Partida Rol por web

-Felicidades, han completado el primer reto.- Escuchan desde algún lugar de la sala. Frente a ellos notan el sonido de un cerrojo mecánico al abrirse, y la puerta se mueve levemente, como señal de que cederá si la intentan empujar. En la corneta, la voz suena de nuevo.

-A veces el camino nos obliga a separarnos, aunque duela. A veces no tenemos el control sobre estas decisiones, solo quedan los momentos compartidos, los recuerdos, y la esperanza de que mas adelante, los caminos pueden volver a cruzarse. Solo uno puede pasar por la puerta. Elijan quien será, y digan sus despedidas para continuar al siguiente tramo.-

Un largo resoplido abandonó los pulmones de Matthias. Luego hizo un gesto hacia Charlyn, algo parecido a una ligera reverencia mientras le sonreía satisfecho. Habían podido resolver el reto, pero no seguirían juntos para enfrentar la que fuera la siguiente prueba. Suspiró.

—Te voy a echar de menos —dijo espontáneo. La verdad es que le había parecido muy simpática y resultaba sencillo trabajar con ella—. Pero adelante, por favor, pasa tú. Si te intercambian y soy capaz de darme cuenta, volveré para rescatarte —dijo risueño. Luego, aunque seguía sonriente, añadió algo más serio—: Charlyn, muchas gracias por la compañía, la conversación y el pastelito. Mucha suerte, y ya sabes: el aura enigmática la tienes garantizada —bromeó tendiéndole la mano para estrechársela como despedida.

Reprimió un salto, por el pie. 

—Oh, no, no me quiero separar de ti…. Aunque seguro que nos vemos al final, ya sabes, solo puede quedar uno… Y en todo caso…

Escribió su nombre completo y su número de teléfono y dirección postal en un pedazo de papel y se lo ofreció a Matthias.

—Es un país libre. Podemos conspirar contra el mundo cualquier tarde, tomando un café y una tarta de manzana.

Y dicho eso, emprendió su camino a la puerta, ayudándose con la muleta.

Al cruzar la puerta, no encontró otra habitación, sino un pasillo estrecho, iluminado suavemente por pequeñas lámparas. Luego de andar unos metros, el pasillo se desvía a la derecha, luego a la izquierda, y finalmente, ante una nueva puerta. Al abrirla...

La puerta se cierra, mientras las luces se hacen mas y mas tenues. El reloj cucú empieza a sonar, un alegre colibrí sale por la puertecilla. Sin embargo, no hace "cucú". El sonido que emite es "Now. Now. Now."

La habitación queda a oscuras, y en esa oscuridad, se ve una flecha que apunta hacia arriba. Del techo, un compartimento secreto se abre, y desciende una escalera para subir.

Arriba de la escalera se extiende un ducto iluminado suavemente por tiras fluorescentes que corren por el techo. Matthias no sabe por cuanto tiempo avanza, cuando súbitamente, el ducto se inclina en una resbaladilla, por la cual se desliza inevitablemente...