Partida Rol por web

Hablo en voz baja.

-Menudos listillos ¿Qué os parece si les secuestramos nosotros a ellos? Ya lo han dicho. Quien controle esa sala controlará el cotarro. Seguro que no se lo esperan.

Pero ¿En quién me he convertido? Ardo en deseos de ir a secuestrar a unos convictos amotinados. Eso es el colmo.

Sonrío enseñando todos los dientes y levanto las cejas en un gesto absurdo con el que pretendo resultar desafiante.

-Si lo pensáis bien es nuestra única oportunidad.

Que ha sido una forma de decir "¿Hay huevos o qué?".

Jisoo dejó el ascensor en el punto más cercano al conducto y después se adentró junto a sus compañeros hasta que Danna escuchó algo y les dio el alto, así que se quedó muy quieta y escuchó el fragmento de la conversación entre Tom Zarek y su secuaz. Parecía que estaban ellos solos y que la sala donde se encontraban era importante si quería salir vivos de aquella y por otro lado salvar la nave prisión que podía llegar a ser un peligro para el resto de la flota, así que asintió ante las palabras de Dido.

-Estoy de acuerdo, además solo parecen dos, somos más que ellos, y si van armados pero los pillamos por sorpresa no podrán contra todos.

Y en el peor de los casos parecía que no tenían otra opción como la misma Dido había remarcado y ya estaban en sus manos al no poder huir, así que intentar reducirlos y hacerse con el control de la sala ahora que no los esperaban era la mejor de sus opciones.

-Será mejor dividirnos. La mitad de nosotros iremos a por uno y la mitad a por otro, es mejor tener claro lo que va a hacer cada uno antes de entrar ahí, aunque nuestra mejor baza es hacerlo en silencio. Sugiero que Dido encabece un grupo de atacantes y Gaheris otro, el resto nos dividimos entre ellos. Yo iré con Dido.

Ellos eran los más fuertes y los que mejor luchaban así que le parecía lógico que fueran delante y que cada uno decidiera a cual de los dos rebeldes quería enfrentarse, así como que los otros decidieran a quien seguirían.

 Asentí conforme ante el plan de Jisoo y susurré:

 - Vamos allá...

 Con suerte, podría golpear a alguno con mi rejilla por detrás antes de que pudiera saber lo que pasaba.

Las propuestas de ataque serían más creíbles si fuesen armados. En la práctica, solo Dido, Kat y Gaheris tenían algo de punch; mientras, por otro lado, contaban con una Danna enferma, una Karen floja y una Jisoo a la que la fuerza se le iba por la boca.

El más avanzado del grupo llegó a la altura de la rejilla de ventilación que daba a la sala de donde venían las voces. Ahí el asunto se volvió peliagudo. Tom Zarek sostenía una linterna a la altura de la cabeza, enfocando hacia abajo para iluminar un mapa que estaba leyendo, ¿pero y el otro? ¿Dónde estaba Beckersfield? Alejado del foco de luz, el matón podía estar en cualquier punto de la sala. Eso dificultaba el asalto. La rejilla también estaba a cierta altura, lo que hacía que saltar a la sala fuese aparatoso y poco propicio para una emboscada. En efecto, seis personas tumbadas en fila india alcanzaban una longitud de diez metros, y los últimos tardarían en deslizarse a gatas todo ese trayecto para poder unirse al combate.

Por otro lado, el conducto por el que se arrastraban pasaba de largo, con posibilidad de llegar a otras salas. Una sala vacía les permitiría salir a todos del conducto y reagruparse. Prosiguieron un poco más... La cautela aún les hacía mantener el foco de la cámara de Danna Biers apagado, pero por el tacto localizaron una tercera rejilla (la que unía con el hueco del ascensor, la que llevaba a Tom Zarek y esta). Retiraron la trampilla, y de paso consiguieron su segunda arma improvisada, y con cuidado se deslizaron hasta terminar colgados, buscando tantear el suelo con el pie.

Mmmmmh... ¡MMMMMH!

No era una buena señal. El suelo se volvió a quejar cuando el pie intentaba encontrar terreno llano. Uno a uno, cayeron sobre un cojín tratando de conservar el equilibrio, y se fueron distribuyendo por la sala. Danna encendió el foco de la cámara. En el suelo, maniatado y amordazado, un hombre se dolía con una marca de bota en la camiseta, a la altura del estómago.

¡¡¡MMMMH!!! Ffffh... ¡M-m-mmmh!-trató de explicarse.

Kat le retiró la mordaza de la boca.

Hoban Washbourne a su servicio, piloto del Reina Astral. No quiero parecer desagradecido, pero... ¿alguien podría desatarme?

El foco de la cámara también ayudó a ver el pequeño cuartucho en el que se encontraban. Era un "cuarto de las escobas", siendo las escobas un puñado de robots runback, con estanterías repletas de productos de limpieza.

Descartada la posibilidad de realizar un ataque sorpresa desde la ventilación el grupo siguió hasta el siguiente cuarto, o al menos la siguiente salida del conducto y allí se fueron descolgando. Jisoo tuvo miedo al escuchar unos extraños ruidos en aquella sala, pero evitó gritar por bien del grupo. Cuando Danna encendió la cámara comenzó a comprender lo que había pasado.

¡Ups! ¡Pobre hombre! ¡Espero no haberle hecho mucho daño!

Con un poco de luz gracias al foco y una vez que el hombre se quedó sin la mordaza y comenzó a hablar la situación se fue clarificando.

-¡Oh sí claro! Ahora le desatamos. ¿Puede decirnos qué pasó aquí? Los presos se han hecho con el control de la nave. Por cierto, me llamo Jisoo.

Bueno, la situación ya la conocían, pero quizás el hombre pudiera aportar algo que les fuera de ayuda y sobre todas las cosas conocería la nave y la mejor forma de salir.

-Tenemos una nave en el hangar pero nos es imposible llegar hasta ella, no podemos abrir ninguna de las puertas. Y los reclusos controlan la habitación que nos permitiría abrirlas.

Dicho aquello Jisoo comenzó a fijarse en lo que había en el cuarto, que era una especie de almacén de limpieza. Cogió uno de los robots runback y comenzó a observarlo, siempre le habían resultado graciosos y en su casa los había manipulado con facilidad.

-Chicos, creo que puedo usar alguno de estos robots, hacer que vayan a algún sitio, por ejemplo por el conducto de ventilación hasta la otra rejilla, si hacen ruido podríamos aprovechar mientras miran que es y sorprenderlos por la puerta. -Si es que estaba abierta y el plan funcionaba.- Y si alguien supiera de química quizás podríamos hacer una mezcla tóxica y atarla de algún modo al runback y hacer que salieran...

Lo había visto en las películas, pero no tenía ni idea si en realidad se podría hacer ni que podrían mezclar así que sería mejor no hacer experimentos no fueran a perjudicarse a ellos mismos.

Para la pobre Karen estaban siendo demasiadas emociones y magulladuras, primero el corte en la mano y ahora la caída. No había tenido tiempo ni de curarse las heridas. Hecho una rápida mirada al rehén y comprobó que ella estaba en peores condiciones que el piloto. Entonces comenzó a vendarse la herida de la mano, que parecía ser la más grave.

Se de enfermería, no de química. Comento con cierto desánimo. Pero siempre han aconsejado que no es bueno mezclar amoniaco y legía.

Gracias, Jisoo. Hubo un motín de presos, liderado por Tom Zarek. Ya sabéis, el peligroso terrorista. Os puedo guiar por los pasillos hasta la sala de control, para hacer el plan ese de lanzarnos todos a por ellos. Lo de la lejía y el amoniaco.

Prepararon la mezcla y pusieron un cubo encima de la runback. Un gas con olor a huevos podridos empezó a emanar en la sala, obligándoles a salir. La runback se puso en movimiento, transportando la bomba fétida por el conducto. Empezaron a caminar a oscuras por el pasillo, a tientas. El grupo llegó hasta las puertas automáticas de la sala de control sin saber si la runback se había parado en el lugar adecuado...

Pero la runback lo había logrado, como delataba el ruido de toses más adelante...

Zalek y su matón salieron al pasillo, y Danna encendió el foco de la cámara para deslumbrarles. Igual que dos cervatillos ante los focos del coche, listos para llevarse unos buenos golpes. En segundo plano, vieron puertas similares a las de las habitaciones del pasillo (esas que no pudieron abrir), abiertas a pesar del apagón. Sin duda Beckersfield debía de ser un tipo muy fuerte.

¡Al turrón!-exclamó el piloto, iniciando el apaleamiento.

Me lanzo a por el más grande. Acostumbrada a pegarme con tostadoras golpear carne humana -mi puño con su cara- es algo raro. No sé cómo pero fallo el primer puñetazo y luego, extrañada de que el tipo no reaccione le arreo otro, mi gancho fantástico, con el que me gané la expulsión del instituto.

Le he dado en toda la mandíbula pero no estoy segura si le he hecho daño, me quedo un segundo expectante, dispuesta a esquivar, tratando de que caiga o se desequilibre para darle otra pero esta vez valiéndome de su propio impulso. Ya veremos como salgo de esta.

-Gracias a usted señor Washburne, nos será de mucha ayuda para escapar de aquí. Sobre los presos... Ya nos habíamos hecho una idea de lo que pasaba, aunque ya era demasiado tarde para evitarlo.

Jisoo se puso a reprogramar el pequeño robot y cruzó los dedos para que todo saliera según lo planeado. En cuanto sus compañeros mezclaron ambos productos químicos tosió con los humos y supo que al menos esa parte funcionaría.

Ahora solo queda que el robot vaya donde tiene que ir.

Guiados por el piloto rescatado se dispusieron a ambos lados de la puerta y esperaron con cierta tensión. Se alegró que el plan funcionara, aunque ahora debían derrotar a ambos hombres, esperaba poder hacerlo. Jisoo atacó directamente a Zarek, el cabecilla, si él caía seguro que todo después sería más fácil. Pudo propinarle un pequeño golpe inicial pero el segundo lo falló, esperaba que sus compañeros estuvieran más acertados.

La enfermera se puso a rebuscar con manos torpes en su botiquín de combate. Ya había gastado una dosis de calmante para caballos con la supuesta tostadora, pero creía que tenía otra guardada en algún sitio. Penicilina, Amoxicilina, Gentamicina, Kanamicina, Neomicina….Iba leyendo en voz baja mientras rebuscaba entre los frascos. ¡Tolo que en "cina" no vale! ¡Son antibióticos! ¡Joder! Murmuró con rabia y los dientes apretados mientras seguía rebuscando entre las vendas y los frascos. En combate la enclenque Karen sería más un estorbo que una ayuda, sería un cero a la izquierda, sería como Jar Jar Binks en la Guerra de la Galaxias, si no encontraba la dichosa quetamina o la morfina no podría ser de ayuda.

 Me puse en posición, oculto, y esperé a que el tal Zareck asomara la cabeza para poder reventarsela con la rejilla que tenía como arma....

La batalla fue épica. O por lo menos no demasiado patética. Contra Beckersfield arremetieron Karen, Dido y Kat. Karen saltó sobre el grandullón clavándole en el hombro una jeringuilla que había preparado previamente, pero el presidario la apartó de un manotazo antes de que presionase el émbolo. La mandíbula del matón soportó con estoicismo el puñetazo de Dido, y ambos forcejearon torpemente. Era del estilo de torpeza que se contrarrestaba, como cuando dos tiran de una cuerda manteniendo el centro de gravedad del otro. Kat también le propinó un puñetazo, en el estómago, pero la oronda barriga amortiguó parte del golpe.

Entonces Karen fue a por más, a por el segundo asalto. Saltó sobre Beckersfield y se agarró con una mano al cuello. Fue como cabalgar un toro mecánico. La enfermera aguantó lo suficiente como para presionar el émbolo, inyectando el sedante: hidrato cloral. El hidrato cloral era la misma sustancia que usó con Aaron Doral, pero la corpulencia de Beckersfield exigía una dosis mucho mayor para hacer efecto. El matón rugió, casi como un animal, y volvió a lanzar a Karen por los aires. No presentaba ningún síntoma de adormilamiento o pupilas dilatadas.

El otro reo fue acosado por Jisoo, Hoban y Gaheris. Hoban era patético, arañaba y tiraba del pelo de manera tan ridícula y molesta como Jisoo. Entonces Zarek se agachó esquivando el golpe que Gaheris pretendía inflingir con la rejilla.

Patéticos hombrecillos. No tenéis ni idea de los trucos que un perro callejero puede ocultar bajo la manga. ¡Kia...!

Tom arrojó un mechero contra el foco de la cámara de Danna Biers, con intención de romperlo y que la oscuridad compensase la inferioridad numérica de los dos presos amotinados. Justo en ese momento, Gaheris sí logró acertar con la rejilla en la cabeza del terrorista, y el arma arrojadiza de Zarek trazó una mala trayectoria. El zippo chocó con una tubería del techo y rebotó hacia la frente de Beckersfield, dejándole una rojez con forma de rombo en la frente. Entre el mecherazo y el rejillazo, tanto Beckersfield como Zarek estaban muy malheridos.

Luchando junto a Hoban hacía que Jisoo se sintiera menos patética de lo habitual, no parecía estar haciéndolo mucho mejor que ella, incluso podría haberle hecho gracia si eso no significara que el combate no estaba resultando muy positivo, al menos hasta que Dido y Gaheris intervinieron dando unos buenos golpes a sus contrincantes. Por otro lado habían conseguido confundir a los reos que ni siquiera sabían que estaban siendo atacados por un grupo mayoritariamente de mujeres, así que era mejor no alertarlos para que no se confiaran. Jisoo volvió a intentar golpear a Tom Zarek convencida que si caía uno de los dos presos el otro se rendiría o no podría repeler los golpes de todos los demás, pero era importante que ellos no cedieran. Desafortunadamente Jisoo no consiguió golpear.

¡BECKERSFIELD APLASTA! ¡UAAAAAAAAAGH...!

El combate se ralentizó un poco. Ni eran capaces de tumbar a los dos delincuentes, ni los dos convictos lograban contraatacar abrumados por la superioridad numérica de los polizones. La única que se esforzaba era Jisoo, pero más como una koala adorable que como un perro de presa.

Poco a poco el plan de Jisoo para preparar la emboscada iba perdiendo su efectividad. El efecto sorpresa se iba diluyendo con el tiempo. Siempre podrían salir corriendo si las cosas se torcían (bastaba una orden a Danna para que apagara el foco y sumiera el escenario en la confusión), pero aún tenían la superioridad numérica como gran baza para salir vencedores.

Las cosas no iban demasiado bien, pero a decir verdad los presos tampoco habían conseguido reaccionar de momento y seguían teniendo una ventaja numérica. El que sus enemigos fallaran los golpes y sus amigos siguieran bien le dio ánimos para seguir intentando.

Esta vez intentaré algo distinto.

Intentó imitar uno de los movimientos que había visto en alguna película de artes marciales pero su golpe volvió a dar en el aire.

Conforme la pelea avanza me siento como sin fuerzas. No sé si acostumbrada a las latas golpear humanos no se me da bien, o simplemente estoy cansada.

Ya veremos lo que pasa. Pero de todas formas, no me da ningún miedo.
 

Karen volvió a preparar otra inyección de Hidrato cloral, en un primer momento pensó en usar el cloroformo, pero era demasiado débil como para poder usarlo con eficiencia. La enfermera trato de buscar la espalda del grandullón sin éxito.

¡Cágate en los pañales, bebé grandote!-dijo Kat, propinando un puñetazo en la cara de Beckersfield.

Beckersfield se sacudió la cabeza, tratando de espabilarse tras el golpe. No fue toda la acción que hubo en la pelea, ya que Tom Zarek le propinó a Gaheris un rodillazo en la base del estómago.

¡Gaheris, a ver si espabilas! ¡Dale un poco más de brío! Se supone que eres el único con experiencia militar aquí. ¡Qué se note!

De pronto Danna tosió un par de veces con debilidad, como un quejido, y se desplomó en el suelo. Se escuchó un "crash" de rotura de cristales, pero no era el foco lo que se había golpeado sino la lente. La cámara quedó tendida en el suelo junto al cuerpo de la periodista.

¡Lo que faltaba!-se quejó Kat.

La pelea no terminaba de decidirse y Jisoo temía que su grupo fuera perdiendo fuerza en favor de los reclusos. Sus peores temores comenzaron  a hacerse realidad cuando uno a uno parecía que todos los golpes fallaban, tan solo Kat, muy aguerrida, consiguió impactar y para colmo Danna finalmente no aguantó la presión y se desplomó dejándolos sin la iluminación que cegara a los presos. Pero no les quedaba otra que seguir intentándolo o estarían perdidos, así que la pequeña Jisoo volvió a arremeter contra Zarek, pero nuevamente volvió a fallar, el cuerpo a cuerpo no era lo suyo, estaba claro.

 Sigo insistiendo con mi arma improvisada, esperando terminar de una vez con a pelea y poder coger un arma más adecuada para poder continuar...