Partida Rol por web

La noche nos rodea y el agua nos empapa mientras nos adentramos en las profundidades del bosque de Brescilia. Mientras ando hago una señal a mi hermano, Erackand, para que marche a mi lado y, a la vez, pierdo algo de cadencia en mis pasos con la intención de quedarme en la zona más atrasada del grupo, la más segura.

También busco a Ciara con la mirada, sin saber exactamente la razón. Tal vez para vigilarla, tal vez para protegerla ¿quien sabe?

Cuando la encuentro me sitúo cerca de ella y hago que se coloque a mi lado. A su vez me desprendo de mi capa y se la ofrezco para que tape sus ya mojadas prendas y se resguarde algo más del frío.

Cuando ambos compañeros están a mi lado les susurro en voz muy baja, pegando mi boca a sus oídos.

Los magos deberíamos quedarnos atrás. Erackand, tu eres el mejor guerrero del grupo y me gustaría que nos defendieras. Dejemos a los exploradores ir delante.

Al otro lado del puente que teníamos delante estaba nuestro objetivo. Al fin parecía que nos acercábamos a nuestra meta.

Me detuve a unos pasos de puente y  me aparte un mechón de cabello mojado que me impedía la visión. Intentaba buscar algún movimiento extraño en el otro lado. Era un buen lugar para una emboscada. Una vez estuviéramos en el puente estaríamos desprotegidos y un par de arqueros podrían hacernos sudar.

-No me gusta... Gareth no deberíamos cruzar todos a la vez. Levanto la voz para se me oiga por encima del ruido de la corriente y de la tormenta.

Erackand no estaba acostumbrado a la lluvia. El agua servía para lavarse y algunos puercos la bebían. No entendía la manía que tenían los cielos de bañarles cada cierto tiempo como si pensasen que no se aseaban con la suficiente asiduidad. Donde hubiese un buen licor enano debía retirarse cualquier otro tipo de líquido.

Vargad se acercó a él trayendo a Ciara y le habló en voz baja.

El enano le respondió también en voz baja, divertido. Luego se giró para dirigirse a Gareth.

Dicen que debería quedarme aquí a guardar a estos dos y que vayan los exploradores. A mí me parece bien, pero no soy el jefe. ¿Qué hacemos?

Esto fue lo que respondió Erackand a Vargad y Ciara.

Mozo, no estamos en el campo. Somos una unidad militar, aquí hay que pedir permiso hasta para mear. Tener iniciativa no está bien visto y además obedecer órdenes te quita responsabilidades, eso es bueno.

Dejó claro que tenía intención de llevar las órdenes al pie de la letra a no ser que fuesen estúpidas o nocivas.

Su examinador había desaparecido de nuevo sin que ella se diera cuenta, había estado demasiado preocupada por seguir el rumbo de sus compañeros y pasarlo de la manera más agradable posible, evitando en todo momento llevar un ritmo más rápido del que sus piernas pudieran soportar.

El cielo se había cerrado y la tormenta amenazaba fervientemente con descargarse con todo su ímpetu sobre nosotros, eche mano de todo lo que tenía a mano pues la temperatura también había caído considerablemente.

A cada paso que dábamos todo se volvía más lúgubre, más oscuro, parecía como si nos estuviéramos dirigiendo a la boca del lobo directamente.

La tormenta rompió el cielo y el agua comenzó a caer a raudales sobre nosotros. Valgad se acercó, tendiéndome unas ropas más secas que las que llevaba. Se las acepté de buen grado y le devolví el gesto con una sonrisa sincera y agradecida en su totalidad.

Las palabras  de Sondra me centraron en el puente que tampoco parecía demasiado seguro y más con el viento azotándole y zarandeándole de un lado para otro.

- Ciertamente, la seguridad del paso no parece plena. Pero no tenemos más opciones al parecer por lo que tendremos que comprobar la seguridad del mismo, quizás pasando uno solo con su montura y bueno... esperar que no se caiga.

Intentaba ver lo que mantenía el puente y pensar si estaban en buenas condiciones.

Dedicó la tranquila marcha a recuperar las pocas fuerzas que habían sido hoy invertidas, siendo el hambre la mayor de sus urgencias. La distancia a su objetivo se acortaba al tiempo que el camino se hacía cada vez más complicado. El pensamiento de acampar junto a los madereros le brindaba una voluntad que la lluvia intentaba arrebatar.
Observando la desconfianza del grupo, recogió su arco y se situó junto al puente, observando el otro lado con atención. Vamos chicos, no perdamos más tiempo, un puente no es algo que pueda frenar a unos mercenarios, os cubriré el paso. A continuación colocaba una flecha entre sus manos esperando a tensar si fuera necesario.

Sin darme cuenta, Sir Haguen desapareció de forma tan repentina como había llegado, por lo que sin más dilación, no pusimos en marcha hacia nuestro destino... para cuando llegamos al puente, ya estábamos completamente empapados. Y a pesar de que sin el era claro que no prodriamos cruzar, tampoco es que me inspirase mucha confianza, pero era lo unico que teniamos.

Al parecer a ninguno nos parece buena idea cruzar el puente sin tomar precauciones- pensé, al escuchar las opiniones de mis compañeros.

Tenéis razón, lo mejor será que pasemos poco a poco- les dije - Sondra, tu y Magányos cruzar primero, con cuidado y vigilando por si hay alguna sorpresa al otro lado, os cubriremos desde aquí con arcos y magia por si acaso- dije mientras desenfundaba mi arco -Ciara, Vargad y  si todo está en orden, cruzáis vosotros tres, Amon y yo nos quedaremos vigilando la retaguardia y cruzaremos los últimos- continué diciendo -Si hay cualquier problema, volveremos aquí y montaremos el campamento a esta parte del rio ¿Algo que añadir?- añadí.

Camino con mi caballo bajo la lluvia sin ningún interés en la nueva desaparición de Sir Haguen. Cuando llegamos frente al puente, escucho las palabras de mis compañeros y asiento a la decisión final. No me gustaba mucho tampoco la idea de ser el primero en cruzar ese puente, por lo que mandar a alguien más apto es una buena optimización. Por mi parte cubrir la retaguardia y el frente a la distancia son buenos trabajo como cualquier otro.

Saco mi vara y apunto al frente listo para defender a la distancia a nuestros exploradores mientras cruzan y esperando a que esa porquería de puente tenga la capacidad de soportarnos con monturas y todo pues el viaje sin animales sería sumamente hostil.

Magányos emprendió la marcha casi desde que Gareth pronunciara sus palabras, el silencioso hombre prefirió desmontar de su corcel y caminar con cierta pausa. Detrás de él avanzaba Sondra que se mantenía muy atenta vigilando los alrededores.
Avanzando cerca de 30 metros mas allá del puente, Magányos revisaba el terreno en busca de algo que pudiera ser importante y no tardo en comunicar sus conclusiones.
-Por aquí ha pasado gente horas atrás, llevaban carretas, eran pocos, me parece eran leñadores. Si alguien intenta emboscarnos aquí, se esta escondiendo muy bien-.

No me agradaba demasiado la idea de encabezar la marcha, pero alguien debía de hacerlo.
Siguiendo el ejemplo de Magányos desmonte del caballo y tirando de las riendas me acerque a Gareth.
-Hazme un favor cuida de mi caballo, no quiero que lo hieran y tener que ir el resto del camino andando con la que esta cayendo. Vosotros cruzareis los últimos, llevarlo al otro lado cuando lo hagáis. Estiro la mano para entregarle las riendas a Gareth.

Magányos va primero y yo le sigo de cerca. Mientras avanzo por el puente cargo un virote en la ballesta. Una vez en el otro lado sigo pendiente de cualquier sonido o movimiento extraño que se produzca en el bosque. Siempre con la ballesta lista para disparar.

Los arboles se agitaban azotados por el viento y la lluvia proyectado sombras extrañas cuando algún rayo ocasional iluminaba el cielo. En aquellas condiciones era imposible detectar a quien estuviera allí escondido, si es que había alguien. La única posibilidad es que cometiera algún error y descubriera su escondite.

-Vamos, cruzar los siguientes. Me estoy poniendo perdida de barro.

Sonrío ante las palabras de Erackand dado el malentendido que han provocado mis palabras -Eres un guerrero honorable hermano, pero me refería a seguir andando como nuestro lider ordenó pero manteniéndonos juntos y en la parte más atrasada, nada raro -le confieso mientras le agarro el hombro con seguridad.

Tras la órden de Gareth y la confirmación de Sondra y Maganyos miro a Ciara y le hago un gesto con la mano -Nos toca cruzar, aunque no se bien junto a quién más, supongo que con Erackand y Cassandra -digo expresando mis dudas dado que no he escuchado bien el nombre de nuestros acompañantes.

Mientras alguien más se decide a marchar con nosotros me bajo del caballo con tranquilidad y, tras acariciar un poco al animal, cojo las riendas y espero para cruzar el puente a que el resto esté preparado.

Pues vamos a ello. Yo iré con vosotros dos

Dijo indicando a Ciara y Vargad. No le quedada muy claro si tenían que ir con Cassandra o no.

Lo que tenía claro es que iba a ir preparado. Embrazó el escudo en su mano izquierda, se aseguró de poder coger con facilidad su espada y cogió una de las pequeñas hachas que guardaba y podía lanzar con precisión mortal y la sujetó dispuesto a todo.

Con cuidado chicos, yo vigilo

Y mirando a todos lados con cuidado esperó hasta que se hizo su turno y avanzó cauteloso.

Confío en tu buen ojo, hermano-respondo a Erackand contento al tener al lado a tan buen aliado.

Tras mis palabras comienzo a andar junto al resto del trío al lugar donde nos esperan nuestros compañeros, tratando con cariño a mi corcel para que no se asuste al pasar el puente.

Satisfecha por las palabras de Mangányos, se acercó levemente hacia Gareth mientras protegía el paso del resto de mercenarios. Debemos estar cerca, no creo que encontremos demasiados problemas hasta el campamento maderero, se alegrarán de dormir tranquilos al menos esta noche. Un atisbo de bondad asomó en el elfo por la gente errante que acampaba allí donde su trabajo lo requería, sin duda hermanada por las cicatrices del pasado.

Nuestro pícaro ya demostró una buena capacidad para identificar las señales que quedan plasmadas en el camino. Es por eso que nos enteramos de quienes han pasado por ahí hace poco y nos imaginamos la utilidad de esta ruta. Nuestros compañeros comienzan a avanzar por el puente mientras mantengo en alto la guardia y apunto con mi vara a cualquier posible objetivo que amenace el avance de los miembros del grupo.

Todos parecen ir tensos y no les faltan razones con los últimos ataques de los bandidos, pero en este momento, por más que tengamos desventajas tácticas, no nos tomarán por sorpresa pues todos estamos atentos y listos para lo que sea que se nos venga encima. Incluso a Sir Haguen le veríamos llegar de quererse aparecer, pero bueno, ese no es el punto...

Ya solo quedaban atrás Cassandra, Amon y Gareth, el resto había cruzado ya el puente. Aunque con nerviosismo producto de las sospechas de una posible emboscada, todo resultaba hasta el momento muy tranquilo. Aunque dada la lluvia que parecía arreciar cada poco tiempo, la fuerza del río y el revolotear del viento, era claro que escuchar a un enemigo escondido era casi imposible.