Partida Rol por web

Taylor se mantiene en silencio escuchando a los demás, pero no puede evitar negar con la cabeza.

-Creo que hacer pactos no ayuda en nada... Es más, me da la sensación de que hacer un pacto para votar a X persona puede ayudar a los asesinos... Quiero salir de aquí tanto como vosotros, pero no lo veo factible...

Miró a Taylor.

-El pacto se refiere a votarnos entre todos para que ninguno tenga más votos que otro, no votar a determinada personada. Aún con eso, sigo creyendo que es poco útil habiendo asesinos.

-¿Y si eso resulta en una ruleta rusa? -Hablaba sobre el pacto de votarse a todos entre todos. -Pero en fin, yo apoyo todo lo que nos sirva para salir de aquí o empezar a hablar sobre esta mierda, creo que les estamos haciendo un favor al mantenernos callados y temerosos. -Sí, lo estaba diciendo él.

-En fin. Espero que mañana, esto empiece a verse mejor que hoy o los dias anteriores. Al menos parece que hemos dado un paso. -O no, pero ahora mismo no tenia ganas para seguir discutiendo.

Mira a Lydia y niega con la cabeza.

-No sabemos quienes son los asesinos. Si lo hacemos de esta forma no arreglamos nada, como dice Clive, es una ruleta rusa. Osea, se que es para que alguien no tenga más votos que otro, pero aun así es darles ventaja, con que uno de ellos rompa el desempate, ya hay un inocente muerto, más luego el que maten por la noche... Yo también estoy perdida, no tengo ni idea de quien puede ser asesino y quien no, acabo votando al tuntun. Pero bueno... -se encoge de hombros- Como vosotros veáis.

- Que alguien rompiera ese hipotético pacto, sería una de las mejores pistas que podríamos tener. Desde luego, mejor que votar por intuición.
Pero, insisto, siempre y cuando, no haya otra iniciativa mejor, como las pistas de Irina o los contactos externos de Inadra... - Lo miro ahí parado, sin hacer nada, como los primeros días de Leinad, y no sé si me está escuchando o entendiendo algo de lo que decimos.

-El problema no es el pacto en si... El problema es que si no sale nadie, los doctores elegirán igualmente- Digo algo decepcionado.

Mi mente empezaba a funcionar como siempre, como un reloj.

-Yo protegeré a Irina. Lo digo públicamente. Así que se que quien me vote esta vez será porque quiere acabar con ella. - Mire a todos uno por uno. - Y ese será el culpable. Bien sea porque Irina  no le cae bien o porque quiere deshacerse de ella... o de mi.

Pensé seriamente en la opción que nos planteaban. Podría resultar una encerrona, pero le veía más ventajas que pegas.

- Creo que es una buena idea, tiene muchas ventajas y nos dará tiempo para pensar a no ser que nuestros anfitriones decidan que eso va en contra de las reglas - dije torciendo el gesto.

Al escuchar a Alexei, le sonreí.

- Yo por el momento protegeré mi cuello, pues todavía no sé de quien fiarme, pero creo que las palabras de Irina podrían ser ciertas, por lo que por el momento no la votaré.

La idea del pacto parecía seguir adelante. Como había dicho alguno, estaba claro que aunque no nos votemos, alguno de nosotros caerá ese día de una forma u otra, pero por ahora no podía hacer nada más. De todas formas, habían muchos sensatos que como yo veían que eso no llevaría a ninguna parte - Espero que dure poco esta estupidez...

El momento de las votaciones estaba cerca y de nuevo volvía a sentirme segura entre mis compañeros. Me alegraba que confiaran en mí después de aquel espectáculo, pensé que no volverían a hacerlo - Me caes bien, abuelo - dije con una amplia sonrisa al viejo del grupo - Nadie nos tocará un pelo - bromeé de nuevo poniendo pose de machote culturista.

Se dirigió a Taylor.

-A mí no me mires, solo intenté aclarar la idea del pacto, pero ya dije hace tiempo- creía recordar que antes que Irina o Alexei- que no veía más beneficio que el no mancharnos las manos de sangre con votaciones. pero ya lo hemos hecho antes y nada lo limpiará ahora. Sin olvidar que los asesinos se benefician tanto si no muere nadie como si los doctores o alguien elige por nosotros al azar.

El momento había llegado y todos esperaban la llegada de la doctora. Algunos nerviosos, otros expectantes y otros, simplemente estaban allí, vigilando a aquellos que pudieran estar mirándole.

La doctora se acercó a paso lento como siempre y, con un grupo de dos agentes más, se acercaron a Leinad con despacio y, como si trataran de proteger a la doctora. Esta le miró con la misma frialdad que le había caracterizado y le dijo - Me parece de lo más curioso que, cuatro días después de iniciado el experimento y sin oponerse grandiosamente con anterioridad, parezca un gran opositor. Usted ha firmado un contrato y será pagado por ello. Trabajamos tan rápido como podemos para pulir la fórmula, pero es difícil. Por ahora, le pido que no mencione la posibilidad de boicotearlo - y entonces, miró a la mujer de la milicia, aquel a quien algunos habían llamado gorda y entonces, la chica rubia que nadie había podido ignorar, le saltó encima y mordió su cuello con fuerza. Shahrzad trató de quitársela de encima halándola de su cabello, pero parecía algo bastante difícil. La chica pareció ceder a ese dolor y se soltó, cayendo al suelo con fuerza.

En ese momento, la calmada Tatianna pareció auxiliar a Irina y con algo de indecisión, se fue hacia Shahrzad con una cuerda. Tras moverse un poco, logró lanzarla al cuello de la mujer y ahorcarla lo suficiente. Esto le permitió a Lydia atar sus pies y derribarla, lo cual ocasionó que la mujer cayera de una manera violenta al suelo. Al caer, los hombres que venían con la doctora ayudaron a arrastrar a Shahrzad, la cual parecía estar algo mareada tras la caída, pero gritaba para que le liberaran. Trató de mencionar su valía, pero nadie la escucharía mucho, ya que la doctora les guió a un nuevo lugar. Con Shahrzad atada en la base de la montaña rusa, se marcharon.

En sus tiempos de gloria, pudo haber sido un parqueadero donde los habitantes de Pripyat dejaban sus vehículos. Se acomodaron allí y sin mayores palabras más que la mirada de advertencia hacia Leinad, la doctora se alejó. Tuvieron que acomodarse allí, aunque aún podían ver la parte más alta de la rueda de la fortuna donde habían dejado atada a la mujer para morir víctima de la radiación.