Partida Rol por web

En verdad -digo, girándome sonriente al anciano- como bien sabrá, nuestro aspecto no puede cambiar más que a un reflejo de nuestra edad y cuerpo real.

Dicho esto, me vuelvo a encaminar hacia Laia, pero gusto antes de llegar a ella me detengo y me giro para volver a mirar.

Creo que ella lo decía por que sé que a los adultos, ancianos y venerables os encantan las formalidades y el respeto. Así como sera más cómodo para movernos por este lugar o llamarnos con las lenguas humanas un idioma más apropiado.

Sin más, tras haber defendido la teoría de la chica, me coloco a su lado, entre ella y Verde, dedicándole una dulce sonrisa amable a Laia y moviendo ligeramente las piernas, con mis manos a ambos lados de mis piernas, mostrando una inusitada alegría y una atención a lo que debía de desarrollarse por parte del anciano.

Tus palabras demuestra tu sabiduría Gran Marino... pero como ves la sangre nueva tambíen tiene ideas... no contrarias a las suyas por supuesto...

Beso la frente de Adonai y avanzó hasta ponerme a su lado y frente a los demás.

Lo que yo inicie no es dictamen... solo una opción... no creo que que estemos aquí para valorar como brilla nuestra piel... ni cuan afiladas son nuestras escamas...

Todos somos dragones y como tales merecemos un respeto para nosotros y nuestra raza...

Miro de nuevo al Dragón Marino y le digo: Acuerdese que todos estamos aquí por una razón... no debemos de menospreciar la sangre joven... pues ellos conservan la vitalidad y sus mentes sus puras de otros conocimientos que hayan podido llevarnos hacía una idea profusa...

Ahora miro al Dragón Plateado y le digo: ¿Acaso no crees que los brillos de tu piel destacan demasiado y que impedirian que te ocultaras de los demás?...

Debes saber que los Dragones de Escamas Blancas tienen su valía al igual que vosotros los Argentos.. e igual que todos los demás... Bicefalos, Óseos, Wyvern, Azules, Rojos, Marinos... todos diferentes pero todos igual de validos...

La vanidad es nuestro mayor punto devil y este sera usado en nuestra contra para destruirnos... hay que ser mas inteligentes que todo eso... pero quien nos amenaza, contra quien luchamos que es lo que nos ha traido hasta aqui, son muchas las preguntas y pocas las respuestas...

Ölwe se acerca al punto de conversación con las manos en la espalda.

- Comparto con eso, puede que tengamos algunas diferencias físicas, pero en la escencia el dragón es el mismo, eso no lo cambia nada ni nadie... Debemos tomar en cuenta todos los puntos de vista, solo así podremos prevalecer.

- Los dragones hemos sobrevivido durante siglos. Nos carecterizamos por nuestra inteligencia. Asique andaros con ojo.

Sonrío cuando Laia besa mi frente, entornando mi mirada. Veo cómo expone su teoría y me obligo a permanecer callado, en silencio, pues si algo había aprendido en todo este tiempo es que hay que tener respeto por los mayores.

Asiento con las palabras de Montaña y miro a Plateado, que por fortuna parece haber comprendido mi problema con la edad, y tolerarlo, al menos por ahora. Miro la llegada de Latón, como salido de la nada y hablando con tranquilidad, parece amenazante y frío, no me gusta. Tuerzo un poco la sonrisa, pero rápidamente la recupero, mientras mis pies aún se mueven un tanto entre nerviosos y divertidos.

Sí, ciertamente espero no molestar con el tema de mi edad. Yo haré lo posible por todos ustedes. Y el orgullo sí es nuestra mayor debilidad, Montaña. Espero representar lo mejor posible a los míos y terminar con el problema lo antes posible. He estado pensando que quizá, si usted, Venerable -digo, refiriéndome a Marino- , lo tuviese a bien, quizá podríamos socavar el problema del orgullo con la elección de una especie de líder que nos organizase, alguien que tuviese el resto y apoyo de la mayoría de los aquí presentes. Quizá así se puedan evitar peleas ridículas derivadas del orgullo o similares... Es una táctica que he visto entre humanos, y mejor o peor da resultados...

Dejo el final de mi frase en el aire, como si fuese una sencilla idea, al fin y al cabo, soy demasiado joven como para ser poco más que una simple voz. Acto seguido, como dándome cuenta de algo, cierro los ojos.

Oh, bueno, aunque viendo la actitud general juraría que la mayoría le quiere a usted como líder...

Miro entonces la espalda de Laia y ladeo la cabeza, su figura humana era extraña, peculiar, y con una estética muy resaltable, al igual que otros tantos de aquí, les resultaría difícil hacerse pasar por humanos sencillos. Acto seguido miro a Plateado y a Rojo y mi teoría se respalda.

Bicefalo aleteo sus alas y el viento que surgió de ellas llamo la atención del resto.

-¡Basta! Como es costumbre siempre perdiendo el tiempo en banales conversaciones.

-Vayamos a lo importante para todos. La razón de la reunion. Quien nos convoco.

-Quien a sido el primero y que tiene que decir, tenemos una idea.

-Pero necesitamos saberla. Ya hemos esperado suficiente mi hermana no tiene tanta paciencia como yo.

-Hablar de una vez, en el idioma que deseéis pero hacerlo ya.

Atiendo a todos, pero cuando habla el bicéfalo mi mente, ahora drow, se queda en estado shock. Odio que hablan dos personas a la vez, y más si son dos cabezas independientes hablando alternadas...

Gruño un poco pero escucho a todos.

"Bueno parece que alguien está dispuesto a poner orden... esperemos un poco mas haber si Bicefalo puede encauzar esta reunión.."

blanco, lamentablemente incluso yo podría sucumbir al orgullo, y no creo que todos los aquí presentes estén de acuerdo con la existencia de un moderador, si nos hemos reunido aquí, es por ser un lugar sagrado, donde todos los dragones se han encontrado como iguales. -alzo un poco más lo voz en esa ultima palabra y dejo un pequeño espacio de tiempo antes de continuar. -estamos reunidos por que hay una amenaza, llegan por doquier noticias de dragones asesinados y cuyos tesoros han sido saqueados, y no se trata de humanos..., ¡se trata de otros dragones! -digo con coraje e indignación.

volviendo a un tono apacible -es nuestra labor descubrir a los autores de esta calamidad. por lo que va siendo hora de que cada uno nos cuente cuanto sabe de esto.

No se pero ahi que encontrarlo ya antes de que toda nuestra raza muera

Asiento de nuevo con la cabeza, ante las palabras de Marino. Dejo de mover mis pies y alzo la cabeza, un tanto pensativo, acariciándome el mentón. Sonrío mientras una pequeña e insignificante idea surca mi mente, aunque dudo que sea aceptada por todos igual.

Entonces no es tan complicado: buscamos a un dragón fuerte y astuto. Uno de los más fuertes y astutos entre todos. Posiblemente sea muy grande, para poder ejercer mejor esa fuerza. Quiero decir... -niego con la cabeza- Pensadlo, la simple batalla entre los nuestros, sin ir a muerte, ya deja cicatrices, como esta. -muestro la cicatriz en mi mejilla- Matar a varios de los nuestros tiene que dejar marcas muy profundas, o debe de ser alguien excepcional para poder eliminarnos de un golpe.

Miro sonriendo tranquilo a los demás, mientras me callo tras mi pequeño pensamiento en voz alta, sólo era una posibilidad, pero es más de lo que tenemos o han sugerido por ahora.

joven... mira mi cuerpo anciano con detenimiento, todas las cicatrices que ves en este cuerpo y las muchas que las telas cubren están también en mi forma real, quien de nosotros no tenga cicatrices sería toda una hazaña. pero quizás justa al contrario, ¿quien es tan poco dragón de no tener cicatrices, quien tiene tan indracónica característica, pues hasta el dragón de hueso tiene las melladuras y astillados en sus huesos, o me equivoco?

ah las ideas de los jovenes no siempre están tan desencaminadas... una suerte contar hoy contigo

Yo no soy orgulloso. Sólo se que soy el mejor, eso es la pura verdad

Escucho las palabras de Marino con una amplia sonrisa de felicidad y quizá hasta orgullo, vuelvo a mover mis pies de adelante hacia atrás.

Muchas gracias, es todo un honor proviniendo de un Venerable.

Entonces escucho las palabras de Wyvern y me quedo mirándole, completamente extrañado por su actitud, cuando precisamente estamos todos pugnando por evitar que el orgullo nos posea, sin embargo, dejo actuar a los demás, pues seguro que con una sóla de esas púas podría atravesarme de desearlo, con sólo quejarme.

El dragón de Cobre fue el último en aparecer. No había llegado todavía a la reunión y resultaba que había sido seguramente el  último. 

- Disculpad hermanos, me temo que me he perdido la mayor parte de vuestras conversaciones. ¿Qué es lo que está sucediendo y por qué os habéis reunido todos aquí?*

Aun no estamos del todo seguros, pues aqui hemos sido convocados, pero aun no tenemos informacion del porque... hemano cuprico

El dragón Plateado mira al recién llegado de Cobre y dice: - La verdad es que la certeza no está... nos reunimos todos para saber que es lo que pasa. Simplemente se rumorea que tenemos traidores entre nosotros...