Partida Rol por web

La gran astucia de Jisoo le llevó hasta el área de la tripulación, concretamente hasta el barracón de la sobrecargo y las azafatas. Una de las camas estaba bajo la rejilla desde la que observaba Jisoo, lo que amortiguaría y silenciaría la caída de la rejilla en caso de que Jisoo la desplazara para entrar. Allí había tres personas: el camarero Platodeus, la sobrecargo Gloria y la azafata Sindy. Lo perturbador era que las dos chicas estaban atadas en el suelo y con una cinta de carrocero en la boca. Platodeus enrolló una sábana alrededor de la rueda de la exclusa de la puerta para poder girarla sin hacer ruido.

Ssssssh...-ordenó burlonamente a las dos prisioneras.

Platodeus entreabrió la puerta y se asomó al pasillo, dando la espalda a Jisoo. Se quedó un instante allí plantado, vigilando. Era tentador bajar y golpear la nuca del camarero con la culata del rifle, pero si Jisoo seguía adelante podría llegar hasta la enfermería, la cocina o el barracón de la tripulación masculina.

Gaheris comprobó que en el dormitorio de los pilotos tampoco había nadie. Inevitablemente llegaron hasta su desafío final: el puente. La consola del motor FTL les permitía obtener algo de cobertura. A la derecha, el sillón del puesto de navegación estaba vacío. En frente... En frente, junto al sillón del piloto, el Doctor Jerry Fallter apartó la vista de la nave cylon del exterior y se giró a los recién llegados.

Karen... Gaheris... Cuánto me alegro de veros. Ponedle el seguro a vuestras armas. Un accidental disparo al cristal despresurizaría toda la cabina.

Jerry mantenía el cristal a su espalda, de modo que si se le disparaba y fallaban, todos sufriesen las consecuencias.

Jisoo consiguió guiarse a través del laberinto de túneles y finalmente llegó hasta el área de la tripulación donde identificó el barracón donde se alojaban la sobrecargo y las azafatas. Allí, oculta entre la oscuridad que le proporcionaban los conductos, vio una extraña escena que la escandalizó.

¡Gloria y Sindy han sido atrapadas por Platodeus!

La situación en aquellos momentos era propicia para que la chica efectuara una operación de rescate de las pobres azafatas desvalidas. Podía echar la rejilla abajo y la cama amortiguaría el golpe y después acercarse por detrás y propinar un golpe en el cuello al camarero con la culata de su rifle. Por suerte o por desgracia Jisoo no era una mujer de acción como Dido y tenía dudas, aquella escena le parecía muy extraña.

Plateus debe ser uno de los colaboradores cylon y ha atado a las azafatas para que no se escapen. ¿Pero donde van a escapar si la nave ha sido apresada por los cylons? ¿Y porqué se comporta de manera tan cautelosa sin querer hacer ruido?

Todo aquel tema la tenía en medio de una gran paranoia donde no sabía quienes eran los buenos y los malos ni a quien podía creer o a quien no.

Podía ser que las colaboradoras cylon fueran ellas y Platodeus las descubrió y las neutralizó, por eso se mueve con tanta cautela, para que el resto de cylons no lo descubran. ¡NOOOOOOOOO! ¡Me estoy volviendo loca! ¡¿Qué hago?!

Tenía una decisión muy difícil. ¿Intentaba agredir a aquel hombre que ni siquiera sabía si era culpable y con el riesgo de fallar y que la atraparan? ¿Merecía la pena el riesgo? Jisoo no era valiente y prefería andar sobre seguro y hacía tiempo que había aprendido a seguir una máxima: solo confiaría plenamente en sus amigos. Además sabía que tanto si hablaba con Platodeus como con las azafatas todos negarían ser colaboradores cylons y echarían la culpa a los otros. Decidió seguir gateando por los conductos, quizás encontrara alguna prueba que aclarase aquella situación o a alguno de sus amigos.

Ato a Robin mientras Roddy busca sus cromos. Le pregunto si ha visto a Jisoo. Mi idea es seguir mi camino. Tratar de subir a la zona VIP. Pero si no me es posible o si Roddy ha visto a Jisoo en la zona turista, iré con él. Y con sus cromos.

No estoy segura de si a estas alturas unos cromos son un objeto más inútil todavía que antes o si precisametne ahora deben valer una fortuna, como restos de un mundo que ya no existe.

 Sin perder de vista al doctor, indiqué a la chica que me cubriera, antes de responder al hombre, del que no me fiaba ni un pelo, pero actuando como si estuviera centrado en la nave desconocida:

 - Doctor, me alegro de verle. ¿Que hace aquí?. ¿No hay nadie más en el puente con usted?.

 Mi verdadero objetivo era busca una posición donde apuntar sin que pudiera dar nada vital, pero hasta entonces, evitaba parecer amenazante para tratar de que el doctor pensara que su tapadera seguía intacta y se confiara.

Con cuidado, la enfermera fue entrando en la cabina de los pilotos. No fijo su atención en el doctor, de eso se encargaba su compañero, ella comenzó a registrar la sala con la vista en busca de un posible “cómplice” del doctor. Ya estaba harta de las traiciones y ataques por la espalda.  

Jisoo se desvió a la enfermería. Allí el guardia Stan forcejeaba con dos mujeres. Una de ellas era la mujer convaleciente con la cara vendada y la otra era su madre.

¡Deja en paz a mi hija! ¡Bruto jabalí!

De nuevo eludiendo el conflicto, Jisoo retrocedió por el respiradero. En el barracón de las azafatas, el camarero ya no estaba. Había salido de la sala, dejando a las dos chicas solas. En el barracón de los hombres de seguridad encontró el cadáver del guardia Steve. Por último, en la cocina encontró el cadáver de Todd Tarner, el vendedor de aspiradoras en horario comercial y traidor cylon a tiempo completo.

Dido cruzó entre la multitud y subió las escaleras eléctricas. Al llegar al área de descanso algunos móviles en el suelo mostraban imágenes de unos y ceros. También estaba la chaqueta de Rudi Biante y las botellas de alcohol.

De pronto un ascensor se abrió dejando salir a una docena de personas agolpadas. Dido reconoció a Arena, la pianista de la tripulación. Arena se detuvo un instante, mientras el resto de ricos venidos de la zona vip se alejaban por donde Dido había llegado.

Tú...-dijo, visiblemente nerviosa-Fui al camarote del Doctor Amarak, pero estaba muerto. Fue horrible. Después salió ese horrible mensaje en el móvil, dónde la Doctora Godfrey decía que debíamos ir al área de embarque para bajar del Olympic.

Arena llevaba sujeta a la ropa con una pinza la tarjeta de seguridad que permitiría a Dido llegar al puente. Cuando Dido volvió a mirar a Arena a los ojos, parecía pálida y en pleno pánico.

¡AAAAAAAH!

Dido lo vió justo después de Arena: desde el pasillo de proa avanzaba hacia ellas un cylon centurión como el que había en el hangar.

Gaheris empezó a bordear las paredes del puente buscando linea de disparo. Pero Jerry Fallter empezó a caminar hacia el mismo lado, de modo que mantenía el cristal siempre a su espalda. Poco a poco, ambos hombres se iban acercando.

Afortunadamente ya no lo estoy. El piloto está muerto. Le han golpeado la cabeza con un objeto romo...

Karen se esquinó lo suficiente como para ver un brazo asomando tras uno de los respaldos de los pilotos. Reconoció la chaqueta de Jake, un hombre que viajaba como pasajero que tomó el mando del puente cuando encontraron los pilotos originales muertos.

¿Y por qué hace esto? ¿Es acaso usted un colaboracionista? No, usted es demasido inteligente para dejarse engañar con simples mentiras. Usted no es un yonki con el cerebro taladrado por el crack o una trastornada psicópata enamorada de su hermano. No, usted es más inteligente. ¿Es uno de ellos? Karen comenzó a hablar tratando de distraer la atención del Doctor ahora que Gaheris se había acercado a él. Seguramente en un combate cuerpo a cuerpo si Gaheris contaba con la ventaja de la sorpresa pudiera destrozar a esa tostadora.

Desde su posición un poco más esquinada, la enfermera también hecho una rápida mirada a la puerta de entrada a la sala de control. Si el doctor era realmente una tostadora no estaría haciendo tiempo en balde, seguramente hacía tiempo a la espera de refuerzos.

 Al parecerla estrategia no funcionaba, ya que el doctor se iba moviendo de manera que yo no pudiera dispararle sin riesgo. Finalmente Karen metía baa, mientras yo permanecía en silencio, en espera de mi momento. Seguí moviéndome, de manera que la enfermera y yo formáramos ángulos de tiro diferentes y Fallter tuviera difícil poner al cristal en trayectoria de tiro de los dos.

La nave se había vuelto caos y locura por todos lados y Jisoo no sabía muy bien lo que pasaba, además de que estuvieran a punto de caer en manos de los cylons, por eso le extrañaba tanto aquellas repentinas peleas, secuestros y asesinatos.

Lo de Todd puedo entenderlo, alguien se cansó de él y le dio su merecido. Pero el resto...

Las azafatas, aunque atadas y amordazadas, estaban fuera de peligro de momento y por Todd y Steve ya no podía hacer nada.

Pobre Steve... ¿Qué habrá pasado?

Su cabeza era todo lío de posibilidades donde unos y otros eran cylons encubiertos y no sabía en quien confiar o a quien ayudar. Echaba de menos a sus amigos pero estaban lejos y dada la situación que estaban viviendo no sabía si seguían a salvo. En cualquier caso tenía que centrarse en la situación actual y sobre todo en lo que pasaba en la enfermería donde Stan forcejeaba con la mujer de la cara quemada y su madre. Su primer impulso fue bajar y parar aquello para pedir explicaciones, pero... ¿Y si alguno de ellos era un cylon? Estaba desarmada y no podría enfrentarse a ellos, no tenía la fuerza de Dido o la agilidad de Jonas. ¡Necesitaba un arma! Con la mayor prisa posible fue hasta el barracón de los hombres de seguridad, si había un sitio donde podía haber armas era allí o quizás Steve tuviera alguna con él. Se dispuso a registrar el cadáver y la estancia y una vez terminado decidiría que hacer, no podía quedarse contemplando lo que pasaba sin actuar por más tiempo.

No he sido yo... Me lo encontré ya muerto. Yo...

Jerry dejó de mirar a Gaheris un segundo como si hubiese algo más en el pasillo que llamase su atención.

Karen también se giró, justo a tiempo para ver al camarero con una tubería de plomo sostenida como un garrote.

¡Aaaaurgh!-gritó, a la vez que trataba de golpear a Karen.

La enfermera se apartó a tiempo. Al contrario que el Doctor Fallter, Platodeus estaba cerca del panel de control del FTL. Cualquier disparo de Gaheris contra el camarero de la tubería, en caso de fallar, daría contra la pared de alguna de las habitaciones. Sin embargo disparar al Doctor Fallter seguía siendo arriesgado, y un error podría romper el cristal y mandarles a todos al espacio.

Jisoo encontró una porra ensangrentada, pero ni Stan ni Steve eran policías, solo guardias privados. Jisoo no encontraría ninguna pistola, y la porra era lo mejor que podía encontrar a pesar de que fuese una tirillas incapaz de luchar cuerpo a cuerpo. Usando la misma técnica que vió a Platodeus (amortiguar el ruido de la rueda de la esclusa de la puerta con una sábana), Jisoo salió al pasillo sin hacer ruido.

De frente tenía la despensa, pero el pasillo a la derecha llevaba al comedor y la cocina. Hacia la izquierda, el pasillo se bifurcaba: en babor estaban las duchas, el camarote de la tripulación femenina (Sindy y Gloria) y la enfermería (Stan peleando contra la familia Yamato); hacia proa estaba la sala de comunicaciones, la sala de seguridad, y el puente.

Al fondo del pasillo de proa, junto a la consola del motor primario FTL, a Jisoo le pareció distinguir la figura de nuevo del camarero Platodeus. Alzaba y agitaba la tubería de plomo como si estuviese luchando o forcejeando con alguien del puente fuera del campo de visión de Jisoo.

Solo había una porra ensangrentada nada más y aunque le daba mucho asco la cogió con cuidado e intentó limpiar la sangre con las sábanas, las mismas que utilizó después para amortiguar el sonido de la puerta como había hecho el camarero. Miró hacia ambos lados para situarse bien y saber como estaba el panorama alrededor. Ahora que tenía una porra podía ir a la enfermería y ver que pasaba allí, pero algo en el puente de mando llamó su atención: Platodeus estaba allí luchando con alguien.

¡Tengo que ver que pasa!

El puente era un lugar demasiado importante como para dejar que un posible cylon se hiciera con el, aunque aquello ya no parecía importar demasiado pues la nave parecía avocada a ser capturada por sus enemigos. En cualquier caso se acercó con pasos rápidos pero sin correr, intentando no hacer ruido y con la porra preparada en su mano por si tenía que utilizarla, quería hacerse una idea de la situación antes de meterse en la boca del lobo.

La enfermera dio un paso hacia atrás, o hacia algún sitio, para dejar el espacio necesario para disparar el láser sin que el “sabio-traidor” pudiera darle de nuevo una lección sobre el plomo y porque se dejó de usar en el siglo XX como tubería sanitaria.

¡¿Usted también?! Dijo sorprendida mientras disparaba el láser. El chorro de energía concentrada golpeo al sabio en la pierna sin causarle mucho daño, pero causándole una fea herida. ¡Tome una lección de realidad!

—Arena, no te separes de mí.

Saco mi arma y le disparo a ese trasto. Trato de darle en la cara.

—A mi espalda, a mi espalda.

Mientras me muevo busco cobertura. Se me pasa por la cabeza que Arena me gusta. Es el tipo de persona que me gustaría ser. Y siento como una urgente necesidad de mantenerla con vida. Es como si salvándola a ella pudiera salvar a toda la humanidad.

Jisoo irrumpió en el puente hasta tener visión completa de lo que allí estaba pasando. Escorado hacia la izquierda, Karen peleaba con el camarero Platodeus. En el extremo opuesto, al fondo a la derecha, Gaheris y el Doctor Fallter estaban cara a cara, a unos cinco pies de distancia. A la derecha estaba el ordenador de navegación, dónde Jisoo podía hacer los cálculos matemáticos para ejecutar un salto FTL que sacara el Olympic Carrier de allí, pero le llevaría un tiempo del que quizás, mientras se mantuviesen las hostilidades, ella no tendría. Pero lo que más llamó la atención de Jisoo era la gigantesca nave que se dirigía hacia ellos...

No estáis en posición de resistiros-dijo el camarero a Karen-. Luchar es loable, pero no lógico. Vuestra guerra está perdida. Debisteis ir hacia la zona de embarque como os lo indicó Número Seis.

Platodeus se acercó más a Karen y la golpeó en la frente con la tubería. Se abrió una brecha en la cabeza de la que empezó a emanar sangre.

Yo no tengo nada que ver con él, de verdad-dijo a Gaheris-. Solo dejad que me marche...

El Doctor se abalanzó sobre Gaheris agarrando la colt python de su mano y empezó a forcejear para arrebatarle el arma. Gaheris ganó el lance, y dando un último paso a la derecha se colocó de espaldas al cristal. Ya no había manera de que un disparo errado rompiese el cristal y les expulsase al espacio. Gaheris se enfrentó entonces a la decisión de disparar al Doctor Fallter, que seguro que intentaría de nuevo quitarle el arma, o disparar a Platodeus para ayudar a Karen.