- Joder!! - Exclamo perdiendo toda mi compostura cuando el libro habla de verdad. Estaba tan convencida de que no lo iba a hacer que no pude reprimir un pequeño salto al escucharlo. Tardé unos segundos en reponerme, pero lo que menos nos hacía falta es que un libro nos tomara el pelo en estos momentos, aunque hablase. Como no tenía del todo laro, lo inteligente que podría ser, decidí tratarlo como si fuera una persona, una vez Anne le había leído el contrato.
- Hola. Mi nombre es June Adams y junto a las personas aquí presentes acabo de heredar esta tienda, ya que no sé si lo sabes, pero su antiguo propietario ha fallecido. Sobre demostrarte quién es el propietario, pues espero que te sirva con el contrato, aunque lógicamente lo hemos podido falsificar, al igual que hemos podido robar las llaves de la tienda o esto, - digo sacando la cruz de malta y enseñándola delante del libro como si me pudiera ver - la llave que abre la puerta hacía las salas del sótano. En definitiva, necesitamos saber que es lo que tenemos en la tienda y como ahora, te guste o no, has pasado a ser nuestro, me parece que no tienes muchas opciones más que mostrarnos lo que hay en ella. - En ese momento paso la mano por una página del libro, acariciando el papel. - Al fin y al cabo, todos sabemos qué pasa con los libros que no son útiles.
Antes de desvelar los secretos ocultos en este lugar, debes probar que eres la propietaria legítima. - responde a June, apareciendo y desapareciendo las frases a distintas alturas dentro de la misma página o en distintas páginas.
Ponerme un papel delante, donde dice que ahora soy de vuestra propiedad no me sirve de nada. Ya podéis ir pensando en otra cosa... - prosigue.
"¡Al carajo con el inventario!" me digo, un poco harta del rumbo que está tomando todo esto. No sólo estoy rodeada de personas rarísimas -con excepción de la señorita Adams, que al menos parece sentirse tan fuera de lugar como yo-, me han atacado en mi hotel, he sido víctima de los trucos absurdos del señor Hough, como el inventario o ese disco infernal, y ahora me siento estúpida en su tienda, dando palos de ciego intentando averiguar... ¿Qué? ¿Qué demonios estamos tratando de averiguar?
Por lo pronto, saco el Livre d'Ivon de mi bolsillo. Está en francés. Obviamente, eso no debería ser problema para mí. Lo ojeo un rato, tratando de buscar algo que capte mi atención.
"Orden, control y método, Anne. Sin ellos, no se va a ninguna parte" me digo, mientras me preparo a analizar la tienda punto por punto, para no dejar cabo sin atar.
Abro el libro. Si el inventario hablaba, espero que a éste no le dé por cantar...
Soy muy organizada (exageradamente) luego ya he establecido cómo voy a proceder a investigar: punto por punto, aunque tiente más salir corriendo hacia el piso inferior. Si veo algo que me llame la atención, avisaré para que todos nos pongamos a investigar en esa dirección :)
Voy a comenzar con un análisis en profundidad de todo lo que contiene el arcón. Os comentaré si averiguo algo :)
Miro con desagrado al libro y lo dejo abierto sobre una mesa, cansada de todas estas tonterías. - Pues mira, sí que es un libro que habla, pero la verdad es que si no hablara sería lo mismo, porque para lo que dice..
- Sí, no te preocupes, si no quieres hablar con los nuevos dueños de la tienda, una de ellos ya ha pensado qué es lo que va a hacer contigo, ya te lo he explicado antes. Cuando un libro resulta inútil y encima habla como tú.. se le prende fuego. Total, para no obtener ninguna información porque te niegas a hablar.. No sirves para nada.
Cojo una de las lámparas y me acerco de nuevo al libro, a ver si así le da por cantar.
Tras un buen rato ojeando el libro de marras, no logro sacar nada en claro, así que lo deposito de nuevo en el baúl.
-Caballeros, yo del Livre d'Ivon no he sacado nada en claro, pero sólo le he dado un vistazo superficial. Si a alguno de ustedes les place echarle un vistazo, que sepan que lo encontrarán de nuevo en el arcón.
Dicho esto, lo dejo en el baúl y en su lugar extraigo los libros de cuentas, que empiezo a ojear con menos interés, ya que no es que la contabilidad me resulte una rama del saber precisamente fascinante. Pero bueno, no me viene mal echar un buen vistazo.
Master, ¿qué tirada realizo?
Contabilidad por supuesto...
Y la saques o no, una tirada de idea además.
El señor abbott continua sentado, leyendo y tomando notas de los Diarios de Daniel Hough. Cuando el señor Eban se levanta de su asiento le dedica un simple y seco saludo asintiendo con la cabeza, para luego continuar con su lectura con avidez.
William no parece prestar ninguna atención al resto de sus compañeros de habitacion, salvo en el momento en el qeu June "amenaza" al Inventario, diciendole que va a prenderle fuego. Por un instante, el señor Abbott hace un amago para levantarse y decir algo, pero pronto cambia de opinion y carraspeando ligeramente vuelve a sentarse y sigue leyendo. -De que serviria? La princesita no me va a hacer caso... ademas, puede ser interesante ver como reacciona el Inventario.. y si ocurre algo, es su pellejo y no el mio el que esta en juego-
Tras el amago de levantarse, William echa mano a su chaqueta y comprueba que el joyero con las gemas estan en ella. -umm... es casi seguro que las gemas encajarian en las oberturas de la daga de la estatua de Inari que encontramos en el piso inferior. Pero ahora no es el momento, no pienso ir a ciegas, y encajar las joyas sin saber el porque. Tiene que haber algo aqui, escrito en algun lado....vamos Daniel, muestrame tus secretos!-
Tras un largo período de meditación y bastante ofuscado por la respuesta del libro ante la idea de demostrar con mi sangre que era uno de los nuevos propietarios, me pongo en pie y doy un largo suspiro...
Debemos pensar, de alguna forma nos esta pidiendo que le mostremos una prueba de que realmente somos los propietarios, por lo visto es capaz de ver lo que le ponemos delente, pués su reacción ha sido esa con el papel que acaban de mostrar y lo mismo cuando... cuando intenté vertir algo de mi sangre sobre el mismo.
Miro a la señorita Braddstreet, y como deposita el Livre D`Ivon de nuevo en el baúl.
Le ruego no se enoje con el libro por favor. No deja de ser un libro normal y corriente con algún tipo de conjuro protector. Lo he analizado y no parece que sea maligno u oscuro. ¿Han probado a preguntarle?. Digo como si de repente se me encendiera uan bombilla...
Lo cierto es que cuando no sabes algo y no encuentras información lo más útil es preguntar al que más sabe... Sin más me adelanto a June y abro el inventario...
Somos tus nuevos dueños. ¿Como podemos demostrártelo?
Nota para el DM: No se cuento tiempo de juego ha pasado desde que subi con Eban a la tienda, ese es el tiempo que ha invertido mi PJ en leer los diarios (ojala fuera como el tiempo real, que han sido 2 semanitas XDDDD). Te comente que buscaba información especifica, por si eso puede acelerar el proceso.
Nota para todos: He dejado un post en el hilo offtopics referente al post que escribio Camember la semana pasada. Si podeis leerlo y dadme vuestra opinion, os lo agradezco de antemano.
William lleva unas tres horas revisando los diarios. Aun tienes que esperar unas horas más para darte las pistas necesarias que vienen en los libros.
Si sois los propietarios sabréis cómo demostrarmelo. - leeis escuetamente en la superficie de las páginas.
Dados tus conocimientos básicos de contabilidad apenas puedes comprobar si las cuentas están bien y si todo está apuntado.
Lo que sí te das cuenta es que hay uno de los asientos que se repite todos los meses y que viene marcado como "gastos especiales". Casi siempre ronda la misma cantidad. Unos doscientos dolares al mes, una cantidad importante.
Es posible que en alguna parte de los libros de contabilidad venga a qué se refiere ese gasto, pero necesito una tirada de contabilidad con éxito (o que lo lleves a un contable y que os lo revise)
Hago una mueca sarcástica a Cottle y me alejo del inventario dejándoselo todo para él. Estoy un poco harta de todo esto y de lo que estoy ya aburridísima es de la gente, lo que no incluía a Anne ya que me parecía una mujer agradable.
Volvía a estar sin nada que hacer y el jodido inventario, no iba a colaborar hasta que le dijéramos lo qué? Unas palabras mágicas? - Podíamos probar con habra cadabra.. - Pensé cínicamente.
Dejé a todos con lo que estaban haciendo y me fui de nuevo a la tienda. A ver si localizaba los objetos que hacían falta en las salas de abajo.
-¿alguno de ustedes sabe algo sobre contabilidad?- pregunto, extrañada ante lo que acabo de ver, aunque me consta que mis ínfimos conocimientos de la materia seguro que han hecho que se me pasase algo por alto- Necesitaría ayuda con los libros de cuentras. Por favor, si alguno sabe algo, que me eche una mano.
-No lo entiendo Daniel, para que crear varios templos de culto tan dispares, ni siquiera tienen relación entre ellos.... si la menos defendieran la misma causa u otorgaran los mismos favores...... tiene que estar aqui, en alguna parte....- William continua examinando los diarios, pero tras 3 horas enfrascado en ellos, el cansancio y sobre todo la frustracion hacen mella en el. Los diarios estan desparramados por el divan, la mayoria de ellos entreabiertos, y un monton de hojas, algunas garabateadas, otras hechas una pelota de papel, pululan alrededor del sociopata e introvertido señor Abbott. Tras suspirar y mirar al techo con la mirada perdida, vuelve a mirar a su alrededor y se fija brevemente en Anne -que dijo? Contabilidad? No gracias, para los dos dolares que ganaba al mes no necesitaba saber nada de eso, je...-
Tras la breve pausa, vuelve a concentrarse en la lectura, devorando las hojas del diario con avidez. Una gota de sudor cae sobre el diario, William la seca con la amnga de su gastada chaqueta y continua imperturbable su labor.
Doy un suspiro al leer la respuesta del inventario. Maldita sea. Digo mientras lo cierro, tras lo cual miro a Anne que pide ayuda con el libro de las cuentas. Niego con la cabeza... Lo siento, no tengo ni idea de contabilidad ni de nada parecido, pero creo daré un vistazo al Livre d'Ivon que dejó en el arcon.
Sin más pongo rumbo al arcon y lo abro rebuscando entre el mismo hasta dar con mi objetivo. Busco un asiento en donde poder sentarme y comienzo dándole un vistazo por encima en un repaso rápido y sin profundizar demasiado... quizá buscando algo que pueda servirnos de ayuda, lamentablemente mi mente sigue pensando en el diario... supongo que Daniel lo abriría de alguna forma siempre. Quizá diría su nombre, puede que sea tan fácil como pronunciar nuestro nombre y directamente el libro nos mostrará su contenido...
Agito mi cabeza y vuelvo al Livre d´Ivon. Revisaré esto, si necesitan ayuda con algo que no sea contabilidad avísenme. Por cierto ¿Han probado a abrir el darío contenstando con su nombre?
A menos que me digáis alguna otra cosa, voy a avanzar la escena hasta la noche. En tal caso me supongo que coméis en un restaurante cercano o que alguno va a por bocadillos o compra comida para llevar a la tienda y comer allí.
En tal caso, las cosas estarían así:
Eban, duerme.
Cottle está estudiando el libro de Eibon.
Abbot está revisando los diarios de Daniel.
June revisa las salas de abajo nuevamente. (por cierto que aun queda una puerta por revisar...)
Anne... dime qué más revisas o si vas a ir a algún sitio a que te "investiguen" o "analicen" alguna de las cosas que habéis conseguido.
Ok, por mi parte bien. Aunque imagino que Anne deberia acompañar a June abajo, por eso de la regla de "no quedarse solo en Chulhulandia" XDDD. Mientras tanto Abbott va a dejar la tienda llena de pelotitas de papel como siga tan enfrascado con la lectura :)
En los libros de cuentas, apenas encuentro nada que llame mi atención, cosa que no me sorprende, porque me resulta tan entretenida la contabilidad como los discursos de Woodrow Wilson...
No obstante, alguna cosa sí que me ha llamado la atención, pero está claro que alguien con mis conocimientos de la materia no se basta para percatarse de por qué es extraño, o a qué se refieren. Si tan sólo alguno de los presentes tuviese nociones de Contabilidad básica...
Cita :
Lo que sí te das cuenta es que hay uno de los asientos que se repite todos los meses y que viene marcado como "gastos especiales". Casi siempre ronda la misma cantidad. Unos doscientos dolares al mes, una cantidad importante.
En fin... Hay tanto que mirar, que no me molesto más en ello, una vez que se lo he contado a todos, lo de los gastos de 200 dólares, recojo los libros de cuentas y los devuelvo al baúl, extrayendo en su lugar el contrato de propiedad de la tienda, que pretendo examinar minuciosamente de cara a ser capaz de interaccionar con el dichoso Inventario.
"¡Dios Santo!" me digo, sintiéndome absurda. "Estoy pensando en hablar con un libro...".