Partida Rol por web

Miro a mi compañero, vuelvo a mirar a la mujer... y, con una sonrisa enorme, respondo "No soy Shakespeare, cierto, pero me defiendo... ¿y tú?" La miro fingiendo preocupación.

La mujer habla en privado con el hombre que está en su sala, os da la espalda y se agacha. En cuestión de segundos, la puerta que os comunicaba se cierra.

"¿Qué demo...?" digo para mí cuando la puerta se me cierra en las narices. Reconozco que eso no me lo esperaba

"Pero no... de eso nada" Abro la puerta y subo... antes de meterme del todo, me giro, como si recordara algo, y miro a mi compañero "¿Vienes?" Sin esperar respuesta, entro a la otra habitación.

No me gusta ese infiel, pero decido acompañarle.

Prefiero estar rodeado de estos infieles que quedarme aquí solo. Quién sabe lo que nos tienen preparados los guardias esta vez...

- Sí - digo mientras voy al trote hacia la puerta para evitar que se cierre de nuevo antes de llegar. Atravieso la puerta y paso a la siguiente habitación también.

La compuerta no se abre.

"¡Mierda! Joder, joder" doy un puñetazo a la puerta, por pura rabia. Me alejo un par de pasos y me quedo mirándola. Estúpidamente, espero que se abra sola o algo por el estilo. Joder.

Resoplo "¿Qué se le habrá pasado a esa mujer por la cabeza? Puede que nos hayan tomado por sus secuestradores, pero..." Me detengo.

Me detengo y miro a mi alrededor. Puertas. Muchas puertas. "Podríamos..." titubeo "... podríamos salir por otra puerta, cruzar un par de habitaciones... y entrar en la de ellos por un lateral, si es que no está también cerrada" me encojo de hombros "si no se puede, es que están encerrados. Peor para ellos."

Miro a Abdullah y, de pronto, se me dibuja en la cara una enorme y encantadora sonrisa "Oye" digo tendiéndole la mano "puede que hayamos empezado con mal pie. Me llamo Bowman. Dave Bowman" Vuelvo a observar las puertas "¿te parece que lo intentemos?"

Vaya, el infiel de repente se ha vuelto agradable. Ya he topado con ese tipo de presidiarios en otras ocasiones. Te tratan como si fueras su amigo para que bajes la guardia y aprovecharse de ello para intimidarte luego. No caeré en su juego, aunque por ahora no buscaré conflicto, no me conviene tener un enemigo directo en esta situación...

- Yo soy Abdullah Yasar - contesto educada y seriamente, sin entrar en una actitud de "colegueo". - Creo que sería miejor que esperiaramos un poco e intentiaramos abrir de nuevo esta puerta. Antes hemos visto que las puertas si cierran solas cuando si abre otra. Antes de qui se cierrara esta la mujer se ha agachiado, quizás abrió la compuerta dil suelo...

Qué extraño... una mujer. ¿Por qué estamos mezclados hombres y mujeres en esta cárcel?

Estoy más que impaciente, pero hago un esfuerzo "Bien. Esperaremos un minuto y, si sigue sin abrirse, probamos un camino alternativo, ¿bien?. Al fin y al cabo..." continúo "... estas habitaciones son todas iguales."

Pasa un minuto y la compuerta ya se puede abrir. La sala está vacía.

Entro en la nueva habitación y miro a uno y otro lado, como si pudiese descubrir a las otras dos personas escondidas tras una pared... "¡Joder!"

Observo las puertas de esta estancia, pensativo. "¿Por dónde se habrán ido...?" quizás esté hablando con Abdullah, o quizás conmigo mismo. Tendremos que apostar.

"Si este agujero de mierda es tan grande como parece... tenemos que encontrales ahora, o no lo haremos nunca. Vamos a ir abriendo todas las puertas."

Sin más preámbulos, me dirijo hacia la compuerta que está en el suelo, la abro y miro la estancia inferior...

Vacía también. De hecho, te da la impresión de que oyes cómo una de las compuertas de esa habitación del suelo se cierra.

Una impresión... pero me aferro a ella. Hemos de encontrarles. "Aquí están..." susurro.

Sin dudar ni un sólo instante, me deslizo por la puerta y entro en la siguiente estancia... avanzo por los asideros de metal del techo rápidamente. Tendría gracia haber entrado aquí sólo para romperme la crisma en esta mierda, pienso taciturno. Y sonrío. Resulta que, por alguna razón, me parece divertido.

Mientras realizo esta proeza gimnástica, hago otra intentona y grito con todas mis fuerzas "¡¡¡Esperad!!! ¡¡¡Por favor, esperad!!! ¡¡¡Estamos con vosotros!!!"

Tomo aire. Es complicado jugar a la escalada con los pulmones vacíos. Al llegar al suelo, miro a mi alrededor... ¿por qué puerta se habrán ido?

Sigo a Dave a la otra habitación y me pongo a abrir puertas en busca de las personas que había aquí. ¿Por qué se habrán ido? ¿O quizás se los han llevado?

Recorro la habitación en el sentido de las agujas del reloj, abriendo las puertas. - ¿Hay alguien ahí?

Tengo dificultades para trepar, tanto tiempo confinado debe haber hecho mella en mis aptitudes atléticas...

La sala está vacía e impoluta.

El silencio encontrado en la nueva sala le era insoportable. Todavía no sabía dónde se encontraba ni por qué.
Miró todas las paredes advirtiendo que algunos de los números ya los había visto... otros se repetían adentro mismo.

No puedo creer que aquí dentro no haya nadie. Creo que hasta preferiría encontrarme con mi captor antes de soportar la impotencia de no saber hacia dónde ir ni con qué voy a encontrarme.
Rand sollozó en silencio.

¡que raro... ninguno de los números es menor a 13!... Yo quería llegar al 1, evidentemente nada tiene que ver con eso los números... Creo que probaré suerte con el 23.

Antes de bajar de la compuerta, Rand pega una patada contra el lateral del pasadizo de 20cm.