Partida Rol por web

Poco a poco, mis compañeros iban dando sus ideas para poder salvar aquella desventaja que nos separaba de los bandidos. Escuche atenta cada opinión, cada plan perfectamente detallado y aunque lo mio no era la estrategia decidí dar mi punto de vista.

-Si al final se decide que nos separarnos como ha dicho Gareth, lo acatare, no me importa estar en un grupo o en otro, pero creo que no deberíamos hacerlo. Me detuve para ordenar mis ideas.

-Hay un largo camino hasta el Manor en el que muchos "problemas" podrían suceder. No sabemos si hay mas grupos de bandidos por el bosque o si los mercenarios a los que amenazo Erackand nos recibirán con acero la próxima vez que los veamos, y seguro que con ese tipo herido seguirán en el bosque. Me detuve un instante para mirar a cada uno de mis compañeros.

-Como habéis dicho alguno de vosotros necesitamos información, esa es la clave. Propongo que Magányos, Cassandra y yo nos acerquemos un poco mas hasta la posición del vigía y que el resto nos deis cobertura un poco mas atrás. Si vemos cualquier cosa extraña lo dejamos y vamos todos a por refuerzos. Si no vemos nada raro, lo atrapamos para hacerlo "cantar", y según lo que nos cuente actuamos o no. Al terminar observe de nuevo el campamento de los bandidos y sus alrededores, buscando algún lugar por el que alguien pudiera aproximarse sin ser visto.

El los parajes del bosque oscuro que escondía al campamento de los bandidos, el grupo de legionarios se mantenía a la espera, aun con la disyuntiva de que camino tomar. Muchas ideas habían sido descartadas y muchas otras habían surgido; ahora al menos parecía que tenían una idea clara de lo que intentarían hacer bajo las ordenes de Gareth, sin embargo el como las haría aun estaba en entredicho.

Ciara, Sondra y yo estábamos listos ya para partir, por lo que saque de las alforjas el mapa para calcular cuánto tiempo tendría que aguantar el resto hasta que volviésemos con los refuerzos, y fue entonces cuando me di cuenta de nuestro error.

Maldita sea, no pensaba que estaríamos tan lejos- me dije, maldiciéndome por no haberme dado cuenta antes al ver la distancia que nos separaba del manor.

Cambio de planes, me temo que tendremos que arreglárnoslas sin los refuerzos- les dije, mientras les mostraba el mapa -No pensaba que nos encontrábamos tan lejos, pero viendo esto, creo que como mínimo tardaríamos medio día en volver, seguramente más, es demasiado tiempo como para que os arriesguéis quedándoos solo vosotros- les expliqué.

Y tampoco podemos quedarnos mucho más aquí, ya nos hemos arriesgado bastante- pensé al observar el avance del sol, pues había pasado más tiempo del que creía.

Tendremos que encargarnos nosotros, así que nos alejaremos y montaremos nuestra propia emboscada. Si logramos eliminar a los suficientes, puede que les debilitemos lo suficiente como para poder atacarles- les dije -No podemos entrentenernos mucho más aquí, asi que por lo menos, vamos a intentar capturarle, será un buen cebo y le podemos sacar información- añadí, mientras señalaba el lugar donde se encontraba el bandido durmiendo -Tenéis que capturarle sin que pueda dar la alarma, si creéis que no lo vais a lograr, escapad, y si es necesario, matadlo, lo importante es que no de la alarma- les dije a Sondra, Cassandra y Magányos, los tres que creía más indicados para la tarea -Nosotros os cubriremos desde aquí- añadí, para luego girarme hacia los magos -No me gusta la idea, pero si dan la alarma y nos persiguen, ¿es posible que podáis provocar un fuego lo bastante rápido como para evitar que nos persigan?- les pregunté, consciente del riesgo que eso implicaba, aunque era mejor que ser atrapados.

El enano asintió. El chico comenzaba a meterse en el papel de líder y por fin comenzaba a dar órdenes y no a sugerirlas. Lo bueno es que había dicho las palabras correctas y más juiciosas.

De acuerdo.

Erackand sujetó una de sus hachas lanzables por si era necesario, pero sabía que si algo salía mal se encontraría lejos para ayudar. Era lógico que fuesen aquellos tres por más que no le gustase ver que se separaban.

Escucho como Gareth toma consciencia de algo que yo había considerado hacía mucho. Levanto las cejas rubias a medida que él habla del nuevo curso de acción, uno mucho más directo y posiblemente letal. Aun así, tengo demasiada autoestima para pensar en las desventajas y me rasco la nariz antes de hablar:

 - "Creo que debemos acabar con la mayor cantidad de ellos en un sistema de guerrillas y luego atacarlos de frente. Puede que sean más que nosotros, pero no creo que ellos tengan magos poderosos y sanadores. Cada golpe que nos demos mutuamente será uno del que nosotros sanaremos y ellos no. Hay que cazarlos de a poco y emboscarlos cuando estén en grupos reducidos. Con eso debería bastar para dejarles diezmados en un par de días. Podemos usar el gran recurso miedo, que tan acostumbrados están a usar, en su contra. No se esperarán tener que vencer a la desesperación y los bandidos son famosos por su baja moral. Quizás antes de matarlos a todos veremos como huyen lejos de aquí."

Luego vuelvo al presente, al vigía que duerme. Para mí lo mejor sería hacerlo desaparecer para que enviasen a unos pocos a investigar a los cuales emboscar. Gareth ha decidido enviar a nuestros más sigilosos compañeros. Asiento ante esa decisión pues la considero sumamente acertada, pero le recuerdo algo al líder:

 - "Todos los magos son buenos tiradores. Podemos acribillarlo sin necesidad de acercarnos mucho, en caso de que el primer asalto de Sondra, Cass y Magányos falle."

La verdad es que en el caso que el bandido despierte o logre zafarse para huir, sería recomendable que estuviese al rango de los magos para abatirle antes de que logre dar la alarma.

Suspire aliviada cuando vi que la idea de separarnos  dejaba de ser una opción. Ahora todo estaba claro y lo primero que había que hacer era atrapar a ese dormilón. Desmonte de nuevo de mi caballo y le entregue las riendas Gareth.

-Gareth una vez mas te pido que lo cuides por mi. Espero que todo salga tan bien como en aquel puente. Dije mientras le sonreía y le guiñaba un ojo en gesto de complicidad. Antes de alejarme del caballo saque la ballesta y el carcaj con los virotes de entre mis cosas, echandome ambos al hombro.

-¿Listos para la caza?. Dije mirando a Cassandra y Magányos.

Observo como lo demás toman una decisión, dado el tiempo necesario para volver a la base del Manor, y decido acercarme a ellos -Me temo que nuestros enemigos conocen de sobra nuestra misión y que los andamos buscando. Temo que ese supuesto guardia dormido sea una trampa, es preferible que os mováis con sigilo y os acerquéis poco a poco antes de acabar con él. Es muy raro que en una hora nadie se haya percatado de que duerme.

Ciara se muestra más tranquila al ver que Gareth decidió un plan de acción - De acuerdo, sí, esta bien - responde al líder cuando este requiere que los magos armemos un incendio. Quizá le incomode la idea de quedar sola con Amon y Vargard, pero es lo que Gareth pidió y es lo que tendrá.

El momento había llegado, después de una larga planeación, el grupo estaba decidido a acabar con todo esto con sus propias manos. Eran solo 6 contra un numero amplio de bandidos; ellos tenían poca experiencia realmente como legionarios mientras que aquellos bandidos tenían quizá años haciendo lo que sabían hacer; los legionarios tenían una alta voluntad y firmeza mientras que los bandidos probablemente carecían de ambas cosas; pero sobre todo, los legionarios tenían el factor sorpresa en sus manos. Si manejaban todo esto bien junto con sus planes, probablemente tendrían éxito.
Esperando aun en las profundidades del bosque oscuro, el resto de los legionarios observaban como Sondra, Casandra y Maganyos avanzaban hacia el guardia en completo sigilo; si la suerte estaba de su lado, las cosas serian muy fáciles.

Tras realizar un ligero amarre para su corcel, recogió un férreo pañuelo ensangrentado y desenvainó su espada con cuidado. Miró a Sondra con profundidad y contestó con sequedad. Vamos, con cuidado... recordó finalmente para aumentar su confianza. Agazapada y sibilina, siguió los pasos de Maganyos, dejando la retaguardia para la ballesta de la mercenaria. El pañuelo, agarrado con la misma mano que su espada, se preparaba para amordazar al bandido evitando que diera la voz de alarma y a su vez entendiera su situación cuando viera la fría hoja metálica.

La suerte estaba echada. Erackand no podía ayudar a sus compañeros ahora. Debía aprender a confiar en sus capacidades.

Confiar.

Aquello era difícil.

Mientras sujetaba las riendas del caballo de Sondra, observé como mis tres compañeros se dirigían hacia el bandido para intentar capturarle.

Espero que todo vaya bien- pensé, preocupado de que pudiesen salir heridos a causa del plan que había propuesto… al parecer quien más y quien menos, todos habían estado de acuerdo con lo que había dicho, pero eso no impedía que me preocupase.

Todos atentos- les dije en voz baja a los demás, para que estuviesen preparados por si pasaba algo, mientras vigilaba cualquier movimiento sospechoso alrededor de mis tres compañeros.

Avanzaba cual felino, midiendo cada paso, procurando no hacer el menor ruido mientras repasaba el plan. Me acercaría junto con Cassandra al vigía y mientras ella lo amordazaba, yo la cubriría. Si aquello era una trampa, al menos dos caerían antes de retirarnos, el vigía y aquel iluso que se pusiera a tiro de mi ballesta.

Ciara toma las riendas de uno de los caballos de sus compañeros mientras este pequeño grupo penetra el bosque. También presta especial atención al alrededor, no vaya a ser cosa que los emboscados seamos nosotros. 

La elfa espera las directivas de Gareth.

Avanzando entre los matorrales, los 3 ágiles legionarios se desplazaron con las sombras como arma, sobre todo Maganyós que ya ha cierta distancia simplemente desapareció de la vista de todos. Por su parte Cassandra y Sondra avanzando rápidamente se encontraron a tan solo unos pasos de su objetivo.
Por su parte, el resto de los legionarios esperaban atentos y tensos con respecto a lo que pudiera ocurrir, listos para tomar las armas de ser necesario.

No me gusta esto, no me gusta nada -pienso para mis adentros. La situación podría tornarse rápidamente en una trampa, en una ratonera, para nosotros. Sin embargo prefiero callar pues mis palabras pueden provocar el pesimismo y infundir más daño sobre nuestro grupo que cualquier flecha o espada.

Para mi alivio al menos tengo a mi hermano de batalla cerca y a la apóstata cerca de mi vista. Me pregunto donde estará nuestro examinador. Algo me dice que muy cerca...