-Si nadie vota-intervino de pronto, sentado aparte del resto, observando la nada-, ejecutarán a uno de nosotros al azar. Y se asegurarán de que sigamos muriendo. No...algo permanece entre nosotros, algo de lo que hemos de guardarnos. Ignoro si se trata de Maddie o no. Bien podríamos estar enfrentando varios adversarios a un tiempo.
Yevtsye sólo asiente a las palabras de Nicolaj, pero solo había algo que no encajaba.
-Tienes razón, pero si Maddie fuera de ellos el juego hubiera terminado cuando ella estaba muerta.
No había dicho nada, aún cuando Maddie la acusaba con el dedo, no por que no tuviera nada que decir sino por que no diría nada nuevo mucho menos útil. Ahora veía una oportunidad para poder defender su inocencia, también podrían terminar ese juego infernal.
- No creo que esa bruja esté del lado de los asesinos, sinceramente creo que es peor que ellos. Lo único que me da a entender este sitio es que quiere tenernos aquí para poder acabar con todos a la vez y así poder quedar sola. No veo ninguna otra razón lógica, por eso mi voto irá para ella - No me daba buena espina este sitio desde la primera vez que puse el pie aquí dentro y ahora que solo quedaba uno fuera de la guardería veía cómo el fin estaba cada vez más cerca. No pensaba dejar que acabara con el resto tan fácilmente.
Hice rodar los ojos empezando a impacientarme, pues veía que no me entendían.
- Entonces, os aconsejo que encontréis al asesino esta misma noche, señor Sigurdsson, porque si mañana por la mañana Maddie sigue viva estaremos celebrando su victoria y a saber qué será de nosotros. Fin del juego. Finito. Game over. Maddie no es quien nos da caza ni quien nos mata, sólo nos reúne aquí para su propio beneficio y, como he dicho, no sé qué será de nosotros en ese caso ni qué gana ella, puede que el gran premio de este juego, pero seguro que bueno no será - los miré uno a uno con seriedad - y sí, mi voto será para ella en esta ocasión también. Personalmente no tengo nada en su contra, incluso me ha empezado caer bien la condenada, y preferiría centrar mi atención en la búsqueda del asesino, pero no con este inminente peligro.
Cossette notaba como varios parecían enfadados como ella respecto a lo que pasaba y ahora con la famosa guardería que no se esclarecía qué era exactamente. Aún así escuchó a Ember y cuando la chica terminó de hablar la francesa le sonrió cansada y suspiró.
-Efectivamente compartimos similitudes en nuestras habilidades, pero yo solo puedo analizar a personas que han fallecido. Lo intenté con Alexei pero sus muestras estaban contaminadas por la radiación y no pude saber qué hacía él.
Luego escuchó a Nicolaj y de nueva cuenta suspiró al saber que votar por uno mismo no sería la solución. Al menos ella lo haría y si llegaba a ser votada para morir era algo que ya se podría imaginar a estas alturas, pues estaba consciente que ella debía seguir muerta y no revivir por el cuerpo de Inadra hace unos días. Luego optó por quedarse callada porque ya no tenía nada más que aportar al asunto, pues no le interesaba acusar sin fundamentos ni unirse a señalar con su dedo a alguien más. Buscó un lugar en el cual recargarse y se sentó en el suelo a esperar ver qué pasaba.
De repente, las figuras de Irina y Cossette desaparecen de este lugar, dejando aquí solamente a Yevtsye, Nicolaj, Tatianna y Ember.
Te encontrabas en calma alistándose para la noche, cuando una suave melodía invadía tus sentidos. El suave siseo de una serpiente parecía llamarte, insinuarte algo y, por alguna razón, podías entenderlo. Seguiste aquella invitación sin siquiera chistar en la oscuridad de Pripyat y caminaste sin parar, casi como una polilla siguiendo la luz de las lámparas.
A pesar de no llevar linterna, no tropezabas con nada y sabías perfectamente a dónde ir, dónde poner un pie y cómo esquivar los obstáculos del camino. Todo eso era simplemente natural, pero no lo notabas, pues toda tu concentración era hacia el siseo de la serpiente.
Llegaste a la ciudad y te topaste con un edificio abandonado. Por un momento dudaste, pero el siseo venía de allí, así que lo seguiste y entraste.
Al llegar, pudiste ver que se trataba de un jardín de niños abandonado, el cual aún tenía rastros de los últimos que lo habían utilizado, pero todo estaba muerto en este lugar, al igual que la ciudad misma.
Con un nuevo día, se materializaban dos nuevas figuras. Se trataba de Maddie y Tifu, quienes llegaban allí como los nuevos invitados a este lugar que hace tiempo fue el sitio de risas y sueños infantiles.