Partida Rol por web

Tras un día de intensas emociones, con la muerte del caballero Oscuro Xhu`Kel, su entierro (al que asistión por respeto y una cierta consideración al honor del Sindicaro, cosa extraña en él) y también haber dejado su trozo de tierra, decidió que era el momento de llenar el saco, cogiedo de una tienda de aquí, otro poco de otra tienda de allá: aprovisionándose de raciones de comida e hidromiel, un yelmo, un arco largo y saetas, un balde, aceite, antorcha, linternas, cuerda y reloj de arena, e incluso jabón!!! (nunca se sabe, todo tiene un uso).

Ahora que ya el caballero oscuro ya no está con nosotros, considero que el acudir a la cena irá bien para despejar nuestras mentes... iré, aunque no soy muy dado a relaciones. Y ahora que tengo que petate montado, ya nada me impedirá descansar un poco de tanto ajetreo

en tu cabeza aparece una extraña voz que te habla:

...............olvidate de todas esas porquerias amigo, lo unico que nos gusta comer son cerebros.

Si, cerebros jugosos de victimas vivas o muertas. Nos da igual porque tu tambien estas muerto amigo.

Como lo oyes, ahora eres un zombi como yo, JAJAJAJAJA!!!!!

Te enseñare todo lo que necesitas saber, de momento preocupate por comer cerebros de vez en cuando para que tu cuerpo no se pudra y nos descubran antes de tiempo.

Nos mataran, lo sabes. De modo que mas te vale hacerme caso cuando tengamos hambre.

Cerebros? Comer? Pero esto qué es!!!! Estoy volviéndome loco....

Tanto ajetreo me ha afectado.... o ha sido que alguno de las heridas ha sido más grave?

Qué hago? Qué hago?...

Iré a la cena, a ver si puedo despejarme... pero no pienso comer cerebros humanos!!!

....no tendremos esa suerte en el menu de hoy, pero todo se andara.

(play)

Los aventureros conocidos como "Sindicato Saja y Raja" se habian cruzado con el druida Noctuleon y se habian caido bien.

De modo que todos se fueron a un banquete dejandolo con el portaantorchas Xuuan cuidando de un camello carroñero y varios sacos al parecer cargados de riquezas.

Mirando el fuego que alimentaba el portaantorchas la luna salio tras las dunas y se escuchaban apagadas las conversaciones animadas por el vino en la jaima del banquete, asi como los lamentos de los prisioneros esclavos en los carromatos jaula que serian vendidos en la ciudad de los muertos.

Xuuan asaba unos chorizos pinchados en un palo mientras hablaba sin ser consciente de que el druida sordo sabia leer los labios, asi como captar el ambiente a su alrededor escuchando la silenciosa llamada de la naturaleza....

........ahora estan hartandose de vino y manjares exquisitos.... y yo todavia no he visto ni una triste moneda.

Seguro que si tomase algunas de esas gemas del saco no se enteraria nadie pero me han mandado un sordo para que me vigile a mi tambien.... como si fuese poco con esos asquerosos chuchos del cura borracho....

entonces saca un tizon del fuego y se lo arroja a los perros del clerigo: Chulu y Azatoth, que aullaban extrañamentre y sin parar a la luna.

CALLAOS PULGOSOS!!!!!

Noctuleón miró a Xuuan y le sonrió con gesto benévolo. Prefería que la gente no se enterara de su capacidad de leer los labios, si no era absolutamente necesario. En su experiencia, eso les ayudaba a expresarse con sinceridad en su presencia.

Miró con interés en la dirección hacia la que corrían los perros. Era en momentos como este que deseaba poder oír. Si algo les había llamado la atención, valía la pena echarle un vistazo, para cerciorarse de que no representaba un peligro.

—Espérame aquí —le pidió a Xuuan—. Volveré en seguida.

Siguió a los perros, procurando moverse sin hacer ruido. Una habilidad que era casi natural en un elfo silvano.

Uno de los perros ha desaparecido de la vista y el otro esta ladrando a la noche cerca de los carromatos de los prisioneros.

Uno de los desgraciados que se hacinan en ellos te suplica cuando advierte tu presencia:

POR FAVOR... PIEDAD!!! SAQUENOS DE AQUI!!! YA HAN DEGOLLADO A SIETE DE NOSOTROS Y HAN ARROJADO LOS CUERPOS AL DESIERTO!!!

LAS BESTIAS NOS DEVORARAN A TODOS!!!!

El elfo observó al carromato de los esclavos, impasible ante las desesperadas advertencias del prisionero. La estudió con detenimiento, tratando de encontrar la manera de abrirlo. Hasta él llegó el olor nauseabundo del hacinamiento. Los perros se habían perdido en la dirección hacia la que señalaba el esclavo. Algo extraño estaba pasando y Noctuleon estaba seguro de que si pudiese escuchar, ya estaría enterado de qué se trataba.

Se señaló un oído y le dijo al esclavo.

—No puedo oír. Dime qué oyes.

El mendigo comprende lo que le dices y gesticula con grandes aspavientos...

ES EL LAMENTO DE LOS MUERTOS VIVIENTES!!! VIENEN HACIA AQUI Y SON MUCHOS!!!

Mirando en la direccion en la que señala los ves llegar: Bajan del promontorio donde esta la entrada al laberinto en direccion al oasis. Caminan dando torpes traspies por la arena y sus cuerpos semipodridos brillan blanquecinos bajo la luna que ha comenzado a eclipsarse con un extraño color rojo sangre...

(play)

Mientras das unas vueltas a las jaulas de los 2 carros ves como los mercenarios que escoltan la caravana (que se encontraban durmiendo) pasan corriendo y con las armas en la mano en direccion a la jaima donde se celebraba el banquete....

Entonces encuentras un pestillo en el techo de los carros al que se puede acceder desde afuera pero no desde dentro. Es un simple pasador que desbloquea la puerta de la parte de atras.

De entre los arbustos que se movian y sin ser consciente de tu presencia emerge una figura horrorosa: Un muerto viviente de mas de dos metros de altura y muy corpulento... totalmente desnudo y negro como el carbon, esta sin cabeza y la sostiene (su cabeza) en una de sus manos... pero la cabeza esta viva (aunque le falta la tapa de los sesos) y comiendo visceras humanas que la otra mano del monstruo le mete en la boca....

La bestia se levanta y se pone la cabeza sobre los hombros... sonrie coge una tunica ensangrentada del suelo y se la echa sobre sus hombros, luego se mete entre las sombras  y se mueve a traves del campamento alejandose de ti...

La vista de aquel horror le quita el aliento por un momento al elfo, que necesita un segundo para recuperar la compostura. Aquella horrenda criatura pareció desentenderse de él y de los esclavos y se siguió su camino, internándose en el campamento.

Noctuleón corrió el pestillo y abrió la puerta del carromato.

—¡Corred! —se limitó a decirles a los esclavos y saltó a tierra.

Corrió hacia donde suponía que sus compañeros se hallaban comiendo y bebiendo, inconscientes del peligro que se les aproximaba.