Partida Rol por web

Devon veía cómo las deducciones tenían sentido, dejando una nueva pista que debían resolver. En la pantalla apareció una frase que les invitaba a bailar, pero todavía no sabían nada de cómo realizarlo. La canción sí que les decía un baile en específico, pero... Miró a su compañero, confundido y con una expresión de que no se le ocurría nada.

—¿Habrá que bailar sin más? —dio unas cuantas vueltas sobre sí mismo, sin mucho ritmo y además agitó el micrófono, por si tenía un sensor. No sabía si estaba dando resultado—. ¿No será que habrá que bailar ese baile de la canción? —rio un poco. El baile le parecía tan ridículo y vergonzoso...

Si Robert se animaba a bailarlo, Devon le seguiría los pasos.

Devon, sin saber qué hacer, se acercó el micrófono a la boca y dijo las palabras mágicas de la canción:

—Oppa gangnam style... —esperó si la máquina reaccionaba, mientras miraba a Robert, casi riendo, todo el mundo sabía esa frase de esta canción tan famosa...

Pero la verdad era que la frase decía bailar, así que no había más remedio que el informático se atreviera a hacer el mismo baile y tan conocido de la canción. Se lo sabía. Esto era su último intento, la prueba definitiva para saber si habían superado la prueba o fue todo un fracaso.

Al ver que nada sucede, Devon se acerca al altavoz de donde viene la música, buscando nuevas pistas.

A través de los altavoces se nos alentó a bailar, y eso hicimos. Nos pusimos a bailar al son de la música — creo que ya está — seguramente se trataba de la confirmación en la forma musical de que habíamos dado en el clavo, en caso contrario querría decir que no habíamos resuelto totalmente el acertijo. Pero quería ser positivo, seguramente aquella música era la confirmación de que sí, ósea que cuando cesara se diría que, efectivamente, hemos finalizado con éxito la prueba.

Por aprovechar el momento, acabé preguntándole a mi compañero una cuestión que me llevaba rondando todo el día — ¿Qué pruebas, qué acertijos has tenido antes? — y es que si no eran las mismas pruebas, pudiera ser que las que le faltaran por jugar fueran precisamente las que yo había jugado ya  y viceversa — ¿Una de un jardín de rosas y otra en una cocina? — y es que como no fueran las mismas, nos podíamos aprovechar de las circunstancias.

En el juego no se apreciaban nuevas pistas, así que debía ser cierto, como decía Robert, que el reto había concluído. Lo único era que no se escucharon ningunos aplausos o el mensaje de La Voz que Guía, como las otras dos pruebas.

—Puede que sí, creo que ya está completado —respondió, asintiendo y mirando al reloj, en los últimos minutos—. Si no, entones será el primero que pierdo. Sí, el primero fue en la floristería y había que resolver un poema. El siguiente fue en la cocina, conseguir sacar los dulces del microondas.

La música finalmente se detiene seguida de suaves aplausos, y al hacerlo, las puertas con las pizarras se entreabren. -Es momento de continuar. Ya queda poco, ¿se divierten?- Suena la voz que guía. Con una última despedida, la pareja se separa hacia el siguiente destino.