Partida Rol por web

El eco del Diablo

Amor

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01/11/2018, 00:43
Director

INTRODUCCIÓN

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01/11/2018, 00:45
Comisario Pascal Réjane

Salieron por la otra calle sin opción a despedirse de los demás, sólo del comisario. Nadie les habló de escoltas y no les acompañó ningún “guardaespaldas” pero sabían que Réjane no habría dejado su protección al azar. Lo que ellos iban a hacer no lo tenía que saber nadie más.

Notas de juego

1 de varios

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01/11/2018, 00:46
Geneviève Gibran

Fueron en dos coches, un utilitario blanco de Laia, adaptado para minusválidos -el asiento del conductor se podía desplazar por un mecanismo de raíles y sacar del habitáculo para subirse en desde la silla con facilidad- y el Land Rover Discovery blanco de Geneviève.

En el coche que conducía Laia subieron Daniel -junto a ella, de copiloto- y Mats y Sophie, en el asiento de atrás. El coche era más bien pequeño y el periodista iba un poco apretujado.

Con Geneviève fueron Agustin Bélanger -en el asiento del copiloto-, Elliot y Clementine, acomodados cómodamente en el asiento de atrás.

Tardaron dos horas y media en llegar desde Saint-Omer a París.

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01/11/2018, 00:46
Director

Durante el viaje Sophie contó que la primera vez que fue a casa de Montillet -cuando David le alistó para su causa y Vendela provocó su accidente de tráfico- fue para hacer una entrevista de trabajo, y que en el caso de que saliera viva seguía deseando trabajar algún día de periodista.

Le costó un montón explicarlo. Sonreía y aunque no tenía ojos donde leerlo se podía sentir la melancolía. Era evidente que estaba fantaseando y aunque no lo diría nunca se podía leer entre líneas que Sophie no creía posible que hubiera un día de mañana para ella con una vida normal, pero al fin lo dijo: le pidió a Mats que si podría colar un currículum en su periódico.

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01/11/2018, 00:48
Laia Montagú

Laia vivía en una bella casa de piedra del barrio de Plaisance, cerca de la calle de las Termópilas. Prácticamente era un loft, con un salón-cocina y una habitación con una sola cama enorme en la planta baja y un altillo en el que tenía su estudio de pintura.

El salón tenía una pequeña pero selecta biblioteca de libros de pintura que compartían estanterías con objetos de arte tradicional que habían pertenecido a Seamus, su padre y el maestro de Elliot.

Un gran sofá de vistosos colores y dos sillones a juego. Unos pocos cuatros aquí y allá, casi todo retratos. Unas fotografía de sus padres con ella de pequeña y otra de su padre con Réjane, mucho más joven. Y una una cocina con ventanas a un jardín.

El dormitorio estaba bajo el altillo, separado por un biombo del salón. El cuarto de baño sí tenía paredes, allí estaba el botiquín. Todo estaba adaptado para su dueña. Al altillo se accedía por una escalera de madera y con un pequeño montacargas.

Laia puso música relajante muy bajita y pidió a Elliot que preparara té. Ella sacó una bandeja de dulces marroquíes y libaneses a base de frutos secos, aroma de azahar y miel.

Tenían que esperar allí la llamada de Réjane que marcaría el momento de comenzar su viaje.

Notas de juego

último de varios, ya podéis postear.

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02/11/2018, 02:59
Mats Bergstrøm

Saber que era necesario marcharnos sin despedirnos no hace que me sienta mejor. Me habría gustado poder hablarle una vez más, desgranar los últimos minutos y hasta segundos de su compañía antes de ir a… ¿Quién sabe a dónde vamos? Lo único que sé es que está a punto de librarse una batalla decisiva, si no la definitiva, y que es posible que no todos logremos regresar. Lo siento en mi interior, en mi pulso ligeramente acelerado, en los ojos nerviosos de mis amigos, que intercambian miradas lacónicas, como si estuviésemos jugando una partida de póker. Y a pesar de todo, a pesar de la incertidumbre, a pesar del miedo, de todas las preguntas sin respuesta que se agolpan en mi cabeza, no soy capaz de dejar de sonreír durante la práctica totalidad del viaje a París. Me siento imparable, capaz de cualquier cosa, y aunque sé que estamos a punto de enfrentarnos al peligro de lo desconocido, me siento extrañamente feliz. No obstante, feliz no quiere decir tranquilo; la voz de mi cabeza no para de repetirme lo cerca que estamos de mirar a nuestro destino a la cara y que cualquier cosa puede suceder a partir de ahora. Con todo, dejando que mi vista se pierda a través de la ventanilla, no puedo dejar de tener la sensación de que, al final, sea dentro de dos días o de dos millones de años, todo acabará bien. En la escala mayor de las cosas, todo funciona como debe, piezas de un rompecabezas inimaginablemente complejo y vasto que hacen posibles todas las maravillas del universo. Nunca me he considerado un hombre especialmente creyente, pero en este momento me pregunto si acaso no es fe lo que siento.

Cuando Sophie me pide que lleve su currículum a L’Hexagone, casi me ofendo. Después de mirarla anonadado durante varios segundos, le aseguro que no será necesario, afirmando que no tengo ninguna duda de que Jérôme no pondrá ninguna pega para contratarla, y en caso de que la tenga se las va a tener que ver conmigo. Paso un rato hablándole a mi amiga de mis compañeros de trabajo, que para mí son también mis hermanos: el jefe, Jérôme, y su mujer, Renata, que son como una pareja de rockeros itinerantes; Vanessa, la exmonja con la lengua más afilada que conozco; y Charles, a quien todos llamamos cariñosamente la Hiena por su insolente sonrisa cuando está a punto de joder a alguien. Somos una familia, y estoy seguro de que Sophie encontrará su lugar entre nosotros. A decir verdad me emociona mucho la perspectiva de que Sophie se convierta en mi compañera, y así se lo hago saber.

La casa de Laia es una auténtica preciosidad, tan bonita en su exterior de piedra ocre y ladrillo rojo como en su bien equipado y acogedor interior. Nada más entrar, mi mirada escanea todo lo que queda a la vista, dentro de lo que marcan el decoro y los buenos modales. Se trata claramente del hogar de una artista, con libros, colorido y obras de arte por todas partes. Me llama especialmente la atención la fotografía en la que se ve a un joven Réjane, y me pregunto cuánto tiempo hace que conoce la existencia de cosas más allá de lo comprensible, cuánto tiempo hace que las combate.

Somos invitados a una apetitosa merienda al son de una suave música que envía oleadas electrizantes, parecidas a escalofríos relajantes y placenteros, a mi cuero cabelludo y espalda. Miro los dulces servidos por Laia con una mezcla de gula y culpabilidad, y pregunto si puedo ayudar en algo.

Una vez estamos todos sentados, a la espera de la llamada de Réjane, las miradas de póker vuelven a producirse. Rascándome la barba pensativo, decido romper el silencio:

Entonces, Laia, Elliot, Sophie, ¿podríais decirnos contra qué deberíamos prepararnos? Ejemplos de cosas que podríamos encontrarnos, y eso. —Me encojo de hombros—. No sé. Quizá la naturaleza del viaje pueda… daros alguna idea de qué puede haber, o algo.

Me quedo callado, preguntándome si acabo de quedar como un tonto, y decido rellenar el silencio con un dulde libanés que está tan rico como parecía.

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02/11/2018, 04:06
Clementine Ouvrard

Saludé a Geneviève con un abrazo y a Agustín con otro, muy contenta de verlos y de saber que iba a contar con ellos, de hecho les agradecí que pudieran venir con nosotros y les pedí disculpas por las prisas.

Luego de subirnos a la camioneta y ponernos en marcha pregunté a mis acompañantes qué les había dicho Réjane sobre este viaje para chequear la información dada in situ y ver qué tenía que aclararles en cuanto llegáramos a la casa de Laia. También les pregunté qué equipo, instrumental y medicamentos habían logrado colectar y traído con ellos.

Averigüé si habían logrado descansar algo desde la fatídica noche pasada pensando en guardias de relevo. Busqué conversación a Agustín preguntando cómo había vivido la inundación desde la barca y cómo nos habían encontrado luego. Después pregunté a Geneviève por las niñas y por Yuri y escuché con atención todo lo que contara al respecto mientras sostenía la mano de Elliot en la mía, sentada a su lado. En realidad, había pedido por ella no solo por su capacidad y porque era la que más había conocía a Sophie médicamente hablando, sino porque podía llegar a necesitar que me diera contención psicológica si todo se iba al demonio. Sentí algo de pena por haberla separado de Montillet ahora que lo había recuperado, ojalá pudiera volver a verlo pronto.

Cuando la charla se disipó y el silencio del paisaje se hizo presente en el camino me pegué a Elliot y me acurruqué contra su pecho pidiéndole permiso con la mirada, no quise perder ni un minuto en disfrutar de su calor, de su presencia, de la seguridad de sus brazos y de la voluptuosidad de sus besos, a los que me entregué devotamente cada vez que quiso dármelos o que se los pedí yo misma.

No hablé mucho, no lo necesitaba: todo estaba dicho entre nosotros, o al menos eso creía. Yo lo iría a buscar a donde él estuviera, fuera donde fuera. De pronto sin darme cuenta le susurré poniendo mi mano contra su corazón -Si hace falta mataré al Minotauro, el hilo ya lo tenemos -y como cuando hicimos el amor aquella mañana sentí que su latido y el mío se sincronizaban.

Luego le pregunté en voz baja algo que se me había ocurrido durante nuestra reunión en el salón antes de partir -Elliot, ¿Recuerdas cuando me dijiste tu nombre aquella vez grabándolo en mí de manera que pudiera tirar de él como de un cordel? ¿Crees que puedas hacer algo similar con Mats y Daniel también?

Notas de juego

La pregunta puedes contestármela a mí o en la casa directamente frente a todos, la dejé flotando a propósito.

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02/11/2018, 04:28
Clementine Ouvrard

La estructura de la casa de nuestra anfitriona, desde afuera, me resulta curiosa, hay algo que me llama la atención y no sé por qué, luego de mirarla unos instantes me doy cuenta de que si se traza una línea vertical entre medio del grupo de ventanas quedaría espejada, de no ser por unos pequeños detalles: la falta de simetría me genera una ligera incomodidad.

Al entrar no puedo evitar dar un paseo con paso casual y dirigirme a la biblioteca para ver qué libros posee, me encuentro deleitada en los títulos de arte que tiene y con los cuadros. Las fotografías también captan mi atención, siento curiosidad por cómo se ve Seamus. Me pregunto al mirarlas si algún día otros verán fotografías de mis amigos y mías preguntándose sobre nuestras batallas secretas como yo miro estas imágenes ahora.

La última vez que había estado por esta parte de París había sido para ir a la tumba de Charles Baudelaire en Montparnasse a dejarle flores como cada 9 de abril, no estaba tan lejos de mi trabajo ni de mi apartamento... Aquellos esbozos de mi vida me parecieron tremendamente lejanos en aquel momento.

Llamo aparte a mis colegas médicos para organizarnos con las tareas y diseñar una estrategia mientras se preparaba el momento del té y las pastas. Luego, al sentarnos a merendar ruego que haya té de jazmín y me obligo a comer azúcar a pesar de que no tengo apetito: elijo alguna pasta que tenga almendras, que me enloquecen. La pregunta de Mats me genera curiosidad y miro los rostros de los interpelados con expectativa, a pesar de ello una parte de mí no puede dejar de pensar qué estará pasando en donde está Réjane ahora.

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02/11/2018, 12:29
Elliot

Todos los presentes en la reunión con excepción de Réjane se reunirían de nuevo en casa de Laia. Elliot esperó a que los demás salieran para despedirse del comisario en último lugar, se acercó hasta él y sin mover la mirada de sus ojos, chocó su mano para después soltarla súbitamente y darle un abrazo. Mientras los sostenía susurró un “gracias” que salió de lo más profundo de su alma y que abarcaba en realidad todo cuanto alguna vez hizo por él, culminando ahora en la confianza invaluable que demostraba al confiarle el destino de Sophie y con ella el de todos. No podía fallar o no estaría fallándole únicamente a todos ellos, sino a su querido amigo Seamus, quien sabía que había sido para Réjane como un hermano, y quien había dado su vida para evitar que Elliot la perdiera. En aquel momento estaba en su mano hacer algo con ella que, aunque no pudiera compensar lo que no tiene precio, hiciera al propio Seamus sentirse orgulloso. Como había imaginado en ningún momento el comisario planteó que le enseñara el nombre de Eugen para tener un plan B.

 

La casa de Laia, muy por encima de su diminuto estudio era lo más parecido a un hogar que Elliot había tenido hasta ahora en París. Volver a ver sus muros y sentir el aroma al entrar le reconfortó de inmediato y la orden de la chica con respecto al té fue cumplida con soltura como si se moviera por su propia cocina. El olor de los dulces árabes a los que Laia era adicta, la luz que entraba desde el altillo y el jardín, los retratos, los libros, todo era tan familiar y acogedor que ayudaba como un bálsamo a centrar los pensamientos ante todo lo que estaba por venir. Observando a sus amigos pudo ver como parecía ejercer un efecto similar en ellos y se preguntó si una de las consecuencias de la protección que Seamus había levantado allí no sería esa. O tal vez sería simplemente mérito de Laia y su acogedora forma de ser.

Mientras el agua para el té hervía, Elliot vio a Clementine pasear entre los libros y contemplar las fotografías. Cuando se detuvo frente a una de los años setenta en que se encontraba junto a un joven Pascal, Elliot levantó el marco para que la tomara en sus manos y la viera más de cerca:

-Este es Seamus* -señaló al acompañante de Rejane-. Fue profesor de antropología en la Sorbona -sonrió al ver la pinta de intelectuales progresistas con afición a la psicodelia que parecían tener los dos-. Murió hace algo más de un año -su tono era grave y Clementine notó el nudo en su garganta-. Le habría encantado conocerte.

Una vez sentados frente al té, Mats hizo una pregunta muy pertinente pero que de nuevo no sabía bien cómo contestar. Miró a Laia y Sophie. Tal vez ellas pudiera añadir algo más.

-Lo siento Mats. Como os dije vamos a lo desconocido. Conozco el lugar en el que él me habló, las construcción que os nombré. La vez que estuvimos allí juntos no había nadie más, pero aunque fuera un laberinto recuerdo a la perfección el camino que recorrimos. Pero si el sueño nos abre una puerta hasta el universo que él llevaba marcado en su piel, entonces podemos esperar cualquier cosa. Recuerda que lo que tatuaron en Sophie es una burda copia y aún así será un vasto territorio. Es un cosmos completo, Mats, con todos sus reinos, arriba y abajo… Cuando me enseñasteis el esquema de los tatuajes de Sophie y pude ver que estaban basados en los del hombre dormido, sólo recordar sus dibujos por un momento sentí que me arrastraba hasta allí. Creo que si me hubiera dejado llevar podía haber caído inconsciente y haber soñado con ellos en ese mismo momento. Cuando era niño vi tantas, tantas cosas… Algunas daban mucho miedo, otras eran hermosas pero a mis ojos siempre lo eran de un modo terrible. Era como viajar al cosmos sagrado de una cultura antiquísima. A veces veía sacrificios humanos. A veces escuchaba cánticos o presenciaba danzas. A veces atravesaba paisajes que no parecían terminar en los que había en ocasiones bestias salvajes posibles o imposibles o por construcciones extrañas en madera, en piedra, de huesos. Había un océano… -seguir hablando hacía que volviera a sentir que aquel mundo tiraba de él-. Cualquier cosa, como véis. A un antropólogo sin miedo a nada tal vez le habría encantado -miró a Laia con una sonrisa imaginando lo interesante que algo así habría sonado a los oídos de su padre-. Pero pensad en los poderes que Sophie nos ha dicho que tiene: ahora imaginad los que podría tener el hombre dormido. Y ni siquiera sabemos si está solo o hay más como él -Tomó un bocado del pastel pensando que iba a necesitar todas las energías que fuera capaz de ingerir. Viendo las caras de sus amigos y dándose cuenta de sus últimas palabras pensó si no estaría adquiriendo dotes de los cuervos.

Notas de juego

*Dire, me tomo la libertad de poner una imagen de Harvey Keitel elegida por mí. Si prefieres otra imagen suya que hayas pensado dilo o la cambias tú directamente.

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02/11/2018, 12:50
Elliot

Elliot se alegró de ver que tanto Geneviève como Agustín les acompañarían en casa de Laia. Clementine se veía contenta igualmente, tendría la mejor ayuda que cabría esperar más aún teniendo en cuenta lo curtidos que ambos estaban por desgracia con respecto a los sectarios. Él también los saludó con afecto -había algo verdaderamente alegre en los dos que le hacía sonreír nada más verlos- y una vez de camino escuchó cómo intercambiaban acerca de asuntos médicos. Cuando Clementine preguntó a la doctora acerca de los niños, Elliot intervino también:

-Geneviève, antes de que todo se precipite quería decirte que es muy posible que el comisario pueda solucionar el tema de la documentación de los niños de la que me hablaste. Estoy seguro que podrá ayudar para que puedan quedarse legalmente contigo.

Pensar que, si todo salía bien, Yuli y las niñas podrían crecer en paz junto alguien tan benéfico como aquella mujer le hacía feliz.

Cuando todo estuvo hablado Clementine se abrazó a él. Así pasó con ella las dos horas de viaje, acariciando su pelo, sus hombros y sus manos, besándola con ternura de vez en cuando, estrechándola contra sí, impregnándose de su aroma y su tacto que sentía que había cambiado su propia piel para siempre, como si la hubiera dotado de un magnetismo que sólo reposaba cuando podía tocarla. Su corazón latió con fuerza y sonrió cuando ella aseguró que mataría al minotauro, pero que el hilo ya era suyo. “Así es, mi Ariadna -pensó mientras la besaba el frente-: nuestro es el vínculo de los vínculos que vence al tiempo y a la muerte y es inalcanzable para el mal”.

Clementine le hizo entonces una pregunta de lo más pertinente:

-Sí, así es, es una idea muy buena. Puedo y debo hacerlo con sus nombres también. Si todo sale bien quedarán inscritos para ti, en ti y en el puente donde todo está inscrito y nada se pierde-. La miró a los ojos sin poder creer todavía que fuera real. Los suyos brillaban con fuerza al contemplarla. Cómo la amaba.

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02/11/2018, 13:00
Elliot

Notas de juego

Por cierto, la respuesta a la pregunta de Mats os la he dado tras una vaga indicación del máster a mi pregunta de qué encontraba Elliot de niño en sus viajes (recordad que Cusa fue quien cambió la historia que yo inventé de Elliot para hacer que el hombre dormido tuviera tatuajes y tuviera que ver con los sectarios).

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02/11/2018, 19:33
Daniel Mallutz

Es como si la brusquedad del momento de la partida supiera que así facilita la misma. También sirve para ofrecer un componente de clandestinidad.
¿Eso significa que podemos estar bajo el foco de la atención de los Otros? Lo supongo, considerando los estropicios que les hemos causado a sus planes.

Pero esta preocupación es para en los hombros de Rejane, de momento, y me aprovecho de la posibilidad de mantener un trecho mas, la desconexion con la tensión completa de lo venidero.
Difícil es abstraerse del todo. La mente maquina con la imaginación escenarios malos y buenos. A veces divaga con el recuerdo y a veces se asusta con esa misma memoria.

No cupo mas que un gesto de reconocimiento trasladado a Rejane y después, la carretera nos engulle para transitar un buen rato.

Nos toca el vehículo algo desparejo (lo lógico hubiera sido meter a Mats en la generosas formas del land Rover) pero entiendo el caos de la oportunidad y de los tiempos y de las necesidades.
Saludo a los demás cuando Genevieve los moviliza y me acomodo como copiloto, arrepretujandome ligeramente hacia adelante para que Mats pueda respirar detrás de mi.

Pensaba en poner la música que ofreciera la radio, con el permiso de Laia en su elíseo motorizado (Se desempeña con elegancia por el trazado urbano) pero, como detrás empiezan a charlar, lo prefiero al azar de la radioformula.

Sophie se explaya, entorpecida por lo que parece la endeblez de sus propios sentimientos, atrapados en lo que pudo ser y lo que es ahora y consigue atraer mi atención.

Vehementemente, Mats rechaza que la chica pase por un proceso de selección a la vista bastante cabal, y apunto estoy de recalcarselo, escogiendo las palabras que le hagan ver a nuestro pelirrojo que en el fondo quizás la chica brega por labrarse algo normal dentro de tanta excepcionalidad.
Pero no soy un afilado orador y cuando las coherencias empiezan a tener sentido en mi cabeza, nuestro periodista esta tan lanzado en la narración de su pintoresca \'familia\' que no me parece bien afear su intención.
Ademas de que me intriga lo que dicha colectividad de almas variopintas se dedica a publicar. Al fin de cuentas lo que va desgranando es bastante atípico y al mismo tiempo acogedor.

Podría buscarlo en el celular pero lo veo mejor directamente como una pregunta personal.
-Entonces Mats ¿Que publica l`Hexagone exactamente? - le requiero con curiosidad- ¿Noticias de Francia?

Inoportunamente estamos llegando a nuestro destino y el cambio de actitudes es relevante.
Cuando nos detenemos dentro del área de influencia de una casita de patrón peculiar de los suburbios le comento que luego me lo cuenta y si poderlo evitar añado - por cierto que tenia que decirlo. Para ser da azucarillo para mi has superado todos los test de resistencia, compadre. Mira que si iba a ser por agua encima....

Con tranquilidad me apeo esperando que Laia nos abra el acceso a su morada.
Tristemente lo primero que pienso es que tiene demasiadas ventanas y que ese hueco en el lado derecho no es tampoco bueno para la defensa.
Una vez en el interior, pues se revela como lo que es, una perfecta casa para vivir amoldada a la idiosincrasia de su dueña.
Que su dueña no tenga mentalidad paranoica y la necesidad vital de haber haber instalado troneras es normal. Nadie quiere y espera vivir en una fortaleza.
Tampoco es que lo vea extraño. Yo mismo elegí una habitación de hotel mas evocativa que funcional, incluso antes de que la colmara Leah. Me pregunto si acumula una deuda pendiente no excesivamente prohibitiva como para regresar. Aunque me conjure recuerdos profundos la prefiero a una clon de turista del Hilton.

Suspiro descompensado por los pensamientos envuelto en el aroma de otro tentempié apetitoso al son de melodías romas que no anodinas.
Quizás es lo que nos falta. Paz, tranquilidad y confianza, como escudo único. Suficiente, me imagino sonriendo divertido imaginándomelo, para que el meteorito que caiga se despiste hasta el descampado de al lado. O que a cualquiera que manden a por nosotros le de por equivocarse entrando en el local de unos mafiosos.

Tomo un ligero bocado a la vez que me siento y contemplo los dominios que nos acogerán las próximas horas.

-Me gusta el jardín. ¿Es solo ornamental o plantáis algo con sustancia? - es mi pregunta que queda en suspenso por la preeminencia de la que Mats pone sobre la mesa. El que nos vamos a encontrar.

En cierta medida entiendo su incertidumbre. No es que vaya del todo a ciegas. Pero los paisajes que recuerdo no lo son en mi mente arramblados en la esquina del rabillo del ojo simbólico de la parte consciente de mi a la que ahora no tengo acceso.
Mastico la pasta dulce y la intento trasegar con algo liquido, que mas da que sea, mientras aguardo el gancho de la respuesta.
Atrás también ha quedado el barullo acomodado de los preparativos facultativos y Clementine también escucha escoltada con dulces de almendras y te.
Es como si aun decididos estuviéramos aun desorientados. Queremos hacer pero no sabemos que vamos a hacer.

La carga hacia Sophie, Laia y Elliot es fuerte por el peso de que son nuestros expertos.
Su respuesta enmarcada en la voz de Elliot es sobrecogedora en el buen sentido de la maravilla. También en lo desconocido pero casi me preocupa mas el mismo trasfondo burdalizado por la gente en la isla de Leucade.

-Al menos nuestros instintos sabrán las reglas del juego - se me ocurre decir como esperanza de proclamar esa ventaja - Una entidad así aun oculta habrá filtrado su influencia con el tiempo hasta los otros campos de sueños mas abiertos. Conscientemente no seria fácil de desentrañar pero inconscientemente...Algunos de nosotros si no todos vamos a tener reflejos de dejavu. Si no lo he entendido mal. Incluso los despiertos.
- Por lo que imagino puede ser tan viejo como el tiempo. Como el Primer gran Sueño - comento rememorante - incluso ser las revelaciones de los mundos Anteriores. Los \'subterraneos\'
Luego recuerdo algo de lo que comentaron y enuncio mi duda en voz alta.
- ¿De verdad Sophie va estar ahí?. ¿Totalmente en cuerpo y alma? ¿Tenéis idea de lo que van ellos - digo señalando a los miembros encargados de la vigilia - a ver de ella aqui?¿Va bilocalizarse o asi?

Notas de juego

l`Hexagone es como llaman los gabachos a francia, tal como los apañoles decimos piel de toro para la peninsula.

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03/11/2018, 00:34
Geneviève Gibran

Geneviève le enseñó a Clementine la batería de medicamentos que había traído y Laia les indicó dónde podían encontrar su botiquín, dándoles la llave. Allí tenía perfectamente etiquetadas varias drogas para inducir sueño y provocar alucinaciones. Algunas ilegales. También tenía medicamentos típicos de alguien que ha sufrido un infarto de miocardio.

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1 de 3

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03/11/2018, 00:36
Director

Sophie no quiso especular. Con un gesto, levantando el mentón hacia Elliot, dejó claro que sólo él podría tener una idea sobre lo que podrían encontrar en ese sueño. A la pregunta de Daniel sobre qué sería de su cuerpo si entraba con él en sueños sonrió avisando de que no tenía ni idea. Sólo esperaba no asustar a nadie de los presentes si al dormir desaparecía de pronto o algo peor.

Notas de juego

2 de 3

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03/11/2018, 00:39
Laia Montagú

Laia tampoco añadió nada a las explicaciones de Elliot. Las escuchó con mucha atención, especialmente cuando hablaba de su infancia. Las palabras de su amigo le causaron honda impresión, como si hubiera reparado en algo.

Cuando sonrió a Daniel para responder a su pregunta sobre el jardín todavía no podía disimular del todo su pesadumbre.

—Si me lo preguntas como policía te diré que es terapéutica, que es lo mismo que le digo a Charles, mi asistente y enfermero, que las cultiva para mí. —Se refería a un par de plantas de marihuana que crecían apretujadas en un pequeño invernadero, junto a un muro.— Aunque ya no me deja fumar las tengo para los invitados... Es parte de mi farmacopea y si os parece la podemos fumar para inducir el sueño de hoy.

Normalmente no la utilizaba para dormir, sino para ensoñar, o inspirarme. De hecho solía evitarla para ir a la cama porque no fomenta el sueño REM sino el de la fase IV, de ondas lentas, en el que los sueños son raros y no tienen una estructura narrativa. Pero son imágenes muy poderosas que suelen ser el origen de las pesadillas más profundas.

Miró hacia Elliot arrugando la nariz.

—¿Te parece adecuado?

Como si tuviera que aclarar algo antes de dejar que respondiera volvió a mirar a Daniel.

—Perdona pero no sé si te he entendido ¿Quieres decir que por muy extraños que sean los sueños, al ser humanos, sabréis cómo comportaros?

Resopló, dudando.

—Eso es muy optimista, los sueños pueden ser muy poco intuitivos precisamente porque son muy simbólicos. Dos mentes humanas se parecen mucho, sí, por eso podemos viajar la una en la otra, pero aún así también pueden ser muy diferentes porque algunos símbolos no son unívocos sino relativos a la cultura. De todas formas coincido en que es el instinto el que mejor puede guiar cuando no hay información, pero en este caso el instinto de un adulto no sirve, en mi opinión está lastrado por la racionalidad.

Se paró unos segundos, seria.

—Dentro de un sueño se es parte de su historia y hay un guión en el aire, por así decir. En los sueños, y más si son de un mundo tan lejano, la mejor manera de entrar es con la mente de un niño.

Tragó saliva.

—Sensible y abierto a las imágenes, a las reglas del juego, por muy ajenas que parezcan, las acepta como tales. Tenéis que conseguir ese estado mental para poder encajar sin romperos o romper el sueño… Quizá la aceptación sea muy importante. Creo que no es bueno negar lo que encontréis, aunque lo reprobéis: vuestro rechazo a lo que os resulte inaceptable no tiene que ser como simple negación. Si no, corréis el peligro, en el mejor de los casos de despertar y en el peor, de enloquecer.

Notas de juego

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03/11/2018, 01:46
Mats Bergstrøm

Escucho con gran atención las palabras de Elliot, Daniel y especialmente las de Laia, intentando no perderme cuando las explicaciones empiezan a adquirir tintes muy metafísicos. Realmente sabe de lo que habla, y las cuestiones que saca a colación son muy interesantes; no había caído en el hecho de que es precisamente la racionalidad lo que puede actuar como cadenas en el País de las Maravillas. No negar aquello que veamos.

Lo que dices tiene todo el sentido del mundo, Laia. Si lo he entendido bien, vaya. Te refieres a que adoptemos una mentalidad más flexible, a que «rodemos» con lo que ocurra en vez de renegar y chocar contra ello, ¿me equivoco? —Me acaricio la barba durante unos instantes, con la boca entreabierta, pensativo—. A lo mejor me estoy perdiendo algo, pero no creo que ninguno de nosotros tenga muchos problemas para eso. O sea, hablamos de sueños. Por lo que a mí respecta, ya me lo creo todo. Yo ya voy con la idea de que puede pasar de todo. No creo que piense, «¡es imposible!», si de repente veo un océano de cabezas de serpiente, o si… los sonidos… huelen, o si el aire tiene piernas tetradimensionales que existen en seis momentos temporales a la vez. Qué sé yo. Nos puede parecer una locura, pero a estas alturas no creo que seamos capaces de decir, «¡descreo*!». —Me estiro para tomar de la mesa un vaso de té verde frío, y bebo un poco para deshacer el nudo que se ha formado en mi garganta al pensar en todas las mierdas con las que nos podemos encontrar quién sabe dónde—. Pero creo que también entiendo lo que ha querido decir Daniel. A veces tengo sueños lúcidos. O sea, ¿quién no los ha tenido nunca? O semilúcidos, da igual. Dormir y saber que estás dormido, que todo es un sueño. Quizá entrar en el reino de los sueños como personas despiertas sea parecido a experimentar un sueño lúcido. Y cuando tienes un sueño lúcido, de alguna manera puedes negociar con lo que pase a tu alrededor o hasta cierto punto preverlo. A veces hasta cambiarlo por completo. ¿No nos daría ventaja ese instinto despierto, saber que estamos soñando?

Notas de juego

*En las antiguas reglas de Advanced Dungeons & Dragons, existía la opción de disbelieve, o descreer, cuando veías algo que pudiese ser una ilusión. Por ejemplo, si te encontrabas con un charco enorme de lava en un paisaje ártico, podías decirle al máster, «I disbelieve!» (traducido como «¡descreo!» en el manual en español) antes de caminar sobre el charco de lava ilusorio para demostrar que era irreal y que no creías en él (esa era la condición), y entonces la ilusión se esfumaba. Lo gracioso era si al final no era una ilusión, sino por ejemplo lava conjurada mágicamente, que te achicharrabas como un idiota XD. Es una referencia muy friki que, para quien sepa un poco del tema, delata el hecho de que Mats fue en su día (y quizá siga siendo) aficionado a los juegos de rol :D.

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03/11/2018, 08:30
Elliot

-No, no, nada de marihuana- concluyó Elliot a la pregunta de Laia -No creo que debamos entrar con la mente alterada y mucho menos susceptibles a sueños de ondas lentas o a llevar pesadillas con nosotros, mejor no.

Escuchó el resto de la explicación de la chica y podía ver en su rostro la impresión por su propia narración. No había tenido tiempo de hablar con ella, de contarle su historia como a los demás y se sentía mal por ello. Era su mejor amiga y en todo el tiempo en que la había conocido no había sido capaz de hacerlo. Sabía sin embargo que ella no se molestaría; era demasiado comprensiva y lo quería demasiado para eso. Y en este momento nada importaba excepto que todo saliera bien.

Mats habló de los sueños lúcidos y Elliot pensó que debía aclarar antes unas cuantas cosas.

-Sí, efectivamente. Lo que hace Laia, lo que hago yo -Sophie es un misterio para mí-, es soñar lúcidamente. Y aunque como decías es muy probable que todos hayáis tenido experiencias sobre el tema, no penséis que cuando Laia habla de la mentalidad de un niño piensa en tomar las cosas hasta cierto punto como un "juego". Recordad: este tipo de sueños de que hablamos no son "imaginarios". No son una historia fantástica que se desvanece cuando despiertas, que es un sueño tuyo y que hasta cierto punto puedes malear de forma lúcida. Hay sueños así, pero aquí hablamos de un reino onírico tan real como cualquier territorio físico, como esta casa y lo que está ocurriendo ahora mismo, aunque pueda ser una realidad con sus propias normas. Y cambiar algo mágicamente en un lugar así es algo diferente. No deja de ser magia, como lo sería cambiar algo aquí. Pero tampoco sois gente común, quién sabe hasta dónde alcanzáis vosotros y vuestra magia. Eso sí, puedo aseguraros que es el lugar más extraño en el que nunca me adentré en sueños.*

Sophie entrará en él en cuerpo y alma. Posiblemente nosotros sólo con el alma, pero eso no lo hace menos real ni muchísimo menos. Lo que creo que quiere decir Laia, corrígeme si me equivoco- la miró un instante-, es que si negamos lo que encontramos porque nos supera -cosa que dudo mucho que hagamos después de todo lo vivido-, despertaremos o algo mucho peor. La mente de un niño puede aceptar cosas que a veces están vedadas para los adultos, pero es una forma de generalizar; algunos adultos pueden manejarse bien con todas estas cosas, con lo imprevisto, con lo aparentemente imposible, y ese debe ser nuestro caso. Y creo que se refiere también a actuar como un antropólogo y comprender que podemos encontrar comportamientos u otras cosas, "reglas del juego ajenas" como decía, que no entendamos por nuestras diferencias con respecto a ese mundo. Lo que no he entendido bien es lo que querías decir -miró a Daniel-, al hablar de déjà vu o de manejarse de forma inconsciente, ¿te refieres a que un lugar así forma parte de alguna manera del pasado, aunque sea mítico, y por tanto de nosotros mismos de una forma profunda, seamos conscientes o no? En cuanto a instinto, no dudo que siendo un lobo el tuyo pueda superar el nuestro.

Además, Mats -añadió-, a parte de las experiencias que hayas podido tener antes y que desconozco, tú ya has viajado conmigo y tenido un sueño lúcido en el bosque, cuando buscábamos a Sophie. No será diferente a aquello en cuanto a cómo te manejabas: consciente de tus actos, dueño de tu voluntad y con respeto hacia lo que nos encontrábamos. Recuerda que cuando vimos el lago helado la trampa era muy real y podías haber quedado atrapado allí y tu mente podía no haber regresado. Y el lobo, bueno, podía haber acabado con nosotros. También sé que habéis tenido una experiencia lúcida, estando allí incluso en cuerpo y alma, en casa de Madame Gresta cuando os conocí, aunque ese sueño era infitamente más amable. No te tomes diferente lo que vamos a enfrentar ahora. Ya tenéis todos experiencia con estas cosas en realidad -explicó mirando a Daniel igualmente-. Y cruzamos la barrera también en nuestro encuentro con la sirena. Eso sí, un consejo, Mats: si nos dicen que nos invitan a comer vegano, salgamos corriendo por si acaso -le dijo con una sonrisa.**

Notas de juego

*Esto se lo he preguntado al máster y me ha confirmado que es así.

**Es una broma privada por algo bastante cómico que les ocurrió con el lobo del sueño que Elliot nombra antes.

Edito: He cambiado algunos detalles importantes.

 

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04/11/2018, 04:16
Clementine Ouvrard

Mis ojos contemplan la imagen del maestro de Elliot y padre de Laia cuando me ofrece el marco para que lo sostenga en mi mano, lo tomo como si fuera una reliquia y miro a los jóvenes hombres en ella. Me pregunto cómo es que llegaron a verse involucrados en todo esto Seamus y Réjane, y mis ojos van de la fotografía a Elliot prestando atención a cuanto dice porque sé que esto es algo importante para él, trago grueso y noto el dolor que le causa mencionar la muerte de su mentor, mi mano le acaricia un lado del rostro sin que me dé cuenta en realidad de lo que hago. ¡Un año! pensé que había sido mucho antes... Quería saber cómo había ocurrido pero ¿para qué remover esos recuerdos tan dolorosos, como se podía percibir que eran? Sonreí comprensiva cuando me dijo que a Seamus le hubiera gustado conocerme y asentí, a mí me hubiera gustado conocerlo también, conocerlo y agradecerle por todo lo que había hecho por Elliot, sin duda las conversaciones con él deben haber sido muy interesantes y peculiares.

Las palabras que vienen de él al contestar a Mats me hacen alzar las cejas por lo que cuenta con tanta ligereza pero que es tan terrible, el relato de lo que había sufrido como niño vuelve a mí y eso a su vez me regresa a la primera vez que lo vi y su parecido con Édith me hizo sentir inmediata empatía por él. Dos niños víctimas de esta secta horrible, dos niños rescatados, cada uno a su tiempo, dos niños restaurados en corazón y espíritu.

Sus últimas palabras me inquietan y me causan una tremenda curiosidad al mismo tiempo: ¿Podía haber más hombres tatuados como el que iban a buscar? ¿Sería una orden sagrada de algún tipo? No se me había ocurrido.

Mi interés se traslada a las preguntas de Daniel y contemplo con una sonrisa entre incrédula y pícara la cómica escena por la marihuana medicinal de Laia entre la acusada y el policía. "Ensoñar o inspirarme", típica respuesta de artista al que le gusta la marihuana, pero quién soy yo para juzgar que cuando estudiaba en la universidad fui la señora drogas sintéticas. Quizás debería ser como Laia y confiar más en la naturaleza que en la química. De todos modos, soy demasiado controladora para dejarme llevar por un estimulante, me gusta ser consciente si pierdo el control. O mejor aún, que me lo arrebaten. Siento el impulso de preguntarle por las drogas para el corazón que hemos visto, pero creo que voy a hacerlo luego a solas.

Despertar o locura, vaya perspectiva. Al escuchar la resolución de Elliot estoy totalmente de acuerdo con su postura, para ir en busca de la realización de una misión tan específica no es recomendable estar distraído con estímulos de otros tipos. Iba a hacer un apunte sobre la manera en que Mats y Elliot habían entrado en el sueño para ir en busca de Sophie en Fase IV directamente y de cómo esa pesadilla hizo que tuviera que usar mi imaginación para salvarlos de que murieran congelados en esta realidad, pero luego me abstuve. Lo que sí hice fue mirar a Geneviève buscando complicidad para ver si ella recordaba aquel momento.

La diferenciación entre sueño lúcido y el sueño con el cual iban a entrar al mundo onírico es muy aclaratoria, por lo menos para mí. Elliot entonces hace referencia al sueño que compartió con Mats y al que compartimos todos juntos con Madame Gresta y con la sirena... Luego dice algo sobre un lobo y una comida vegana que tiene mucho de chiste entre ellos dos y los miro intrigada mientras le doy un sorbo al té, cuyo aroma penetrante me llena instantáneamente. No quiero pensar en ello, pero no puedo evitar pensar en ello: el tiempo corre y lo inevitable se aproxima. Doy una mirada alrededor y me pongo a pensar que si sufriéramos un ataque exterior, de sonámbulos por ejemplo, no tendríamos a dónde escapar por la misma disposición de la casa. -¿Qué hay arriba? -inquirí luego de unos instantes de silencio a la dueña de la casa.

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04/11/2018, 12:12
Daniel Mallutz

-Me refería a si cultivabais verduras: patatas, tomates, y toda esa pesca - señalo entretenido por la obtención de tan directa confesión. Potente trabajo policial. Rebajo la tensión corporal por si inconscientemente impongo.
Valoro el ofrecimiento de asistencia psicotropica y agradezco que Elliot sea tan rotundo en declinarla.
Me costaría explicar lo que temo que lo que mitigue sea mas de lo que necesitáramos y que por exceso de celo acabara sin poder sujetar al espíritu que aguarda.
Ademas de que Él es un poderoso desencadenante de la ensoñación lucida bajo sus propios términos.
Sobre la doble aclaración de lo que podemos esperar encontrar valoro las dos consideraciones.
No es exactamente lo que quería decir pero comprendo el fondo de la puntualizacion de Laia. Como no es el objetivo una discusión académica si no la enunciación de unas directrices básicas (no hay tiempo para mas) asiento con ademan de acuerdo. Inherentemente esta que a la vuelta me agradaría una mesa redonda o un tete-a-tete centrado en el tema. El resto del gesto así se lo expresa.
Que por supuesto vendrá bastante mas tarde. Dejado un tiempo atrás para dejar suavizar las impresiones adrenaliticas. Esta claro que nos vamos a lanzar a un mar de impresiones. Su profundidad esta por testar.
Por que también entiendo la solidez que comenta Elliot. En mucha manera una base de la simbiosis en la que existo ahora esta originada en ello.
-Me refiero bastante aproximadamente a como lo comentas. Nos pasamos un tercio del tiempo en esos reinos, y aunque los experimentamos bajo los filtros imaginarios, sobretodo si ya están abiertos a otras percepciones, es fácil que ya hayamos topado con esos lugares. Ya sabes "Aquellos que sueñan de día comprenden muchas cosas que escapan a los que sueñan solo de noche". Entiendo perfectamente cuando te refieres a que es real.
-Puedes confiar en que instinto del espíritu que esta despierto en mi va estar atento, pero personalmente confió en la versatilidad de los vuestros también. El Lobo tiene un cariz muy decantado hacia un tipo de perspectiva.
-También confío en que la percepción espiritual de Clementine tenga una forma de auscultar a Sophie aun no estando presente. No me pidas que os de también una idea de como hacerlo. Bastante es que no se me funda la mollera cuando se pone a buscar ideas.
-Pero ya que mencionas el lance con Gresta en caso de necesidad aquella estación es una buena opción de salida. Por si hay que improvisar.
-

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05/11/2018, 10:35
Laia Montagú

Dió la razón a Elliot afirmando y frunciendo un poco el ceño mientras éste hablaba. Tras comerse un dulce matizó.

—En nuestro “arte” hay especialidades. Elliot es un explorador, algo así como el Búfalo Bill de los sueños. Es muy bueno que todos tengáis experiencia pero hacedle caso. Él tiene ojos para eso. Puede ver una puerta donde nadie más la ve. O saber si una planta es venenosa.

Miró a Clementine con una sonrisa, fijándose en sus ojos.

—En el altillo está mi estudio. —Sabiendo eso era fácil identificar un sutil olor a cola y a óleo.—Cuándo todo esto pase os lo enseñaré, si queréis.

Notas de juego

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