- Esperad, no queraís ir tan rápido. Vengo a hablar con el Príncipe. Tengo un importante mensaje que entregarle a él en persona.
Les dije esto de corrido mientras pensaba que le diría al Príncipe cuando me lo encontrase cara a cara. Lo cierto es que no tenía claro si era una buena idea hablarle de lo que había visto en el bosque.
- Por favor, decidme donde encontrarle. El Príncipe no querrá que mi mensaje llegue tarde.
Los guardias te miran de pies a cabeza nuevamente sin sacar de sus caras el gesto de molestia. Entonces cruzan sus miradas y se ponen a reir. Uno de ellos ahora se acerca mucho a ti y te dice:
- Y dígame, su señoría ¿A quién tengo que anunciar? ¿Al duque de Asturias? ¿A su Santidad el Papa o al mismisimo Preste Juan?.
Los dos sujetos se ríen aún más fuerte por esta ocurrencia. Luego el que se burlo de ti se acerca más, te toma del cuello y te dice:
- ¡Sal de aquí antes de que te muela a palos, capullo!
¿Esta bien usado lo de capullo? Mira que eso no lo decimos por acá :P
Tu personaje sigue en la escena Reunión de Primogénitos
Miré a sus ojos. Parecía que iba en serio. De toda manera, ahora no iba a andarme con chiquitas. Debía entregar el mensaje, así que aguantándole la mirada le dije:
-Dime donde encontrar al Príncipe. Sal de mi camino, o tu traicion será expuesta ante él, también. Es un asunto de vital importancia, así que no perderé un segundo peleando contigo.
"Soi" químico, no linguista, pero sí, creo que la expresión está correctísimamente puesta. ;D
Por cierto, quizás el post suene raro (falto de conjunciones), pero es por que tengo el teclado estropeado desde hace una semana, "i" no puedo escribir la i griega ni el seis. xD
El Guardia estaba a punto de levantar la mano para descargar un golpe en tu cara cuando alguien le detiene con un grito. Se trata de un hombre de edad ya avanzada y vestido elegantemente. El se acerca y le dice al guardia:
- Dejen al vagabundo a mi cuidado. Yo me encargo.
Por lo visto se trataba de alguien realmente importante, pues esos brutos no pusieron ningúna onjesión y simplemente te miraron con cierto encono.
El hombre viejo te invita a que lo acompañes y cuando ya se encuentran en el interior del castillo, te dice:
- Soy el senescal de palacio, me llamo Louis de Marseille. Disculpa a los guardias, pero solo son unos simples mortales no saben darle a las personas la importancia que verdaderamente tienen. Decidme, buen hombre ¿Qué es aquello que el príncipe debe escuchar tan urgentemente?.
Agradecí el tacto del senescal, pero sus palabras me causaron una cierta desconfianza.
-Se lo diré si es absolutamente necesario, pero prefiero decírselo directamente al Príncipe.
Miré a la cara del senescal. Quizás me permita pasar sin problemas, me dije mientras intentaba evaluar su reacción. Sea como sea, no me gustaba nada la idea de explicárselo a él.
El senescal se te queda mirando como si pensara en las implicaciones de dejarte hablar libremente con su señor. Luego, como si viera algo honesto en ti, te dice:
- Escucha. El príncipe se encuentra en una reunión muy importante en este momento, pero quiza seasea bueno que todo el mundo se entere de lo que ocurre. Mira, estoy poniendo mi cargo en peligro por lo que voy a hacer, pero si verdaderamente es tan importante lo que tienes que decir, te dejaré entrar a hablar conel principe deñante de todos los demás ¿Puedo confiar en ti?.
El anciano te mira esperando una respuesta que le permita confiar en ti.