Partida Rol por web

Al escuchar al fantasma hablar de fuerzas defensoras de la libertad y fuerzas oscuras, Madeláin ahogó un grito de júbilo, pero no pudo evitar levantar los brazos en gesto triunfal, como si de alguna manera hubiera logrado algo, aunque ni ella sabía qué.

_¡Entonces tu piensas como yo, que este sistema no está bien!

Al ver el gesto de la Dama, Madelain se se tranquilizó y se disculpó.

_Lo lamento, entiendo que esto quizás pueda afectarte. Es solo que me siento muy sola, creía que era la única que pensaba así. Así que en la sección prohibida pueden haber libros del antiguo director, eso es muy interesante. Solo me pregunto cómo podría llegar a ellos. Y dime, ¿sabes dónde podría encontrar un retrato de él o del niño? Quisiera hablar con ellos directamente si fuera posible, pero me dijeron que el actual director sacó el retrato de su despacho. También tengo dos cosas más que pedirte: ¿Sabes dónde y cómo puedo encontrar esas salas que aparecen y desaparecen? ¿Y podrías enseñarme un conjuro que antes se enseñaba aquí en el colegio y ahora no? Es el Expecto Patronum.

-No existe cuadro alguno en el colegio, al menos que yo sepa. En cuanto a los otros temas, la sala que viene y va solo se aparece ante aquellos que tienen una gran necesidad. Normalmente nadie recuerda como la ha encontrado ni donde... y con el hechizo, lo siento. Siendo fantasma no puedo mostrarte como usar ese conjuro.

La Dama Gris se separa de ella.

-Es hora de irme. Yo nunca te he hablando de esto - al acabar, sale de la habitación atravesando la pared y desaparece de su vista.

Tras resolver el habitual acertijo de la puerta, ambos entraron a la cálida y, por fin, segura Sala Común. No soltó a Spencer hasta que llegaron al sofá y allí prácticamente lo obligó a que se sentase y reposase la pierna mala. A la luz del fuego de la chimenea se podría apreciar mejor el aspecto tan desastroso que tenían. Spencer por lo menos tenía la cara manchada de tierra y el pelo, normalmente recogido en una pequeña coleta, la tenía prácticamente deshecha. La ropa estaba rasgada y sucia, a pesar de los colores oscuros de la tela, se notaba las manchas de tierra. Ni siquiera quería saber qué aspecto tendría ella. Pero a pesar de todo eso, le seguía pareciendo atractivo y bajo toda esa capa de suciedad seguía viendo aquellos ojos azules aún despiertos por los nervios y la adrenalina. 

-Diffindo.-pronunció con su varita apuntando a las ramas que aún podría tener enganchada a la pierna. Una vez su compañero tuvo la pierna libre, se sentó a su lado prácticamente dejándose caer sobre el mullido sofá. 

Suspiró mientras echaba la cabeza hacia atrás, por fin se sentía segura y sin miedo. Pero podía asegurar que esa noche tendría pesadillas. 

-¿Estás mejor?-le pregunta a Spencer con una palpable preocupación en su voz.-Si necesitas ir a la enfermería o lo que sea que necesites, dímelo, ¿vale? 

- No, no te preocupes, solo necesito tumbarme.-comento mientras me hago un ovillo y apoyo la cabeza en su regazo.- Solo necesito tenerte cerca. 

Las bolsas con las hierbas estaban a nuestros pies, mañana me molestaría en identificarlas. Por hoy había tenido demasiadas emociones.

Scarlet no pudo evitar sonreír de forma nerviosa al sentir como Spencer se acostaba en su regazo. Por un momento se sintió más grande que él, siendo ella su apoyo y no al revés como solía ser. Automáticamente comenzó a acariciar su pelo, quitando ramitas y hojas secas de éste. Le gustaba mirar su rostro a la luz de la chimenea, que ardía lentamente en frente de los muchachos, aunque estaba sucio y cansado, le seguía pareciendo atractivo, seguramente más por lo que sabía que habían hecho que por el aspecto físico en sí. 

Respiró hondo y haciéndose un ovillo aún más pequeño que Spencer, se tumbó a su lado en el estrecho sofá. Por una vez, Scarlet agradeció ser tan delgada y pequeña, así podrían caber en el sitio, con algo de dificultad, pero entraban. La muchacha dejó que Spencer apoyase la cabeza en ella de nuevo, mientras lo abrazaba, como si sintiera miedo de que se desvaneciera. 

-¿Así de cerca está bien?-le preguntó con una sonrisa, terminando de acomodarse junto a él. Sonrió de medio lado y besó su frente, como si intentara que se olvidase del dolor. Pronto deberían ir a acostarse, pero Scarlet sentía que se veía incapaz de moverse de ahí, no se sorprendería en absoluto si se encontrase allí mismo al día siguiente.

La habitación está completamente vacía aunque no se puede decir lo mismo de la Sala Común pues algunos han aprovechado para hacer unas cantas partidas al ajedrez mágico o a los naipes explosivos, incluso algunos están haciendo duelos de acertijos para estar preparados cuando les toque abrir la entrada a la Sala Común.

Frente a Spencer se encuentras 9 de las 10 plantas que debían conseguir, o al menos eso era lo que decía la nota de la profesora McGarden. Pero la profesora no aseguraba en su nota que esos fuesen los ingredientes correctos que buscaban los alumnos.

Además, uno de ellos no se pudo obtener... ¿y si es vital para la poción?

Voy al baúl y saco los manuales de Herbología de todos los años, muchos formaban parte de la biblioteca de la sala común de la casa, al fin y al cabo muchos donaban el material escolar que les sobraba, lo que hacía las delicias de los estudiantes con menos recursos. Las plantas llevaban una noche escondidas debajo de mi cama, las saco con cuidado, no podía permitir que se dañasen, una a una, voy tratando de identificarlas, haciendo uso de la lista de ingredientes de la poción del Don del Oraculo y los manuales de consulta. 
hago la inspección con tiempo, fijandome en los detalles que habitualmente se me escapan.

Al observar las plantas para tratar de identificarlas, Spencer se da cuenta que hay algo raro en ellas. Todas parecen la misma planta, las mismas características, sin nada que parezca fuera de lugar, al igual que la noche anterior en el invernadero. No se pueden diferenciar las plantas las unas de las otras. A lo mejor, la Profesora McGarden les ha tendido una trampa con plantas falsas y les ha hecho correr un peligro innecesario.

Pero la profesora de herbología no parece el tipo de persona que haría eso... quizá hay algo más tras lo que se ve. ¿Quizá algún tipo de conjuro? 

-Specialis Revelio.- No habíamos perdido el tiempo en la anterior ocasión y ahora debía encargarme de que todo se hiciera como debía ser hecho. 
Un movimiento fluido de varita y volver a comenzar el proceso era todo lo que había que hacer. Debía dejar de ser tan despistado si quería hacer bien las cosas. 

El conjuro no parece muy potente porque gracias al que realiza Spencer todas vuelven a su forma normal sin mayor problema que el de manchar la cama del chico. Algunas son más pequeñas que su imagen modificada otras tienen bonitos y vistosos colores que suelen estar asociados a plantas un tanto peligrosas... Aunque si la profesora ha puesto esa planta en las estanterías para que la cogiesen, entonces no es tan peligrosa como quiere parecer.

En total, encima de la cama hay 9 plantas que pueden o no ser las que sirvan para la poción.

Con cuidado y calma de no perderme ni un detalle, voy bautizando cada una de las plantas que tenía delante. Esperaba que no nos hubiéramos equivocado a la hora de seleccionarlas. Estaba bastante seguro de que no tendíamos una segunda oportunidad. 
Por otro lado me aseguro de cogerlas por la base, no estaba interesado en que se dañasen nuestras amigas secuestradas, eran más valiosas de lo que la profesora Garden sabía. 

Reconoce en las plantas 7 de las que necesitan para poder hacer la poción y otras dos que no tienen descripción y que por tanto no forman parte de los ingredientes, pero que quizá son útiles para poder confeccionar otras en un futuro, nunca está de más guardar esas cosas y si vienen del invernadero de la profesora McGarden aun más pues suele cultivar plantas extrañas y de difícil acceso. Incluso se ha llegado a decir que muchas de las mercancías de las tiendas de pociones e ingredientes son de ella.

Así pues... la lista parece completa. Lista para iniciarse la poción.