Partida Rol por web

Tirada para ver si ven a Deseo, a lo lejos, y pueden seguirla.

Desde donde estáis podéis ver a Deseo, corriendo hacia el interior del Laberinto, siguiendo su instinto, observando y adquiriendo extrañas posturas con su cuerpo. No lleva armaduras, simplemente va envuelta en unas telas ligeras y voluptuosas que le proporcionan agilidad y destreza extremas. Quizá sus artes para la guerra sean otras distintas a la confrontación, a las que vosotros conocéis. Quizá tengáis razón y entre los tres equilibréis vuestras deficiencias mutuas. Pero si pretendéis hacerlo debéis acelerar el paso, pues podéis perderla de vista en cualquier momento entre las ruinas de este lugar devastado.

Acostumbrado a largas campañas y a jornadas interminables de desplazamiento a pleno sol aligero una vez más la marcha y no encuentro ninguna dificultad en seguir el paso a la joven extranjera. No obstante sigo alentando a Indikos con voz marcial para que no afloje el paso - ¿Infantería ligera dices? Según se dice de vosotros... sois ligeros pero de cascos- Le sonrío en un gesto de complicidad. Y vuelvo a apretar el paso hasta ponerme a la altura de Deseo haciéndole las oportunas señas de paz para entablar conversación con ella.

¡Bien pensado! En cuanto a lo de los cascos... No lo digas delante de Deseo, creo que una mirada inoportuna y me rajará el cuello -Dijo algo nervioso Indikos

En seguida inición la marcha, a paso rápido, Indikos carecía de armadura ni escudo pesado, sin embargo, su cuerpo no era ligero, su potente musculatura añadía peso extra, pero aún así era rápido, se lanzó en dirección a Deseo, siguiendo a Ameleón.

Sin embargo, apenas puede lograrlo, el hoplita es más rápido de lo que sugiere su gigantesco tamaño, y no hablemos de Deseo, que se desplaza con movimientos rápidos y felinos

Máster, creo que he tirado mal, el modificador es +6 no +4... Pero creo que me habría quedado en nulo, no lo sé

Ameleón baja el ritmo y le entrega en mano el borde de su capa. A continuación sigue corriendo para que Indikos se vea obligado a incrementar el ritmo. Aunque lo forzara, un guerrero de su constitución podía aguantar la marcha. -Primera lección del combate en grupo, si tú caes siempre tendrás un escudo que te proteja mientras te levantas. Si desfalleces otra espada se interpondrá entre tú y tu oponente. Si te resbalas solo delante de Asterión...eres hombre muerto.

¡Gracias amigo! El combate en alta mar con esos bárbaros ha debido pasarme factura

Ameleón llevaba un ritmo fuerte, pero tras superar el tirón muscular que había sufrido al iniciar una carrera explosiva en frío, poco a poco fue recuperando la compostura y el ritmo, y ya se podía vislumbrar a Deseo a lo lejos