Partida Rol por web

Tras ver lo sucedido, miro al resto de los presentes:

Por mi no os corteis. Coged la llave que más rabia os de, y probad de abrir otro cerrojo.

- No seré yo quien elija.

Su sonrisa burlona se está apagando

El viejo espíritu se limito a observar en silencio. Estas cerraduras con sus correspondientes llaves habían despertado su curiosidad.

Un alma más desciende hasta el lugar, como si de brea líquida se tratase.

Parpadea, tratando de orientarse. Raksha está entre ustedes.

Cuando llegas a la escena, miras a tu alrededor.

Hay poca luz, pero las dos figuras y el tercer trono que adornan el centro de la sala son fáciles de identificar.

El destripador reflejado en un espero y la sombra de Maxwell proyectada desde lo que parece alguna clase de círculo mágico trazado en luz.

El tercer objeto que preside el centro de la sala es una silla oscura adornado con el dibujo tallado de un ojo y florecillas blancas.

Y en el centro de estos tres, puedes ver una mesa

Y sobre esa mesa, cerraduras

y un cofre al lado lleno de llaves.

Aparentemente ya ha sido usada una llave en una cerradura, y hay al menos dos llaves rotas en la caja.

Además de eso, el suelo que están pisando es alguna clase de cristal traslúcido que deja ver claramente cientos de engranajes.

Por la zona está Rhoda, jugueteando con las llaves en las manos. Virgil está a un lado, con la mirada perdida, Alfhrid permanece sentada en una pila de escombros, ausente, y no se ve por ninguna parte a Alexander.

-Deprimente sin duda...¡Eh!¿Hola?- apunto mientras miro a los anteriores caídos, de repente mis ojos se paran en una mesa repleta de cerraduras- Bueno,¡si están aquí se podrán usar! Pinto,pinto, gorgorito...¿Que hace esto?-digo mientras mis ojos brillan de curiosidad, introduciendo la llave 10 en la cerradura 13.

Rhoda permaneció unos minutos en silencio ante el resultado de haber metido la llave en la cerradura, como si valorara qué debía hacer a continuación, pero interrumpió su meditación con la llegada de Raksha y su rápida intervención.

-¡Oiga, espere! -protestó. -Qué mal educado. ¿Por qué no consulta con los demás antes de hacer las cosas?

Le miró con desaprobación mientras se colocaba otra vez delante de las llaves.

-Esta tiene pinta de no romperse -dijo, cogiendo la llave número 7. 

Se volvió hacia Raksha y añadió en un repelente tono cantarín:

-Y ahora yo podría probarla si usted no hubiera tocado nada, pero habrá que esperar a saber qué pasa con su dichosa llave. Seguro que algo sale mal. 

El cerrojo grisáceo no tiene ni tiempo para protestar, cuando Raksha le introduce la llave con relieves acuáticos.

Esta vez, lo que llega a escucharse, desde más lejos, es el tañir de una campana. Cuando Raksha va a retirar la llave, eso sí, descubre que está atorada en el sitio.

-Lo siento Rhoda, luego probamos la llave que has seleccionado, no sé que es lo que hacen pero con un poco de suerte podremos salir de aquí como la bruja loca esa- miro al resto de presentes que están a su aire- Cambiando de tema,¿que carajo les pasa a estos que parecen yonquizados?

-Mmmm...¿Piensas que esa llave funcionara? Porque no pega ni con cola con el estilo de ninguna de las cerraduras.

El nuevo en llegar, más que lamentarse o preguntar por los que estaban por allí, fue directo a por las cerraduras.

Interesante. Esta información seguro que el Maestro la agradecerá.

- Bienvenido al purgatorio  - saluda Maxwell a recién llegado.

Al observar como una de las llaves parece haber hecho algo más que romperse, sonríe. Tal vez aún haya opciones de abrir esa mesa, sin saber aún si merece la pena hacerlo.

- ¿Que tal la llave 19 con la cerradura 11? - sugiere al resto de los presentes.
 

Tras escuchar la sugerencia de Maxwell, Virgil se levanta con la mirada perdida.

- No es como si esto me importase en absoluto... - Cuando coge la llave, parece frágil. Terriblemente frágil. Tanto que se podría asegurar que cualquier gesto indebido haría que se transformara en polvo. Cuando el diablo percibe esto, su mirada se enternece un ápice - Me recuerda a alguien...

- Pero nunca hubo ningún santuario. Sólo que esto ya lo sabías ¿verdad? Sólo estaba ella. Todo es por su culpa.

El gesto de su mano es extraño, como si colgase laxa cuando la mueve hacia la cerradura... cualquier soplo podría quebrarla, y dan ganas de contener el aliento cuando la introduce despacio... y se queda ahí, sin más, con un pequeño Click apenas perceptible.

Lo que pasa a continuación es mucho más discreto que en las ocasiones anteriores. Un soplo de viento que trae hasta la sala el olor de inmensos cipreses... y algo más.

Ese soplo remueve de forma amable la ropa de los presentes, y agita unos hilos que hasta hace un instante eran invisibles.

El cuerpo de Virgil está atado por esos hilos inertes. Es como si él en realidad no estuviese allí.

- Ya está hecho - Sonríe sin humor. El hilo que sostenía se mano se desprende, y ésta cae sobre su costado sin un atisbo de vida.

Se levanta y da la espalda a los otros dos, alejándose con pasos pesados del centro, para acabar sentado junto al círculo de maniquíes rotos que miran la escena sin expresividad. En ese momento, el último hilo que lo sostenía se desprende y lo que quedaba de él se derrumba.

-¿Qué ha pasado? -susurró Rhoda, parpadeando, perpleja, sin apartar la mirada del círculo de maniquíes.

Luego miró la llave que tenía en la mano, las cerraduras, las otras llaves. Varias veces. Acabó posando la mirada en los demás, como si esperar una contestación.

-¿Qué era eso? ¿Por qué se ha desmoronado? ¿Es una especie de broma?

Poco a poco consiguió sonreír. Todavía más poco a poco, alargó la llave hacia Raksha.

-Me parece bien que lo pruebe usted si le hace ilusión. ¿Quiere ser el capataz del juego de las llaves? Parece muy divertido.

Asentí con la cabeza, tras la información recibida por mi Maestro.

Me comunican que acaba de llegar una pedazo de mujer, de unos 5 metros, que parece la típica representación de la Justicia. ¿Alguien de aquí tiene ni idea de quien, o porque, ha aparecido esta giganta?

Aún no ha caído la noche. Faltan unos minutos para que finalice el tiempo de cortesía que ha dado la enorme mujer, pero aún así esta habitación acaba de ganar una nueva presencia. Atmugk está entre ustedes.
 

Ahora son los huesos y cenizas de Rave las que se materializan en estos salones, sólo que para él no hay ninguna sorpresa. Ya conoce este lugar...

La forma fantasmal de su abuelo sigue aún en el mismo lugar, en el límite entre el mundo de los muertos y el de los vivos.

-Hm, veo que mi sirviente cumplio su orden. Realmente era un sirviente de primera. Solo espero que la magia alcanze para que pueda dar un ultimo mensaje a los vivos.

Me concentro unos segundos, tras los cuales miro a Rave

-Y esta es la consecuencia de apuntar tus dedos por que si. Si pensaste que acusarme de algo iba a terminar sin consecuencias para vos, estabas bastante equivocado. Esquivaste toda pregunta que te hice, acusandome de ser uno de los enemigos. Tus acusaciones fueron los que terminaron con mi muerte, acusaciones infundadas y capaz hechas por miedo a que se descubra algo. Y por eso estas aca, al lado mio.

Suspiro, y miro al resto

-Me gustaria saber que es lo que paso en este mundo mientras yo estaba con los vivos, de ser posible.