Partida Rol por web

Ragnar había mandado a llamar a su Jefe de Espías ya que tenía que ponerse al día. Había estado un tiempo lejos de sus tierras, y además no conocía los tejes y manejes de su Padre ya que parecía que nunca había confiado en él.

Moriste solo por haber desconfiado de todos...

-Pasa Álvar, toma asiento- le dijo el ahora joven Lord -¿Quieres vino? ¿Agua?- ofreció acercándose a la mesa donde había jarras con diferentes líquidos. Él mismo se sirvió una.

-Me gustaría que me pusieras al día con respecto a los últimos movimientos de mi padre, así como también toda la información referida a la guerra- comenzó hablando Ragnar para luego detenerse un momento -Gracias por tu apoyo en la Sala. Por más que sé que eso era lo correcto, he podido ver que eres leal a la casa por encima de toda filiación y me gustaría poder confiar en tí como lo ha hecho mi padre al darle más peso a tu palabra que a la de su único hijo-

Había estado esperando esta audiencia. De seguro el nuevo lord querría examinarme con sus propios ojos y medir mis palabras e intenciones directamente. Me arregle, con las ropas que siempre usaba para hacerme pasar por artista, aunque mis hojas cortas siempre me acompañaban.

Golpee la puerta y tras la respuesta pase. Tome asiento donde me indicó y acepte una copa de vino que yo mismo me serví.

-Su padre sabía que si no confiaba en la información que él mismo me había mandado a recolectar pecaría de... ingenuo.-

El muchacho seguía con el rencor. Mala señal si quería gobernar en paz y bien. Oculte mi rostro un segundo tras la copa, mientras daba un corto trago.

-Excelente vino... Ah si, pues de la guerra y los planes de vuestro padre me temo que no se mucho más que usted. He estado varios meses fuera ejecutando la última misión que me encomendó vuestro padre. Traer de nuevo a Rocacuervo a sus dos hijas. Y he vuelto justo a tiempo para la reunión.-

-De acuerdo...- musitó el joven mirando al espía -Entonces armaremos una nueva estrategia desde cero, ya que en este momento no hay indicios de que haya un plan en funcionamiento, y si los hubiese, no tendríamos forma de saberlos porque el único que los sabía está muerto.-

Hizo una pequeña pausa para tomar un poco del vino.

-Sí, es bueno- dijo como una respuesta tardía a la ponderación de Álvar aunque más para sí mismo que para su interlocutor -¿Qué sabes de la guerra? Porque de mis hermanas supongo que ha sido un perdón generalizado, antes de morir solo- la amargura en las palabras del joven Lord eran claras, aunque esta vez no cargadas de rencor sino de tristeza.