal. Aunque en el fondo eso también tenia un significado poco deseable, probablemente por ello la vigilancia del bosque en torno al campamento de los bandidos se habría reforzado.

Mientras paseaba entre los cuerpos mutilados y destrozados la lluvia se detuvo completamente. Examine el lugar en silencio observando cada detalle.

-Gareth Dije para atraer su atención. -Diría que los que han hecho esto serian unos veinte. Por las huellas que han dejado se han debido ir por allí. Dije señalando una zona del claro. -Se han llevado algunos animales de tiro que estaban aquí, dejando profundas marcas en el barro. Debería de poder seguir el rastro, es más creo que deberíamos dividirnos y que nuestros exploradores se adelanten hasta dar con su campamento. Hice una pausa para examinar el rostro de mis compañeros. -Estas huellas no duraran para siempre y si perdemos este rastro, quizá nunca encontremos su campamento. Yo me ofrezco voluntaria, descansaré unas horas y luego estaré en condiciones de partir.

El olor. Esta peste de los cadáveres oculta otro olor anterior. El sudor de una batalla anterior. Y los caballos. Los robaron y casi puedo sentir su olor, el olor de los caballos que se pierde hacia allí.

Y el enano señalaba hacia el interior del bosque.

Opino igual que Sondra. Si queréis podemos descansar un poco pero luego deberíamos seguir este rastro. Quizá aclare muchas cosas.

Parece ser que nadie ha conseguido sobrevivir- me dije, apenado, pues a pesar de que viendo la escena, nadie pensaría en buscar supervivientes, había tenido la esperanza de que hubiese habido alguno -Un momento, ¿Dónde están los animales?- pensé, al fijarme en que no había ninguno cerca, a pesar de que los leñadores debían haber traído por lo menos algunos animales de carga... y al parecer no era el único que se había dado cuenta.

Entiendo que queráis seguirlos cuanto antes, y si por mi fuese los seguiríamos ahora- les dije a Sondra y Erackand -Pero si el ataque lo han llevado a cabo veinte bandidos, y suponiendo que dejarían unos cuantos vigilando su campamento, eso significa que como mínimo son veinticinco o treinta bandidos a los que nos enfrentamos- continúe diciendo -Probablemente estén mal armados y aun peor entrenados, pero para tratar con ellos necesitamos aprovechar todos los recursoss que tenemos, y eso incluye a nuestros compañeros magos, que llevan todo el día ayudándonos con sus hechizos- añadí, para aluego dirigirme a Vargad, Ciara y Amon -Realmente no entiendo nada de magia, y no sé como de agotador puede ser- les dije, recordando lo cansado que había acabado Vargad tras el último combate -Así que había pensado en quedarnos descansando en el campamento, vosotros dormiríais toda la noche mientras el resto nos repartimos las guardias- les dije, y luego me volví a girar hacia Sondra -De todas formas, si llevan a los animales de tiro al campamento, el rastro no se borrara pronto. ¿Qué opináis?- les pregunté.

El lugar no es para nada auspicioso y la idea de internarme en el bosque siguiendo unas líneas en el suelo para encontrar a más de una treintena de bandidos esperándonos no es una de las más prometedoras que puedo concebir. Si bien, la ubicación exacta del campamento de los bandidos es una información invaluable para exterminarlos o desterrarlos de esta región, debemos ser prudentes en los pasos a dar:

"No pensé ver el día en que prefiero la prudencia y la calma antes que la acción. Debo estar volviéndome viejo."

Luego escucho las palabras de mis compañeros acerca de lo que vamos a hacer y de qué es lo que los magos necesitamos para recuperarnos. Constesto a Gareth mientras busco un lugar para acostarme, disimulado entre los cuerpos pero bajo techo y abrigado:

 - "La magia agota la mente y el espíritu. Pero somos personas muy fuertes y me bastará con unas cuantas horas de sueño."

Cuando encuentro un lugar que me parece apropiado, concentro poder curativo en mi mano y lo lanzo sobre mí mismo para sanar las últimas heridas que me aquejan. Finalmente me recuesto con mi manta en el lugar escogido y me dispongo a dormir mientras el resto continúa con su discusión.

¡Que horror! ¿Qué habrán hecho con los animales? No son tontos si se han llevado las armas - Ciara recorre el lugar pensativa y callada por completo. Necesitamos descansar, yo casi no tengo reserva mágica más que para unas pocas curaciones. Ya es tarde, si vamos a descansar aquí deberíamos hacerlo ahora. Propongo que no preparemos mucho, es decir, no pongamos fogata ni nos acomodemos del todo. La fogata atraerá enemigos y si es mejor estar listo para salir corriendo en caso de ser necesario.