Partida Rol por web

No es hasta que estáis todos dentro cuando os fijáis que todos los números que os rodean parecen los mismos que los de la sala anterior. Es como que hubiérais entrado en la misma sala otra vez... aunque, claro, esa sensación la tenéis cada vez que cambiáis de sala.

Miro de nuevo los números. Es imposible que se repitan todos, pero no digo nada en alto ya que desde las últimas salas, tengo la impresión de que hay demasiada tensión acumulada.

Una palabra mal entendida, y podríamos saltar por los aires.

En ese momento, me doy cuenta que si intentara hablar algo más de lo necesario, yo también rompería a llorar de puro agotamiento.

Entro, y me quedo en medio de la sala, mirándo cada compuerta, cada número. No me toques los cojones... La sala en la que acababamos de entrar parecía tener los mismos números que la anterior. ¿Era posible?

-¡EH WOODY!

Le grito a él por que venía en último lugar, justo detrás de Helena.

-Gritame los números de la sala por la que acabamos de entrar, la 47.

Camino hasta la trampilla del suelo, y me pongo en cuclillas junto a ella, maldiciendo entre dientes. A ver si aquí también está esa jodida pared de mineral...

-¿Es posible que esta sala y la anterior tengan los mismos números?

Miro de reojo a Helena, y después a John. El tiempo se nos acaba... hay que pensar en algo para salir de aquí. Niego con la cabeza, y antes de que Woody pueda asomarse de nuevo a la sala 47 en la pared, por la que habiamos venido, abro la 47 en el suelo.

La bota aún cuelga entre mis dedos cuando toco suelo de nuevo, esperando a que lleguen los demás me siento en el suelo y me la pongo, repasando con la mirada todos los números que guardan las compuertas de esta nueva sala. Al menos juraría que es una nueva sala, pero los números no lo indican así. -Son exactamente iguales. Quizá haya cambiado la habitación mientras cruzabamos la compuerta, aunque eso es imposible, digo al recapacitar la situación. Joder, esto es una locura..-

Termino de colocarme la bota y me levanto del suelo.

Me acerco a Jack, mirando a la profesora, que se mantiene siempre muy silenciosa. -¿Por qué no probamos lo mismo que hicimos en la sala anterior?. Comprobar cada compuerta para ver si ocurre lo mismo. Acuclillo mis piernas para ayudar en la medida de lo posible a levantar la compuerta que está abriendo el soldado. Es como si tuvieramos una segunda oportunidad para escojer la senda adecuada, ¿no os parece?-

- Ehm...si...claro....- Musitó con sequedad. Parecía distraido.

Se dio la vuelta por donde había venido y se dispuso a gritarle los números a Jack...estaba cansado de todo aquello. Empezaba a no gustarle la idea de seguir caminando. Estaba cansado, física y psicológicamente. No habían obtenido ni un solo dato correcto, almenos que pudiesen cortejar, todo parecía perdido y a menos que la musa de la inspiración hiciese su aparición woody lo daba por perdido, se rendía. Se rendía al cansancio y la insensatez, dejó de pensar...quizás así, puede hacer como arquímedes y gritar...¡eureka!

 Oía la conversación, el joven debía de estar sexualmente interesado en Helena...Hijo de puta...

La compuerta que ha abierto Woody para gritarte los números, uno a uno repetidos, exactamente iguales a la sala en la que estáis, se cierra. Bajo vuestros pies, tras la compuerta con el 47, vacío, negro vacío hasta donde os llega la vista.

Me asomo con curiosidad a la compuerta 47 tras ver cómo esta absorbe la luz. Nunca pensé como en una situación de estrés podría llegar a aburrirme de ver las mismas salas contínuamente. Quizá sea por eso por lo que la visión del mineral negro me resulte una novedad..o en este caso, un vacío que casi resulta más prometedor que la sucesión de salas.
Las horas pesan, tengo sueño, hambre, y si abriera la boca para decir algo, empezaría a sollozar, pero bajo ningún concepto permitiría añadir más tensión siendo la hembra desvalida del grupo.

Escucho los gritos distorsionados de Woody al citar los números de la sala contigua, en efecto, son exactamente los mismos, por lo que de momento no estamos sufriendo alucinaciones esporádicas. Está tardando demasiado, seguro que está pensando en alguna estrategia par asesinarme o algo peor, tendré que andar con cuatro ojos como lo hace él para no andar en desventaja.

La puerta nos brinda un lugar tan oscuro com tétrico, es muy sospechoso. -¿Y esto?, ¿habéis encontrado alguna sala igual?. Pregunto, intentando recomponer la oscuridad infinita que ven mis ojos a lo largo del pasillo. ¡¡Holaaa!!, ¿nos oye alguien?..-

Grito, como si esperara obtener alguna respuesta de esa oscuridad.

Suena el eco de tus palabras durante unos segundos, no demasiado. Despues, silencio.

Le daría una patada en el trasero sólo ante la agradable idea de verlo caer al infinito. Infinito....¿Infinito....? ¿Sería posible...? No...

  No...sería posible...¡No!

 Woody no sonreía, sólo observaba a espaldas de todos...con las gafas puestas. Las usaba para que sus ojos no se cansasen tanto pero...estaba encontrandoles otra utilidad. Puede que aquel gigantesco cubo de cubos sólo estuviese allí para que quedase uno...

   Ten fe...John, sólo ten fe en Dios y salta. Habrá agua esperandote, o una espantosa muerte. Fisherman comenzó a hablar en otro idioma:

- Gaies men tóde peiras ano pará possin óratai eéri prospladson, to káto d'es ápeiron ikneitai.....

  Y guardó silencio...

Escucho asombrada la letanía de Woody. En la Edad Media seguramente estaríamos ya llamando al sacerdote más próximo...para exorcizarlo o quemarlo. De todas las personas, es por la que más temo, viendo el silencio y las miradas enigmáticas en las que se ha ido sumiendo progresivamente. Esto ya era lo último que podía esperarme y el golpe definitivo para mis nervios.

Tal vez no sea nada..¿una plegaria en griego, hungaro...? Es americano, podría tener cualquier ascendencia.

Sin poder contenerme, me acerco a él y lo zarandeo intentando sacarlo de su estupor.

- ¡¡Woody!! ¡Despierta! ¿¡Qué coño era eso!?

Cuando termino de hablar, me doy cuenta de que le he gritado en castellano.

Woody empieza a recitar lo que parece una maldición en arameo, pero me la suda, permanezco arrodillado junto a la trampilla del suelo, como si estuviera rezando, clamando al cielo, o en este caso, a los mismísimos infiernos.

-¡HOOOLA! ...hola.... hola....

Me quedo escuchando el sonido de mi propia voz proyectada por el eco, con la mirada perdida en la impenetrable oscuridad, donde la mayoría probablemente estaría viendo una muerte segura, yo veo esperanza... aunque quizá sea la necesidad de encontrar una forma de salir de aquí antes de que nos volvamos todos locos.

-Shhhh... silencio ahora.

Cojo uno de los virotes metálicos que llevaba conmigo, y lo arrojo por el abismo, acercándo el oido todo lo que puedo, casi metiendo la cabeza en el hoyo. ¿Y si era esta la salida? A lo mejor sólo había que tener fe y saltar... quizá había una colchoneta inflable al fondo, y un montón de gente y cámaras de la prensa... y algún tipo trajeado con un cheque de un millón de dólares...

Woody se alteró unos segundos...mientras era zarandeado y todos le tomaban por loco, quizás ante aquella situación y su represión había pensado en alto. Si lo había hecho...no le extrañaba que lo mirasen así. Primero dedicó una mirada vacía a Helena, la única con cierta capacidad para haberle entendido, siendo española no le extrañaba que no lo hubiese logrado...el militar estaba a otras cosas...y pedía silencio, sin embargo, antes de que pudiese reprocharme de nuevo el haber hablado...traduje mis propias palabras. El sonido del virtone al caer...si se producía, podría negarlo o confirmarlo...en cualquier caso, Fisherman esperaba una negación completa, aquello ya estaba más que superado por la filosofía actual...

  - El límite superior de la tierra es el que vemos ante nuestros pies, en contacto con el aire...pero su parte inferior se prolonga indefinidamente....

  Tétrico...en un requiem personal, estuvo tentado de lanzarse, pero sus músculos no se movieron, aún atentidos por las cálidas y deseadas manos de Helena.

La rápida traducción de Woody me ayuda a identificar sus palabras y a que no cunda el pánico. Por un momento temí que hubiera sufrido un derrame o que su cordura se empezara a tambalear.

- No creo que Jenófanes nos sirva de mucho ahora, Woody. El mundo es cada vez más pequeño y no hay espacio para vacíos eternos. Ahora escucha.. - Le señalo el lugar donde Jack lanzó el virote, sujetando su brazo todavía, mientras intento contar los segundos que pasan antes de escuchar el ruído de la caída. En algún rincón de mi memoria, recuerdo que el sonido y el espacio estaban relacionados con alguna fórmula incomprensible para mí.

Espero que no intente lanzarse..cada vez parece encontrarse peor.

Me quedo esperando con el oído pegado alguna respuesta en el interior de ese agujero, pero lo único que encuentro es una frase que suena a un hechizo o budismo de alguna bruja o similar. Se me eriza el vello y me levanto sobresaltado. -Qué.. qué cojones ha sido eso tio- Pregunto retóricamente, asustado por la pronunciación de esas palabras.

Parece que la profesora tiene un bonito feeling con el psiquiatrico, lo que me libera del miedo al saber que solo ha sido una frase en otro idioma. Su bonita traducción me da que pensar cuando veo caer el virote lanzado por el soldado hacia el fondo de la oscuridad.

Estaba claro que aquello iba a conducir a algún sitio, pues no hay nada infinito, salvo el espacio o los números.

Me quedo con los brazos apoyado sobre el borde de la trampilla y de rodillas, esperando escuchar algún clink o algún sonido metálico que indique que haya fondo allá abajo. -A lo mejor susurro, quizá haya algo por lo que nos podamos ayudar a bajar.. o también podría ser el espacio vacío de una de estas salas-

Con la mirada fija en la oscuridad, intento distinguir algunos peldaños de metal, o algunas asas para poder cojerse y bajar por esa sienietra oscuridad.

Cuando Jack tira el virote os da la impresion de que no suena nada en la caida. No es hasta despues de un rato, cuando estais hablando de nuevo, que se oye un ligero eco, muy suave, de algo metalico chocar.