Partida Rol por web

Una vez que salieron del lugar en donde se habían juntado a cocinar Shandi se dirigió a sus aposentos y Lady Constance tenía el castillo para disfrutarlo como ella quisiera.

 No obstante antes de que tuviera tiempo de elegir a donde ir Lady Larra Blackmont apareció y parecía no tener buena cara.

Mi señora han llegado noticias de las tierras de las tormentas.- Dijo con cierta consternación en su voz. -Por favor acompáñeme a un lugar más cómodo, son noticias importantes

La joven mujer se contrarió un poco con la repentina aparición de la lady pero aún así la siguió. Se preocupó mucho mas al ver el rostro de su anfitriona.

-¿Que sucede, mi lady?

Estaba ansiosa por saber.

Lady Larra condujo a Constance a una habitación aparte, la misma era de piedra solida y contaba con unos cómodos cojines para sentarse, el piso estaba cubierto de alfombras y de las paredes colgaba tapetes con motivos de guerra como solían ser en los salones de los castillos.
-Querida constance no quiero andar con rodeos.- Dijo la mujer sentándose en uno de los cojines.
-Así que seré lo mas concisa posible, hoy me llego una carta proveniente de la tierra de las tormentas, no  venia dirigida a mí en particular, al parecer se la quisieron hacer llegar a todas las grandes casas o las más influyentes. En la misma decía que Lord Owen Nigthwing había desarticulado una conspiración en su contra, Aquellos que conspiraron contra tu padre fueron tu tío y tu hermano, al parecer los descubrió y los envió al muro ordenando antes que tu asumieras como heredera de todo.- Hizo una pausa para que la chica asimilara toda la información que era bastante fuerte.
 -Se ofrece una importante suma a todo aquel que pueda dar una información sobre tu paradero, ahora eres vital para la casa niña, creo que es mejor volver a tus tierras creo que allí te están necesitando.-

Constance se sentò a la usanza de aquel paìs frente a la mujer miràndola a los ojos y realmente si que fue concisa, los ojos de la joven se abrieron grandes como un par de platos, no podìa creer lo que estaba escuchando. ¿Su gemelo se habìa puesto en contra de su padre? Eso era imposible, ella no podìa creerlo y menos podìa creer que ahora fuese a parar al muro, de su tìo no le sorprendìa tanto pero , ¿què pudo haber llevado a aquellos dos a la traiciòn? Sus ojos se llenaron de làgrimas, no hacìa mucho que habìan llegado tras un largo viaje y ahora, por una causa tan ruin debìan volver. Pero si su padre la habìa nombrado heredera y habìa ofrecido una recompensa por su paradero, significaba que no la odiaba, aunque conocièndolo seguramente estarìa aùn enojado con ella.

-Mi lady, ¿podrìais enviar una carta a mi padre mientras yo preparo todo para volver? Sè que serà un viaje largo, pero si me necesitan...

Tomò las manos de la rubia mujer y con un media sonrisa, aunque aùn con ese tono de preocupaciòn en su delicado rostro, le agradeciò por todo lo que habìa hecho por ella, por ellos.

-Gracias por todo lo que habèis hecho por mì, nunca lo olvidarè y si alguna vez deseàis venir a la tierra de la tormenta, evidentemente serèis bienvenida y recibida como os merecèis. ¿Hay algo màs que deseèis decirme ahora?

Se iba a levantar pero reaccionò.

-Quizà Shandi quiera quedarse, creo que le gustarìa...

Si ella lo entendìa, no la harìa sentirse incòmoda ni nada y si no lo entendìa, ni ella se sentirìa una entrometida.

Bastian sonrió de medio lado ante el desafío que se le presentaba. Esperaba causar buena impresión en aquel caballero, uno de los más venerados de todo Poniente, al igual que "La Espada del Alba". Que el nombre de los Fossoway resonara entre los hombres de la Guardia Real era un auténtico honor que iba a intentar ganarse...

El joven heredero de La Sidra miró al soldado vencido que iba a los escudos y llamó su atención.

-Amigo, para mí no traigas escudo... -dijo mientras comenzaba a desenfundar lentamente y con orgullo su largo espadón de acero valyrio-. Como Sir Arthur, me gusta sostener el arma con ambas manos -concluyó con una sonrisa desafiante.

Se colocó algo más adelantado, frente al "Toro Blanco", y saludó de forma marcial, colocando la pesada hoja ante su rostro y besando el recazo ante de adoptar la posición de guardia.

-Cuando estéis listo, Sir...

INICIATIVAS

-Lamento que estés pasando por esta situación querida y me gustaría ser de mayor ayuda pero creo que es el momento de volver a casa.- Dijo Lady Larra con voz maternal.
-Si quieres puedo disponer de una agrupación de hombres para que te acompañe y de una embarcación para que tu viaje sea más rápido, a mi no me costaría nada proveerte de esos medios.-

-Se lo propondré, Shandi se la pasa muy bien aquí y estoy segura de que aceptara.- Dijo en un tono agradecido la mujer que sentía cierto afecto hacia la meretriz.

INICIATIVA

-Estaré muy agradecida de poder volver pronto, mi señora.

Constance la abrazó sorpresivamente.

-Ire a decirle a Bastian.

La soltó y corrió en busca del caballero.

Constance corrió como alma que lleva el diablo en busca se Bastian. No sabía cuando saldrían pero lo que si sabía era que sería lo mas pronto posible. Los pasillos parecían cortos mientras ella los recorría en busca de él.

El toro blanco se posiciono para el combate, fue rápido a la hora de cargar como la bestia a la que le debía su apodo.

 Tal vez fue la sorpresa o tal vez fue la imagen de ver como la capa nívea ondeaba tras semejante hombre lo que dejo a Bastian sin posibilidad de responder. La espada descendió en un Angulo raro y a pesar de que su filo era romo logro impactar contra la coraza del Fossoway provocándole una ruptura en la costilla que fue a clavarse unos milímetros en el pulmón provocando así un terrible daño interno acompañado de un inigualable dolor

El heredero Fossoway adoptó una posición defensiva que creía adecuada para la lucha contra la espada y el escudo del Guardia Real. Y quién sabe si hubiese sido así de haberla mantenido. Sin embargo, creyendo que atacaría primero, se movió a un lado de manera que pudiera realizar un barrido lateral. Cuál fue su sorpresa cuando vio el enorme cuerpo de Gerold abalanzarse sobre él.

El golpe en el costillar fue de un poder difícil de imaginar. La coraza se abolló levemente, lo suficiente como para que no absorbiera de todo el tajo y éste terminara causando estragos en su cuerpo. El dolor que le siguió fue de una intensidad considerable. Bastian no tuvo más remedio que soltar su arma y alzar el brazo izquierdo en señal de rendición, mientras con la mano del arma se palpaba el costado intentando respirar.

Tras varios segundos hincado de rodillas, miró al ejecutor de tal prodigioso golpe y le sonrió con un hilillo de sangre saliéndole de la boca. Aunque su orgullo había sido vapuleado, intentaría disimularlo frente al caballero:

-Ahora entiendo lo que quieren decir cuando afirman que los mejores espadas se encuentran en la Guardia Real...

El toro blanco freno automaticamente luego de propinarle tal golpe, sabia que se le habia ido la mano y que habia lastimado al caballero.

-¿Se encuentra bien ser? pregunto con un sincero tono de preocupación.-No hubo intenciones de propinarle semejante golpe, dejeme que lo acompañe a ver al maestre por favor.- El hombre a demas de ser conocido por su casta y su rango era famoso por ser una hombre de bien y Bastian supo que su preocupacion era sincera.

Bastian seguía sonriendo como podía, queriendo quitarle hierro (nunca mejor dicho) al asunto. Palpaba con la mano algunos de los correajes de la coraza para desatarlos y, poco a poco, buscar conseguir quitarse la armadura. Vio al Guardia Real acercarse con gesto preocupado e intentó erguirse.

-Es lo último que me gustaría escuchar -dijo con camaradería-. Espero que en ningún momento estuvieseis conteniéndoos, Ser... Me gustaría decir que pude medirme con Ser Gerold Hightower, "El Toro Blanco", en su máxima expresión... -intentó reír, pero en lugar de eso tosió-. Pero me encuentro bien, solo se me deben haber movido varias costillas... Nada que no cure un Maestre al que sí, sin duda, debería ir a ver, jeje... -y de nuevo la tos, esta vez con algo de sangre-. Pero si tenéis cosas que hacer no querría distraeros de vuestras obligaciones...

Sería un honor y un placer poder discutir con Ser Gerold sus movimientos, cómo los había realizado y cuál era su entrenamiento. Además, podría profundizar en el conocimiento sobre qué hacían allí con Lady Stark. Pero, desde luego, no se prestaría a ello de suponer una distracción para el caballero.

-Puedo garantizarte que te has enfrentado al toro blanco en su plenitud y has sobrevivido que no es poco- Dijo el hombre.- Cuando le pregunten por sus herida puede decirles eso y si quiere puede obviar que fueron espadas de practica a mi no me molesta altera un poco la verdad.-

El Lord comandante de la guardia real acompaño al hombre herido hasta la torre del maeste para que sus heridas sean atendidas y se despidió del caballero con un cortes saludo