El puente de la nave de Ratchet estaba inundado en un tenso e incómodo silencio. El tenue brillo rojizo de la pantalla holográfica era lo único que arrojaba algo de luz al sombrío escenario.
De pie frente a la pantalla, el Doctor Ratchet observaba en silencio el reporte de batalla del ataque sobre la escuela.
El 97% de sus fuerzas… destruidas…
Todas las unidades Smasher… perdidas…
Los escudos de la nave… no operativos…
Harían falta múltiples reparaciones.
Y construir un nuevo ejército de robots…
¿Y qué había obtenido de todo aquello?
Nada.
- Este plan tuyo, muchacho… me ha costado caro – incriminó Ratchet con voz calmada mientras se encaraba hacia el chico de las ojeras.
- No es culpa mía que tus estúpidos robots no pudiesen hacer frente a un grupito de estudiantes recién llegados.
El joven se llevó las manos a los bolsillos y se acercó a una de las ventanas del puente. Observó sin muchas ganas el vaivén de las olas. Ni siquiera miraba a Ratchet.
- Yo hice todo lo que tenía que hacer. Neutralicé a sus psíquicos. Hice que esa chica activase tu bomba sónica en el auditorio para noquear a los profesores. Todo habría salido bien si el inútil de Damocles hubiese recuperado el cuerpo de E.S.T.H.E.R.
Suspiró.
- Lo que está claro es que ya no me sirves de nada, Ratchet – el chico de las ojeras miró de pronto al genio malvado – Adiós – dijo tajantemente.
Pasaron unos segundos de silencio, pero no sucedió nada.
- Además de maleducado veo que eres estúpido, muchacho… - el Doctor Ratchet comenzó a reír como un maníaco mientras pulsaba un botón en el panel de control.
De pronto todo el puente de la nave se blindó, con gruesas paredes de metal que cubrieron las puertas y las ventanas. Ratchet descolgó de su cinturón una sofisticada pistola y apuntó al chico con ella.
- ¿De verdad pensabas que me aliaría con una sucia y traidora rata como tú sin llevar encima un disruptor psíquico?
El joven tragó saliva, pero no dijo nada ni se movió.
- Estaba claro que si algo salía mal ibas a darme una puñalada por la espalda – prosiguió Ratchet mientras se acercaba al muchacho -. Por eso diseñé las contramedidas oportunas para neutralizarte si te convertías en una amenaza – el Doctor sonrió con sorna -. No hace falta que intentes escaparte de esta con tus poderes. En esta nave no hay mente alguna que puedas controlar.
Varias armas surgieron del techo y apuntaron también al chico de las ojeras.
- Estás completamente acorralado, niño. Quiero que sepas – comentó, divertido - que me lo pasaré en grande diseccionando tu cerebro.
Lejos de asustarse, el chico de las ojeras simplemente comenzó a reír.
- Que… ¿Por qué te ríes? ¿Es que esto te resulta gracioso, maldito niño estúpido? – gritó Ratchet, descolocado por la reacción de su oponente.
- Es solo… - intentó decir el chico mientras reía - … solo que… - se secó las lágrimas con la manga de la sudadera -. Me encanta ver cómo crees que controlas la situación.
Dicho aquello, el muchacho esbozó una sonrisa bastante siniestra.
- ¡DISPARAD! – ordenó Ratchet con un grito.
Y el puente de la Schlachtschiff se llenó de fuego y caos.