Partida Rol por web

Eran sorprendentes los cambios que podían producirse de un año al otro. La chica que no se hablaba con casi nadie de pronto estaba convertida en una suerte de sex-symbol que no se limitaba a los jóvenes de su casa sino que ampliaba su espectro de conquistas.

De-debería tar-tartamu-mudear a ver s-si mejo-jora mi suerte con los chi-chicos.

Por primera vez desde su llegada a Hogwarts a Madelain se le vio una sonrisa ante su ocurrencia.

Le sorprendió no sentir absolutamente nada frente a los coqueteos de Alex con la chica, incluso le parecía gracioso ver cómo ella los llevaba por las narices a los dos juntos. De pronto se puso seria de nuevo.

_Debo concentrarme en lo importante.

Alana ya estaba satisfecha, asi que decidió subir a buscar los materiales de clase antes de que fuese mas tarde. No sin antes claro, presenciar el jolgorio público de otras casas. Ciertamente observó con una curiosidad incrédula como la gente perdía tiempo de forma tan despreocupada. Luego de descartar intentar comprenderlo, se levantó de su sitio.

Conforme se acercaba a la puerta para desaparecer, volvía a sumirse en sus propios pensamientos.

 Después de terminar de desayunar, me levanté de mi mesa y me fui a buscar mi material para la clase con la que iba a empezar este curso....

 Mientras caminaba hacia mi destino, con mi rostro frío como el hielo, que provocaba que más de uno se apartara intimidado de mi camino, por dentro trataba de recomponer mi corazón roto... Me sentía tan estúpido, y pesar que fue por ella por quien mate a mi padre, para protegerla... De todas maneras lo hubiera hecho igual, con el fin de proteger a los inocentes alumnos de su demencial ataque...

  Decidí mantenerme firme y salir adelante ante la adversidad, como siempre había hecho a lo largo de mi vida, como buen Serpens que era...

Todos iban a buscar sus cosas, las clases estaban por empezar. Todos menos los tortolitos que habían ido al lago. Seguramente llegarían tarde ya el primer día.

Madelain seguía comiendo pacientemente esperando que se hiciera la hora de ir a clase. Ya tenía todo preparado. No quería llegar tarde, incluso pensaba llegar una de las primeras.

Logan mira a las chicas y su conversacion de que alguien acosaba a Alyssia, se queda quieto en su lugar intentado ver comprender todo... Era raro, muy raro, pero en ese colegio hace años que todo eso era normal, se acerca al grupo de las chicas y luego susurra.

- Muchachas, como es eso que las acosan?, me pueden comentar, digo me molesta las estupideces de ese tipo, tu tambien Katie... 

Coge la carta que le tiende Alyssia, una carta de amor anónima. Sin duda, esas cosas suelen ser bonitas, pero un poco pronto. Exageradamente pronto. No podía evitar imaginarse a alguien obsesionado con dejar la carta el primer día de las clases, sin duda daba miedo

- Menuda estupidez, ¿a quién se le ocurre? - dice mientra se la devuelve a su dueña. - Si necesitas algo, dímelo. No es agradable esto que te está pasando.

Entro en el comedor rápidamente, no me fuera a perder el desayuno. No aguantaría todas las clases con el estómago vacío sin morir. Ya me costaba aguantar despierto las primeras horas, como para encima pasarlas con hambre. Bajarían cien puntos a nuestra casa antes de que terminara el día por mi culpa.

Me paso la mano por el pelo, que aún está empapado. Me había quedado dormido en la ducha. ¿Cómo me había podido pasar de nuevo esto? Toda la culpa era de los baños de los prefectos. Como el nuestro estaba lleno uno de los prefectos de la casa con el que me llevaba me había ofrecido utilizar el suyo, y claro, por la mañana temprano meterte a una bañera con agua templada... cualquiera se hubiera dormido allí. Casi merecía ser prefecto sólo para poder utilizar esas instalaciones. Aunque tener que poner castigos a un montón de niños no era nada que me apeteciese demasiado.

Nada más entrar en el comedor me doy cuenta de las pintas que debo llevar y me coloco la túnica. Luego me paso la mano por el pelo de nuevo, viendo como un montón de gotas pequeñas de agua salen de él. 

Intentando no llamar mucho la atención me voy a desayunar antes de que lleguen las clases.

Un fantasma aparece rondando por el comedor mientras porta un enorme reloj, también fantasmagórico, y se dirige a los alumnos con voz potente.

-¡Quedan 5 minutos para el inicio de la clase!

El fantasma lo repite unas cuantas veces más y se va atravesando la pared.

Se ve al fantasma que avisa de las clases avisando a los alumnos que van por el pasillo.

-¡La clase comenzará en 5 minutos!

Se desplaza por los pasillos buscando a alumnos que no sepan que las clases están a punto de comenzar.

Henri se seguía preguntando como vivían los magos sin despertadores. Se había vestido de un salto, se había duchado volando,  y aun así había llegado mas tarde a desayunar que todos sus amigos. No veía a Spencer por ningún lado, solo a Ashton que también se había retrasado.

Henri se sentó junto a Ashton, mas por que le gustaba estar cerca de su amigo que porque pensará conversar con él, la comida iba a desaparecer pronto y Henri tenía hambre. Además, parecía que Ashton parecía muy ocupado comiendo. Le dedicó un breve saludo y empezó a desayunar.

 Me apresuro a coger mis libros de las asignaturas que me tocan en ese día y me apresuro a ir a la clase que me toca haora, mientras sorteo a los demás alumnos, con paso raudo y veloz...

Comenzar con historia no era definitivamente la forma mas enérgica de comenzar el día, pero cuanto menos esperaba que los temas de este año fueran de su interés. Llegando al aula, se buscó un asiento al centro y hasta delante del todo para no perderse nada.

-Gracias Katie... si le gustase de verdad, me lo diría a la cara, no?

Su charla se ve interrumpida por el fantasma que avisa del inicio de las clases. Se levanta cogiendo la carta y recoge su mochila del suelo.

-Bueno... es tarde y hay que ir a clase. Nos vemos luego, Katie.

Sonríe y se marcha. Lissy se despide también de ellos y se marcha hablando con Alyssia sobre todo eso. 

El Gran comedor comienza a vaciarse cuando los alumnos de todos los cursos abandonan sus lugares para dirigirse a las clases que tienen a primera hora, aunque muchos hace rato que ya están en camino para no llegar tarde. Se sabe que muchos de los alumnos que han llegado tarde, han sido castigados y los profesores no es que sean benevolentes, precisamente.

 Después de terminar la clase, cojo mis cosas y las guardo en mi cartera, para apto seguido cogerla y ir a clase de Transformaciones...

 Esta primera clase ha sido muy fructífera, aportándome mucha información sobre Harry Potter que desconocía, pero sobre todo me parecía interesante el interés del profesor sobre querer que aprendiéramos tanto sobre una persona que solo pronunciarla era tabú, ¿obedecería eso algún tipo de plan oculto?.

 De todas, maneras, mientras me apresuraba a llegar al siguiente aula, me preguntaba como sería el niño que vivió y que hubiera supuesto él para mí si hubiéramos sido contemporáneos, ¿habríamos sido amigos o por el contrario no nos hubiéramos soportado?. Supongo que si mis antepasados le hubieran ayudado en su lucha contra Voldemort en lugar de esconderse para salvar su propio pellejo, puede que el resultado para él hubiera sido distinto...

 ¿Puedo ser yo la última esperanza de redimir el linaje de Salazar Slytherin?.

Salgo de la clase, exclusivamente acompañado de Henri y Katie.

En cuanto nos alejamos de la puerta y salimos del ámbito de vigilancia de Fiore, le paso un brazo por encima del hombro a Henri y le doy un suave puñetazo amistoso en el brazo.

-¡Ese es mi chico! Ya sabía yo que todas las horas que metimos el año pasado no iban a ser en balde.- Me río alegre.-Si os queréis adelantar, voy a esperar a Scarlet. Pero vamos que si queréis quedaros, yo no os lo voy a impedir.

Llegó al salón comedor, el lugar estaba demasiado silencioso, incluso con aquellos maestros algo tiránicos se lograba escuchar algo de barullo desde los pasillos.  Abrió la puerta y se sorprendió al ver que estaba vacío.  ¿Donde se había ido todo el mundo?  Fue entonces que se percató de lo que sucedía.  !Se le había echo más tarde de lo que pensaba¡

Corrió tan rápido como pudo en busca del salón donde tomar la clase, patinó al doblar en un recodo y cayó al suelo, justo delante del salón de clases que ya se encontraba vacío.  En la puerta vio a tres alumnos, quizás otros resagados como él.  Se incorporó y se dispuso a levantar las cosas que se le habían caído en el traspié.