Si bien la gente en pie para el experimento cada era menor, la tensión aún podía cortarse con un cuchillo, ya que todos eran cada vez más cautelosos y apartados, todos dudaban de cada uno de los presentes y de sus intenciones, al ver que el experimento seguía su curso.
Como si de la propia muerte se tratara, la doctora llegó a donde se encontraban todos y se dirigió a ustedes con la misma frialdad y prepotencia que la había caracterizado los últimos días.
- Ha llegado el momento de elegir nuevamente. Veo que ha sido difícil para muchos - miró a Ember -, aunque puedo comprenderlo. Al ser tan pocos, la elección debe ser más difícil - entonces, miró a dos personas consecutivamente, miró a Mariano primero y luego a Yevtsye. Se quedó con ambos mientras Clive saltó hacia la rubia para inmovilizarla tratando de tomar sus manos y aunque tomó una, la chica pudo zafar la otra y tratar de golpear a Clive, pero encontró su mano detenida por otra más, la mano de Mariano. La chica forcejeaba y trataba de zafarse, pero la fuerza sumada de ambos hombres era superior ala suya propia. Irina golpeó a la chica fuertemente en el abdomen mientras reía estridentemente como siempre.
Yevtsye se había resignado a su destino, aunque algo le haría tambalearse sin notarlo, cuando Taylor golpeó con tanta fuerza en el rostro, que le hizo soltar el agarre y después de eso, le golpeó en el abdomen. Esto provocó que el hombre se cubriera el abdomen y cayera de rodillas presa de la falta de aire. En este momento, Tatianna tomó su cuello con el brazo y le apretó con suficiente fuerza para cortarle el aire mientras Cossette se agachaba y aunque dudosa y un tanto asustada, tomó sus piernas, de modo que el hombre se viera inmovilizado.
La doctora miró a ambos y dijo - Ponerse de acuerdo no es su fuerte - entonces, señaló a Mariano, el cual comenzó a gritar y a insultar a quienes le habían inmovilizado. Le llevaron a uno de los pilares de la estatua y le ataron. Fue una labor agotadora para las chicas, las cuales le habían sujetado porque, a pesar de ser tres, no estaban acostumbradas a cargar tanto peso.
Recogieron el campamento y se dirigieron a su nuevo destino. La sombra del reactor 4 se hacía más cercana, lo cual les permitía afirmar que se acercaban al reactor. Entonces, vieron que estaban frente al sarcófago que lo cubría y una puertilla se abrió para permitir su paso. Allí, la doctora se giró hacia los sobrevivientes - Nos acercamos al momento crítico del experimento. Hemos entrado al reactor 4, la causa de este incidente. Permanecerán en este área, la cual fue destinada para el ingreso solo de personal autorizado. Es momento de probar la verdadera eficacia de nuestra medicina. Pasen y acomódense. Mañana será un nuevo día -.
Tras estas palabras, todos entraron. Al fin y al cabo, no tenían más remedio que hacer eso y entonces, escucharon un disparo y la tranquila y dulce Tatianna cayó al suelo, mientras una herida de bala en su frente comenzaba a emanar sangre, haciendo un charco que rodeó su cuerpo con rapidez. Entre asustados y sorprendidos, todos se giraron hacia atrás para buscar el origen del disparo y notaron que se trataba de Mariano, el cual presentaba marcas en sus manos y cuello por los amarres y la confrontación. Los hombres de la doctora reaccionaron y abrieron fuego al instante, antes que el hombre pudiera reaccionar y cayó abatido por la lluvia de balas que había recibido. Con algo de temor, la doctora hizo señas a su equipo para que empujaran a quienes no habían entrado y dejando los cuerpos de Tatianna y Mariano afuera, cerró la puerta. Una vez más, tuvieron que armar sus tiendas en la oscuridad con la ayuda de linternas, pero una vez todos estaban en sus tiendas, la doctora y sus hombres se marcharon.
- FIN DEL DÍA 7 -