- Oh... es-esta bien. Q-quieres... ¿Quieres que los demás no lo sepan?
Le sorprendió un poco que el joven obispo le susurrara lo dicho, como si no quisiera que se lo rastree por la academia. Podía entender eso, puesto que su polémica personalidad le había ganado algunas enemistades; pero también le hacia temer a Togosaki lo que deparaba el futuro... pero Togosaki es un hombre de palabra, integro como el pan. Si llegara el momento de proteger a sus compañeros, lo haría sin chistar.
-Mejor a la Sala de Juegos, que según Dios... tienes la llave contigo...
Le dice susurrándole al oído a Togosaki, para ello se subió a una silla.
No es que te susurra, es que todos los demas se fueron...
- ¿L-la llave? ¿S-servirá para eso? ¡Pues v-vamos!
Togosaki se dirige a la salida del Comedor. Pero se da vuelta, vuelve con Maxwell y le ayuda a bajarse de la silla. Luego, se dirige nuevamente a la salida del Comedor, esperando que el obispo le acompañase.
¿Ya se habían ido todos? Y yo recién me entero XD
El Obispo de forma risueña sigue a Togosaki. El camino que ambos habían recorrido fue duro y lleno de intrigas y amenazas, pero el que aún estaba por delante sería de igual envergadura o incluso peor de lo que estos ya hubieran recorrido. Pese a ello, Maxwell tenía las esperanzas de que todo se solucionara con una buena fé y confianza en los demás y sus buenas intenciones y deseos por convivir juntos y salir del lugar.
Bien yo iré al taller de robótica también, quizá haya alguna pista sutil que nos ayude a llegar al fondo de este lugar.
Sigo a Risu.