-Sea hospital, iglesia o cementerio, deberíamos partir cuanto antes- comento, poniéndome en pie- ¿Alguno de ustedes posee un arma? Yo sí, así que acompañaré a alguno de los que vayan desarmados. No quisiera que el agresor nos pillase en cuadros. ¿Alguna preferencia por algún sitio, caballeros?- digo, mirando al grupo completo.
El señor Johnson tenía razón. No era demasiada buena idea que fuéramos solos a por los fragmentos de esa lámpara, podría resultar peligroso viendo como ya habían atacado a Anne, así que asentí.
- Yo preferiría ir junto a la señorita Bradstreet. - Dije mostrando una sonrisa cómplice a la mujer y luego mirando al resto, esperando que no les supusiera ninguna molestia.
-Me alegro de que opine así, señorita Adams. Yo también preferiría ir con usted- no en vano, le había tomado cierto cariño, pues era la única que se había mostrado ciertamente amable conmigo- ¿Tiene preferencia por un sitio en concreto?
Mostré una sonrisa más amplía esta vez, al ver que mi compañera estaba conforme con mi propuesta, ya que me sentía más cómoda con ella que con el resto y luego me encogí de hombros.
- Pues en realidad preferiría no tener que ir a ninguno y olvidarme de esa tienda, pero en vista de que parece que hay algo imortante y muy extraño, no tengo más remedio que ir, por lo que me da igual un lugar que otro, el que más te guste a ti.
Si me lo permiten les sugeriría que siendo que los señores Houg y Abbot van a ir a la universidad ustedes dos fuesen al hospital, seguramente sera el lugar más seguro digo dirigiéndome a las señoritas Asi que yo me encargare del cementerio como ya he dicho, si les parece creo que deberíamos empezar a movernos
-De acuerdo- le digo- El hospital es un sitio como otro cualquiera. Pongámonos en marcha si no tienen más que decir.
Los miro esperando algún tipo de reacción. Quizás prefieran cambiar de lugar. No en vano, por algún motivo morboso que no puedo ni imaginarme, se me apetecía ir al cementerio, pero creyendo que resultaría algo macabro el comentar una cosa así, el hospital parece un lugar mucho más adecuado para un par de damas. Quizás la mención del cementerio había despertado el lado oscuro de mi mente de escritora...
Estoy de acuerdo. Solo un par de cosas que quiero aclarar.... - dice tras acabar su tostada - Deberíamos quedar en algún sitio por si hay problemas. Y usted - se dirige a Eban - debería acercarse a ver al detective por si puede encontrarle, y quizás le pueda acompañar al cementerio. No me parece bien que vaya usted solo.
Mira a todos y asiente sin decir palabra. Parece más que feliz de acompañar a Cottle a la Universidad.
- Sí, quizás sea mejor que quedemos en algún lugar como bien dice Cottle. Podríamos hacerlo en frente del edificio de la comisaría, por ejemplo. Si nos quedamos allí delante, sea cual sea el problema, estaremos más seguros que si quedamos en el hotel o en la tienda. - Me parecía bastante razonable quedar en un sitio así, donde pudiéramos encontrarnos en caso de necesidad.
- Tan sólo espero que no sea necesario quedar allí por haber sufrido otro ataque o algo parecido.
-Me parece bien. Es un lugar seguro, en donde encontrar ayuda si es que nos sucede algo como lo que me pasó a mí hace nada, en el hotel. Si no hay objección, ese lugar podría ser un buen punto de reunión, caballeros.
Frente a la comisaria pues digo mientras me levanto de mi silla quedemos allí a eso de las 5 de la tarde si les parece bien, ahora si me disculpan me acercare a la agencia de detectives a ver si esta vez tengo más suerte digo despidiéndome de mis compañeros tengan cuidado digo con gesto algo preocupado Sinceramente espero que no se produzca ningún incidente desagradable
Una vez de pie, y contenta de ver que, por una parte, el señor Abbot parece más calmado que el día anterior, y que por otra parte, el señor Johnson y el señor Cottle parecen más dispuestos a colaborar, me pongo mi abrigo con renovado entusiasmo, y le indico con un gesto a la señorita Adams de que si lo desea, nos ponemos en marcha.
-Espero que todos tengamos suerte, caballeros. Ya que estamos, me gustaría llegar al fondo de este asunto, así que manos a la obra y buena suerte- digo, sonriendo, contenta por verlos tan centrados en la investigación.
Entonces no hay nada más que hablar - dice levantándose y poniéndose su abrigo - Esperemos tener suerte y poder dar con esos fragmentos... supongo que una vez reuniéndolos podremos averiguar más acerca del secreto que esconde la tienda y su legado. - dice con firme convicción.
Al ver como se comenzaban a levantar de la mesa, cogí la servilleta y tras pasarla por mis labios me puse de pie con idea de que era hora de que nos pusiéramos en marcha. Alisé mi vestido y sonreí a los presentes para luego decir: - Espero que todos tengan un buen y productivo día. Cuando quieras nos vamos Anne.
- Cualquier cosa es mejor que volver a tener que pasarme el día encerrada entre aquellas polvorientas paderes de la tienda.. - Suspiré suavemente tras mis pensamientos. - Aunque, para mi desgracia, no tardaremos demasiado en volver a ella.
Es 27 de Abril, Miércoles, de 1922. Son las 09:36 horas.