Partida Rol por web

nada más acabar de conjurar el conjuro encerrado en la varita, esta le dió a conocer que toda la estructura era mágica, pero no vió mas auras, ni elemento alguno que le alertara acerca de un posible peligro.

Al ver resplandecer toda la habitación, doy un paso hacia atrás

Esta habitación debe de tener un conjuro de ilusiòn, si no, no entiendo que otra cosa puede afectar a toda la sala, excepto algún otro conjuro que se escape a mi comprensión

Mientras reculo, saco otra varita del cinturón y, apuntando hacia la sala pronuncio otra extraña palabra

Sin pararme a ver si me siguen o no, vuelvo a entrar a la torre

Mientras se deciden a entrar, seguiré asegurando la zona. Esa sala digo señalando por la que he salido hace poco no parece que tenga nada, pero ya se sabe en este sitio. Ahora iré a la otra para que podamos avanzar cuando ellos lleguen

Acto seguido me encamino hacia la otra puerta y realizo de nuevo toda la operación

Me acerco y espio el interior de la sala que acaba de registrar Yal...gracias a mi magica vision y mis poderes de adivino, rapidamente puedo descubrir si hay algo fuera de lo normal.

En seguida, voy tras Yal y repito la inspección en la nueva sala.

Marco se quedo al lado de la pequeña y mirando hacia el exterior.
Maldita sea entrad de una vez.

Atento esperaba a que sus compañeros se dirigiesen a la torre. listo para lanzar algún conjuro para cubrirlos.

 La cámara era larga y ancha y trazaba un corto recorrido por el contorno de la torre . Tres grandes ventanas situadas en la pared oriental, permitían que una iluminación intermitente entrara en la descuidada habitación. Todo el suelo estaba cubierto de sillas y bancos rotos ; un mostrador de piedra , que recorría la curva convexa del muro  oriental , parecía haber resistido mejor los daños. Fajos y fajos de lo que parecían ser papeles desparramados se vislumbraban bajo la capa de hielo del mostrador, el suelo, las paredes e incluso el techo de la cámara.  Al otro extremo de la sala había una puerta de madera cerrada

La habitación estaba inquietantemente tranquila. no solo no había nadie en ella, incluso los ruidos de pelea del exterior quedaban prácticamente silenciados aqui dentro, había una atmosfera de calma

Yalashad y Malkar examinaron la escalera de caracol, hecha de piedra y alicatada en blanco grisaceo. Las escaleras descendían

Malkar se mantiene al acecho, a un lado del pequeño bribón, investigando el lugar y buscando trampas o puertas ocultas a cada paso.
No hay nada que pueda hacer para detener a esa oscuridad...Lo "he visto". Confiesa el adivino.
Por donde? Debemos encontrar un lugar donde refugiarnos y recuperar fuerzas... pregunta al mediano.

El oscuro adivino, señala la puerta en el extremo opuesto de la primera habitacion...
Parece un lugar bastante tranquilo, casi como si fuera un santuario magico...no prefieres volver por ahi?

No estando presente Cedric, el mago depositaba sus preguntas en el mediano...ya su cobardía innata habia tomado control nuevamente.

Poniendo la mano sobre la barbilla mientras la acaricio, Pues no sé qué decirte, la verdad. Había pensado en descender estas escaleras ya que dudo mucho que ese gigante pueda bajar por ellas. Si vamos hacia la otra sala, en esa enorme habitación, quizás nos acorrale.

Bajando la mano y poniéndola sobre su codo Vale, vale. Ya sé qué podemos hacer. Bajaré por estas escaleras y luego iré a la otra puerta. Así tendremos dos vías seguras de escape le sonrío y me encojo de hombros bueno, si no me topo con ninguna criatura de esas, claro.

Mientras a ver si a tí te hacen más caso esos cabezotas.

 Descendió la escalera de caracol hasta que llegó al final de la misma. La luz que portaba yalashad le permitió ver que el suelo de esta sala estaba salpicado por un conjunto de 16 piscinas. Cada una parecía tener casi un metro de diámetro y ocupaba unos 10 x 10 pies del suelo. Al observarlas yalashad vio que estas estaban llenas de un liquido luminiscente  y azulado, con cierto oleaje y borboteando, casi parecía estar saliéndose de sus contenedores. Las extrañas sombras que surgían detrás de ellas indicaban que debían contener algún tipo de objeto que bloquee el brillo de la luz. En esta silenciosa cámara e notaba un frío más intenso del normal.

Yalashad empezó a descender por la escalera, pronto le perdieron de vista y solo la tintilante luz que portaba les indicabva que su compañero estaba ahi abajo, a no mucha distancia de ellos

Malkar, se apresta a seguir de cerca al mediano.
A pesar de no tener su diminuto tamaño, el mago es sumamente silencioso en su andar, y sus pasos no hacen sonido alguno cuando el dagaconjuros avanza detrás de Yal.

Descendió la escalera de caracol hasta que llegó al final de la misma. La luz que portaba  le permitió ver que el suelo de esta sala estaba salpicado por un conjunto de 16 piscinas. Cada una parecía tener casi un metro de diámetro y ocupaba unos 10 x 10 pies del suelo. Al observarlas yalashad vio que estas estaban llenas de un liquido luminiscente  y azulado, con cierto oleaje y borboteando, casi parecía estar saliéndose de sus contenedores. Las extrañas sombras que surgían detrás de ellas indicaban que debían contener algún tipo de objeto que bloquee el brillo de la luz. En esta silenciosa cámara e notaba un frío más intenso del normal.

La pequeña vio como el niño grande, mediano según le habían dicho, bajaba por las escaleras. Algo le impulsó a levantarse y apartarse del espectáculo que Askritt y el otro monstruo iban a dar. No quería ver como la sangre del Leanuro era derramada y, además, se sentía mejor en el interior de la torre.

- Marco... tienen que entrar –le suplicó.

Dio unos pasitos hacia atrás con Kricco entre sus brazos. No iba a dejar que saliera volando teniendo en cuenta lo que estaba ocurriendo. Entonces, sin mostrar que iba a correr o huir, se acercó a la escalera por donde había descendido el mediano. Parecía que bajaba a mucha profundidad ya que apenas se veía la antorcha que portaba.

- ¿Tienes piedras bonitas? –preguntó a Malkar- Las que se iluminan.

Sus grandes ojos llenos de expresividad estaban inquietos.

- ¿Podemos mirar otros lugares?

Al ver las piscinas, de color verde mi mente volo hacia el famoso poema

Bajo telas que relucen del color de la esmeralda
una caja de acertijo , ha de ser solucionada

Las esmeraldas son verdes, no azules. Esto no me gusta demasiado digo volviéndome hacia Malkar y frotándome un poco los brazos.

Malkar veia a la perfeccion a pesar de las penumbras. Discernia cada rincon de la sala como si se tratara de un despejado dia al aire libre y bajo el sol. Sus ojos, se veian completamente oscuros y nebulosos bajo los huecos de su mascara.
El erudito, se acercó al mediano, e inspeccionó la sala en busca de alguna aura ilusoria, que pudiera ocultar trampas en el lugar. Sin embargo, la sala parecia por el contrario, alguna especie de laboratorio.

Una voz con inflexiones humanas se dejó oir en el complejo, era evidente que estaba usando medios mágicos para ello. ¡DEJATE DE JUEGOS! Recuerda quien conoce las inflexiones de tu nombre secreto y quien te protege de los Aenry. –Su voz era dura, fría y sin sentimientos

Tardaron un poco en reconocer la voz, pero ahora sabían de quien se trataba. Era el tipo con el que se habían enfrentado en la ciudad elfa.

Quizás te hayas olvidado por que estás aquí, pero para eso estoy yo aquí, para recordártelo.

Si no fuera por estos olvidos quizás a mi también se me olvidaría .- Ahora su voz sonó condescendiente

Tras examinar la sala con ojo experto de aquel que lleva haciendo esto toda su vida, les pareció que la misma era un lugar seguro, por lo menos tanto como puede serlo un lugar como este.

Malkar se elevó en la aire y flotó hasta posicionarse en un ángulo que le permitiese ver el interior de los contenedores. La  nueva posición no le aportaba más datos .

La estancia tenía un no se que de misterio