Partida Rol por web

Un muerto resucitó. Nada de lo que veían tenían sentido.

-Aún no siendo médico me parece que este hombre estaba bastante muerto. ¿Qué narices nos han inyectado? No creo que haya una explicación racional para estas cosas.

Ya habían señalado al muerto nada más resucitar. A ella tampoco es que me hiciera mucha gracia, pero tampoco pensaba que fuera tan mala idea investigar más sobre las causas de la resucitación.

Una risa ahogada se perdió entre mis labios. Aquello parecía una película de terror donde todos iban cayendo uno a uno hasta que sólo quedaran unos pocos y el monstruo, solo que esta vez la escena no era un castillo o un edificio abandonado como en casi todas esas películas. Escuché lo que hablaban los demás sin hablar demasiado, miraba a ambos cadáveres pensando qué hacer. Hablaban de mutantes y bestias, de los cuales el primero me parecía más acertado, aunque mis sospechas también tiraban para otras teorías. Observé con curiosidad a Nicolaj mientras daba su opnión, pero no respondí nada.

Cuando uno de los muertos se levantó, por unos instantes me quedé de piedra, observándolo anonadada. ¿Aquello era posible?

- Vale, ahora sí que estoy flipando - dije pestañeando -  todo esto seguro que es parte de su macabro experimento y ahora mismo estarán comiendo palomitas mientras miran por sus cámaras observando nuestras reacciones. 

Viendo que todos desconfiaban del recién levantado (Leinad), decidí ver si realmente era un peligro, por lo que me acerqué despacio, manteniéndome a una distancia prudencial.

- Esto... ¿cómo te encuentras? ¿Sabes lo que te ha pasado?

Tras leer el cartel improvisado de la estudiante, consideró buena idea que todos intentaran realizar un mínimo acercamiento si pretendían colaborar y enfrentarse a la locura que les rodeaba.

-Nicolaj Sigurdsson. Soy...-hizo una pausa, y una leve expresión de pesar recorrió su faz como gris llovizna-era psicólogo. En Dinamarca.

Hablar ante aquella multitud atemorizada, intentar formar parte del grupo que tomara las riendas y encauzara la situación inicial, era una cosa. Conversar acerca de su vida, o de la que había sido su vida, era muy diferente. Dirigió una mirada mucho más dura que la brindada a Petrov hacia el chiquillo coreano. En su tierra, la tierra de la que había escapado, la tierra que tanto le asfixiaba, las personas marcadas por tal egoísmo y autocomplacencia eran poco frecuentes. Cuantos había encontrado durante su peregrinaje que compartían los estigmas del joven solo habían servido para confirmar su reciente impresión del mundo que habitaban, posiblemente lo único que hubieran hecho por otro ser humano desde que llegaran a él.

Cuando el debate se vio interrumpido, se volvió en dirección al "resucitado". En un principio no dijo nada, limitándose a introducir su mano izquierda en el bolsillo y enarcar una ceja.

-Más preguntas. Tranquilos, mantened las distancias y dej...-se interrumpió al ver que la muchacha caminaba hacia el cuerpo alzado del militar-. Ember. Cuidado-dijo, hablando con lentitud.

Al tiempo que pronunciaba esas palabras, extrajo la mano del bolsillo y avanzó decidido a situarse cerca de ella. Por si acaso. No ha tomado una mala decisión, tengo que admitirlo. Ha estado muy callada hasta ahora, pero tal vez aporte bastante al grupo. Sabe reaccionar, pero esto se le podría ir de las manos. Continuó caminando, despacio, aguardando a ver cuál era la reacción del hombre, suponiendo que siguiera siendo un hombre. La lógica indicaba que así era, más toda razón bien podía haber abandonado la tierra en que se adentraban.

Taylor, tras ver los muertos y escuchar que tenían que votarse y matarse entre ellos, se sienta en el suelo apoyada a un árbol, agachando la cabeza.

Esto es de locos. Votarnos a nosotros mismos para ver quien es el culpable. Alza la cabeza mirando a todos y cada uno de ellos. ¿Seguro que entre nosotros hay un asesino? Imposible, estos parecen niñitas de mamá en comparación a los que había en la cárcel.

Se queda observándoles un buen rato en silencio, cuando oye el grito de "Zombie". Se levanta y observa como el muerto se está levantando, cono los ojos de par en par.

-¿Pero qué cojones....¿?¿? -mira a su al rededor y coge una piedra. Se si me acerca le tiro la piedra. -¿Qué ha pasado? ¿No estaba muerto del todo o algo? -Esto empieza a darme miedo...

      Reacciona Camille lentamente, pero imita a Tifu buscando las dos varillas sobrantes de su tienda para tener las a la mano por si fuese necesario y sin acercarse demasiado al sujeto dio con voz alta:

      " ¡Hola Leinad! ¿Nos entiendes? ¿Cómo te encuentras? Mantente quieto por favor y levanta las manos lentamente si nos comprendes ...  ¿Alguien mas se une a la fiesta? ¿o serán simples espectadores? "   

Miro como un espectador ojiplático todo lo que está pasándo pero  me callo no muestro mis emociones

Aún observando los cuerpos, y a pesar de que en su análisis obvio se cubrieron los cuerpos, Cossette seguía con ello hasta que luego se metió a su tienda intranquila y evidentemente perturbada por lo sucedido, pero volvió con los demás a los pocos minutos un tanto nerviosa sin mejoría con otro suéter. Por más mundano que fuese, el cambiarse le ayudó un poco a tranquilizarse y decidió escuchar lo que todos decían.

Primero asintió ante las palabras de Nicolaj, estaba de acuerdo ante la idea de organizarse entre todos aunque seguía dudosa por ciertas deducciones que pensaba para sí respecto a lo sucedido. Usualmente era bastante sociable y estaría hablando sobre que sí deberían permanecer unidos o explicar en qué consistían las mutaciones, pero estaba demasiado absorta como para realizarlo debidamente.

Entonces ocurrió: se giró hacia el ruido en dirección al cuerpo de Leinad y retrocedió un par de pasos con los ojos y boca abierta con gran estupefacción. Cuando los segundos pasaron, Cossette entró rápidamente a su tienda para sacar algunas cosas que le pudiesen permitir verificar el estado del resucitado. Junto a Ember se fue acercando con prudencia y con un leve temblor en sus manos, pues aquello no era algo esperado. Tragó saliva, tratando de recordar todos sus años de estudio perguntándose qué sería lo que les habían inyectado que tuviese tales consecuencias o efectos secundarios. ¿Tetrodoxina? ¿Catatonia? Sea lo que sea, su mente no trabajaba bien.

-¿Recuerdas tu nombre? ¿Dónde estás? Si puedes entender lo que digo trata de mover alguna de tus manos...-expresó Cossette con su habitual acento francés. Si no habría peligro se acercaría a examinarlo con su boquitín que ya tenía en mano. 

A lo largo de la historia se fueron destapando documentos sobre experimentos "secretos" con fines de todo tipo, algunos útiles, otros casi... famosos por jugar sin margen ético para con los sujetos de ensayo. ¿Quien juega a ser dios?. Las reacciones del grupo no me hacen extrañar, al menos mucho, quién se fía de qué aquí... 

Por algunos segundos, incluso olvido que pronto nos abrirán el suministro de dosis y uno se quedará sin la suya, me desplazo a un lado y trato de observar la reacción del soldado hacia aquellos que tratan de comunicarse, sin más. Cruzo los brazos y veo que esa extraña reacción sigue en su cuerpo, aunque parece respirar como una persona corriente.

Las discusiones seguían y aunque muchos aún no habían terminado de aceptar lo sucedido, el momento de saber quién sería abandonado a su suerte había llegado. Todo era confuso y un incómodo y fúnebre silencio se apoderó de la atmósfera del lugar al ver acercarse a la doctora que, hasta ahora, no había dado su nombre.

Ella se acercó lentamente y pudo ver en sus rostros la decisión.

- Ya veo. De acuerdo, veamos su elección - entonces Tifu se giró hacia Charles, el cual se giró hacia Camille, pero esta ya iba hacia él con decisión. Charles se vio rodeado y trató de escabullirse tratando de aprovechar la prótesis de Camille para hacerla tropezar, pero la chica era veloz y logró esquivarle. Tifu trató de golpearle, pero Charles era demasiado grande para él, así que no logró mucho. Todo cambió cuando el anciano Alexei le golpeó con su bastón en la cabeza, sin duda no lo esperaba porque quedó atontado. Clive aprovechó ese momento para tomarlo de los brazos y derribarlo. A pesar de la diferencia de tamaños, parecía que ese hombre no era solamente la imagen de campañas publicitarias, sino que también estaba en buena forma.

Todos miraron asombrados al ver que Charles fue derribado con cierta facilidad, a lo que la doctora se acercó a su botiquín y quebró la inyección que le ayudaría a mantenerse con vida. Entonces, lo esposó y lo ató a una cadena que había amarrado a un árbol anteriormente. Se levantó y los miró a todos.

- Esta es su elección, luego veremos si se han equivocado - los gritos de Charles llenaban el área, tratando de zafarse enojado y no queriendo aceptar su suerte, no aún.

- Estamos trabajando en una nueva dosis, la cual esperamos impida estos fallos que están teniendo. La primera dosis de esta se las suministraremos en la mañana, ya que deben seguir avanzando - sacó un mapa idéntico al que cada uno tenía.

- Deben caminar hasta este edificio. Allí será el nuevo punto de descanso - todos miraron a Charles por última vez, mientras se alejaban. No tardaron mucho en recoger el campamento, ni en llegar al lugar. Estaban frente a lo que solía ser una escuela, o al menos eso decía el mapa.

- Este será su sitio de descanso. Volveremos al amanecer - y con la misma frialdad que había mostrado hasta el momento, se marchó. Los gritos de Charles aún se escuchaban y con algo revolviendo sus entrañas, se fueron a dormir, esperando que este fuera el último día de sucesos como este. Con un click, notaron la dosis nocturna debloquearse.