Partida Rol por web

La incurción de Alvar en la torre de Tregar habia sido todo un exito. Al ponerse en contacto con el gremio de los asesinos le informaron que Ezio queria verlo en el pueblo a la hora del almuerzo.

Tendría que esperar hasta el almuerzo pero así eran las cosas. Paciente, vestido de oscuro y con una gruesa capa para protegerme de los fríos vientos de estas tormentosas tierras me dirigí al punto donde el maestre Ezio me esperaba. Llevaba el camisote oscuro bajo la holgada ropa y los aceros escondidos como siempre.

Espere tranquilo y paciente. El iba a encontrarme rápidamente asi que a mi solo me quedaba esperar calmadamente el momento en que se presentara mi acompañante y luego ponerlo a punto de los detalles para encarar el asunto de una vez por todas.

Suspire levemente y espere...

Maese Ezio llegó puntual. Vestía una con ropa cómoda y sin pliegues de color negro que hacían juego con unas botas de cuero del mismo color.

-Maese Álvar es un gusto poder verlo bien.- dijo al acercarse al espía. -Me imagino que tiene noticias para mi pero por que parase a charlar en un lugar cuando se puede pasear y disfrutar de la luz del sol que es tan escasa estos días.- Agregó con una sonrisa. A simple vista no parecía llevar armas pero el espía sabia que dentro de esos tantos pliegues podría haber un arsenal de cosa mortíferas.

Ahí llegaba. A veces este hombre podía ocasionarle escalofríos a cualquiera solo con su presencia. Por suerte yo ya estaba al menos un poco acostumbrado al veterano asesino y a su aura.

-Más que cierto maese, Por favor tened la amabilidad de guiar el paso.- Lo acompañe un par de cuadras mientras hablabamos cortesías y sinsentidos por un par de cuadras para asegurarme de que nadie nos seguía ni nadie nos escuchaba. -Parece que tendrás más trabajo Maese. Nuestro amigo resulto ser todo un entusiasta y ambicioso jugador. Es nuestro trabajo demostrarle lo antes posible que hizo una apuesta demasiado arriesgada.-

Lo mire de reojo para ver su reacción. No tenía más pruebas que mis escuchas así que si me pedía alguna tendría que convencer a Lord Owen, pero no quería perder tiempo con algo así.

Maese Ezio asintió a lo que decía Álvar mientras caminaba en silencio y con las manos entrelazadas en su espalda.

-Que el padre lo juzgue con justicia.- Dijo en un tono serio -Has traido la informacion en tiempo record Álvar, no podia esperar menos del gremio de los espías.- Comento mientras disfrutaba del aire que se arremolinba en la calle donde caminaban. -No esperes a tener competencia, Imagino que sabras que el gremio de asesinos respeta al gremio de espías por que siempre han trabajado juntos pero debo confesar que nosotros tenemos tambien nuestros informantes no tan bueno como los suyos pero son utiles, y para honrar nuestra amistad quiero comentarte que mis informantes me contaron que el joven Ragnar ha estado reclutando gente para que le sirva de espia a el y solo a el, al principio envio a sus lacayos pero luego trato de convenser a algunas personas el mismo... Como si nadie fuera a reconocer el rostro del heredero de la casa.- Maese Ezio siguio caminando y se detuvo para contemplar a una hermosa joven que pasaba por allí vendiendo pan. De uno de sus plieges saco una moneda de plata (mucho mas de lo que deberia pagar por un poco de pan) y compro 2 hogazas, compartiendo una con el espia. -Me encanta el pan, es simplemente delicioso.- Dijo arrancando un pedazo y llevandose a la boca. -En fin usa esa informacion como mejor te parezca.-

Un halago de un colega como él, si bien no me inflaba el ego ni me hacía creer invencible, era toda una muestra de respeto. Asentí levemente a las palabras del maestro asesino. -Estoy seguro que el padre enviara a algun experto para encargarse de que sea bien juzgado.-

Continuamos caminando un poco. Yo me disponía a entrar en detalles mínimos y a responder cualquier pregunta que Ezio me lanzara; pero sus siguientes palabras tuvieron el mismo efecto que una de sus dagas en mi espalda.

"¿Cómo puede ser que no me haya enterado de esto?"

Trate de no parecer sorprendido, pero el golpe había sido muy repentino y yo no estaba preparado. Apreté el puño por un segundo, pero en seguida me force a calmarme y suspire lentamente. Continué caminando mientras terminaba de oír la corta historia y luego recibí la hogaza de pan, como quien recibe un regalo muy preciado. le di solo un bocado en el momento por cortesía a Ezio. El pan estaba bueno pero solo me había hecho degustar el enojo que tenía atragantado.

-Maese, por favor evite que su gente se una al séquito de Ser Ragnar. Me temo que tendré que encargarme del asunto pues mi posición y la de mi gremio puede estar en riesgo y quisiera evitar perjudicarlo a usted y a todos estos años de colaboración mutua.- Probé otro bocado, mucho más calmado. Este sabía a pan, y solamente a pan. -Si los nuevos espías del heredero no atienden "medidas razonables", usare medidas irracionales.- Cualquier dejo de sorpresa en mi tono había pasado a convertirse en algo mucho más oscuro.

-Nuestros gremios tienen una historia que se remonta al nacimiento de esta casa, nuestra relación siempre fue de cortesía y respeto por que apreciamos su tarea así y como ustedes aprecian la nuestra, no es de mi interés tener que tratar con unos inexpertos que quieren entrar en un negocio del que le llevamos cientos de años.- Dijo Ezio mientras arrancaba otro trozo de pan y se lo llevaba a la boca.

-Mi gente solo me sigue a mi y yo solo respondo al señor de la casa cuyo nombre es Owen Nigthwing, por eso debe estarse tranquilo y si yo y mis compañeros tenemos la posibilidad de ayudarlo en algo solo tiene que decirlo y allí estaremos.- La oferta parecía seria, se notaba que a Ezio no le gustaba lo que estaba haciendo el heredero de la casa. -No quiero cortar esta charla que tenemos pero debo encargarme de nuestro amigo Tregar, esta usted invitado a verme cuando guste y así podremos tomarnos una copa y charlar mas tranquilos

Había escuchado la historia de muchas bocas. La casa Nightwing siempre había tenido bravos caballeros a la luz y sigilosos agentes en la oscuridad. Por algo era una casa grande y poderosa y sus gremios tenían siglos de vida como tales.

-Primero tratare de convencerlos por alguno de los muchos medios que poseo; pero si alguno se resiste me gustaría contar con un poco de asistencia de su gremio por las dudas maese... Siempre me siento más seguro con camaradas cerca.-

Termine asintiendo suavemente mientras seguía dando cuenta de la hogaza de pan, un par de migas a la vez. Ezio tendría la noche ocupada y yo también tenía muchas cosas de las que encargarme. Iba a ser una larga noche.

-No te retengo más Ezio, que tu trabajo sea fácil y ligero así puedas descansar tranquilo en tu cama hoy. Pronto pasare a visitarte para tomar esa copa prometida. Si algo ocurre hablare con tu gente. Saludos amigo y suerte.-

Acompañe mis palabras con una leve reverencia y un gesto de la mano. Entre gente de nuestro oficio todo momento podía ser el último así que era bueno ser formales y corteses; por si fuese la última vez que nos viéramos.