Partida Rol por web

Muerte infiel e injusta,

corta cabezas a los justos,

y a los depravados dais

otra oportunidad.

Malas manos tomaron tu vida desde el día
en que, a una señal de astros, dejara su plantel
nevado de azucenas. En gozo florecía.
Malas manos entraron trágicamente en él...

 (Gabriela Mistral )

Oh terrible confusión en el pueblo de San Palmaquio, donde en vez de tres muertos, dos se han encontrado, y dos que al parecer yacian asesinados como perros infieles de la mano de quien sabe quien, pues en este pueblo nadie sabe nada.

En el suelo esta el pobre Francisco Moreno, quien en el suelo yace muerto de manera cruel, y en las pareces y en sy tronco desnudo hay palabras cómo: "inquisidor",  "Enemigo del progreso"

Esa frase de Enemigo del progreso, se repite en su pecho, lo cual hace pensar en terribles asesinos.

Pero hay un segundo muerto al parecer, es Dorian el maldito la segunda victima. Su cuerpo esta en el suelo  con una herida de machete en su tronco, como si hubiera sido un árbol que se cortara para hacer leña con la lengua salida por la garganta.

No hay otros muertos de manera curiosa, quien sabe si los habrá.

La sorpresa es menos agradable para todos. La tensión se da al son de los vientos, que aún persisten con una ligera lluvia. Siempre que el agua llena los corredores, hay inundaciones y mal olor. Muy posiblemente se desate una enfermedad si esto persiste, pues se han desbordados los lugares de aseo, y el olor a mierda y orín es desastroso.

Muchos de ustedes comienzan a sentirse débiles por las condiciones. Algunos enfermaran aunque no lo deseen.

¿POR QUÉ? Esta era la pregunta que más tarde se haría.

La amargas palabras y acusaciones de Frank "tres dedos" no calaron en los ánimos del Galeno, sino quería confiar en él, o en el narrador de cuentos, no le preocupaba en lo más mínimo. Y como él, cuanto de sus vecinos que pensase lo mismo. No estaba allí para demostrar su inocencia sino para buscar el culpable antes del siguiente amanecer, por lo que con inquebrantable voluntad siguió escribiendo. Añadió a Pablo Zamora y Diego Gómez como inocentes tal y como se lo habían dictado. Toda información era poca y útil a su vez, quién sabía si con suerte podían dar con algún error de sus enemigos...

Luego estuvo largo rato en silencio mirando los papeles intentando rasgar cualquier cosa por insignificante que pareciese. NADA. O más bien poco, y casi nada demostrable…aún.

El Galeno habría labrado todo aquello cuando dispusieran de más información, en ese momento parecía ser aún temprano para discernir nada pero ello requería un tiempo que no disponía, ¡estaba convencido! Así que les quiso legar algo con lo que trabajar antes de ir de nuevo a alimentar a los gusanos. Y lo que pudo lo dejó por escrito para que pudieran seguir su línea de trabajo cuando lo hallasen muerto con la primera luz del sol.

Él no trataba de salvar su vida a diferencia de muchos, pero sí que algo le reconfortó el hecho que Gonzalo comprendiese los motivos que le movían a inquirirle, y deseaba a todas que fuese inocente aunque no lo tenía nada claro. -En algún momento, amigo mío tendrás que contar el porqué cambiaste el voto destinado a por el General, por Don Moreno, si Don Grande te la juró y perjuró, y te dio más motivos que nadie para que le votases. Habrá alguna razón, pero así visto, solo parece que tratases de disimularlo. Sea como sea, eso será mañana.- dijo devolviéndole el golpecito de camadaría al hombro. -Hoy... creo que no da para más.- “Estamos cansados y no pensamos ya con claridad” pensó al mirar a los allí presentes. Llevaban días durmiendo mal, teniendo pesadillas, o no durmiendo, y el cansancio se notaba en el rostro de todos, lo cual, a su entender, dejaba claro que poco más de provecho podrían sacar con aquellas fuerzas y ánimos.

Se levantó y se despidió de todos con una grave mirada, no echaría de menos hallarse entre los vivos, de hecho se mantenía así solo con el objetivo de hallar su salvación para el alma, pues el cuerpo fue él mismo quién lo ejecutó la primera vez al no ser capaz de asimilar que quién más quería ya no se hallaba sobre el mundo. Y eso, junto con aquél desánimo, era un hecho que no había cambiado ni un ápice. Les deseó la mejor suerte, al menos a quienes fuesen inocentes, entregó los papeles a alguien que fuera de su confianza y salió del lugar para no volver. Pues estaba convencido de su próxima suerte aunque de nuevo el destino se burlaría de él.

Pero él, no iba a dormir. Salió por la puerta y entró en la casa anexa que era la suya. Parte del techo se había venido abajo por no soportar el peso y la insistencia del diluvio que estaba cayendo. Ni siquiera le importó ni siquiera cerró la entrada. Se quedó mirando aquél oleo que regía en el recibidor, un retrato de él casi exacto. El galeno en otras circunstancias habría sonreído al recordar la confusión que le dio a Eleanor cuando exaltada entró a tropel y le confundió con su persona. ¡Cuán lejos estaba de ello! Lo único que sintió al ver ese retrato fue rabia. Se lo había dado Don Zabala, el joven y prometedor pintor del pueblo como señal de agradecimiento por haberle curado a pesar de no disponer de mucho dinero.

El agua caía como una densa cortina encima del iracundo y frustrado inglés, cuya mirada no podía apartarla de esa ofensa. Cruzó el recibidor y descargó y se desahogó con esa tela. Tras su muerte, no habría recuerdos de él en San Palmaquino. No le importaba su vida había sido vacía.

Tomó su antigua espada de corsario y abandonó para siempre su hogar para fundirse en la noche. Era un protector, para él el sueño no contaba ya descansaría para siempre cuando le llegase el turno. 

Cuando el primer rayo del sol le alcanzó allí en guardia y entero, Jack no lo comprendió. ¿Nadie había ido a por él? ¿No le habían encontrado? ¿Era eso? Incluso había esperado (o quizás deseado) que los ángeles lo reclamasen de nuevo para devolverle donde pertenecía, pero eso tampoco sucedió. El castigo y su parodia de vida seguían. -¿Hasta cuándo?- Preguntó elevando la mirada.

No tardaron a descubrir con horror que nuevas muertes reducían la población. La de Dorian pesó mucho en sus ánimos.

-¿POR QUÉ?-

El sol despunto en el horizonte y Martín Alfonso de Córdoba se levantó de su catre y se dispuso a recibir un nuevo día, dio gracias a dios por amanecer vivo y se dispuso a tomar un desayuno y acudir al cuartelillo, a ver que sorpresas habían ocurrido durante la noche. Sabía que alguien habría muerto, pues este ritmo macabro se venia repitiendo todas las noches desde que una oscura sombra se ciñó sobre el pueblo.

Mientras se dirigía al cuartel se preguntaba quien o quienes habrían sido los asesinados esta noche, aunque era algo bastante morboso, ya se había convertido en una rara costumbre. Deseaba que por fin acabaran estas matanzas sin sentido y la paz volviera a sus hogares. Si ya de por si las muertes diarias no fueran suficiente, la acumulación de residuos y desperdicios que había sobre las calles y rincones del poblado, comenzaba a desprender un fuerte y desagradable hedor que si no eran retirados, acabarían siendo cúmulos de enfermedades. Corría el riesgo de que se produjese alguna epidemia entre los habitantes del poblado.

Con todo esto, Martín comenzó a pensar en lo que muchos vecinos había anunciado ya, todos los habitantes del poblado estaban condenados, dios había dictado su veredicto y era cuestión de tiempo que se cumpliera completamente su sentencia.

Era uno nuevo día, ya que el día anterior se dedico a llover y a inundar un poco por encima las calles... mientras que estaba en mi casa Salí a patio para hacer la cola mire al cielo y esta las nubes un poco despejadas. No tendría peligro el colar la ropa blanca y la de color…

Saque el canasto de la ropa limpia para colgarla en el tenderé mientras me puse a cantar era un día que para que preocuparse de la muerte... cuando el día menos esperado estaba a punto de llegar.

Como casi todas las mañanas cuando estaba mi hija me puse a cantar la canción que le gustaba a melisa mi hija.. así la recordaba que no sé cómo se sentirá ella sola... o que está haciendo... mientras que colega la ultima prenda estaba feliz visualizando a mi pequeña hija..

Una vez que termine de hacer la cola me dirigí dentro de la casa le prepara el desayuno a mi marido le di un beso y me marche como todo los días... casa de la dueña a limpiar... mientras que caminaba vi que pasaba algo y había dos fallecidos uno ponía que era inquisidor y otro le había cortado la garganta... porque lo se ve ya habían vuelto atacar los culpables...  mire a los difuntos con pena y me retire.

Alce la voz y les dije lo que pasaban por aquí. –Por lo que se ve esto tiene que ser cosa de los asesinos ya ha vuelto a atacar... Pero quienes pueden ser pues no lo sabremos y seguirán muriendo más gente... mientras que estemos parados o discutiendo por cosas absurdas.

Dos muertos, dos inocentes. Estaba claro que con el General muerto habían perdido un gran aliado, ya que éste era el único que había acertado a la hora de señalar gente.

-Los dos caídos eran buenas personas. Francisco era un simple y honrado ciudadano y Dorian, bueno, él era más útil. Al parecer había más de un sustituto para lo que hacía el general. Dorian era uno de sus ayudantes, como lo fue Don Íñigo. No sé si quedan más, pero dado que las víctimas son obras de los masones y la inquisición puede que ya no haya nadie que se tome la justicia por su mano.

Escuche a lo que dijo Nikolai que dorian era uno de los ayudantes de Iñigo. Y que las víctimas eran cosa de los masones  y de la inquisición... me despertó dudas... mire hacia donde esta Iñigo y le dije.

-Nikolai si dices que puede ser cosa de los masones si es así como sabes quienes son... porque por ahora seguimos sin saber quiénes son los causantes... y por ahora el único que has dicho que podría ser de los masones eres usted, acaso sabe algo y no has querido decir nada... Porque sé que los de la inquisición podría ser pero los masones no creo que sean capaces de hacer esto.

-Esos asesinatos tan crueles han tenido que ser obra de la Inquisición y los masones. Porque creo que cuando lo ha hecho, el general ha matado de forma más limpia, sin tanto sanguinariamiento... y supongo que de tener ayudante hubiera seguido sus pasos. Además de que como no ha muerto ningún masón en activo supongo que siguen matando por las noches.

No creía que ni los Inquisidores ni los masones evitaran la oportunidad de matar a alguien.

¿Cómo sabe usted que no ha muerto ningún masón, amigo Nikolai? -preguntó AlaAlegre que había seguido la conversación con gran interés pero sin intervenir. En este pueblo se notaba un odio que iba más allá del enfrentamiento entre dos facciones ¿Estaba la gente del pueblo utilizando esta excusa para tomarse venganza por afrentas personales?

La muerte campaba a sus anchas por San Palmaquino. Lo que otra hora, tan solo días escasos, había sido un pueblo bañado y bendecido por la luz dorada del día, la hierba verde, la gente trabajando despreocupadamente en el campo y en el mercado, las risas de los niños correteando por las calles, se había convertido en un pueblo gris cenizo y lleno de lodo. Desde la llegada del obispo les había azotado el fuego y la lluvia y la miseria, y la enfermedad estaban por adueñarse de todo. El mismo médico, quién en vida había gozado de una salud de hierro, quién había pasado noches largas durmiendo en una malsana cubierta ahora se resentía por el desgaste y por la corrupción de un cuerpo que no hacía ni veinticuatro horas estaba entregado a la tierra.

Los niños ya no corrían y los muertos llenaban las calles, no solo aquellas víctimas del fuego cruzado entre bandos opuestos de aquella guerra silenciosa, sino muchos otros que no habían soportado la locura. Muertes que ni siquiera se habían mencionado. Como el abuelo de la "Rubita" que incapaz de superar la muerte de su familiar más próxima se había despeñado tras subir la cuesta.

El galeno observó aquella mujer de largo pelo negro. Venía despreocupada con sus vestidos impolutos y como si allí no ocurriese nada. Miró los presentes; estaban cansados, hambrientos, y no precisamente habían dedicado sus horas a la higiene personal.
Una batalla es lo que tiene te trastoca las prioridades.
Jack había pasado la noche bajo la lluvia preocupado de ser útil, sus ropas estaban llenas de lodo, y caladas hasta los huesos, sentía frío a pesar del sol y había vendido su sueño a cambio de proteger una vida y en ese instante le sorprendió ver con que frialdad y vanidad algunos se tomaban los hechos y pensó si aquello no sería una señal inequívoca de un asesino o asesina a sangre fría.

 -El "Amigo Nikolai" es buen estudiante y observador de las costumbres humanas. Hasta ahora, ha sabido ver lo que aguardaba los difuntos en el momento de su muerte en pistas sutiles y modos de comportamiento que nos pasan inadvertidos a cada uno.- Todos aquellos hechos estaban haciendo mella en el buen talante del Galeno, el dolor que le causaba ahora la vida le hacía cada vez era menos sutil. -Esto lo contamos repetidas veces ayer señorita Shuaila, lo sabría usted si le importase un poco lo que ocurre en este pueblo en vez de preocuparse tan solo de sus quehaceres. ¿Qué les pasa a las mujeres de este pueblo? ¿Les da igual la suerte que puedan córrer ellas o sus maridos?- Se observó sin mucha dificultad el menosprecio que cada vez más le invadía.
-Y usted, señor Alaalegre, incluso le mencionamos. ¿Dónde narices estaba? Si puede saberse.- De haber estado presente, habría sido escondido y a hurtadillas porqué nadie lo avistó ni siquiera cuando lo inculparon de refilón.

Sin esperar respuesta se dirigió a Vasiliev quién parecía que, de los presentes hasta el momento, era el único que tenía los pies en el suelo y era consciente de lo que allí se daba. -Ambas muertes parecen obra de Masones. ¿No cree? ¿Matan ahora dos por noche? Me tienen confundido tan desesperados los hemos vuelto. A ser sincero... esperaba que esta noche fuera el suyo y el mío los cuerpos que yacieran así tendidos. ¿Por qué? ¿Por qué fueron a por ellos? Dices que nuestro amigo el Sr. Dorian era el nuevo ayudante designado por Don Grande ¿Cómo lo supieron? Yo ni siquiera lo había sospechado. Cada vez es más oscuro esto, amigo mío.. temo que voy a fallaros. No debisteis mandarme de vuelta.-

Luego de una noche intranquila, como cualquiera de los del pueblo, Pedro se levantó a la salida del sol. Sabía que nadie en San Palmaquino estaba exento de no ver un día mas, ya que la Parca se había aferrado al pueblo como un perro a su hueso favorito. Respiró con alivio al ver que podría vivir un día mas.

Desayunó con una sopa caliente y unas holgazas de pan y se dirigió al pueblo. Debía saber las novedades. Cuando llegó se enteró de dos nuevas víctimas de la guerra fría que se estaba llevando a cabo. 

Francisco Moreno había estado ausente durante la lluvia, pero tampoco estaba el clima para andar saliendo de casa. Pedro sospechaba que su cercanía con el general había sellado su destino. Y el pobre Dorian. No es que Moreno le cayera mal, pero la compania del leñador le había resultado agradable estos últimos días, si bien apenas habían cruzado palabra. 

Cada vez eran menos, la espada de Damocles se cernía sobre cada uno, y había poco que hacer para evitar el funesto destino, parecía que nada era efectivo contra la muerte, participar y dar su opinión o quedarse al margen, poco importaba, no había una "correcta manera de comportarse", todos sin distinción iban cayendo como moscas.

Como para sentirse acompañado, Pedro se acercó a escuchar que se decía en el pueblo, donde varios tenían algo para decir.

Me levanto cansado y ojeroso. La noche anterior he intentado permanecer en la taberna hasta que el cuerpo no ha dado para más, y con temor he ido hasta mi hogar a pasar la que podría ser la última noche en San Palmaquino. Sin embargo, el Señor ha sido misericordioso conmigo y me ha dejado ver la luz del día una vez más.

Cojo una fruta marchita, la última de las que compré a la Rubita antes de que ella muriera y salgo hacia la plaza del pueblo, donde encuentro las malas nuevas del día de hoy. Dorian y Moreno han sido asesinados, dos hombres de bien, como confirma Vasiliev.

En el lugar ya hay algunos vecinos más, comentando lo ocurrido. Al igual que el galeno, no puedo entender la frivolidad de aquellos que siguen con su vida como si nada. El pueblo está en ruinas, todo hiede a muerte y putrefacción, el lodo cubre hasta el último resquicio y hay quienes se sienten como si se encontraran en la campiña francesa. ¿Será que duermen tranquilos por las noches sabiendo que la muerte no los alcanzará por ser sus manos las que empujan el puñal asesino? No lo sé, no puedo saberlo. Sólo puedo reflexionar, algo que vengo haciendo desde anoche. Hay uno de los nuestros que merece mis disculpas y en cuanto lo vea, se las daré. Sin fundamentos he estado acusándolo pero la noche y sus palabras me han mostrado mi error. Deberé seguir buscando, pues hoy tenemos que levantar nuestras manos contra otro compañero y no quiero cargar en mi conciencia con la sangre de un inocente.

-Cuanto lo siento... ellos... ellos no merecían esto. Amigos, debemos resolver esta cuestión cuanto antes. No podemos dejar que nos sigan matando como a ratas en una ratonera.

Los eventos del día anteroir me sobrepasaron. ¿como es posible que vuelvan las personas de la tumba? Me fui a mi casa y me obligue a dormir, quizás así podría quitarme pesadilla en la que estoy. ¿como mas se puede clasificar lo que se supone es real en este pueblo?

Al Amanecer me acerco a los demás y con tristeza compruebo que no es una pesadilla o si lo es es una muy difícil de despertar. Los mismos alegando de lo mismo y lo que es peor... dos personas mas han muerto. ¿Qué es lo que debemos hacer?

Señor Jack, considere un poco a las mujeres. Es trabajo masculino el solventar los problemas y llevar la comida a casa. Al menos así ha sido en este pueblo por décadas. El que ahora estemos en una situación tan dramática no creo que las haga cambiar de opinión tan fácilmente.

Por lo pronto no se que aportar... Sus planteamientos me superan solo soy un cazador y eso me recuerda que aun no hemos conseguido nada para el almuerzo. ¿Será que alguien me acompaña a cazar algún venado o algo?... ¿Si los soldados nos dejan salir claro está. Que el olor de este lugar puede espantar hasta al mas fiero guardia.

-¡¿Qué considere a las mujeres?!- Estaba tan cabreado que casi rugió. Él que había tratado con todo el cariño a su amada, como una delicada flor que luego halló pisoteada. –No me sea usted TAN HIPÓCRITA, Señor Díaz. ¿Dónde estaba su defensa entusiasta cuando le insinué algo parecido a Alba, la cual sea dicho de paso no hemos vuelto a ver? ¿Dónde estaban sus consideraciones cuando votó la primera noche y mandó a la segunda, sin remordimiento alguno, al cadalso la heredera de los Montpellier? ¡¿DÓNDE?! Vuelva usted a insinuar que falto al respecto al bello sexo y me temo que tendré que pedirle que salg…- Vio que iba a salir de sus casillas. No lo habían devuelto a la vida para ello. Así que trató de tranquilizarse. –Sólo veo que alza voz en defensa de ESTA mujer, y al igual que ella pretende escurrir el bulto ocultándose en sus quehaceres. No sé al resto, pero a mi esta actitud me huele a podrido. Curiosamente siempre ha estado con el voto que condena a un inocente. No diré que eso sea indicativo de nada, pero tampoco le exculpa.

Nadie sale del pueblo, no porqué lo diga, sino porqué lo vi. El ejército no está tan lejos yo mismo les vi sendero arriba pasado el puente del AncianoRoble. Ciertamente no están lejos, no sé que les retiene aparte del grueso que se desplaza hacía aquí pero os aseguro que son de primero disparar y luego preguntar. Comida no falta, lamentablemente tenemos víveres de la granja de Don Oosterbak, o en la despensa de la Rubita y su difunto abuelo. Los muertos no comen, así que comida no falta hasta que se corrompa. Así que cualquiera que no ayude, entenderé que pretende pasar interesadamente desapercibido. ¿Alguien es de la misma opinión?-

-Cálmese Jack, sólo queremos encontrar a los causantes de todas estas desgracias. Eso es todo. Yo tampoco quiero que el ejército meta mano aquí. Como soldado que soy, no sería muy agradable.

-Seguimos esperando su respuesta Señor Alaalegre.- Añadió volviéndose a aquél hombre que no le habían visto durante el día anterior y que si estaba con ellos, bien lo había hecho a escondidas.

-¿Mi respuesta? ¿Y cuál es la pregunta?

Lo miro cansado. El susto de hablar con un muerto es extremo pero sentir la rabia de un fantasma es... aterrador. 

Votamos por quienes pensamos son sospechosos y como pueden atestiguar siempre he dicho que los callados me generan escalofrío. Ud puede votar por quien quiera. Solo le pido que no maltrate a las mujeres... Una cosa es sospechar de un asesino cosa impensable en semanas pasadas. Pero eso no quita que ninguna mujer debe ser tratada de forma despectiva. Me encojo de hombros. Bueno al menos en este lado del mundo nos enseñan a no gritarlas. Dejo caer la acusación de machista que profesa este ingles salido de la tumba.

Luego lo miro con estupefacción. Señor Inlges... Es posible que el haber estado en la tumba le arruinara el olfato. Pero esta agua huele a todo menos a salud. Los cultivos y en general todo lo que esta... No tengo palabras para el fango que piso. Cosa toque es seguro que nos mandará al otro lado de una infección.

¿Pretende decirme que nuestra seguridad en la mesa es una nimiedad?