Partida Rol por web

-Felicidades, han completado el primer reto.- Escuchan desde algún lugar de la sala. Frente a ellos notan el sonido de un cerrojo mecánico al abrirse, y la puerta se mueve levemente, como señal de que cederá si la intentan empujar. En la corneta, la voz suena de nuevo.

-A veces el camino nos obliga a separarnos, aunque duela. A veces no tenemos el control sobre estas decisiones, solo quedan los momentos compartidos, los recuerdos, y la esperanza de que mas adelante, los caminos pueden volver a cruzarse. Solo uno puede pasar por la puerta. Elijan quien será, y digan sus despedidas para continuar al siguiente tramo.-

No lo podía creer, la combinación había funcionado, unos aplausos les daba la enhorabuena. Lo consiguieron con tiempo extra. En sus ojos se veía la emoción y en su cuello las gotas de sudor se evaporaron, no podía estar más contento después de un rato entretenido con buena compañía. Juntos, mientas la recitación del poema era la prueba de que no hacía falta nada más para superar el reto, Devon llevó su mano al hombro de Claire en un abrazo cercano.

—¡Lo hicimos, Claire! —dijo mirándola a los ojos y una sonrisa cálida—. Menos mal que me tocó primero contigo. Gracias a ti y las historias de tu abuela sobre los símbolos es que lo hemos superado. Yo estuve muy perdido al principio. Aunque, si no llegamos a resolverlo, podría decir igualmente que me he divertido intentándolo contigo.

En la cercanía, el chico observó de nuevo sus ojos azules profundos y pelo en llamas que sumados a su alegría y encanto resultaba en una belleza que le recordaba a una de las flores expuestas. Su voz afrancesada y ese misterio con forma de pez plateado decorado en su muñeca invitaban a seguirla, conocer más de ella. Sin embargo, la Voz que Guía anunciaba que solamente uno de los dos podría pasar por la puerta.

—Este juego trae sorpresas inesperadas —dijo chasqueando los dientes y unos segundos de silencio. Él ya sabía quién debía continuar—. Adelante, pasa por la puerta. Eres la más indicada. La siguiente persona que te toque lo agradecerá —concluyó con una sonrisa y una sinceridad expuesta en sus ojos melancólicos—. Supongo que yo debo retroceder hacia la habitación anterior y allí me juntaré con al menos otros tres, si superaron la prueba.

-¡Sí! ¡Sí, sí, sí! ¡Lo hemos logrado!

Inició un baile a modo de saltitos, que acabó cuando Devon la medioabrazó, y ella le devolvió también el abrazo llena de alegría. Lo cierto era que la prueba había sido muy interesante, y aunque sólo habían sobrado un par de minutos en la cuenta atrás establecida, habían podido resolver el primer enigma. En equipo, Claire estaba convencida de que sola no lo habría logrado, la colaboración había sido esencial para ambos.

Pero las siguientes instrucciones la descolocaron. ¿Los separaban? ¡Oh...! ¡Con lo bien que habían funcionado juntos! Pero quizá de eso se trataba, de darse a todos las mismas oportunidades, de conocer a más personas, de interactuar. Por algo las habían reunido a todas el mismo día, no podía ser casual con la de peticiones que sin duda recibían los de la organización del Escape to Date.

Devon se lo tomó bien, pero ella no estuvo de acuerdo con la premisa del muchacho, y negó con la cabeza a sus palabras, sin perder su sonrisa.

-Creo que no, que no, no puede ser así. Seguro que no importa quién entre y quien se quede, ambos tendremos las mismas posibilidades, aquí o tras esa puerta. Saldré yo, si quieres, o sal tú. Pero ambos seguiremos con la misma siguiente prueba, sólo que con dos personas distintas de compañeros. Eso creo, me da la sensación, viendo el tipo de eliminatoria a la que nos hemos enfrentado, que se trata de colaborar, no tanto de competir, y por tanto no se gana o se pierde. ¿No te parece? Vale, si se resuelve el enigma es mejor, pero si no lo hubiéramos resuelto, no creo que nos hubiera penalizado, en plan de haber finalizado la sesión, o algo así.

Asintió de un cabezazo, después de haber soltado la parrafada. Seguía excitada, y con ganas de seguir. Le hizo un guiño.

-¿Porqué esa sombra melancólica en tus ojos? ¡Venga! Vamos, nos estamos divirtiendo, y no hemos terminado. Uno pasa, el otro se queda, ambos seguimos. Cuando salgamos nos encontraremos, o quizá repitamos en otra prueba más adelante, vete a saber. Entonces nos contaremos anécdotas, y nos partiremos de la risa. Te daré mi móvil, y cuando esto acabe podemos quedar en una cafetería, o algo, seguro que con más gente de aquí, !vas a ver¡

El chico escuchó a Claire, quizás la última vez que la vería en este evento misterioso. La melancolía en sus ojos desapareció y se impregnó del ánimo y alegría que transmitía la chica. Ella seguía aportando unas ideas que él ni se había planteado.

—Creo que tienes razón y el juego continuará para los dos. La voz ha sugerido que podemos encontrarnos de nuevo en un futuro. Puede ser verdad que pretendan unirnos con diferentes personas para ver cómo colaboramos. Eso quiere decir que... quizás estamos ganando puntos... y al final del juego veremos cuantas pruebas conseguimos cada uno.

Devon recibió su guiño y devolvió una sonrisa. Sacó su móvil que no tenía señal telefónica ni wifi, pero su funcionalidad permitiría usar su agenda.

—No te preocupes, saldré yo afuera. Sigue adelante por este camino —insistió—. Pero por si acaso, puedo anotar tu número ahora. Ten, escríbelo tú misma —le dejó su móvil abierto en la pantalla de creación de contacto—. Con tu número ya no habrá dudas, volveremos a vernos y nos contaremos las anécdotas que nos quedan.

-Claro, aquí tienes.

Le tecleó su número a Devon, segura de que en un momento u otro ambos se reunirían de nuevo, allí dentro, o quizá fuera. 

-Podremos hablar y conocernos mejor, y reírnos de toda esta aventura. Y contarnos nuestras experiencias con otros compañeros, a ver cómo nos va. Hemos sintonizado, y hemos colaborado bien, aún sin saber nada el uno del otro. Nada de nada. Por ejemplo, ¡me muero de ganas der saber de dónde es esa bandera que luces en la muñeca, medio escondida! He estado pensando, pero no me viene a la cabeza, no la reconozco. *

Se encogió de hombros sonriente, divertida con su propia curiosidad. Y seguro que a él se le habría despertado también alguna que otra pregunta con respecto a ella, por lo que no dudaba de ese reencuentro más adelante.

-Vale, yo cruzo la puerta, pero como te he dicho estoy convencida de que ni hacerlo ni quedarse representa ninguna ventaja, ni siquiera ningún cambio. Pero hay que separarse, eso está asumido.

Le dio un último abrazo distendido, y se acercó a la puerta. La empujó levemente, para comprobar que efectivamente se abría. Le miró a él con expresión traviesa antes de cruzarla, asintió, y la cruzó con una especie de paso de baile, como si se sumergiera al océano desde una barca de buceo. 

Al cruzar la puerta, no encontró otra habitación, sino un pasillo estrecho, iluminado suavemente por pequeñas lámparas. Luego de andar unos metros, el pasillo se desvía a la derecha, luego a la izquierda, y finalmente, ante una nueva puerta. Al abrirla...

La puerta se cierra, mientras las luces se hacen mas y mas tenues. El reloj cucú empieza a sonar, un alegre colibrí sale por la puertecilla. Sin embargo, no hace "cucú". El sonido que emite es "Now. Now. Now."

La habitación queda a oscuras, y en esa oscuridad, se ve una flecha que apunta hacia arriba. Del techo, un compartimento secreto se abre, y desciende una escalera para subir.

Arriba de la escalera se extiende un ducto iluminado suavemente por tiras fluorescentes que corren por el techo. Devon no sabe por cuanto tiempo avanza, cuando súbitamente, el ducto se inclina en una resbaladilla, por la cual se desliza inevitablemente...