Partida Rol por web

Danny cogió el micrófono con entusiasmo y asintió a la idea de empezar a cantar, después siguió a Matt hasta la gramola y se quedó observando qué canciones había y cual elegía su compañero.

-Jajajajaja. ¡Seguro! ¡Al menos no tenemos que hacer coreografías! -Dijo divertido, aunque se le pasó algo por la cabeza.- Bueno, si nos apetece hacerlas... Jajajajaja. -Dejaba abierta esa posibilidad porque uno nunca sabía donde le podía llevar el ritmo de la música.

La canción estaba elegida, aunque los primeros compases no le sonaban a Danny.

-¿Es de Queen? No me suena... ¡Pero da igual! ¡Improviso! Y no te preocupes por las letras, cuando no sepamos cantar algo decimos "nanananananana". ¡Eso siempre funciona!

La canción comenzó y Danny intentó acompañar a Matt lo mejor posible aunque una vez que cogió el ritmo de la canción y pudo concentrarse mejor en la letra la mayoría de frases eran muy parecidas.

-This thing, called love. Nanananananana... -Para compensar la falta de letra decidió que lo mejor era disimularlo con algo de baile acompañando a la música.

Era casi imposible contener la risa cada vez que Danny cantaba sus «nananana», de modo que Matthias terminó por corearlo con él a modo de estribillo. El ambiente de aquella sala se parecía más al que tiene un after cuando ya está a punto de amanecer, pero estar encerrado allí era lo que tenía y muy probablemente lo que se buscaba: salir de la rutina, del tiempo y del espacio comunes, dejarse llevar con completos desconocidos. No parecía que Danny fuera alguien con problemas para eso, y en el fondo tampoco lo era él según para qué, otra cosa era que hacía bastante tiempo que no hacía el tonto así con nadie y la verdad era que le estaba sentando muy bien. Así que por mucho que nadie les hubiera pedido cantar una canción ni seguir haciendo coreografías, Matthias cantaba señalando a Danny e imitando a Freddy Mercury, eso sí, a su modo.

Terminada la canción suspiró con fuerza y se quedó mirando al muchacho. Lo que habría dado por poder fumarse un cigarro. O ya puestos tabaco y algo más.

—Estaría bien una cerveza, me muero de sed —Espetó con una sonrisa de oreja a oreja.

Tras pasárselo en grande con la última canción junto a Matt se dieron un pequeño respiro para tomar fuerzas. Danny sonrió ante el comentario de su compañero.

-Jajajajaja ¡Sabía que teníamos que haber cogido alguna de las botellas de vino de la otra sala! -Miró de nuevo la habitación para cerciorarse pero allí no había nada para picar o beber.- A esta sala le voy a poner una mala reseña en Google. ¡Nos hacen cantar y nos dejan con la boca seca! Jajajajaja ¡Una estrella! -Danny se quedó pensativo durante unos segundos.- ¿Quieres sentarte en el sofá? Parece cómodo. Mientras miraré a ver qué canciones hay por aquí... -Dejó que Matt fuera a sentarse, explorara la habitación o se quedara buscando canciones junto a él, un rato después encontró algo.- ¡Ey! ¡Aquí hay una de Henry Churchs! ¿Te apetece?

—Pues no es mala idea... —Matthias se dejó caer en el sofá. Si sus anfitriones no decían lo contrario, creía haberse ganado un pequeño descanso. Observaba trajinar a Danny en busca de alguna nueva canción hasta que el chico encontró algo de su gusto.

—¿Henry Churchs? Uhmn... no me suena de nada —confesó sin caer en la broma—. ¿Qué tipo de música hace?

-Ohhhhh... ¡Es un crack! Tiene muchos géneros músicales. ¡Seguro que conoces más canciones de él de las que te imaginas! Ya verás como esta te suena. -Danny miró hacia el sofá y le guiñó un ojo a Matt.- ¿Estás listo? ¡Cuando me digas!

No había ninguna prisa, su compañero podía descansar en el sofá lo que quisiera, no quería levantarlo antes de tiempo, al fin y al cabo nadie les apremiaba. Cuando Matt estuvo listo le dio al botón y se puso a cantar "Bailamos".

-To night we dance, I leave my life in your hands.... -Y al llegar al estribillo...- ¡BAILAAAAMOOOOOOS!

La música termina, y nuevamente se oyen aplausos. -¡Maravilloso, son una pareja magnífica! En la rockola encontrarán algunas bebidas refrescantes, y en unos minutos las puertas se abrirán para continuar el recorrido. Quiero aprovechar y agradecerles por poner todo su empeño y disfrutar de la experiencia.-

La Rockola hace un corto click, y la parte de abajo se abre, revelando que se trata de una especie de refrigerador pequeño, con bebidas desde agua a refrescos.

Cuando llegó el estribillo, Matthias reconoció al fin la canción. Rio al escuchar el ímpetu con que Danny cantaba aquel «bailamos» y le siguió el ritmo con los brazos y el trasero pegado al asiento porque la verdad, una vez sentado prefería aprovechar para descansar. Cuando el chico terminó la canción los aplausos que le dedicó se unieron a los de la megafonía.

Al oír el «clic» de la portezuela, señaló hacia la gramola con una sonrisa de satisfacción. Esta vez sí que se levantó a ver qué les ofrecían. Se acuclilló frente a la nevera.

—A ver... ¿Qué te apetece? ¿Agua?, ¿algún refresco? —Para sí sacó una lata de cola. No le vendría mal un poco más de cafeína.

Tras abrirla dio un buen sorbo y se sentó de nuevo en el sofá mientras observaba al muchacho con afable curiosidad. Se le formó una sonrisa en la cara al recordar las conversaciones con Claire y Charlene; después de tanto baile consideraba roto el hielo (aunque no imaginaba que Danny hubiera tenido a su alrededor una capa de hielo en su vida), así que se atrevió a preguntar.

—Cuéntame algo sobre ti, anda: ¿qué te ha traído aquí?

Otra nueva canción y otro nuevo triunfo del dúo, estaban arrasando allí como los dueños del karaoke. El sonido de la megafonía no hizo sino confirmar lo que ya pensaban.

-¡Lo conseguimos Matt! -Dijo dando saltos de alegría y mostrando la palma de su mano para chocar los cinco.- ¡Ahora voy! ¡Esto se merece una celebración por todo lo alto! -Siguió a su compañero para descubrir que había escondido en la rockola.- Ummmmm. Creo que de momento agua, es lo que mejor quita la sed y repone los líquidos. Quizás después algo con azúcar para reponer energía y estar a tope para la próxima prueba. ¡Lo conseguimos! ¡Lo conseguimos! -Repitió contento.

Abrió un botellín de agua y comenzó a beber, le sabía a gloria. No tardó mucho en dar buena cuenta de ella y al terminarla cogió algún refresco si había sin gas, algo con te, un Aquarios o lo que fuera. Después con la lata en mano se dejó caer en el sofá junto a Matt.

-¿Aquí? El metro. -Dijo serio, medio segundo serio antes de reírse.- Jajajajajaja. Era broma, era broma. -Muy mala además.- Pues mi compañero de piso me habló de este sitio, pero claro no me podía decir nada así que pensaba que era uno de esos lugares de citas, pero es mucho más divertido. Ciertamente buscaba alguna experiencia diferente al día a día, me daba igual qué y la verdad es que no estoy nada arrepentido de venir. ¿Y a ti?

—A mí me envío un amigo. Mi mejor amigo, se supone, o al menos lo era hasta que he tenido que bailar a Psy y Beyoncé —apuntó con guasa antes de dar un nuevo sorbo—. También pensé que me animaba a venir porque se trataba de algún lugar de citas, pero parece que la cosa va de desinhibirse, salir de tu zona de confort y divertirse pura y llanamente, lo cual no está nada mal, lo reconozco. Y bueno, en una cita, aunque luego se pueda ir más allá, también se trata de eso, ¿no?

Observó a Danny un instante y sonrió; le resultaba imposible no hacerlo si miraba su simpática cara.

—No pareces alguien con problemas para socializar o hacer amigos, ni creo que los tengas tampoco para ligar —se interesó sin llegar a preguntar. No quería hacerlo más abiertamente después de haber visto cómo Danny alzaba su queja hacia el techo al bromear con que, quienes habían montado aquello, se burlaban de él con el tema del amor.

Danny sonrió y asintió ante las explicaciones de Matt, parecía que sus amigos los habían llevado hasta allí.

-Parece que tendremos que agradecerles a nuestros amigos cuando salgamos, aunque no fuera lo que esperábamos la verdad es que nos lo hemos pasado muy bien jajajaja. Claro que seguramente primero intente hacerle ver que lo he pasado muy mal y no me ha gustado nada.

Se rió pensando en lo que se iba a divertir si la broma colaba aunque sería difícil hacerlo y no reírse.

-No me puedo quejar, al menos de amistades, diría que tengo muchas o al menos suficientes para mi. En cuanto a chicas... Alguna hubo pero hace tiempo que no salgo con nadie en serio y mis amigos siempre se andan metiendo conmigo y diciéndome cosas como "Necesitas una novia", "A ver si sales ya con alguien y nos dejas tranquilos." En plan de broma por supuesto jajajaja. Por eso pensé que podría ser uno de esos sitios. En cualquier caso no me arrepiento de haber venido aquí. ¿Y tu? ¿También te dicen tus amigos que te busques una novia? Jajajaja.

—Yo también pienso inventarme alguna locura para los curiosos que pregunten. Luego confesaré que es broma, por supuesto —aclaró mirando hacia el techo como si sus anfitriones le fueran a reprender.

Matthias se acomodó en el sofá apoyándose en el respaldo. Ante la pregunta de Danny lanzó un sonoro suspiro y sonrió con aire de resignación.

—Y tanto que me insisten en que busque novia, supongo que también quieren librarse de mí, sobre todo mi hija. Le apetecerá que me largue por ahí de vez en cuando a pasar la noche fuera y quedarse el piso para ella solita —bromeó, aunque por supuesto esa debía ser una de las motivaciones de Janice—. Pero bueno, no quiero ser injusto, ¿eh?, se preocupa por mí también.

Se quedó callado un momento y en su cara se formó una mueca valorativa.

»Creo que me estoy dando cuenta de que... Bueno, de que igual no estaría mal empezar a salir más y tal vez dejar de ser de ese tipo de gente que se va sola al cine. —Su gesto volvió a tomar un aire burlón—. Pero paso de decírselo a mi colega o se pondrá a organizarme la siguiente cita a ciegas. Eso si no está haciéndolo ya, claro.

Danny se rió ante el comentario de Matt y le hizo el gesto con el pulgar hacia arriba dando a entender que estaba muy de acuerdo con que les gastara aquella broma.

-¡Ohhhh! ¿Tienes una hija? -Preguntó Danny algo sorprendido, Matt era mayor que él pero no le había parecido tan mayor, bueno quizás estaba exagerando pues él mismo podría haber sido padre ya si se hubiera puesto a ello. Pero por los siguientes comentarios sobre tener el piso para ella sola además supuso que ya tendría una edad.- ¿Y cuantos años tiene para querer quedarse sola en el piso? Los niños de hoy en día cada vez crecen más rápido ¿Verdad? Jajajajaja. Seguro que te quiere un montón, tienes pinta de ser un buen padre. -No lo conocía mucho pero se le veía buena gente y además había ciertas edades en las que querías "echar" a tus padres, no porque no les quisieras si no por esa sensación de independencia, de parecer o creerte más mayor de lo que eras, luego te independizabas y los acababas echando de menos.- Te aseguro que le pasará como a mi, algún día se independizará y echará de menos vivir contigo. -Le dio una palmada en el hombro, luego sonrió al seguir escuchando lo que Matt decía.- ¡Claro que sí! Seguro que tus amigos y tu hija quieren que salgas y te diviertas. ¡Es bueno tener gente que se preocupa por nosotros! Y bueno, nunca se sabe, quizás conozcas a alguien por ahí o quizás en una de esas citas a ciegas, estoy seguro que será una chica con mucha suerte.

—Sí, se llama Janice —La sorpresa de Danny hacia el hecho de que tuviera una hija mayor le resultó halagadora—. Tiene quince, así que sí, en este momento cree no necesitarnos para nada, ni a su madre ni a mí, y no sé yo si algún día echará de menos vivir conmigo —dijo con tono guasón—. Bah, nos llevamos bien, pero ha entrado de lleno en ese momento en que, bueno, todos hemos tenido quince, ¿no? —añadió a modo de resumen.

Alzó la lata de refresco de cola en dirección a Danny y le miró directo a los ojos.

—Por el amor en todas sus formas —Chocó su lata contra la del chico y pegó un buen sorbo.

La música finalmente se detiene seguida de suaves aplausos, y al hacerlo, las puertas con las pizarras se entreabren. -Es momento de continuar. Ya queda poco, ¿se divierten?- Suena la voz que guía. Con una última despedida, la pareja se separa hacia el siguiente destino.

El tiempo de relax terminó con la voz a través de la megafonía. Matthias apuró la lata de refresco, miró a Danny lanzando un suspiro y tras levantarse del sofá le tendió la mano.

—Mucha suerte en lo que queda de juego. Y en lo que queda de vida. —Se lo pensó mejor y en lugar de estrecharle la mano le dio un abrazo.

—Danny, ha sido un placer conocerte y jugar contigo. Y bailar contigo también, que hemos perdido la virginidad del tango juntos y eso seguro que no se olvida —añadió con una sonrisa.

De pronto se acordó de algo y sacó el teléfono del bolsillo.

—¿Me das tu número? Las chicas y yo los hemos intercambiado antes. Por si hacemos alguna quedada de viejos camaradas del Escape to Date o algo así. —Se quedó mirando al chico con el móvil en la mano y las cejas alzadas en un gesto de expectación.

-¡Janice! ¡Un nombre bonito! -Danny hizo cálculos mentales, una chica de quince años le cuadraba con la edad de Matt, seguramente su padre estaba sufriendo su adolescencia.- Tienes razón, todos tuvimos quince años, seguro que a medida que crece se da cuenta del padre tan estupendo que tiene.

Brindó y rió con Matt mientras llegaba el anuncio del final del cuarto. Danny correspondió al abrazo de su compañero de muy buen gusto, había hecho muy buenas migas con él.

-Igualmente. ¿Mi número? ¡Claro! Yo también lo he ido intercambiando con mis otros compañeros, la verdad es que me encantaría volver a veros y no se si cuando finalice todo esto saldremos todos juntos a la vez y nos volveremos a ver. -Danny intercambió los números con Matt y le sonrió haciendo un gesto de despedida.- ¡Nos vemos al final o cuando hagamos esa quedada! -La idea de la quedada le había gustado mucho.