"¿Que si hay algo de valor lo donemos?" intento disimular una mirada de asombro. "¡Este sujeto está chiflado! Si hay algo de valor, será lo que vendamos o nos repartamos, que para eso sirve. Si Hough hubiese querido dejárselo todo a un museo, lo habría hecho. A lo mejor el joven Johnson no sufre de problemas económicos, pero mi familia sí. Si hay algo de valor que se pueda vender, quizás logre una suma de dinero que me permita no tener que trabajar durante un tiempo, pudiendo dedicarme en cuerpo y alma a la escritura de mi próxima novela. Así que no podría estar más en desacuerdo."
-Y bien, señora Hough- digo, tratando de desviar el tema- Espero que no se haya quedado muy preocupada por lo del tema de las agresiones. Hemos alertado a la policía, y creyendo que puede tener relación con la lectura testamentaria, han prometido vigilancia policial alrededor de esta mansión, para su seguridad y la de su familia.
"Enterremos el tema de la cesión al museo entre palabrería inútil" me digo. No es que yo sea una gran conversadora, pero prefiero mil veces que me tachen de pesada que permitir que la idea de la cesión quede en el aire.
-Por curiosidad, esos objetos del baúl, los que su difunto esposo quería que custodiásemos a título personal... ¿Tiene idea de en qué consisten?
No tengo ni idea - responde, concisa - Ahora les entregaré la llave de la tienda y se pueden llevar el baúl. Allí están todos los documentos relacionados con la tienda. Ya nada queremos tener que ver con ella. - replica.
Al momento llega Nick arrastrando un gran arcón. Lo deja en el suelo de la salita y rebuscando en el interior de un portafolios saca una llave grande, de hierro negro y se la tiende a Anne. Mira de reojo a los demás y se queda detrás de su madre apoyando un brazo sobre su hombro.
Pueden quedarse aquí hasta que amaine un poco la tormenta. no he visto ningún coche afuera... necesitarán uno si quieren llevarse el baúl.
Tras sentirme totalmente ignorada me quedé en silencio en una esquina, sin ni siquiera acercarme al baul. En el fondo no me interesaba para nada lo que pudiera haber en él y viendo como se desarrollaban los acontecimientos, permanecer en silencio era la única buena opción a tener en cuenta.
Lo siento June, se me pasó tu post (lo leí pero me despisté) supongamos que te ha estrechado la mano pero no parece conocerte ni a ti ni a tu familia. Quizás sea demasiado lejana...
En el interior del Baul hay:
- Un libro titulado Livre d'Ivon (en francés)
- Varios libros de cuentas con las facturas del agua, la electricidad, etc.
- El contrato de propiedad de la tienda
- Un par de joyeros
- un par de llaveros, uno de llaves normales y otro de llaves pequeñas
- varios libros: diarios y libros de apuntes de investigación.
- Un disco de vinilo en una funda sin nombre.
- Varios utiles de viaje, herramientas de limpieza, de excavación, ropa, mapas, brujulas, etc.
edito: Confirmado.
Posteadme si os vais en cuanto llega el taxi, y a dónde. O si vais a hacer alguna pregunta o hablar entre vosotros... sois libres de hacerlo.
Continuaba en silencio, esperando que alguien dijera qué es lo que pensaba hacer. Ya había comprobado que mis iniciativas no eran demasiado bien recibidas, así que simplemente les miraba.
Todo lo que había en el cofre me parecía estupendo, pero a parte de a las llaves a poco más le podría sacar alguna utilizar, aunque seguro que alguno de mis compañeros estaría salivando al ver todas aquellas cosas e imaginando que es lo que se podrían encontrar en la tienda después.
Por mi parte, prefería llamar un taxi y salir de la casa donde el hijo de la viuda, nos miraba como si fuéramos el mismísimo diablo, pero decidí continuar con mi silencio, a la espera de la decisión del grupo.
Observo el contenido del baúl y me acerco cogiendo alguno de los libros y haciéndoles un rápido vistazo Vaya, parecen ser diarios.... tras el vistazo los devuelvo a su lugar me giro hacia la viuda un momento Algunos de estos libros parecen ser diarios de su esposo, por ahora los necesitamos, seguro que nos ayudan a catalogar algunas de las piezas, pero cuando terminemos estoy seguro de que a la familia les gustaría tenerlos, aunque antes de ofrecerlos ay que comprobar que no ponga nada comprometido. .
Muchas gracias pro su ayuda y por su hospitalidad señora Hough digo con tono cortes mientras cierro la tapa del Baul Habra que pensar en avisar un taxi que nos lleve hasta la tienda
Parecía que ya se había decidido el lugar al que iríamos, así que opté también por despedirme, ya que supuse que podríamos llamar a un taxi desde la misma casa, es más, casi seguro que podría llamar el mismísimo hijo para que nos fueramos cuanto antes:
- Ha sido un placer y muchas gracias por atendernos. - Le digo a la mujer esperando a que el resto decidiera hacer algo.
William entra en la casa discretamente, tras todos los demas, como si quisiera cerrar la comitiva. Observa la habitacion con ojo critico pero se mantiene alejado en un extremo de la sala, despojandose de su arrugada gabardina y sujentadola con los brazos cruzados delante suyo, como si fuera un escudo.
El señor Abbot permanece ajeno durante toda la conversación, pero cuando el señor Eban Jonhson comenta a la viuda la idea de ceder parte de los objetos de la tienda a un museo, pone los ojos fuera de sus orbitas, como dos platos. - Donar? Donar? Pero este de donde ha salido? Valiente Robin Hood, tu epoca ya pasó. Como me gustaria ser tan rico como el para poder ser igual de generoso, o quizas tenga un gran gran gran corazon, oh, que digno compañero...dejalo William! Nadie se cree tus palabras, lo sabes, verdad?- William se relaja y recupera su apatica e intrascendente postura pero cuando cruza su mirada con la de Cottle levanta ligeramente los hombros y las dos cejas, a modo de excusa -Lo siento abuelo, al abrio la boca antes que yo, jeje-
William continua ausente todo el rato, hasta que mencionan la palabra "cofre". Nuestro despistado y codicioso protagonista deja de mirar al techo (o al trasero de la señorita June, segun en que momento de la conversación) y centra toda su atención en el cofre y su contenido. Intenta acercarse para echar un vistazo pero se ve bloqueado por sus compañeros y la contundente accion de Eban que, cerrando el cofre, da al traste con las intenciones de William. -Bueno, que importa, nada se va a mover de su sitio, ya examinaremos su contenido mas tarde, lo importante es que podemos acceder a la tienda. Anne, no pierdas esa llave, o juro que lo lamentaras, muñeca.-
Lamento no haberme podido incorpoarar antes (acabo de llegar de viaje), he intentado encajar en la escena en base a lo q habeis escrito y desarollado. Ha sido una pena que no me hayais dejado babear sobre el cofre XDDDDDDDDDDDDD
La señora Hough no se encuentra tan alarmada como el hijo, cuando les explicáis acerca de los sucesos que han acaecido sobre los asaltos y el asunto de la policía. Y os agradece de corazón el que hayais venido personalmente a avisarles.
La señora Hough se muestra bastante firme y aduce que el edificio es bastante seguro, Daniel, siempre fue bastante precavido con este tipo de cosas y gastó muchos recursos en conseguir la protección adecuada y suficiente para su familia y sus propiedades.
Por otro lado, dice estar preocupada por vuestra seguridad, y espera que tengáis cuidado.
Llaman a la puerta. Va el joven a abrir.
Se vuelve y avisa - parece que hay un taxi aquí. - todos recordáis que Cottle había quedado con el taxista que le trajo para que volviera en un rato.
El taxista espera - dice el joven, sin perder la seca brusquedad de la que viene haciendo gala.
La señora Hough se despide de todos. Y el joven os acompaña a la puerta, siendo Cottle, Abbot y Jhonson los que llevan el baúl hasta el coche, mientras las jovenes se despiden adecuadamente de la viuda.
El taxista entra en el coche y cuando todos estáis dentro -un poco apretados, para qué negarlo- pregunta:
¿A dónde les llevo?
edito.
Son las 19:21 horas del 25 de Abril de 1922 cuando salís de la casa de la viuda de Hough.
sigue lloviendo y debido al terrible tiempo está muy oscuro aunque aun no es de noche.
Como me han dado a entender que a lo que veníamos era a por la llave de la tienda y doy por supuesto que será alguna del manojo de llaves que había en el baúl le digo al taxista que nos lleve a la tienda. Al menos, no creía que antes de entrar allí, nadie quisiera ir al hotel, aunque sólo fuera algo de curiosidad de esa innata.
Antes de que el taxista arrancara miré al resto de mis acompañantes, aún estaban a tiempo de decirle que fuera a otra dirección.
Estoy bastante cansada, pero sé muy bien que ninguno de los hombres aquí presentes me va a permitir regresar al hotel a descansar después de este agotador día antes de pasarse por la tienda, y como la llave está en mi bolso, serían capaces de pasar por encima de mi cadáver antes de permitirme regresar sin echar un vistazo a la tienda. Al subir al taxi, todos comprimidos, lo cual es insoportable, compruebo que la señorita Adams ha debido suponer lo mismo que yo, así que me limito a dejarme llevar.
Además, por otra parte, creo que el contenido del baúl estará más protegido en una tienda cerrada a cal y canto que en nuestras habitaciones e hotel, pues aún creo que estamos en peligro de un nuevo ataque.
Así pues, regresamos a la tienda de antigüedades. De todos modos, como ávida lectora y escritora nóvel, no descarto que pueda ser interesante echar un vistazo a los libros y diarios del arcón. Y quién sabe, puede que en la tienda haya más, así que al menos podría entretenerme mientras los hombres inspeccionan las estatuas, figurillas y demás cachivaches polvorientos.
Sólo espero, dado que en breve comenzará a anochecer, que en la tienda funcione la luz artificial. De otro modo, no sé qué vamos a ver allí a oscuras.
Al ver el taxi hago un gesto para ceder la plaza junto al conductor a una de las señoritas Creo que una de ustedes debería de viajar en el asiento del copiloto Por lógica debería ser la señorita Bradstreet, es la que ha llevado un día más ajetreado pienso para mi mientras subo a la parte trasera del taxi Bueno veamos que misterios esconde la tienda de antigüedades
Será mejor que nos marchemos a la tienda antes de que anochezca, "damas y caballeros". William entona burlonamente la coletilla con la que ha terminado la frase mientras deja el cofre en el maletero y da la vuelta al vehiculo por la parte de atras. Sin esperar a cual de las dos damas acepta la gentil sugerencia del señor Jonhson, William abre la puerta de la parte trasera del coche por el lado del conductor y entra en su interior.
Tras cerrar la puerta y acomodarse en una esquina del asiento trasero del coche el señor Abbott empieza a silbar suavemente una tonadilla, parece bastante despreocupado. -Perfecto, ya tenemos la llave y el baul, esta noche va a ser muy larga William, pero promete ser muy interesante. Si las damas desean retirarse a descansar, mejor que mejor, seguro que Don Robin Hood Eban esta mas que dispuesto a acompañarlas al Hotel, jeje.-
-Cierto es, pongámonos en camino para poder inspeccionar la tienda- por cortesía, como me han enseñado siempre en mi casa, le cedo el asiento delantero al señor Cottle, pues creo que es el mayor de todos nosotros, o por su aspecto lo parece, y me siento atrás, con la llave a buen recaudo en mi bolso- Vayámonos antes de que anochezca, para que dé tiempo a hacer algo en el almacén.