Partida Rol por web

Ugh...

Ese lacónico gruñido fueron las últimas palabras de Todd. El láser de Karen atravesó su cráneo y el vendedor de aspiradoras se cayó de espaldas con un tercer ojo abierto en plena frente. Tras ese escollo avanzaron un poco más hasta el pasillo. Frente a la cocina, el comedor estaba vacío. Las dos siguientes puertas estaban cerradas (la despensa y el dormitorio de las chicas), y después el pasillo se bifurcaba...

Siguiendo todo recto había otra puerta cerrada (el dormitorio de los chicos) y las duchas antes de dar toda la vuelta hasta la enfermería.

Siguiendo a la derecha estaba la sala de seguridad y la de comunicaciones, y poco después el puente de mando. La puerta del puente había sido volada por los explosivos de las minas de Minos, así que nada impedía llegar a su objetivo. La cuestión es si tratarían de hacer algo más antes de la batalla final...

La relación entre Laffie y Oyuyua era súper romántica, como se querían, los sacrificios que estaban dispuestas a hacer por amor… Todo eso hubiera emocionado a Jisoo si estuviera viendo un capítulo de su serie juvenil favorita y seguramente exclamaría y se taparía la boca con las manos super nerviosa viendo el peligro al que se enfrentaban aunque en el fondo sabía que un cambio de guión haría que finalmente se salvaran. Pero por desgracia eso no iba a suceder y ella era parte de aquella peligrosa escena. No podía dejar que el robot siguiera pegando a Oyuyua y haciendo sufrir a Laffie, pero tan solo le quedaban tres balas en su rifle, apretó los dientes esperando que la puntería esta vez no le fallara. Por desgracia parecía que la película no iba a terminar bien.

-¡No puedo darle! ¡Solo me quedan dos balas!

Aquella maldita hojalata sin apenas circuitos las estaba poniendo en grandes apuros y si sobrevivian y la doctora no les había mentido pronto estarían en manos de máquinas mejores y más mortíferas, eso aterraba a Jisoo. En cualquier caso no le quedaba más remedio que seguir luchando si no quería convertirse en picadillo.

La enfermera se dirigió sigilosamente hacia la sala de seguridad en ella todavía debía de esta el siemprealegre Stan. Como facultativa que era, le importaba salvar vidas y seguramente Stan necesitaría atención médica inmediata. Camino con el láser en posición de “ataque”, como caminaban los tipos duros de las películas de acción, pero los tipos duros de las películas de acción no temblaban ante el peligro inminente y no balanceaban el arma arrastrados por el peso de esta.

¡Joder, Jisoo! ¡Ponte las putas pilas!

Oyuyua recibió un par de golpes más ante la mirada desesperada de Laffie. Si esto fuera una serie juvenil adolescente, Jisoo fallaría también con la penúltima bala, alzaría el rifle y quedaría apuntando en un espectacular cliffhanger que no se resolvería hasta el siguiente capítulo, en el que Oyuyua quedaría en coma y se descubriría que Laffie estaba embarazada. El drama, hay que hacerlo así para mantener la tensión dramática. Pero Jisoo tenía una oportunidad de evitar todos esos desvaríos, tan solo tenía que acertar con la penúltima bala.

Sin saber si alguien se había dado cuenta de los pasos de Karen, la enfermera caminó amortiguando sus pisadas en la moqueta del pasillo. De frente tenía el puente de mando, y el ángulo del pasillo le impedía verlo por completo, con puntos ciegos a izquierda y derecha y con el respaldo de los asientos de piloto y copiloto impidiendo ver si allí había alguien sentado.

En la sala de control, el verdadero destino de Karen, Stan estaba atrapado en el asiento por una de esas barras de seguridad que bloquean el torso. Stan estaba inconsciente, con una herida en la parte trasera del cráneo. Si quería, Karen podría despertarle con una dosis de adrenalina.

Allí también estaban los monitores de las cámaras de seguridad. Una de ellas mostraba el hangar, con un Robin liberado de sus ataduras y con Dido huyendo de un modelo antiguo de cylon centurión de preguerra. Había un segundo cylon centurión golpeando a Oyuyua en un pasillo mientras Jisoo introducía una bala en su rifle. Los monitores también mostraban a los pasajeros andando hacia la zona de embarque, como había ordenado Número 6. No había imágenes de los camarotes VIP, ni de ningún habitáculo del área de la tripulación en la que ya estaban.

Mientras, Gaheris se quedó en la retaguardia...

¡Dido, espabila!

El cylon les dió alcance y Dido tuvo que agacharse para evitar el impacto de su brillante puño metálico.

La desesperación nunca solía ser una buena compañera, quizás en contadas ocasiones sirviera para sacar lo mejor de uno mismo y que se produjera el milagro necesario para resolver el problema que enfrentaban, pero la mayoría de las ocasiones solo empeoraba las cosas y eso estaba sucediendo en aquellos momentos. Las balas fallaban una y otra vez y las tres chicas veían como Oyuyua iba encajando golpes, sabiendo que la pobre chica tenía un límite que seguramente estaba cerca de alcanzar, eso no animaba mucho a Jisoo que sentía una gran presión cada vez que disparaba. Volvió a alzar su rifle intentando apuntar a alguna de las partes donde ella intuía que podían estar instalados los circuitos responsables del movimiento del cylon. Esta vez el disparo tampoco surtió efecto y Jisoo comenzó a sudar sabiendo que tan solo le quedaba una bala, pero… ¿Podría Oyuyua aguantar un golpe más? La tensión la estaba matando y si no lo hacía seguramente lo haría la ojalata.

Con un gesto de mano, levantando dos dedos a los ojos e indicando el pasillo, Karen le indico a Gaheris que vigilara el pasillo mientras ella entraba a la habitación. En otra situación la enfermera hubiera corrido hacia el herido tratando de reducir el tiempo de sufrimiento de este, pero en este momento premiaba la seguridad. Comprobó que la habitación estuviera despejada antes de acercarse a Stan para reanimarlo.

Mientras caminaba por la moqueta miraba a los monitores. No pudo evitar un nudo en el estomago y sentirse preocupada por sus amigas. Estaban luchando valerosamente, pero las tostadoras eran unos enemigos formidables.

-Pues al fin y al cabo veo que la vida te importa todavía, un poquito.

Sin pensarlo dos veces le ofrezco una pistola a Robin.

-Separémonos.

Y disparándole a la tostadora, me separo de él. Imagino que tratará de traicionarme en cuanto tenga ocasión pero de eso no me voy a preocupar hasta que haya caído el peligro inminente.

 Mientras vigilaba, le dije a mi compañera:

 - Busca cualquier arma. ¿Sabes si hay algún sistema de defensa interno que podamos usar desde aquí?.

Oyuyua, con voz débil, usó sus últimos momentos de vida para despedirse de Laffie.

Cariño... Te he fallado. Pensé que podría protegerte... Fui yo quién te arrastró a buscar a la Doctora Godfrey. Todo esto es culpa mía. Podríamos haber seguido en nuestro módulo, con nuestras almas entrelazadas y mis labios saboreando el dulzor de los tuyos. Eres maravillosa Laffie. Lo mejor que me ha pasado en la vida que ahora se me escapa. Si Jisoo logra salvarte, prométeme una cosa: no adoptes un gatito para ponerle mi nombre. Es lo más nocivo que podrías hacerte. En lugar de eso, pasa página. Sé feliz.

Las últimas palabras de Oyuyua sonaban amortiguadas por la sangre que anegaba su boca. Por el ángulo recto en el que se encontraba, Jisoo no podía verlo, pero estaba claro que Laffie estaría llorando como una magdalena.

Robin Wings dió un paso atrás y apuntó con la pistola hacia la sien de la cafetera.

¡BANG!

La bala atravesó el blindaje del centurión, que se desplomó en el suelo. La luz roja del visor del cylon se apagó. Un disparo afortunado, o más bien no era la primera vez que Robin utilizaba un arma. Después, Robin apuntó a la cabeza de Dido.

No puedes ni imaginarte cuánto te odio por lo que hicisteis a Pixie. No te confundas, esto no lo hice por ti. Lo hice por ser yo el que tuviese la oportunidad de matarte.

Robin empezó sus estúpidos juegos mentales. Bajó la pistola y la sujetó a un lado de la cadera, como si fuera un vaquero a punto de desenfundar.

¿Qué me dices, Dido? Un duelo al sol. ¿Desenfundas más rápido que yo? Solo hay una manera de saberlo...

Gaheris llevaba una pistola, Karen llevaba un láser industrial. No había más armas que esas para armar a Stan, que había sido despojado de su porra. Las imágenes de los monitores mostraron que Dido le dió una de sus dos pistolas a Robin. Robin disparó al centurión y lo mató de un solo disparo, pero tras eso se encaraba con la pobre Dido en el hangar. En el pasillo, Jisoo seguía atravesando el blindaje del otro cylon con el rifle, pero las balas le atravesaban sin dañar ningún componente electrónico importante.

Existía un botón en la base del micrófono para dar avisos a las zonas de los pasajeros, pero no podrían recibir ninguna respuesta de ellas (en ese sentido era más sencillo llamar por teléfono).

La inyección de adrenalina hizo que Stan se sacudiese como un jabalí. Hizo temblar el armazón que le mantenía sujeto a la silla, pero no con la suficiente fuerza como para soltarse.

Uh... Uh... Karen... Uh... Tienes que irte de aquí. Hay un traidor. No le vi la cara, me atacó por la espalda... Uh...

Stan empezaba a ser ruidoso: resoplaba y gruñía. Karen debería de marcharse de allí pronto, o la descubrirían. Podía liberar a Stan con el láser rompiendo los barrotes que le sujetaban al asiento, o darle algún calmante para contrarrestar la adrenalina, lo cual no era demasiado bueno para el cuerpo pero bastaría para que Stan se mostrara más colaborador y fuese más consciente de la situación.

Jisoo escuchó horrorizada las últimas palabras de Oyuyua, sintió como poco a poco se le iba escapando la vida y a ella se le llenaban los ojos de lágrimas y se le encogía el corazón al escucharla. Las palabras estaban llenas de amor hacia Laffie, que seguramente estaría llorando destrozada y Jisoo se sentía responsable de lo que había pasado pues estaban allí para ayudarla.

-¡Noooooo!¡Oyuyua, nooooo!

Era un grito desesperado, no sabía si podía hacer algo por ella y Karen estaba lejos, además el cylon ahora buscaría un nuevo objetivo. ¡Los cylon! ¡Ellos eran los verdaderos culpables de todo! Con rabia apretó el gatillo una y otra vez, aunque solo le quedaba ya una bala lo único que quería era acribillarlo y hacerle pagar por lo que había hecho. El tiro salió desviado y después tan solo el sonido del gatillo.

Click click click click

La situación la sobrepasa, no había podido concentrarse en todo el combate y eso le había costado la vida a Oyuyua, no podía permitir que Laffie corriera el mismo destino.

-¡Corre Laffie, sal de aquí!

¿Hacia donde? Estaban atrapadas en aquella planta, quizás pudieran esconderse y esperar a que sus amigos vineran a ayudarlos, pero seguramente ellos tenían sus propios problemas y si la doctora no había mentido pronto serían prisioneros de los cylons, que seguramente los matarían rápido. Miró a la pistola de Oyuyua. ¿Podía cogerla? Quizás golpear al cylon con el rifle, aunque ella no era Dido… ¿Salir corriendo con Laffie, huir y esconderse? Sopesó durante un instante todas las posibilidades.

La situación estaba complicada y prefería tener a Stan corriendo por los pasillos como un toro furioso que tenerlo atado en una silla sin hacer nada. De modo que, cogió su laser y con mucho cuidado corto las ataduras. Tenemos que llegar a los controles para cambiar las coordenadas. Stan, puedes hacer un poco de ruido por el pasillo para que podamos coger a quien este en el centro de mando por la espalda.

Robin "desenfundó", elevando el cañón de la pistola sin molestarse en apuntar.

¡BANG!

El bandido falló, quizás a posta, continuando con su juego del ratón y el gato.

Esa estuvo cerca. Jajajaja... Vamos, tortuga. Puedes hacerlo mejor...

El joven volvió a bajar la pistola y a situarla a la altura de la cadera.

Jisoo falló su última bala. El centurión no estuvo más acertado, o más bien Oyuyua sacó suficientes fuerzas como para esquivar sus ataques. Seguía sin poder retroceder, o el cylon llegaría a Laffie, pero intentó disparar a la desesperada.

¡BANG!

Oyuyua falló. Y con el cylon en la puerta ninguna de la dos amigas de Jisoo podían salir al pasillo para huir con ella.

¡Escapa, Jisoo!-gritó Laffie-¡Ya no puedes hacer nada por nosotras!

En cuanto el láser liberó a Stan, el guardia la apartó con el brazo y se puso en pie.

Ugh.. UUUUH. Urrrrgh... ¡UAAAAAGH!

Stan salió en tropel por le pasillo. Se alejó del puente, tambaleándose y chocándose contra las paredes.