Tras un agotador viaje en coche a Joshua Tree, Sullivan descendió del coche cerrando suavemente la puerta. Tras colocarse su costosa y elegante ropa de la manera más oportuna, entra en el hospital St. Peter al que no ha tenido ningún problema para acceder. Dentro, en la recepción del centro hospitalario, una mujer de mediana edad y cabello recogido en un moño, le preguntó por su identidad y sus intenciones. Demasiado bien arreglado para ser un enfermo y con paso demasiado firme para ser un civil. Tras identificarse, la mujer le informó de que el doctor Gullavson estaba esperándole con impaciencia. La mujer le rogó a Sullivan que espere en uno de los pequeños asientos de la entrada pero, antes de que el hombre se pensase siquiera si hacerlo o no, el doctor hizo su aparición.
Se trata de un sujeto rubio y delgado con una mirada de superioridad que le confiese un aspecto verdaderamente desagradable. Es normal que todos los forenses se sientan amenazados ante un profesional del FBI, pero generalmente suelen disimular su descontento detrás de una pátina de educación. A Sullivan le resultaba totalmente indiferente lo que esos “profesionales”, generalmente más carniceros que doctores, le dijesen. Él demostraba su saber hacer en la mesa de autopsias, que era donde algunos complejos de superioridad habían quedado a la altura del betún del zapato.
—Soy el doctor Gullavson, jefe del departamento forense del hospital St. Peter —dijo con tanta frialdad que se le hubiese podido helar el aliento—. Usted debe ser el doctor Sullivan, supongo. ¿Le gustaría ver el informe de la autopsia que he realizado?
Aunque probablemente por poco, Sullivan llegaba tarde: ese hombrecillo presumido de cara pálida ya había realizado una primera autopsia. A saber cuántas pruebas se habrían perdido por su torpeza.
Tras un largo viaje, Julles no tenía muchas ganas de conversar, y mucho menos con un forense que le había quitado el trabajo de realizar la primera autopsia.
- Dr. Gullavson. No se si le han informado que debían esperarme a mí para realizar la autopsia. Enséñeme el informe, sí. Gracias
Suspiró, accedió a ver en ese momento el informe y esperó a que su nuevo "compañero" se lo leyera o entregase.
El doctor Gullavson muestra sorpresa en su rostro.
—Nadie me dijo nada —responde con altivez—. No obstante, soy un profesional con largos años de experiencia en este campo y mi informe es todo lo completo que se puede pedir.
Extiende a Sullivan una carpeta de cartón en cuyo interior hay un informe no del todo mal redactado, pero que no arroja demasiada luz sobre el caso. Concrétamente, los datos que se extraen de la lectura del informe son los siguientes:
Las heridas de arma blanca fueron la causa de la muerte en ambos casos. El arma usada para los asesinatos parece ser un arma blanca curva. Los cadáveres ya presentaban rigor mortis cuando fueron traídos al hospital.
Robert Bale presenta una incisión pectoral que le atravesó el corazón.
James Elmore presenta una amplia incisión en el la zona abdominal que derivó en la salida al exterior de parte del aparato digestivo y presenta una contusión en el cráneo, fruto de un fuerte impacto.
—Creo que una segunda autopsia sería innecesaria, doctor Sullivan —amenaza, más que aconseja, el forense del Hospital St. Peter de Joshua Tree.
Algo le mosqueaba de aquel médico. En un principio, su director le comentó que estaban esperándole para realizar las autopsias, pero este doctor Gullavson ya había abierto los cuerpos y, además, parecía haber hecho un trabajo muy poco laborioso. Los informes que le presentó eran muy escuetos, como si un estudiante de preparatoria a la universidad los hubiera realizado y sus profesores tuvieran que corregirle el 80% del trabajo. Faltaban datos...
Jules era muy escrupuloso con sus informes, pero aún lo era más en la autopsia en sí. No encontraba en ningún lado la certificación de la hora aproximada de la muerte ni sus argumentos; herida de arma blanca como causa de la muerte, bien, pero no hay datos sobre las dimensiones de la incisión; lo mismo podría decirse de la contusión en el cráneo... todo ello hacía que Jules se preguntase si el doctor Gullavson hacía su trabajo con esmero o simplemente no tenía la capacidad para ello.
- Supongo que no habrá tenido mucho tiempo para hacer este informe. - se dirigió mirando a Gullavson - Voy a por un café, a cambiarme, me limpiaré y realizaré de nuevo la autopsia. Al fin y al cabo se me ha pedido que la haga así que espero que no le importe que empiece esta noche.
Jules le devolvió los informes a Gullavson y dedicó unos minutos a averiguar qué diría la expresión de su rostro, o simplemente cuál sería su respuesta.
Máster, podría hacer una tirada de "Averiguar intenciones"? según mi ficha tengo 5(+7). ¿Qué tendría que tirar?
Por supuesto que puedes tirar para «Averiguar intenciones» del doctor Gullavson.
Tendrías que tirar 1d20 y sumarle 7 al resultado. Para conseguir una tirada exitosa debes sacar en total 15 o más.
Motivo: Averiguar intenciones Dr Gullavson
Tirada: 1d20
Dificultad: 15+
Resultado: 4(+7)=11 (Fracaso) [4]
Bien, dejo aquí la tirada entonces. Aunque fuera un fracaso je.
El doctor Gullavson no puso ningún rostro especial que Jules Sullivan pudiese apreciar. Únicamente la misma cara altiva y despótica que ya tenía desde el principio. No debía pasarse por alto que el hombre podría ser un racista como tantos otros que abundaban fuera y dentro del FBI. Pero con el tiempo y sus muchos méritos, Jules había aprendido que la envidia también tiene mucho que ver con esas reacciones, incluso por encima del color de piel o la nacionalidad. Desde ese instante, todo lo que hizo el doctor Sullivan lo realizó bajo la atenta mirada del doctor Gullavson.
Tranquilamente, el doctor Sullivan se cambió de ropa y un ayudante del hospital le proporcionó una bata quirúrgica verde, un gorro del mismo color y guantes azules. Lavó sus manos con gran esmero y, tras ayudarle a colocarse los guantes y la mascarilla, se acercó a las neveras en donde se encontraban los cuerpos conservados hasta que se les dé sepultura. Por desgracia, y a causa del torpe trabajo de Gullavson, en este caso el doctor Sullivan debía abrir los cuerpos de nuevo y aplicarse al máximo dados los desperfectos que habría causado la primera autopsia.
Necesito que hagas tres tiradas de «Medicina» sumando +7 al resultado a CD 10.
Fácil para un profesional como Sullivan.
Al no encontrar respuesta alguna en el rostro del doctor Gullavson, Jules tomó un rápido café solo y corto, bien cargado, y se dispuso a cambiarse y limpiarse para las - segundas autopsias- se decía en su cabeza. Nada le molestaba más que otro hubiera intentado hacer su trabajo - sí, intentado, ya que pensaba que la metodología que él seguía era la correcta y la adecuada para los casos referentes a asesinatos y similares que pudieran darse en el FBI... vamos, que sabía donde buscar o, por lo menos, más que un forense de pueblo al que a saber quien le habían encargado la misión de profanar los cuerpos de dos pobres víctimas incapaces de decir por sí mismas quién o qué fue la causa de su muerte - así que despejó su mente, vistió su "uniforme" de trabajo y - manos a la obra.
Se encontró con el primer cuerpo - Robert Bale - leyó para sí mismo. Quitó la sábana que cubría el cuerpo con delicadeza y lo observó unos segundos, como queriendo saber por dónde empezar. Se percató de la laceración en el plexo solar de la víctima que, según el informe, llegaba hasta el corazón y fue esta la causa de su muerte. Comenzó con su ritual previo a la apertura de cuerpos y, encima estos ya se encontraban abiertos y con su "Y" ya escrita en el pecho. Rozó levemente los puntos que unían en un único vértice aquellas tres incisiones que parecían estar hechas por un estudiante de preparatoria -quizás no era así, pero son los prejuicios de Jules quienes miraban entonces el corte- y comenzó a desunirlos con cuidado uno a uno. Al tener de nuevo el cuerpo sin cerrojo suspiró. Cambió de herramientas, acercó la luz a la incisión y comenzó a buscar indicios que asegurasen el informe que le había presentado el Dr Gullavson.
Con cierto escrúpulo -dígase forense o fetichista- comenzó a revisar la cabeza de Robert Bale. Inspeccionó el cuero cabelludo en busca de pruebas, palpó y observó cada parte de su cara: ojos, labios, orificios nasales, orejas y detrás de ellas, nuca... Siguió bajando en su exploración, teniendo también en cuenta las extremidades y deteniéndose unos instantes a buscar signos de defensa en los antebrazos, muñecas y uñas (lugares donde él, como forense, sabía que se dejaban marcas y pruebas defensivas en caso de que hubiera habido algún tipo de forcejeo).
Cintura, sexo, piernas... continuó en el descenso de su exploración hasta llegar de nuevo a los pies y, una vez acabado el cuerpo - necesito ver las pertenencias que portaba la víctima cuando fue recogida y acudida aquí, gracias. - dijo sin mirar apenas al Dr Gullavson y su ayudante.
Motivo: Medicina 1
Tirada: 1d20
Dificultad: 10+
Resultado: 16(+7)=23 (Exito) [16]
Motivo: Medicina 2
Tirada: 1d20
Dificultad: 10+
Resultado: 1(+7)=8 (Fracaso) [1]
Motivo: Medicina 3
Tirada: 1d20
Dificultad: 10+
Resultado: 11(+7)=18 (Exito) [11]
No estoy muy seguro si las tiradas las he hecho como me has pedido. Si tengo que rectificar algo, coméntamelo y así lo haré.
Tras un atento análisis de ambos cuerpos que duró sólo dos horas, un tiempo récord para cualquier exploración forense, Jules Sullivan pidió las ropas que llevaban puestas cuando fueron encontrados cadáveres. Se las llevaron inmediatamente, aunque el doctor Gullavson puso una mueca. Logró reunir así los siguientes datos:
Robert Bale
La muerte de Bale fue prácticamente instantánea.
El arma usada fue un arma de hoja curva de un solo filo. Esa arma estaba oxidada al menos parcialmente, ya que existen restos de orín en las heridas.
El cuerpo de Bale está manchado en su parte frontal por barro seco.
Aparecen restos de paja en la ropa.
El rigor mortis y el grado de descomposición en el cadáver de Bale indica que llevaba muerto entre 6 y 9 horas cuando fue descubierto. Además, presenta muchos organismos larvarios en sus cavidades al haber yacido varias horas en un entorno húmedo y orgánico.
James Elmore
La muerte de Elmore fue larga y dolorosa, posiblemente de hasta dos horas.
El arma usada fue un arma de hoja curva de un solo filo. Esa arma estaba oxidada al menos parcialmente, ya que existen restos de orín en las heridas.
La herida craneal de Elmore presenta pequeños trozos de madera incrustada. No es una herida profunda, por lo que es posible que fuera fruto de la caída del cuerpo al recibir la herida de arma blanca.
En la mano izquierda de Elmore hay restos de astillas de madera que han provocado microincisiones, como si hubiera agarrado algo de madera con fuerza.
El intestino delgado presenta adheridas pequeñas fibras textiles artificiales. Con toda probabilidad se trata de la alfombra donde, según el informe preliminar, se halló al cadáver.
Aparecen restos de paja en la ropa y en su mano derecha.
El rigor mortis y el nivel de descomposición de James Elmore indica que llevaba muerto entre 8 y 12 horas cuando fue encontrado su cuerpo.
Así pues, las conclusiones generales que Sullivan pudo extraer del estudio de las víctimas fueron las siguientes:
Robert Bale murió en el acto por acción de un ataque frontal de arma blanca que traspasó el corazón. Cayó al suelo de su jardín ya muerto y permaneció allí tumbado hasta que su cuerpo fue levantado por el forense.
James Elmore recibió una incisión profunda en el estómago y posteriormente cayó hacia atrás, golpeándose la cabeza con la mesa de la cocina. Las heridas de la mano se pueden deber a que intentó agarrar con fuerza la pata de la mesa para incorporarse o quizá a que existió forcejeo con su asesino.
Jules quedó algo más satisfecho con su renovado informe forense, aunque seguía algo inquieto por haber sido el segundo en abrir esos cadáveres. Sin embargo, finalmente parecía coincidir su diagnóstico con el del Dr Gullavson o, por lo menos en parte. Era tarde, y la cafeína ingerida hace unas horas ya no hacía el mismo efecto. El viaje fue agotador y además se forzó a realizar las autopsias ya cansado, aunque decidido y despejado. Era hora de tomar un descanso y aclarar las ideas de lo acontecido en esa fría y oscura sala aquella noche.
Hizo varias copias de su nuevo informe, buscó un ordenador y mandó un correo electrónico a su superior y sus compañeros para que lo tuvieran en cuenta en la interrogación de Lewis. El correo decía:
Al Director adjunto Skinner Le escribo este correo para informarle de que se han realizado las autopsias a los cadáveres del caso del imitador de la Polaroid. Además, pongo en copia a todos mis compañeros para que les llegue esta información. Adjunto al final de este comunicado el informe completo que he podido realizar hoy junto con el del Dr Gullavson que realizó las primeras autopsias antes que yo. Si creen que necesitan saber algo más, háganmelo saber y procederé a recoger más pruebas. Ahora mismo voy a descansar y aclarar un poco las ideas. Sin más, un cordial saludo. Jules Sullivan |
Envió el correo electrónico y suspiró. Se quedó pensativo unos instantes, comenzaba a tener hambre y aún tenía que buscar dónde descansar. Pensó que lo mejor sería buscar una cafetería 24 horas y el motel más cercano. Volvió a vestir su traje que comenzaba a notarse alguna arruga que otra y notarse más ancho por el uso del día de hoy. Se dirgió al Dr Gullavson y su ayudante - Dr Gullavson, ha sido un placer. Muchas gracias por haberme dejado realizar las autopsias en su hospital. Ahora mismo me marcho para descansar un rato. Pienso que deberían hacer lo mismo, aunque desconozco si les toca hacer guardia hoy aquí. Por cierto, busco una cafetería que pueda estar abierta a estas horas ¿recomiendan alguna donde se tomen unos buenos huevos con jamón?
Jules Sullivan era consciente de que su diagnóstico, de alguna manera, confirmaba el del doctor Gullavson, pero el de este último era mucho más incompleto. No podía compararse el minucioso trabajo que el forense del FBI había realizado con el propio de un aprendiz que una supuesta eminencia como el doctor del hospital St. Peter le había presentado. El email con los resultados había sido recibido por la central del FBI y pasaría a formar parte de los archivos del caso.
Tras enviar el email al director adjunto y a sus compañeros, se dirigió al doctor Gullavson.
—Dr Gullavson, ha sido un placer —dijo con cierta ceremonia mientras se arreglaba el traje—. Muchas gracias por haberme dejado realizar las autopsias en su hospital. Ahora mismo me marcho para descansar un rato. Pienso que deberían hacer lo mismo, aunque desconozco si les toca hacer guardia hoy aquí. Por cierto, busco una cafetería que pueda estar abierta a estas horas. ¿Recomiendan alguna donde se tomen unos buenos huevos con jamón?
El doctor Gullavson, que había recibido con cierta reticencia al doctor Sullivan, pareció aliviado de que este no le comentase nada que le hiciera quedar en mal lugar y, de hecho, hasta su rostro parecía mostrar un poco más de amabilidad.
—No tiene que darme las gracias, doctor Sullivan, es un placer colaborar con la oficina federal —dijo con una sonrisa—. Por desgracia a estas horas la cafetería del hospital está cerrada, pero tiene fuera un establecimiento 24 horas. Ignoro si tendrán la cocina abierta, eso sí, pero supongo que estarán preparando las cenas.
Y así fue como el doctor Sullivan se marchó del hospital St. Peter, lleno de orgullo por un trabajo bien hecho y a la espera de contactar con sus compañeros.
Jules salió del hospital con aquella sensación que puede rodear a cualquiera que sienta haber hecho un buen trabajo. En realidad, no había sido uno de sus mejores trabajos (además de arribar tarde a las primeras autopsias, aquello no le hizo ninguna gracia). Se encontró en la salida del hospital, de noche y corría algo de viento. Miró enrededor buscando con la mirada aquel establecimiento 24 horas que le recomendó el Dr Gullavson y, al verlo, se ajustó las mangas del traje y se dirigió allá.
El lugar era algo cálido y parecía que el precio iba a estar bien, aunque por esas nimiedades no solía preocuparse. Se sentó en una mesa y esperó que viniera quien tuviera que tomar nota. Estaba pensando en comer unos huevos revueltos con beicon y un buen batido de chocolate. Si fueran las 5 de la madrugada, seguramente hubiera elegido un café bien cargado, pero tocaba marchar a descansar.
Perdonad, que llevo 4 intentos para escribir este post y nunca lo había terminado.
Una vez realizada la autopsia, a tu Personaje sólo le queda comunicarse con sus compañeros telefónicamente para seguir su misión. Su trabajo en Joshua Tree ha terminado y el de sus compañeros en la penitenciaría de BlackRock acaba de finalizar también. Puedes ponerte en contacto mediante el Off-topic y, cuando hayáis entrado en contacto de nuevo, os iréis al fin hacia Ashville.
Jules estaba ya algo más relajado, tomando sus huevos y pensando en que su traje necesitaría algunos remiendos ya, la edad iba pasando factura, para él y para el traje. Pensaba en que debería reforzar un poco los codos, los hombros puede que los tuviera algo caídos, la chaqueta parecía haber dado un poco de sí - Lo que tiene hacer vida con tu traje, que el uso hace que las telas se ensanchen y pierdan fuerza y color - se decía.
En ese momento miró el reloj, pensó que quizás era buen momento para llamar a sus compañeros, comunicarles el informe y que le comentasen ellos cómo había ido el interrogatorio. Quizás era momento de preguntarles si requerirían de alguna prueba más o no o si podría marchar ya a Ashville al día siguiente. Tecleó los números y, con la mano izquierda en el tenedor y la derecha junto a la oreja sosteniendo el teléfono móvil, comenzó a sonar...
Voy a offtopic