Partida Rol por web

 Alfred aguanta el calor abrasador y recoge a la figura. A su alrededor las vigas empiezan a dejar caer virutas ardientes y el humo es insoportable.

Tranquilo ya zalimoz... murmura entre dientes.

Al no querer enfrentarse al mismo horror de nuevo Alfred decide arriesgarse y saltar por el hueco de la escalera a los pisos inferiores para acortar tiempo.

Aguanta, aguanta... los pulmones del monje van a estallar pero la leve vida que queda en la figura de sus brazos le hace seguir.

 En el momento en que te pudiste por fin acercar a la figura caída, observaste algo muy curioso...

... a su alrededor hay diseminados por el suelo varios de los bichos del enjambre maligno... se encuentran abrasados o asfixiados, con las patitas encogidas.

El salto es limpio, y aterrizas sobre el rellano con el joven al hombro... los soldados, dedicados a echar cubos de agua, se te quedan mirando con respeto.

¡Vamos, qué esperáis, echad una mano para bajar a este ciudadano...! - dice mientras se adelanta a sujetar contigo a la inmóvil figura que transportas...

En pocos segundos llegáis abajo, entre los aplausos de los vecinos... las mujeres hacen ruidos con la lengua ululantes...

El muchacho se encuentra bastante mal... el fuego le ha quemado en parte, pero además tiene por todo el cuerpo las señales de los picos de los insectos.

La mujer que debe de ser su madre grita llorando desesperada...

¡Mi hijo... hijo mío, qué te ha pasado...! oh Dioses, oh antepasados... ayudadle por favooor.....

Al cabo de un rato, el fuego es dominado... y la tranquilidad vuelve poco a poco. Los soldados te dan las gracias... son hombres jóvenes todos excepto el oficial, un rudo soldado. Son toscos, sin educación, pero parecen de confianza, directos, sin doblez.

Con ciudadanos como tú habría muchos menos problemas... gracias.  Mira alrededor... vamos a recoger a los clérigos y volvemos a la Torre de la Guardia

Y se van en dirección a la verja que da al callejón, a escasos metros de allí...

...de los clérigos no hay ni rastro... y de los bichos, tampoco. Los soldados se miran entre sí tras una espera prudencial, se encogen de hombros, y empiezan a alejarse por donde han venido.

No hay problema, mi nombre ez Alfred... me quedo con la cara de algún guardía seguro que en el futuro me es util.

Antes de irse Alfred entra en el callejón vacio dispuesto a registrar los ropajes de la joven a la que perseguía. Por que huirira?

Tras hacer esto vuelve con los guardias y confraternizo con ellos en mi vuelta al centro. Ezta ez mi primera noche en la ciudad, hay algún lugar donde pueda alojarme? laz pozadaz eztan llenaz...

La charla continua mientras Alfred intenta descubrir mas cosas de la ciudad.

 La gente se dispersa... y tú entras en el callejón tras repetir la escalada de la verja negra. El callejón está lleno de basura, y el cadaver de la mujer ha desaparecido, junto con los monjes.

Tal vez se la hayan llevado a engrosar ese ejército de los muertos que dicen que están formando...

Hay muchos bichos esparcidos por el suelo, muertos por aplastujamiento.

Por lo demás, no se aprecia nada fuera de lo que cabe esperar, en un callejón oscuro de mala muerte en Dynaj...