Partida Rol por web

Había salido realmente bien. No esperaba llevar el combate bajo el agua, pero resultó ser una gran ventaja. Yo aguantaba mucho sin respirar y seguro que Diana se podía hacer crecer unas branquias.

Miré a Kitsune y Placa Madre. La cyborg no parecía sufrir, pero estaba hecha un horror. Por otra parte Kitsune parecía muy cabreado.

Miré a la chica robot y subiendo un pulgar, hice un gesto, preguntándole si estaba bien. Pero Kitsune no tardó en usar su magia japonesa.

Por un momento pensé que me iba a ahogar. Mi cabeza comenzó a dar vueltas. ¡Iba a perder la prueba!

Me llevé las manos a la cabeza.

-¡AAAAARG! -intenté gritar, sacando un montón de burbujas por la boca.

Y me liberé. ¿Sería mi fuerza? ¿Mi voluntad? ¿Mi determinación? No lo sabía, pero ya no notaba nada.

Miré Placa Madre. O bien se estaba reiniciando, o estaba aprovechando para analizar el oasis.

Por suerte en ese momento Ms. Justice apareció. Me llevé rápidamente dos dedos a los ojos, señalé a Placa Madre y luego el terreno. No me preocupaba, sabía que Diana entendería el mensaje. ¡Por algo eramos mejores amigos!

-"¡Esta analizando el terreno!" -luego le señalé a ella y después a Placa Madre otra vez, cerrando el puño.- "Mantenla ocupada"

A continuación me señalé a mí, después a Kitsune y después a mis gafas.

-"Yo freiré a Kitsune" -y asentí.

Probablemente desde fuera, habrían parecido movimientos rápidos de mano bajo el agua. Pero Diana y yo teníamos esa complicidad que nos permitía entendernos con tan solo miradas. Ni nuestra fuerza, ni nuestros poderes. ¡El arma secreta era nuestra conexión!

Me encaré a Kitsune. Con media sonrisa, el ceño fruncido y los puños apretados, lancé mi Visión Atómica contra el chico zorro.

El tótem seguía sin aparecer y era más, no veían con claridad lo que acontecía bajo el agua. El grito de guerra de Rudy le sonó bastante raro y seguramente se refería a la criatura aquella de espaguetti con dos albóndigas que había visto alguna vez en Internet. O quizá no porque Diana acabó estirándose en ese momento y se internó en el lago.

- ¡Chicos, sed rápidos!

Qué remedio, porque allí no podrían respirar y Placa Madre no necesitaría oxígeno ya que era un ciborg. La chica por otra parte parecía haberse quedado quieta pero quizá era una treta. Bien podía estar planeando algo.

- Kitsune tiene dos colas, debe significar que ha estado progresando.

Comentó a Daniel, como si él tuviera también algo que ver con el tema místico, cosa de la que en realidad no tenía ni idea.

El combate se estaba decantando rápidamente hacia el lado del Grupo 4. Con Placa Madre casi fuera de combate y Kitsune incapaz de encerrar a sus contrincantes en una ilusión, Cráter y Ms. Justice estaban teniendo menos problemas de los que habían previsto.

Decidido a terminar con aquello, Rudy disparó su visión atómica contra Kitsune.

El rayo calorífico surcó el oasis, haciendo hervir el agua a su paso. Impactó de lleno sobre su objetivo, creando un gran fogonazo de luz que llenó el oasis.

Diana, desde su posición, tuvo que cubrirse los ojos para no ser cegada por la luz. Sin embargo, al acostumbrarse, pudo ver mejor cómo el rayo calorífico de Rudy se detenía a escasos centímetros de las manos de Kitsune. Un halo azul envolvía al chico zorro, una suerte de escudo.

Rudy sintió como su ataque era detenido al llegar hasta su objetivo por lo que, mientras apretaba los puños, aumentó la intensidad de su rayo.

Las burbujas se hicieron más abundantes, y la superficie del oasis comenzó a humear. Un sonido chirriante llenaba el agua.

Si no fuese porque estaba bajo el agua, Kitsune habría comenzado a sudar. El esfuerzo que le suponía aquella maniobra estaba más allá de lo que hacía normalmente, pero no podía seguir huyendo de sus oponentes.

Mientras detenía el rayo de Rudy sintió que la risa siniestra que sonaba en su cabeza se hacía cada vez más intensa. Estaba pidiendo más de lo que se podía permitir a ese zorro traidor, pero no le quedaba más remedio.

No estaba dispuesto a perder.

El choque de fuerzas se hizo cada vez más intenso. La energía cósmica de Cráter contra la barrera mística de Kitsune. La luz y el calor se hicieron cada vez más insoportables, hasta que el chirrido se convirtió en un agudo silbido.

Y entonces estalló.

La onda expansiva mandó agua y vapor en todas direcciones, vaciando parte del oasis sobre el resto de la pista.

Diana, Rudy y el propio Kitsune salieron volando hacia atrás, impactados por la violenta explosión. La burbuja luminosa de Diana, por suerte o desgracia, protegió a Placa Madre del impacto, quebrándose por la tensión.

Una el vapor se hubo disipado, el público fue capaz de ver lo que había sucedido en la pista.

El oasis estaba medio vacío, en aquel momento el agua les llegaba a los contendientes hasta las rodillas. Una fina lluvia cayó sobre ellos.

Kitsune seguía allí de pie, con cara de pocos amigos. Diana y Rudy advirtieron que la silueta del zorro a su alrededor era cada vez más “sólida”. Sus colas danzaban en el aire a sus espaldas, juguetonas.

El chico zorro miraba intensamente a Rudy, seguramente le culpaba por lo que le había hecho a su compañera. ¿Intentaría encerrarle en otra de sus terribles ilusiones?

Pero entonces sus cejas se arquearon, y abrió mucho los ojos. Sorpresa. ¿Qué había visto?

Miró un instante a la burbuja donde se hallaba su compañera, y tragó saliva. Sin dudar un instante más, Kitsune se lanzó hacia adelante, hacia el combate.

Corrió rápidamente sobre la superficie del agua, y en pocos segundos recorrió la distancia que lo separaba de su enemigo, de Rudy. Dando un poderoso salto, Kitsune le propinó una patada descendente.

Rudy, viendo venir el ataque, pudo alzar los brazos para tratar de detenerle. Sin embargo, cuando el pie de Kitsune le golpeó los antebrazos, pudo sentir el calor crepitante de su aura de zorro quemándole la piel.

Aprovechando el impulso, Kitsune dio un salto mortal en el aire, aterrizando grácilmente detrás de Rudy. Adoptando una posición de combate, el joven japonés se disponía a hacer frente Cráter y a Ms. Justice al mismo tiempo.

- ¡Venga, dadlo todo! - les gritó.

En el momento en que Rudy comenzó a intensificar el rayo, Diana comenzó a temer por la propia integridad del oasis, y la suya propia ya que se encontraban en el interior. En el momento en que se vio volando por la explosión causada, sintió el impulso de escudarse con su nuevo poder, pero quizá por compasión para con Placa Madre, decidió dejarla encerrada, y surtió efecto, la chica no sufrió daño alguno. Diana sonrió al ponerse en pie, aliviada aunque herida.

La balanza se decantaba a su favor, pero solo momentáneamente, puesto que Kitsune parecía estar poniéndose serio, así que tanto Rudy como ella, tenían que hacer lo posible para quitarlo de en medio.

- Si eso es lo que quieres cariño... ¡¡ESO TENDRÁS!!.- Dijo elongando sus brazos-martillo, que se acercaban vertiginosamente a su enemigo.

Se encontraba aún un poco mareada por la explosión pero se dispuso a hacer lo que mejor se le daba... arrear al enemigo. Dio todo lo que estuvo en sus manos, incluso comprometiendo su defensa en atacar al chico, y espero ser tan efectiva como estaba acostumbrada, o su moral se resentiría seriamente.

Kitsune fue un bocazas, y por eso se comió de cara el ataque de Diana.

La metamrofa extendió con habilidad sus brazos, proyectando dos mazas pétreas contra el chico zorro. Incapaz de esquivar la rápida respuesta de Diana, Kitsune fue golpeado brutalmente y salió despedido hacia atrás.

Al entrar en contacto con él, Diana sintió como el aura que lo rodeaba le abrasaba las manos.

Kitsune dio un par de vueltas en el aire - bastante poco gráciles - y se estrelló contra la arena. Cuando Diana y Rudy centraron su vista en él, comprendieron por qué se había colocado en aquel sitio. A pocos metros de donde se había estrellado el chico zorro, medio enterrado en la arena, había un objeto grisáceo…

¡El tótem!

El objeto había quedado al descubierto al vaciarse medio oasis. Ahora estaba allí, al alcance de sus miradas. 

Antes de que Diana y Rudy pudiesen reaccionar siquiera, un gran estallido quebró la burbuja luminosa de Diana en miles de pedazos. Los fragmentos de la esfera se disolvieron en el aire, como si no fuesen más que un espejismo.

De dentro de la burbuja emergió Placa Madre.

La joven ciborg seguía mostrando un aspecto deplorable.

Su cuerpo estaba lleno de fracturas y grietas. Había zonas donde la piel sintética estaba completamente desgarrada, mostrando su chasis metálico. Seguía teniendo la mano derecha destrozada, a causa del fuerte puñetazo que le había dado a Rudy. Era una visión dura, incluso a sabiendas de que su cuerpo robótico se podía reparar sin mucho problema.

Pero, a pesar de todo, Placa Madre sonreía. Parecía rebosante de energía.

- Autorización externa concedida, nivel de amenaza al 132% - dijo, con una voz monótona y reverberante mientras los mismos circuitos blancos de antes aparecían de nuevo en su cuerpo.

Comenzó a escucharse un extraño sonido de fricción, provenía de la propia Placa Madre. Parecía un motor rugiendo a plena potencia.

- ¡Baka! - gritó Kitsune, aun reponiéndose del fuerte golpe que le había dado Diana -. ¡Apaga eso!

- Hemos venido a jugar, ¿no? - gritó la ciborg en respuesta. 

El combate se había desarrollado de forma más o menos previsible, con Ms. Justice y Cráter llevando la delantera a nivel físico y a Kitsune y a Placa Madre en el planteamiento estratégico. Nada extraño más allá del uso de magia, una cosa que a Aitor incomodaba hasta cierto punto. La cosa se iba poniendo interesante y los enormes choques termo-dinámicos en el entorno del oasis incrementaban la epicidad puntos enteros, pero todo estaba casi por resolver todavía.

En una prueba de estas características los adolescentes estaban muy motivados y se empleaban a fondo. No era un aburrido examen de cálculo o historia, sino que era enfrentarse contra un enemigo y medirse las fuerzas, ganar o perder, lucirse delante de los demás y "batir" sus propias marcas, por así decirlo. En una situación así un adolescente cualquiera era un oponente imprevisible y lleno de adrenalina capaz de hacer cosas que adultos más mesurados calificarían de imposibles. Y ahora estaban hablando de adolescentes *con poderes*. Kitsune ya estaba sacando más rendimiento de su magia de lo esperable y ahora Placa Madre iba a forzar la máquina ─nunca mejor dicho─ en un estilo de huída hacia delante violento y espectacular.

─No me gustaría estar en el pellejo de Cráter, como no vaya con cuidado va a recibir de lo lindo─ expuso Aitor con un uso de palabras vulgares poco habitual en él (pero que resumían estupendamente la situación).

Me alce en el aire, me encaré a la chica robot y preparé mi Visión Atómica. De mis calientes ojos salió vapor. Solo quería parecer amenazante, un poco villanesco.

-Va a tocar una visita al taller, Placa Madre. -dije con tono amenazante.

No sabía que hacer. ¿Debía atacar a la cyborg y luego ir dos contra uno? ¿O ir directamente a por Kitsune? El chico japonés había caído justo al lado del tótem, estaba demasiado cerca.

Tal vez...

Esperaba que Diana hubiese pensado en lo mismo, o al menos en algo parecido.

No podíamos pelear tan lejos del tótem, estando Kitsune tan cerca de él. Teníamos que mover la batalla.

-El ketchup va separado de las patatas. -susurré, intentando que solo Diana me oyese.

Esa frase, en código era "mover la pelea lejos de los civiles", pero seguro que mi amiga lo entendería.

Me alcé un poco más, di medía vuelta y me lancé contra el chico japonés.

Rudy, remontando el vuelo, se lanzó contra Kitsune. El último ataque que había recibido lo había desequilibrado bastante, por lo que no pudo ni atacar. El joven colombiano decidió interponerse entre el tótem y el chico zorro, en un intento por impedir que el Grupo 2 se hiciese con él.

Tras desplazarse a gran velocidad, Rudy comenzó a sentir el cansancio de la batalla. Él había encajado los distintos ataques como había podido: el puño atronador de Placa Madre, la explosión de vapor, la patada abrasiva de Kitsune… Cualquier otro había caído ya, pero él seguía resistiendo. Sin embargo, estaba cansado. Y no solo él.

Podía verlo en la postura y movimientos de Kitsune. En el rostro de su compañera, Diana. Incluso en el destrozado cuerpo de Placa Madre.

Aquella prueba los estaba llevando a todos al límite.

El chico zorro, tras recibir el fuerte ataque de Diana, se levantó de un rápido movimiento, aunque tambaleándose. Kitsune era ágil, pero no especialmente resistente al daño. Aquella aura que lo envolvía parecía un truco puramente ofensivo.

Kitsune miró fijamente a Rudy, y luego al tótem que tenía detrás. Sus dos colas ondeaban juguetonamente en el aire, como si no estuviese agotado. Pero lo estaba.

Durante unos segundos meditó sobre lo que debía hacer, y entonces pareció relajarse. Kitsune flexionó las piernas y dio un prodigioso salto, pasando por encima de Rudy. Aterrizó sobre el tótem, lo extrajo de la arena sin dificultad y comenzó a correr hacia un lado de la pista.

¿Cómo? Aquello había pasado tan rápido que Rudy apenas había tenido tiempo de reaccionar. ¿Qué demonios?

Pero Diana frunció el ceño al ver aquello. Algo no estaba bien. Algo no cuadraba. El salto había sido demasiado rápido. El tótem había salido de la arena con demasiada facilidad. ¿Y Kitsune pretendía ganarles en una carrera por la arena?

Todos aquellos movimientos de Kitsune, habiendo encajado su golpe de aquella manera, le parecía harto extraño. Diana forzó su mente hasta su propio límite y descubrió la verdad. Kitsune se encontraba en la misma posición de segundos antes, frunciendo el ceño, aún encajando el golpe de la metamorfa.

- Vas a tener que esforzarte más cariño.- Dijo la chica imitando la misma sonrisa de suficiencia que el asiático ponía al comenzar el combate, aquella que se había ido apagando poco a poco -. Disculpa, pero asuntos más importantes que atender... ¿Te importa si me llevo esto?.- Dijo mientras comenzaba a acercarse al tótem y estiraba sus brazos para alcanzarlo y arrancarlo de su posición.

En el momento en que tuvo el tótem en sus manos, miró a Rudy y gritó.

- ¡¡Cráter!! .- Al sopesar lo que estaba a punto de decir, comenzó a ponerse colorada -. ¡¡Las albóndigas se salen del plato!!.- Gritó mientras comenzaba a moverse en dirección contraria a donde se encontraban sus enemigos, esperando a que pudieran salir de allí antes de la acometida de placa madre.

Diana advirtió que algo no encajaba. Forzó su concentración al límite, logrando ver más allá del engaño. Y entonces lo vio, a Kitsune de pie junto a Rudy, concentrándose en mantener aquella ilusión.

La metamorfa no perdió ni un instante. Alargó sus brazos, estirándolos lo máximo que pudo hasta que las yemas de sus dedos alcanzaron el tótem.

Estaba frío al tacto, y húmedo por haber estado sumergido.

Cerró las manos entorno al objeto y lo arrancó de un tirón, sin mucha dificultad. Entonces, hizo que sus brazos recuperasen su longitud original. Como una goma elástica que se tensa y se suelta, las manos de Diana volvieron hasta ella con un sonoro chasquido.

Con el tótem contra el pecho, Diana se dispuso a alejarse de sus rivales, hacia el sur. 

Aquella súbita maniobra de Diana había cambiado las tornas. Kitsune ya no controlaba el tótem, al contrario. Era la hora de actuar.

Con un fortísimo estallido, Placa Madre despegó de su posición y se plantó en un segundo a la altura de Diana. El agua y la arena saltaron por el aire a su paso, fruto del poderoso impulso que proyectaba a la ciborg por el aire.

- ¿A dónde crees que vas? - le preguntó, juguetona, cuando llegó hasta ella.

La ciborg, a una velocidad pasmosa, alargó la mano y agarró el tótem. Forcejeó con Diana rápidamente, girando sobre sí misma en el aire hasta obligarla a soltar el objeto.

- ¡Los equipos se pelean ahora por la posesión del objeto que les dará la victoria!

- Con esa velocidad, es probable que Placa Madre pueda abandonar la pista si el Grupo 4 no le quita el tótem ahora mismo - comentó Enzi con cierta monotonía. 

¡Malditos juegos mentales!

Al principio, vi claramente como Kitsune iba por el tótem. Mis esperanzas cayeron en picado al ver lo ágil y rápido que era. Pero de pronto Diana actuó. Gracias a ella me di cuenta. ¡Kitsune estaba usando sus ilusiones! Tardé unos segundos en reaccionar. Aunque algo peor estaba por llegar.

Con un estruendo llegó Placa Madrea  donde estaba Diana con el tótem y se lo quito de las manos. 

-Mierda. -dije cabreado.

Hoy parecía que Ms Justice no lo estaba dando todo. Chasqueé la lengua, me alcé en el airé y me lancé a por Placa Madre.

Intenté hacerle un placaje, pero su actualización parecía haberle hecho más rápida también.

-¡Ugh! -dije al fallar.

Luego, esforzándome un poco más y llevándome al límite, me giré y le intenté quitar el tótem.

Rudy tomó impulso y se lanzó contra Placa Madre. Voló a gran velocidad sobre la superficie del agua, creando una ola a su paso. Trató de embestirla, efectuando un bruto y directo ataque contra ella.

La ciborg vio venir el ataque que, aunque poderoso, era algo torpe. Con un elegante y eficiente movimiento, Placa Madre se echó hacia atrás para apartarse de la trayectoria de Rudy.

El colombiano vio cómo su rival se apartaba de su ataque, impotente. Había alcanzado una velocidad demasiado elevada como para desviarse ahora. Si no la derribaba, ¿qué hacía? Entonces una idea fugaz pasó por su mente. ¡El tótem! ¡Estaba en sus manos!

Mientras pasaba junto a la ciborg, Rudy alargó las manos y agarró el tótem con fuerza. Fue tan solo un instante, el momento en que el colombiano y la ciborg forcejearon por el tótem.

Rudy contaba con su hercúlea fuerza, así como el gran impulso que traía consigo. Y Placa Madre… bueno, su cuerpo robótico estaba preparado para soportar grandes cantidades de estrés físico. Su motor antigravitatorio rugió con fuerza, resistiendo el embate de Rudy. Los dos quedaron detenidos en el aire, agarrando el tótem y tirando cada uno para un lado.

Pero tras su anterior ataque fallido Placa Madre contaba únicamente con un brazo, y la tensión de la fuerza de Rudy demostró ser demasiado para éste. Con el paso de los segundos comenzó a escucharse un crujido e, inevitablemente, el antebrazo de Placa Madre acabó desprendiéndose del resto del cuerpo en una nube de chispas y humo.

El fuerte tirón proyectó a Rudy hacia la arena. Rodó por el suelo antes de poder volver a elevarse en el aire. Pero lo tenía, el tótem aferrado al pecho.

Primero miró al suelo. El antebrazo de Placa Madre había acabado en la arena, inmóvil. Luego alzó la cabeza. Su rival permanecía en el aire, su motor interno rugiendo con fiereza. Lo miraba con una mezcla de sorpresa y rabia, se veía claramente en su rostro.

- N-no… - alcanzó a balbucear, incapaz de hacerse a la idea de que la derrota estaba ante sus ojos.

Kitsune, desde la distancia, parecía haber perdido la voluntad de seguir. Sus rivales, por alguna razón, habían logrado escapar de todas sus ilusiones. No lo comprendía, ¿tanta fuerza de voluntad tenían los del Grupo 4? ¿O quizá él no era lo suficientemente poderoso?

Ver a Placa Madre perder el forcejeo contra Rudy fue la gota que colmó el vaso, y el joven japonés creyó que iba a derrumbarse allí mismo. Lo habían dado todo, ¿verdad? Lo habían intentado con todas sus fuerzas, pero sus rivales habían sido demasiado fuertes.

Había llegado a aquella prueba confiado, pensando que Placa Madre y él formaban un poderoso equipo. Y quizá lo hacían, pero aquella prueba les había ido mal casi desde el primer momento.

Su compañera era la más rápido de los dos, y ahora ni siquiera podía coger el objeto que les permitiría ganar la prueba.

Kitsune se disponía a dejarse caer sobre la arena, rendido. Pero una voz en su cabeza le instó a seguir adelante.

“No me avergüences delante de todos” le dijo Gekko, quién habitaba su cuerpo desde antes de que tuviese memoria.

- Está perdido… - musitó el joven.

“Al menos lucha hasta el final. Y si no estás dispuesto a hacerlo tú… déjame a mí.”

Desde la distancia, Diana advirtió un cambio en la postura de Kitsune. Ya no parecía derrotado. Su aura de zorro también era diferente. Parecía crepitar, y su color azulado se había vuelto más pálido. Las colas ya no ondeaban juguetonamente en el aire, se mantenían rígidas. El joven japonés extendió los brazos a lado y lado, y un par de llamas azuladas surgieron de sus manos.

- ¡AAAAAAAAAAAHH! - gritó el joven mientras comenzaba a correr hacía sus oponentes.

Con un rápido movimiento, Kitsune lanzó las dos esferas llameantes contra Rudy. Los fuegos fatuos trazaron una trayectoria extraña, zigzagueante e ineludible.

Las llamas alcanzaron a Rudy fácilmente, causando dos pequeñas explosiones que resonaron por el estadio.

Pero, aunque el fuego lamió furiosamente la piel de Cráter, cuando el humo se disipó el joven emergió casi ileso del ataque.

La victoria estaba a su alcance. Tan solo quedaba que Placa Madre no se interpusiese en su camino… ¡Y podría salir de allí volando!

Al ver como su compañero lo había dado todo para quitarle a Placa Madre el tótem para ganar la prueba, a Diana solo le quedaba hacer una cosa, tratar de mantener a la cyborg a raya, mientras Rudy huía con el objetivo de la prueba en mano.

Diana pensó en la manera más óptima de entretener a Placa Madre haciendo uso de sus poderes... cosa que no era exactamente coser y cantar. Durante todo el combate su "nuevo poder" había sido bastante inútil, y aunque en los entrenamientos había sido bastante clave, en aquella prueba solo había sido un estorbo, así que lo descartó. Hacerse invisible junto con Rudy era una opción tan válida como cualquier otra, pero era bastante probable que con el sonido del aleteo pudieran averiguar donde estaban, y si fueran por "tierra" el agua los delataría, así que lo descartó también.

- Piensa Diana... Piensa .- Murmuró la chica -. ¿Qué harían los tres fantásticos? .- Aún no había desarrollado ningún poder de la Antorcha Humana, así que en la práctica seguían siendo tres.

De repente cayó. Era una maniobra que no había usado nunca, y que era una de las armas más usadas por Mr. Fantástico... su propio cuerpo era de elástico, así que ¿Porqué no envolverla para regalo. En aquel momento abandonó su cuerpo rocoso, y este se volvió completamente de goma, con una velocidad pasmosa, y una efectividad indudable... solo faltaba que Placa Madre no fuera excesivamente rápida o fuerte para zafarse de su presa.

- Rueda Albondiguilla, ¡¡RUEDA!! .- Gritó a su compañero mientras trataba de mantener a placa madre en el suelo.

Diana, sin perder un instante, determinó que la manera más rápida de ganar era ayudar a Rudy a sacar el tótem de la pista. Y eso requería impedir que Placa Madre se lo arrebatase.

Dejando atrás su forma pétrea, la metamorfa hizo que su cuerpo se estirase y rodease a la ciborg. La maniobra fue rápida, eficiente, e inesperada para su rival. El torso y los brazos de Diana envolvieron completamente a Placa Madre, apresándola al instante.

- ¿Qué? - preguntó, sorprendida -. ¡Quita!

Cuando Placa Madre comenzó a forcejear, tratando de escapar, Diana pudo oír como un motor en su interior rugía fuertemente. Su cuerpo metálico chirrió al debatirse con la presa de Diana. La metamorfa sintió como los pies se le comenzaban a despegar del suelo, todo su peso arrastrado por el motor antigravitatorio de la ciborg.

Mientras trataba de mantenerla apresada, Diana gritó a su compañero unas extrañas palabras de ánimo.

El tiempo se detuvo para Rudy. Los gritos del público sonaban lejanos. Kitsune parecía estar increíblemente lejos de él. Incluso Diana y Placa Madre, que forcejeaban junto a él, no eran más que una escena distante.

Cuando miró hacia abajo vio el tótem. Era frío y húmedo, pero lo pegaba a su pecho como si aquello no lo incomodase. Era la llave de la victoria. Ya lo tenían, podían ganar. Solo faltaba sacarlo de allí.

No se lo acababa de creer. Su beca con los Vengadores estaba tan cerca… tan… a su alcance.

El grito de Diana lo devolvió a la prueba, a la batalla.

No podía perder más tiempo.

Rudy asintió firmemente y despegó, aumentando su velocidad de vuelo en pocos segundos. La arena voló por los aires a su paso, testigo de su gran impulso.

- ¡NO! - gritó Placa Madre mientras Rudy se alejaba -. ¡VUELVE!

Pero Rudy ya no podía oírla. Sus ojos estaban fijos en el límite de la pista. Volaba recto, hacia el frente y a gran velocidad. Estaba ya casi en el límite.

Y entonces escuchó un silbido.

Giró la cabeza y vio un proyectil llameante. Apenas tuvo tiempo para virar hacia un lado, evitando el ataque por bien poco. La bola de fuego impactó contra la arena, creando una gran nube de humo.

Rudy vio a Kitsune en la distancia. Seguía atacando, desesperado. Varias bolas de fuego se cernieron sobre él, tratando de dificultar su trayectoria. Con cada ataque, el chico japonés del Grupo 2 gritaba con furia.

El colombiano aminoró su velocidad, evitando las explosiones a medida que seguía avanzando hacia el límite de la pista. Maniobraba por el aire, acelerando, virando y girando mientras seguía su curso.

Diana vio cómo su compañero avanzaba sin detenerse mientras el fuego le llovía encima. Pero ese no era su único problema. Junto a ella, atrapada en su cuerpo elástico, Placa Madre seguía debatiéndose para escapar. Su cuerpo sintético hacía terribles ruidos que la metamorfa tan solo podía asociar con una grúa trabajando a plena potencia para levantar un gran peso.

Su agarre sobre la ciborg no cedía, pero Diana comenzó a sentir como su rival comenzaba a alzarla del suelo, cargando con ella en su vuelo.

Placa Madre comenzó a arrastrar a Diana sobre la arena, volando en dirección a Rudy. Retrasada pero no retenida.

- ¡AAAAH! - gritaba Placa Madre, frustrada, mientras agitaba sus brazos dañados por el combate.  

Diana no pudo evitar gruñir por el esfuerzo. Pero entonces vio como una de las bolas de fuego impactaba de lleno a Rudy, en la espalda.

Una nueva explosión llenó la pista. Una densa nube negra cubría el lugar donde, segundos antes, se había encontrado Rudy.

El público guardó silencio. ¿Había sido derribado el chico del cráter?

Rudy se encontraba derribado en la arena, aún envuelto en la nube de humo. Había recibido bastantes daños durante el combate. Algunas de las explosiones le habían pillado bastante de cerca, provocándole quemaduras en los brazos y en las piernas. Pero aquel último ataque había sido demoledor.

La capa le humeaba, medio chamuscada.

Se dio cuenta de que tenía aún el tótem aferrado al pecho. Pero no se veía con fuerzas para continuar.

No oía nada. De hecho, todo el estadio parecía haber quedado en silencio. Pero entonces oyó una voz. Atronadora, poderosa.

- AY LEVÁNTESE RODOLFO, ¡AÚN PUEDE GANAR USTED!

Algo se removió en el interior de Rudy. Quizá fuera la energía cósmica bullendo dentro de él, o quizá el ánimo infundido por su madre. Quizá se trataba de la motivación que le había ofrecido el director Richmond. O puede que, en el fondo, simplemente quisiese ganar con todas sus fuerzas.

El chico del cráter se levantó de la arena y, mientras el humo se despejaba a su alrededor, remontó el vuelo de nuevo. Como una exhalación, Rudy atravesó a gran velocidad el poco espacio que lo separaba del límite de la pista.

- ¡El Grupo 4 gana la prueba, sacando el tótem del terreno de juego antes de que acabe el tiempo! - anunció Rita, emocionada.

Un pitido anunció el mentado fin de la prueba. El aura de Kitsune se disolvió al instante, y el motor de Placa Madre pareció apagarse por completo.

El japonés se dejó caer de rodillas sobre la arena, derrumbado. Su rostro estaba bastante rojo. Apretaba los labios con fuerza y parecía estar a punto de echarse a llorar.

Placa Madre, por su parte, mantenía una expresión extremadamente neutra. Su cuerpo medio destruido echaba chispas y crujía al moverse. Se dejó caer al suelo cuando su motor se apagó. Diana se dio cuenta entonces de que la ciborg la había arrastrado por la arena hasta apenas una decena de metros del límite, donde se encontraba Rudy ahora. Había estado tan cerca, y a la vez tan lejos…

La ciborg se reincorporó y le dedicó a Diana una mirada indescifrable.

- Felicidades, habéis ganado - la felicitó fríamente.

- Por favor, id saliendo de la pista para que pueda tener lugar la próxima prueba - pidió Rita a través de megafonía.