Partida Rol por web

El artillero se despertó sobresaltado, pero ante el segundo cubetazo de agua que les lanzaron, este volvió a tumbarse en el charco en el que se encontraba. Ya había gastado sus bombas y había salido disparado por ello, y luego aplastado; no había mucho que pudiera hacer ahora, pues ni estaba armado, y estaba empapado, el peor estado para la pólvora.

-Sigo sin estar despierto, échame otra. -Dijo de forma retadora sin ver a aquella mujer- ¡Y el Capitán es una médico sin juramento de hipopótamos, Siobhan Vetev!. ¡Las heridas que me trató se me abrieron!. ¡Eso no es un médico ni es Nah!. ¡Si tienes unas palabras con ella, dile de mi parte que le doy 1 calavera de 5!.

    Yaaaaawm...- mascullaba mientras admiraba el sitio, el cual era una vez mas aquel sitio el cual favorablemente era mucho mas calmado y silencioso que la ultima ves, ergo... no me molestaba realmente.

  Eso si, ante las palabras de la tipa lo único que respondo es...

  ¿ Y mi Expresso ? - ladeando la cabeza de un lado a otro sin darle mucha importancia al sitio - sin expresso no hay respuestas....- para acto seguido, mascar un poco mas el aire, mirar una vez a Powder y comenzar a roncar nuevamente.

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—Me encanta cuando sois tan idiotas y os ponéis chulitos.

Fera le hizo un gesto a otro de los piratas y éste les arrojó otro cubo más, pero ¡este estaba lleno de cubitos de hielo que golpearon a los piratas como guijarros!.

—¿Pero qué haces imbécil?—dijo Fera dándole un collejón al pirata—¿Tú estás tonto o qué?

Max reconoció al pirata.

—¡El muy capullo me tiró una bomba de la boca!—dijo enfadado señalando a Max—No me ha hecho mucho, ¡pero me ha destrozado mi camiseta favorita! ¡Esa violeta y naranja de los Piratas del Rock!

—¿Y se te ocurre tirarle un cubo con cubitos de hielo en venganza? Joder...—Fera negó con la cabeza antes de dirigirse a Max y a Mary—. Siobahn Vetev, vale. Ni puta idea. ¿Alguna descripción? ¿O quieres que éste te siga tirando cubitos de hielo?

El hecho que cayeran cubitos de hielo despertó más a Max de lo que en un primer momento a aquel orgulloso artillero le hubiera gustado admitir, o al menos fingir no admitir. Por lo que este se levantó de un salto hasta que las cadenas se extendieron lo suficiente como para tirar de él.

-¡Ey!. -Exclamó molesto por aquella acusación- ¡Si te dije claramente "NNNMMMMM MMMMM NNGGGNM GGGMMMMGMMMS!"! Eso significaba "Lamentablemente he de informar con todo el pesar de mi corazón que actualmente poseo un aparato explosivo incrustado en mi cavidad bucal, por favor, tenga el máximo cuidado a la hora de realizar el proceso de extracción del mismo".

El Artillero se sentó y se cruzó de piernas mientras llevaba una mano a la barbilla, dudando un momento como describir a la nueva Capitana y médica sin juramento hipopótamo.

-Estoy casi seguro que es una mujer. Alta. Su piel oscura, no tanto como la de él, pero sí claramente morena... todo su pelo está lleno de rastas, como si fuera una mezcla entre palmera triste y pulpo con exceso de brazos... y con cuentas de colores. Le gusta llevar una bandana en la cabeza que creo que es un trapo de cocina que reutilizó... pero bueno... ¡Y tiene material médico de mala calidad!. -Dijo mientras señalaba sus heridas medio abiertas- ¿Veis?. Solo estuve correteando encima de mi compañera "la cabra" y me metí en dos peleas distintas y casi están abiertas del todo.

     B-buen intento, pero así no se sirve un Frappe - comentaba al sentir el frio toque en toda la cara, en un tono que podría sentirse casi apático, pero sin energías ni nada que beber era complicado que llegara a presentar siquiera emoción - mas s...sobre su duda, c-creo que... hmmmmzzzzzz.... - a lo que comenzaba a cabecear una vez mas en el espacio -  RGhhzZZZZZZZZ~zzzzzz~ZZZZZZ...- para continuar con los ronquidos de hace un rato, los cuales llegaban a ser ligeramente molestos dado el día que había estado llevando.

    Eso si, tras unos minutos en donde uno de los cubos que se había encajado en mi pelo se terminaba de derretir, el frio tacto del agua recorriendo mi espalda me traía una vez mas a este plano.

   ^{_{¿ Q-que tal Powder  ?}}- musitaba muy bajito mientras intentaba recomponerme solo para sentir los grilletes - ^{_{Ohhh... c-cierto... q-que estábamos encerrado....}}

—Perfecto—dijo, parecía satisfecha—. Ahora quedáos quietos de una puta vez, panda de oligofrénicos.

Fera giró sobre sus talones y se marchó de allí seguida de los piratas que la acompañaban. Max y Mary se quedaron solos en la celda. Bueno, no exactamente, Valeria y el caballero no estaban, pero aquel gigantón seguía allí.

      Su ultimo comentario me causo la suficiente curiosidad.... como para quedarme en aquel rincón encadenada y sin decir ni pio hasta que la misma no fuera siquiera visible.

    No se si haya sido lo mejor decir todo aquello Joven Powder... - comentaba mientras probaba mis poderes para saber si aquel efecto de la campana había cesado o no ... primera vez expuesta a aquella aleación, comprobar tanto su efectos como durabilidad, mas cuando del grupo, mas de la mitad son usuarios de elixir.... - Se que van a abundar piratas que puedan entrar en aquella descripción, pero si por alguna razón cae por azar.... igual les jode un poco el panorama - comentaba con un ligero tono de Ansiedad, el cual nacía ligeramente de lo vacía que se encontraban nuestras existencias con respecto a como iniciamos el viaje ... cero sigue siendo cero...

Probablemente Max Powder no supiera que es "Oligofrénico", pero este se sintió aliviado de que no le llamara frenasténico, porque si así lo hubiera hecho, lo más probable es que se pusiera a insultar a aquella mujer que, a todas luces, parecía ser la primera -o segunda- persona más peligrosa del lugar.

-Buenas noches. -Comentó Max Powder tumbándose en un lado, esperando que la falta de acción sus heridas sanaran en breve y no tuviera que tener otro enfrentamiento como contra el Caballero- Mñeh... que si cae es que no es buena capitana. Y si no cae, luego le meteré pólvora en sus heridas, para enseñarle como se cicatriza de verdad...

Evidente Max no estaba del todo cómodo.

-Tengo frío...

Las horas hasta comenzar el torneo pasaron lentamente. Muy lentamente. Encima estaban empapados y nadie se molestó en darles algo para secarse. ¡Ni siquiera les llevaron la cena los muy perros! Y allí estaba en la sombra ese gigantón intimidante que no hablaba, sólo esperaba pacientemente.

Finalmente cuando ya estaban en el punto álgido de aburrimiento, el ruido de unos cohetes llamó su atención. Poco después unos guardias se pasaron para llevárselos. Iban a entregárselos a su capitana, que seguramente no estaría muy contenta. ¡Pero oye! ¡Volvían a estar libres!

Max y Mary continúan aquí.