Partida Rol por web

El turco se detuvo un momento, analizando lo que Robert había dicho.

-Tienes una teoría interesante con lo de las flores masculinas y femeninas... El lenguaje de las flores... se aman, se comunican. Todas significan algo, un mensaje. Pero también hay una que no puede, como la rosa blanca, su mensaje es claro: "No puedo". ¿Podría ser eso una pista más directa? ¿Y si probamos con ese mensaje?

El invidente se valió de su bastón para acercarse a la zona donde descansaba el micrófono. Las flores estaban ordenadas con precisión en ese lienzo, y la única flor blanca en el centro parecía llamar su atención más que nunca.

-No puedo. - dijo al micrófono, probando si alguna reacción se desataba.

La pantalla reacciona a la voz de Yeni, y el número 6 se ilumina.

-Creo que lo entiendo. - murmuró, dando un paso hacia atrás para dejarle espacio a Robert.

Se giró hacia su compañero con una sonrisa tranquila, dejándole tomar el control de la situación. -Tienes buen ojo para los detalles, Robert. Creo que deberías intentarlo. Hay un código aquí, uno que abre esa puerta sin picaporte. El 6 se ha activado con la flor blanca central. Sólo hay que conectar las piezas.

Yeni no recordaba todos los nombres de las flores y sus mensajes asociados. Leer los papeles rasgados le resultaría casi imposible.

Se apoyó en la mesa central, dándole tiempo para procesar la información y decidir qué hacer. Había llegado a una conclusión, pero quería que él lo viera por sí mismo también.

-Si ves lo que yo veo. - añadió con un tono suave. -Entonces será tu turno para completar el código y que pasemos al siguiente nivel del juego.

Parecía que cada mensaje de cada planta se identificaba con un número — como si fuera una contraseña, palabras por números — igual sólo se trataba de pronunciar las respuestas de cada planta, para extraer un número y luego combinarlos — Pruebo: Te declaro mi amor — era el mensaje del tulipán rojo ¿Por qué había escogido ésa? Yeni había comenzado con la flor central, la rosa blanca, así que, seguramente ahora tocaba una flor de color roja, el tulipán tenía ese color, así que, adelante con él.

Aunque para nada había logrado descifrar todo el mensaje, aún estaba tratando de entender el juego. Es más, veía la dificultad que se les venía encima: ordenar los números para extraer luego nuevamente una palabra o una frase. No lo tenía nada claro.

— ¿Y para qué sirve el lienzo en blanco? — había cosas que aún se me escapaban.

Robert prueba con la frase del Tulipán Rojo, pero ningún número se enciende.

El lienzo no se encuentra en blanco, ya que cuando Yeni lo había tocado con el pincel, una imagen se materializó en el mismo: un florero con un ramo de varias flores. La de afuera son azules, luego rojas, despues rosadas, nuevamente rojas, luego blancas, y finalmente en todo el centro una sola flor blanca.

El hombre estaba claramente frustrado. La falta de accesibilidad, la necesidad de depender de los ojos de Robert, todo aquello le pesaba. Su situación como invidente debía haber sido tenida en cuenta, y que no hubiera escritura en braille era un descuido imperdonable. Tal vez lo habían hecho a propósito, para forzarle a comunicarse más con Robert, pero eso no le quitaba lo molesto de la situación.

-Esto no está bien. - dijo con un suspiro de resignación. -Deberían haberme proporcionado la misma información en braille. Es injusto tener que depender de ti para todo, Robert. Aunque lo llevas bien... mejor que yo en este momento.

Yeni se pasó la mano por la frente, fatigado. Había estado esforzándose durante aquellos quince minutos, tratando de contribuir, pero su vista limitada ya le pasaba factura. No había nada que pudiera hacer más allá de confiar en Robert, aunque eso no aliviaba su frustración.

-Ten cuidado, Robert. Concéntrate bien en el orden de las flores. Los colores son clave. El ramo del lienzo… sigue una correlación. Las flores tienen mensajes, y debemos seguirlos al pie de la letra. Yo no puedo hacerlo. - admitió con voz más suave. -Me siento fatigado. Mi visión periférica ya no me responde como antes.

El turco respiró hondo, intentando recuperar fuerzas. Desconocían si había límites en el número de errores que podían cometer antes de que el sistema los penalizara.

-Tú puedes hacerlo. No sabemos cuántos errores nos permitirán. Tienes todo lo que necesitamos para resolverlo. Estoy contigo, pero el resto depende de ti.

Nada, mi frase no se había traducido en ningún número — no — ahora ya sabíamos que no todas las frases servían, así que, había unas que sí y otras que no. Difícil. 

Traté de estudiar, nuevamente, todo el entorno. El lienzo, las flores, la pantalla, el reloj de cuco descontando tiempo — de fuera hacia adentro — así rezaba la pista principal — Veo, veo... — a través del lienzo blanco, había podido divisar una gama de flores de color siguiendo un orden concreto — desde que tocaste el lienzo, ya no es blanco. Se ha materializado una imagen, un florero — igual aquella imagen no tenía nada de particular sino fuera por cómo fue apareciendo — es un florero muy particular, tiene un ramo de flores, te digo desde fuera hacia adentro la gama de colores: Las de afuera son azules, luego rojas, despues rosadas, nuevamente rojas, luego blancas y en el centro hay sólo una flor de color blanco también — había entonado de manera distinta el comienzo: "de fuera hacia adentro" tal y como ponía el papel.

— Es como el juego ese que hay que repetir una serie de colores: Azul, rojo, rosa, rojo, blanco, blanco — ésa era la combinación de colores, de fuera hacia adentro. Y aparte teníamos otra pista y es que la frase de la flor blanca se identificaba con el número 6 — Osea, a la inversa, sería blanco es 6, blanco es 5, rojo 4, rosa 3, rojo 2 y azul 1 y de dentro hacia afuera, al revés.

— Entiendo que sólo habría que repetir las frases en ese orden: flor azul, flor roja, rosa, roja, blanca y blanca — revisé las flores – el jacinto suele ser azul (Tu hermosura me fascina) y también el aciano (Sé gentil conmigo), rojas hay varias (clavel rojo, tulipán rojo, aljaba roja, amapola y cayena), la flor de manzano puede ser roja, blanca o rosa — si fuera rosa, ya la tendríamos — ahora iría otra roja, y luego dos blancas, aunque la última ya la tenemos.

Yeni, aun con la fatiga acumulada, decidió concentrarse una vez más en la información que tenían. Sabía que debían resolver el enigma a través del significado de las flores y que cada detalle contaba. Escuchó atentamente de boca de Robert los mensajes relacionados con las flores, tratando de organizar la información en su mente.

-La rosa blanca, cuyo mensaje es 'no puedo', creo que está indicando que las flores blancas asociadas al número 5 serían las amapolas, cuyo mensaje es 'no soy libre'. Tiene sentido que la última frase sea 'no puedo', y la que le precede sea 'no soy libre'. Es como si la persona estuviera explicando que no puede corresponder por esa razón.

Yeni continuó, intentando aclarar su razonamiento. -Luego tenemos las flores de Canterbury, que son azules y están en primer lugar en el lienzo. Su mensaje es 'recibí tu carta'. Parece que es alguien que se está comunicando con la persona amada, que le ha escrito, y está tratando de explicarle lo que siente... y por qué no puede corresponder.

La lógica comenzaba a tomar forma en su mente, aunque aún faltaba por verificar si estaban en lo correcto. -Esto es lo que yo entiendo hasta ahora. La secuencia es una historia: alguien recibe una carta, quiere responder, pero al final no puede hacerlo porque no es libre.

Decidido a probar su hipótesis, se acercó al micrófono después de Robert. Pronunció con claridad dos frases: -"Recibí tu carta" y "No soy libre". Aguardó en silencio, esperando que aquello desbloqueara más números del código y les acercara a la solución.

Al leer aquellas dos frases, dos números se encendieron: el 1 por Recibí tu mensaje, y el 4 por el No soy libre.

Viendo cómo dos números más del código se iluminaban en la pantalla tras haber pronunciado las frases correctas, Yeni sintió un impulso renovado. A pesar de la fatiga y la frustración que había experimentado, la pequeña victoria le dio el aliento necesario para intentar resolver el resto del enigma.

-"Mi corazón arde por ti". - pronunció con firmeza cerca del micro.

-"Placer y dolor". – dijo seguidamente.

Finalmente, con la tensión del último minuto pesando sobre sus hombros, Yeni dijo: -"Mi amor es puro".

Yeni pronuncia las frases, y los tres números restantes se iluminan. Suena una campana a lo lejos, y lo que parecen aplausos lejanos. En la pantalla del lienzo aparece un florero donde se ve un patrón de flores: primero azules, luego rojas, luego rosadas, rojas otra vez, blancas, y finalmente una sola rosa blanca en el centro. Entonces comienza a verse como si una brisa suave moviera los pétalos dentro del florero, y una dulce voz femenina se escucha alrededor.

He recibido tu mensaje,

Mi corazón arde por ti

Pero es placer y sufrimiento

Porque no soy libre de elegir

Y aunque te amo con sinceridad

Contigo no puedo estar.

-Felicidades, han completado el primer reto.- Escuchan desde algún lugar de la sala. Frente a ellos notan el sonido de un cerrojo mecánico al abrirse, y la puerta se mueve levemente, como señal de que cederá si la intentan empujar. En la corneta, la voz suena de nuevo.

-A veces el camino nos obliga a separarnos, aunque duela. A veces no tenemos el control sobre estas decisiones, solo quedan los momentos compartidos, los recuerdos, y la esperanza de que mas adelante, los caminos pueden volver a cruzarse. Solo uno puede pasar por la puerta. Elijan quien será, y digan sus despedidas para continuar al siguiente tramo.-

El turco se quedó quieto por un momento, escuchando el suave susurro de la voz femenina que llenaba la habitación, como si proviniera de los mismos pétalos movidos por la brisa. La armonía entre las frases que había pronunciado y la historia que se revelaba a través de las flores confirmaba lo que ya había sentido: habían resuelto el enigma. El sonido de la campana lejana y los aplausos distantes lo transportaron a una mezcla de alivio y satisfacción. Habían logrado descifrar la secuencia, y los números restantes finalmente se iluminaron.

-Lo logramos. - murmuró, más para sí mismo que para Robert, mientras la puerta emitía ese sonido mecánico, indicando que el camino estaba abierto.

Pero la voz que les indicaba que solo uno podía continuar lo detuvo en seco. Su alegría se transformó en una mezcla de perplejidad. Se pasó la mano por el rostro, aún procesando lo que significaba*.

-¿Solo uno? - repitió, tratando de captar cómo estaba procesando su compañero esa información. -Supongo que es parte del reto... - se detuvo, sabiendo que este tipo de decisiones eran precisamente las que ponían a prueba el carácter de las personas.

Levantó la cabeza y esbozó una sonrisa tranquila.

-Creo que tú deberías continuar. Lo has hecho muy bien, y ya sabes... - hizo una pausa, queriendo aliviar la tensión -…tengo tendencia a complicar las cosas. Honestamente, no estoy seguro de ser la mejor opción para lo que venga después.

Yeni se cruzó de brazos, dándole espacio a Robert para pensar. No tenía resentimientos ni frustración, solo la sensación de haber hecho lo que estaba en su mano, de haber jugado su parte. Cederle el paso a Robert le parecía lo más natural, aunque la idea de quedarse atrás, esperando lo que podría ser el final del camino para él, dejaba una sensación extraña en su pecho.

-Vamos, amigo. Tú puedes hacerlo. Te cedo los honores.

— No sería justo. Te lo has ganado, Yeni — sin lugar a dudas se lo merecía, él había sido quien había comenzado a resolver aquel puzzle, no sólo eso, gracias a él se había conseguido descifrar el significado oculto. Así que, estaba claro quién se lo merecía más que nadie — Tú accedes a la siguiente puerta.

Había estado difícil, el rompecabezas nos había tenido contra las cuerdas, pero finalmente Yeni se había apurado y había logrado unir las flores con los mensajes — yo no he acertado ni una sola flor. Así que, sería injusto que yo pasara adelante.

Tenía que reconocer que, aquello no era lo mío. Había sufrido lo indecible y aún así, cuando me había tocado enunciar un mensaje, no lo había conseguido — la suerte es así, quien es afortunado debe aprovechar las ocasiones.

— Lo he pasado muy bien, en serio. Pero... me planto — no iba a moverme de allí, salvo para conducir a Yeni hasta la puerta para que pasara a la siguiente estancia.

Escuchó las palabras de Robert con una mezcla de sorpresa y gratitud. Las dudas que había tenido sobre quién debía continuar se disolvieron un poco, pero también sintió el peso de la decisión que estaba a punto de tomar.

-Robert... no sé si merezco más que tú pasar por esa puerta. Hemos trabajado juntos todo este tiempo, y aunque yo haya dicho las frases correctas, no lo habría logrado sin tus observaciones y tu apoyo.

Se quedó callado unos segundos, pensando en cómo aquella prueba era un reto de ingenio, y también un examen de carácter. El hecho de que solo uno pudiera continuar lo hacía todo más complicado, no solo en términos prácticos, sino emocionales.

-La verdad es que me siento un poco culpable. - continuó, dando un paso hacia su compañero. -Todo esto ha sido bastante intenso, y tú has estado ahí conmigo, ayudándome a mantenerme enfocado. Pero... si de verdad sientes que debo ser yo quien continúe, no lo rechazaré. Solo sé que no hubiera llegado hasta aquí solo.

Hizo una pausa...

-Si tú te quedas aquí, yo seguiré adelante, pero solo con la promesa de que nos volvamos a encontrar más adelante. Tal vez este lugar esté diseñado para ponernos a prueba de diferentes maneras, y estoy seguro de que no hemos visto el final todavía.

Con una sonrisa le pidió a Robert que lo guiase hasta la puerta entreabierta.

Se lo merecía y esperaba no tener que discutirlo — ya verás como te va bien, Yeni. Eres muy bueno deduciendo hipótesis — yo me había quedado en las especulaciones y no había conseguido unir una pieza con otra. Así que, no me quedó ningún resquemor cuando le reconocí que quien debía cruzar la puerta era él.

— Nos vemos a la salida, dalo por hecho. No me quedo sin el autógrafo de Daredevil – bromeé para quitarle hierro al asunto, tampoco era yo de tomármelo todo tan a la tremenda, que si había quedado eliminado, pues aceptarlo y al menos asumir que mi compañero había podido pasar. De todas maneras, se quedaba con la sonrisa de haber disfrutado una prueba y haberla superado gracias a Yeni. Peor había sido que no la hubiéramos superado, claro.

— Equipo rojo hacia la victoria!!

Al cruzar la puerta, no encontró otra habitación, sino un pasillo estrecho, iluminado suavemente por pequeñas lámparas, por el cual Yeni puede guarde tocando las paredes. Luego de andar unos metros, el pasillo se desvía a la derecha, luego a la izquierda, y finalmente, ante una nueva puerta. Al abrirla...

La puerta se cierra, mientras las luces se hacen mas y mas tenues. El reloj cucú empieza a sonar, un alegre colibrí sale por la puertecilla. Sin embargo, no hace "cucú". El sonido que emite es "Now. Now. Now."

La habitación queda a oscuras, y en esa oscuridad, se ve una flecha que apunta hacia arriba. Del techo, un compartimento secreto se abre, y desciende una escalera para subir.

Arriba de la escalera se extiende un ducto iluminado suavemente por tiras fluorescentes que corren por el techo. Robert no sabe por cuanto tiempo avanza, cuando súbitamente, el ducto se inclina en una resbaladilla, por la cual se desliza inevitablemente...