Partida Rol por web

Horus - II

Madagascar

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22/12/2013, 02:15
Charlotte Dunne

Lottie abrió los ojos como platos sin perder de vista a aquel rostro masculino, cuando Estel le dijo que Karim no estaba disponible, sabía lo que significaba eso y la risa que había acompañado a aquel comentario no dejaba margen de duda. Los abrió como platos sí, y se volvieron ilusionados a mirar a Omar conforme aquel habló. Y su expresión le confirmó, antes de que sus palabras lo dijeran en voz alta, quien era él para Omar. Aquel brillo en los ojos, aquella mirada que parecía querer absorber cada detalle de aquel rostro estático en la pantalla le dijeron mucho más que sus palabras. Y cuando Omar expresó sus sentimientos, algo vibró en el interior de Lottie cuando recibió aquella descarga de felicidad inmensa que le trasmitió. Era el saber que él había estado bien, que había tenido un apoyo, que había encontrado a alguien especial con lo difícil que era encontrar a alguien. Bueno, encontrar a alguien era fácil, pero encontrar a alguien especial que lo moviera de aquella forma, alguien que mereciera realmente la pena, que fuera capaz de hacer brillar esos ojos con esa emoción, había pocos. Y Omar había encontrado a uno de ellos. Y no estaba nada mal, por cierto. ¡Qué demonios! ¡Era perfecto!

Iba a preguntar, se moría de ganas por saber, pero Estel habló en aquel momento y cuando se volvió a pedir cinco minutos de tiempo ya era tarde. Llegó a ver volar parte de la camiseta que su amiga llevaba puesta y aterrizar a medio camino entre el sofá y la mesita donde descansaba su copa vacía y Omar se separó de ella siguiendo el impulso de Estel.

-¡Un momento! ¡Un momento! No tan rápido... ¡No, ahora no me dejéis así! –exclamó tirando del sarong en un último intento por detenerlo, sarong que se quedó prendido en su mano de repente sin saber por qué. Se lo quedó mirando un instante mientras veía como se le escapaban ambos, con las ganas que tenía de preguntar algo porque para que todo fuera perfecto, para que pudiera gritar de alegría, tenía que saber una cosa-¡No me pongas el caramelo delante y ahora me dejes con la intriga! ¿Pero él te quiere a ti? ¿Es mutuo? –le gritó casi mientras ambos salían corriendo agarrados de la mano hacia la playa-¡Dime eso! ¡Contestaaaa!

Los vio correr sobre la arena blanca, sentada en el sofá y agarrada fuertemente al sarong de Omar. Los odiaba... como disfrutaban haciéndole aquellas cosas.

Sintió a su hermano junto a ella y sus palabras la hicieron fijar su mirada en la nariz pecosa de su hermano y entornar los ojos-Más quisieras que hubiera pasado eso con un lémur, te hubiera dado para meterte conmigo para un par de años. Esos dos bichos malos nos pervierten a los dos-afirmó haciendo un leve gesto con su cabeza que señalaba a los dos amigos corriendo directos al agua- pero... ¿y lo que nos reímos? –preguntó sería a su hermano antes de estallar en risas.

Se inclinó hacia la mesa y probó su copa, la de verdad, la que le había traído su hermano. Primero con cuidado, intentando evitar un segundo ataque de tos, para tomar después un segundo sorbo mucho más grande y confiado cuando notó el dulce sabor de lo que le había preparado. Dulce y sin alcohol, nada peligroso. Aquello le había salido de escándalo a Omar, estaba riquísimo.

-Pues no, no hay material que merezca la pena en la isla, en serio, aunque no os lo creáis... -le contestó a su hermano mientras dejaba la copa sobre la mesa y se volvía a mirar lo que su hermano le indicaba en el móvil. Inicialmente no entendió lo que era, había sido un instante, algo tan rápido y fugaz que casi lo había olvidado después de todas las sorpresas que había ido recibiendo en cascada aquel día, pero se quedó sin habla cuando recordó. Cogió de manos de su hermano el móvil, mirando aquella fotografía- ¿Sacaste una foto de aquel momento? –preguntó curiosa mirando a aquel tipo detenidamente ahora que sí que podía hacerlo con tranquilidad y lejos de aquella situación bochornosa en la que se habían encontrado-No, no me di cuenta... ¡No me quede atontada! Es simplemente que no me esperaba... bueno, que no lo vi. Y saber que al pararme hice que chocara conmigo... pues... -miró a Sean-no fue la mejor situación del mundo para toparse con alguien así. Y sí, ya sé que tu hubieras acabado pasándole tu número de teléfono si hubiera sido al contrario y tú te hubieras chocado con una fantástica chica, pero sabes que yo no tengo esos reflejos... y dejo pasar las oportunidades.

Sean llevó su mano a la pantalla y le mostró otra foto, la del coche en la que aquel tipo se había marchado. Al ampliar la pantalla, la matricula brillaba perfectamente clara en la pantalla. La verdad es que no tenía sentido ninguno, ¿para qué había sacado su hermano aquella foto? Sintió como se ponía colorada cuando escuchó las ideas de su hermano concernientes a aquella foto-¡No se te ocurra decirles nada! Sabes que son capaces de hacerlo –le dijo sin demasiada fuerza de convicción, tendría que pensar más en aquella opción antes de descartarla por completo-¿Mike? ¿Quién es...? –pero al preguntarlo relacionó el apellido y dejó olvidada la matrícula del coche negro de aquella foto en el móvil para mirar a su hermano-¿Y por qué precisamente a Mike?-preguntó intentando que no se le notara la curiosidad-¡Oh! ¡Venga ya! ¡No me digas que te ha gustado su hermana! –le picó, devolver el ataque definía ella a esa maniobra-A ver, saca de nuevo esa foto del facebook ese, que. quiero comparar a ambos anda…Aunque te diría que ahora mismo el plan A mola -le dijo con una sonrisa mientras le pasaba el teléfono, no sin antes volver a la foto anterior y contemplar a aquel desconocido de nuevo- Llegó contigo en el avión, no es de la isla. No parecía un turista, tal vez alguien para hacer negocios. Seguramente se vuelva en el último avión del día, así que olvídate.

¿Funcionaría lo de la matrícula? Qué tontería...ya se habrá ido de la isla y... no... no... es una locura y no viene a cuento... ¡Disfrutemos de nuestras vacaciones sin complicarnos!

-Los he visto más rápidos manejando el móvil...-picó a su hermano deseando de ver tranquilamente de nuevo aquel mensaje que habían recibido y la fotografía de todos los que se habían reunido allí esperando encontrar información y respuestas sobre lo que había sucedido en Egipto hacía ya tantos años.

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28/12/2013, 23:59
Estel Highwater

Estel se quitaba la camiseta, dando todo el espacio del mundo a que a su alrededor transcurriese el tiempo y la vida, e incluso la mirada de Sean, cuando Omar pegó el grito con lo que todo se vino a tierra... o, al menos, la conversación que mantenía con Charlotte a susurros. Giró, para dejar caer la camiseta donde antes había estado sentada, y miró a Omar con sarcasmo y reproche. ¿Pero por qué no hablas con ella, cielos? Y también burla, divertida y añeja. ¿Es que no puedes estar sin mí ni un instante? Ambas preguntas en sus ojos fueron reemplazadas por una repentina, de sorpresa, cuando Omar se arrancó el sarong dejándolo en manos de una Lottie muda, y encandiló a media isla con su linterna mágica apretada en blanco. 

Oh, no. Sus labios se curvaron en el nacimiento de una ironía. Lo que no puedes es permanecer ni un instante vestido.

La risa de Estel llenó el aire que había callado de repente, un momento antes que Lottie comenzara a gritar.

¿Has visto como es, Lottie? ¿Qué frustrante? Desde siempre, cielos. Y empeora con los años - sonrió, guiñándole un ojo a ella mientras se quitaba las bermudas sin pudor. Aunque era perfectamente consciente de la mirada de Sean, y por eso se las acabó arrojando a Todo-Fuego - Pero luego te puedes vengar,  y... ¡HEY! ¡Omar!

El tirón en su brazo izquierdo la sorprendió, aunque no del todo. Pareció abrir la boca para oponerse, para decir algo, para... Para nada, en realidad. Porque Estel giró hacia su secuestrador, lo miró a los ojos, sonrió de oreja a oreja y echó a correr a su paso con la misma rapidez. Dos exhalaciones ágiles, como el día y la noche, de manos enlazadas y corriendo por la arena como niños transformados en adultos. La larga cabellera castaña de Estel hizo un giro en el aire, para mirar un instante hacia atrás, cuando Charlotte pegó su último grito.

¿Me querías ahorrar los detalles sexuales escabrosos? - susurró a Omar, mientras sus pies se hundían en la arena húmeda, y sonrió - Pero sabes que no hacía falta... ¡Los he oído todos!

Pero en su sonrisa había afecto. Amor, agradecimiento y empatía. Estel sabía por qué Omar había hecho eso, y lo reconocía como tal. Y no dijo más, porque no quería, y porque no debía hacerlo. El agua les llegaba ya a los tobillos, en la loca carrera que llevaban hacia el centro del mundo. 

¡Agua! - gritó, mezcla de ironía, suspiro y aviso. Y travesura. Porque gritó antes de hacer exactamente lo que sabía que Omar no querría que hiciera, y que se lo cobraría más tarde.

Carpe Diem.

Estel le saltó encima, abrazándolo contra sí misma y enredando sus cuerpos en el aire. Un instante, una risa, antes de que la torre morena que era Omar cediera ante el cálculo preciso de la hija de la física que era Estel, y ambos cayeran al agua de un mar que los recibió en su seno, en sus brazos cálidos, luego de tanto árido y desierto.

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30/12/2013, 19:40
Sean Dunne

Ya, ya...-dijo restando importancia a las prisas que le metía su hermana-No es que sea lento con el móvil, es que tú estás muy ansiosa por ver maromos.

Aquí están los Yaddow. ¡No me lo puedo creer! Cita de Mike: "Un viaje totalmente accidentado de principio a fin. Desde luego están vivos de milagro". ¡Nooo! Habla de nosotros. ¿Cómo pudo saberlo? ¡No puede ser! ¿Mike nos estaría monitorizando por satélite cuando conducías hacia aquí en aquella tartana? No me crees, ¿verdad? Mira.

Sean hizo una pausa para mostrarle la frase a su hermana y volvió a trastear con el móvil.

Ahora descargo la foto de perfil de Mike... ¡Y siguiente cita de Mike!: "Charlotte fue mi primer amor. Éramos unos críos y nos besamos en el armario de la entrada, en casa del tío Dunne". Oggggh... ¿Fue así como ocurrió, Lottie? ¿Ese fue tu primer beso? Fiuuuu... ¡qué chica más lanzada!

Ayudándose de su altura, el pelirrojo forcejea para evitar que su hermana le arrebate el móvil.

Espera, espera... Renombro la foto que me descargué para que esté alfabéticamente a continuación de elchulazoquesequierechuzarlottie punto jotapegé. ¡Oh! ¡Otro comentario jugoso de Mike! Dice... "¡Cómo me gustaría agarrar a Charlotte fuertemente y bajarle las b..." ¿Las? ¿Las qué? Pulsemos ver más... ¡Oh! "...las bolsas de la compra del centro comercial hasta su coche". ¡Qué te parece, Charlotte! Mike es un caballero, ¡qué galante! Ya paro, tranquila. Jajajaja...

Dejó entretenida a Charlotte con las fotos de los chicos para que no pudiese leer el muro y refutar sus citasdemike.

Aquí están. Movimiento de dedo, y sale el chico del aeropuerto... y para el otro lado volvemos a Mike. Chico del aeropuerto... Mike... Chico del aeropuerto... Vaya, qué te parece... Resulta que se dan cierto aire. ¿Es este tu tipo de hombre, Lottie? No tenía ni idea.

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02/01/2014, 21:05
Charlotte Dunne

Charlotte miró a su hermano como si fuera un crio pequeño al que hay que consentírselo todo porque, simplemente, es pequeño.

-Maromos, anda… parece mentira que seas mi hermano, trae aquí –le dijo mientras sonreía y cogía su mano, volviendo el móvil un poco hacia ella intentando ver mejor la pantalla y las fotos que su hermano había recuperado-¿Qué cómo pudo saber el qué? -Preguntó extrañada mientras intentaba releer la pantalla y relacionar lo que su hermano decía-¿Para qué nos va a monitori…-y no terminó la pregunta, porque comprendió por donde iba su hermano. Así que su mano lanzó una media circunferencia por detrás de la espalda del pelirrojo, estrellando su pecosa mano parisina en la nuca pecosa de él-¡Ja! Muy gracioso estas tu hoy. ¡Deja de decir esas tonterías! ¡Quien te iba a traer aquí mejor que yo!

Pero Sean siguió hablando, lanzado, y Charlotte sintió la rabia crecer en su interior al escucharlo y no poder callarlo. No le gustaba que él se inventara ese tipo de cosas, y él lo sabía muy bien. Se tiró encima de Sean, haciendo esfuerzos por llegar a la boca de su hermano y taparla con su mano, impidiendo que siguiera diciendo aquellas tonterías, mientras su hermano forcejeaba para que no lo consiguiera.

-¡Deja de inventarte esas cosas! ¡Si ni siquiera los conocemos! Arrrgggg  -exclamó cuando Sean se puso en pie para evitar que ella alcáncese su objetivo de callarlo y de arrebatarle el móvil- ¡Tramposo! –dijo levantándose igualmente y dando un zapatazo en el suelo con sus chanclas sabiendo que una vez en pie el ganaría sí o sí. Se cruzó de brazos y apretó los labios, escuchando en silencio a su hermano inventarse mil y una historias inexistentes entre ese tal Mike Yallow y ella.

¿Por qué le encanta meterse conmigo de esta forma? Pues porque me conoce bien… Ya, pero ¿por qué se empeña en engancharme con el primer tío por el que muestro curiosidad? Porque se lo pasa bomba viéndome sufrir y sabiendo que me hace chinchar. No es algo nuevo…sabes que es así…que lo ha hecho mil veces y lo volverá a hacer cada vez que tenga la oportunidad…tranquila pelirroja…  Se decía a si misma mientras veía danzar a su hermano alrededor de ella inventándose todas aquellas cosas No digas nada, pasa de él, o simplemente seguirá hasta que se canse de puro aburrimiento….

Siguió seria y en silencio, mirándolo fijamente con cara de pocos amigos, hasta que Sean reculó y se acercó a ella, mostrándole pacíficamente las imágenes en el móvil y empeñado en comparar las dos fotografías que ella había querido ver inocentemente.

-No me interesa compararlos. Ambos están fuera de mis posibilidades, es perder el tiempo –le dijo seca mientras le quitaba el móvil de las manos quitando de en medio las fotografías y sacando el mensaje que Mike Yaddow había enviado para reclutar a todos los hijos de los elegidos. Después de la broma no tenía ninguna gana de mirar las fotografías o pensar siquiera en la posibilidad de conocer a uno o a otro. Tomó asiento de nuevo y releyó el mensaje con tranquilidad y, solo entonces miró de nuevo a su hermano, señalándole con su mano el sitio que antes había ocupado a su lado–Ven, siéntate. Tenemos que mirar esto bien y ver como les contestamos… -dijo conciliadora, no tenía sentido enfadarse con él por aquellas bromas, pero sí debería de dejar las cosas claras desde el principio para evitar situaciones incómodas en el futuro si llegaba el momento o por si su hermano tenía la feliz idea de llevarlas a cabo–Oye, no quiero que saques las cosas de contexto, ¿vale?, que te conozco. Nada de soltar ninguna de esas historias por el facebook. No los conocemos, no sabemos como son, y ese tipo de bromas quedan entre tú y yo, no me vayas a poner en una situación embarazosa delante de gente que no conocemos, ¿vale? –le preguntó seria y un poco preocupada porque no se fiaba ni un pelo de su hermano cuando se ponía gracioso de aquella forma- Y no he dicho que me guste ese tal Mike –dijo negando con la cabeza mientras sacaba de nuevo la foto del desconocido y la remiraba de nuevo- Ya te dije que quedo con la opción A –dijo sonriendo de nuevo para aliviar la tensión, que tal vez solo ella sentía, cierto, pero lo necesitaba, aquellas bromas la ponían de los nervios-  Solo quiero ver quiénes son y leer tranquilamente todo lo que han escrito en el facebook. Siento curiosidad… ¡y mucha! No me esperaba saber de ellos a estas alturas, y saber que ellos quieren encontrarnos. ¡Es emocionante en cierta forma! Aunque no sé si es o no buena idea…es gente que no conocemos de nada, tengo retazos de recuerdos de alguno de ellos de cuando éramos pequeños, pero nada coherente. ¿Por qué precisamente ahora nos buscan? ¿No se han planteado esas preguntas antes? ¡Yo me las he planteado desde casi tengo uso de razón!  Y no me creo que sus padres no les contasen nada, que hayan mantenido todo eso en secreto hasta ahora, ¿por qué iban a hacerlo? Algunos creo que ni se quienes son, como esta chica rubia-dijo mirando su fotografía y llegando a la conclusión de que no tenía ni idea de quién era.

Dejó el móvil sobre sus piernas mientras se recogía el pelo en una coleta, pensando sobre las repercusiones de contestar o no, aunque tenía claro lo que quería hacer. La curiosidad era demasiado grande para no hacerlo.

-¿Vamos escribiéndoles algo mientras que las dos sirenitas vuelven de su baño inagural de Madagascar? –preguntó mientras buscaba a Estel y Omar entre las azules aguas de la playa y sonreía al ver desaparecer a Omar y Estel bajo las aguas a la vez. Le gustaría ir con ellos, pero algo le decía que debía dejarlos solos a los dos en aquel primer baño, aunque no veía el momento de estar junto a ellos de nuevo, y sabía que eso sería dejar solo a su hermano, cosa que tampoco le apetecía- Ya sabes, algo formal y educado, que quede bien. Después vendrán esos dos y nos lo cambiarán…pero bueno, le vamos dando forma. Tú estás de acuerdo en dar señales de vida, ¿no? ¿Tienes curiosidad por conocerlos? ¿Dónde vivirán ahora?…porque creo que en Francia no vivían sus padres en aquellos tiempos.

Movió su dedo por la pantalla, sacando el editor de textos. No iba a escribir nada que fuese a ser enviado sin el consentimiento de Omar y Estel, y hacerlo allí significaba que ningún dedo despistado pulsara el botón de enviar sin querer.

Porque sí, quería conocerlos. La curiosidad era grande. Pero a la vez algo la incomodaba. Era volver muchos años hacia atrás, era volver a retomar una amistad perdida antes de empezar…o tal vez no, o tal vez todo aquello moriría antes de empezar y los Yaddow y compañía solo querían respuestas a una serie de preguntas y, después de conocerlas o ver que tampoco ellos podían resolvérselas, desaparecerían de nuevo en la bruma del tiempo y la distancia. Quería conocerlos sí, pero porque quería conocerlos simplemente, quería saber de ellos, pero no quería sentirse utilizada porque después se sentiría mal, se conocía bastante bien. Y ellos estaban enfocando aquel reencuentro por la curiosidad de saber lo que pasó en Egipto, no por conocerlos a ellos simplemente. Charlotte acarició el comunicador unos instantes con la mirada perdida en la pantalla, sin ver nada en concreto, pensativa.

-Toma, escribe tu –le dijo a Sean mientras le devolvía el aparatito y se tumbaba en el sofá, mirando el techo y apoyando su cabeza en las piernas de su hermano, que dejó cubiertas con su pelo una vez soltó la mano que lo aprisionaba.

Cerró los ojos y suspiró. Junto a ella tenía a lo que más quería. Su hermano, Estel y Omar. Lo demás era secundario, pero le encantaba hacer planes, sobre todo si la sacaban de la monotonía de su vida en Madagascar y, no podía negarlo, le ponía nerviosa mirar un par de semanas hacia el futuro, cuando ya no estuviera allí, cuando su trabajo en Madagascar hubiese terminado. Tenía billetes de vuelta a Paris, sí, pero aún no le habían dicho cual sería su próximo destino y siempre lo había sabido antes de finalizar sus anteriores proyectos. Así que fantasear un poco era totalmente válido, ya que no sabía dónde demonios iba a estar ni hacer dos semanas después.

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04/01/2014, 16:55
Sean Dunne

Que sepas que a Mike le vas a romper el corazón... pero tú misma, opción A.

Sean le habría dicho que al que rompía el corazón era al anónimo del aeropuerto si hubiese escogido la opción B. Lo importante era meterse con su hermana, la identidad de su futuro cuñado daba igual. Cosa de ser buena persona, que te va a caer bien todo el mundo que se cruce en tu vida.

Cerró la galería de imágenes y abrió de nuevo facebook. La verdad es que la Yaddow estaba muy bien. Y lo mismo con su amiguita... ¿a ver cómo se llama? ¡Samantha! ¡Mel y Sam!

Estoy abriendo aún. Aquí la wifi va fatal. Paciencia.

¡Sam y Mel! Nah, Sean ni se lo pensó. Mel ganaba por mucho. Quizás si Sam se quitara las gafas y se soltara el pelo...

Listo. Sabes, Lottie... tal vez tengas razón al hacerte tantas preguntas. ¿Realmente qué sabemos de los Yaddow? Los hermanos M.Y. pudieron entrar en una secta caníbal alemana. Y tratan de abducirnos y comernos. Nos atraen a una trampa. Les da igual lo que pasase en Egipto, solo tratan de mostrarse amistosos y... ¿Correo formal, cierto? Veamos...

"Ilustrísimos caníbales muy señores míos. Respondemos a vuestra misiva aguardando con ansia el momento de nuestro meet, y así cumplir como se espera de nosotros por ser descendientes y progenie original de la Generación de Egipto".

Sí. Sé lo que me vas a decir... El comienzo está mal. No debí incluir lo de caníbales... ellos prefieren que los llamen "gourmets de sus iguales". Y quizás lo de ilustrísimos sea excesivo. Jajajaja... Vale, vale. Después de todo lo vamos a enviar con mi identidad, así que de hacerlo, hacerlo bien.

"Wow, ¡hola! Precisamente estamos reunidos Estel, Omar y los hermanos Dunne, así que un saludo de

El wow no lo voy a retirar. Quiero que sepan que Sean es el hermano desenfadado y jovial con el que se pueden ir a tomar unas copas y salir de fiesta.

parte de tod@s. Será genial hablar del asunto, más o menos es como hacer arqueología genealógica de la

Arqueología genealógica. ¿Lo he escrito bien? Gi-ne-co... No, ge-ne-al, está bien.

historia de nuestros padres.  Al fin sabremos lo que ocurrió de verdad, que ellos siempre exageran cuando

En realidad ni papá ni mamá cuentan mucho, pero ellos no lo saben. Puedo tirarme de la moto para despertar el interés de Mel y Sam. Y Mike, es cierto. Siempre me olvido del bueno de Mike.

lo cuentan."

¿Qué tal? Quiero tu opinión sincera, Lottie: ¿verdad que es la mierda más grande que se ha escrito en la historia de internet? Jajajaja... No lo he envíado todavía. Sálvame, oh, hermana mayor. ¿Qué les pongo?

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05/01/2014, 00:38
Charlotte Dunne

Una risa divertida y cantarina, que hizo que su cuerpo se moviera al compás, surgió de la garganta de Lottie cuando escuchó el comentario de su hermano–Si, ya. Totalmente destrozado…¡uy, que lastima! Acabo de destrozar el corazón de un completo desconocido salvo por una foto en la diminuta pantalla de ese comunicador. Esta noche no podré dormir. Creo que me emborracharé para no acordarme de que habrá alguien llorando a miles de kilómetros de distancia en un futuro quizás lejano –replicó con fingida lástima mientras se ponía en condiciones el vestido que se había subido más de la cuenta por la parte inferior y, aunque estaban solos, le gustaba no ir por ahí enseñando demasiado- Si, sí, lo sé, la conexión es lenta. Y da gracias a que tienes conexión, por cierto. Hay días que desaparece por completo, y no es broma-advirtió mientras esperaba a que su hermano estuviera listo y tecleando el primer borrador del mensaje.

Realmente, mientras tanto, su mente vagaba entre una y otra foto, entre el grupito que ahora intentaba reunirlos y entre su hermano y sus dos amigos. La rutina diaria le había cambiado en cuestión de minutos, había pasado a ser una tranquila rutina rodeada de los sonidos de la naturaleza, los apuntes y los diarios de actividad para pasar a tener tantas cosas nuevas en las que pensar, desde …¿cuánto? ¿dos horas? ¡qué barbaridad!  que su mente vagaba de una a otra sin detenerse en ninguna más de cinco segundos. Todas eran igual de atractivas. Quedarse allí con su hermano, hablando simplemente. Ir a compartir un baño con Estel y Omar. Cenar los cuatro juntos y compartir miles de cosas que se habían quedado en el tintero a causa de la distancia y los acontecimientos. Preparar esa contestación que seguro traería detrás decenas de preguntas ansiosas. Todas le apetecían, pero no podía hacerlas todas a la vez y lo peor era que no se podía centrar en ninguna de esas opciones.

Esta noche no pegaré ojo, lo estoy viendo venir. ¡Estoy demasiado emocionada!

Después de pasados unos minutos parpadeó, volviendo a la realidad y percatándose del silencio de su hermano. Inclinó su cabeza hacia atrás, buscando con sus ojos los de él para adivinar lo que estaba haciendo desde aquella postura. Y lo que vio la hizo poner los ojos en blanco, justo en el mismo momento en el que él pareció volver a la realidad y retomar la conversación perdida unos minutos antes. Se imaginaba lo que había estado haciendo, había visto aquella expresión muchísimas veces, y sabía que a dos personas le habían acabado de hacer una profunda disección y de ser asignada la correspondiente puntuación, pero no dijo nada al ver que su expresión cambiaba y volvía al mundo real lejos de bellas señoritas y de las posibilidades que podían implicar. Lo escuchó en silencio, estudiando cada una de sus palabras, sin interrumpirlo y solo llevándose su mano derecha a su boca en un momento dado, donde sus dedos se entretuvieron con sus labios para no entrometerse en las cavilaciones y deducciones de Sean. A mitad de ella, ya no pudo aguantar más y se dio media vuelta, quedando tumbada boca arriba en el sofá, con la barbilla apoyada en sus manos y mirando a su hermano fijamente, con una mezcla de diversión y completa adoración, mientras sus piernas, dobladas y cruzadas en el aire, iban y venían.

-¡Es la mierda más divertida que he oído en mucho tiempo!-reía, vaya que reía por fin, porque solo de pensar en enviar la primera versión del mensaje….¡oh! mejor no pensarlo o no pararía de reir en días-¿Sabes que ahora, cada vez que hablemos con ellos, que hablemos de ellos o que me acuerde de ellos, los recordaré como el grupo de caníbales? Lo has hecho a posta, ¿verdad? Y tú también te vas a acordar ¡Oh! ¡Vaya que lo harás!. Si algún día los conocemos, ¿sabes lo que pasará? ¡que antes o temprano a uno de los dos se nos escapará! ¡Gourmets de sus iguales! ¡Dioooooos! –Charlotte rió con ganas sin poder evitar imaginarlos a los tres en aquella situación y viéndolos a ellos como plato principal.

-Vale, vale, seriedad, que esto es serio…pero nada de ilustrísimas excelencias ni nada de eso. A ver… -dijo mientras recuperaba parte de su compostura y orientaba la pantalla para releer lo último escrito, o lo escrito verdaderamente, porque tampoco le hubiera extrañado ver escrita la versión caníbal del mensaje, cosa que no fue así para su tranquilidad- Vale, puedes incorporar algo de que hemos tardado en contestar porque nos han pillado recién reunidos…bueno, no, eso mejor no poderlo, tampoco es cuestión de empezar con disculpas. No hemos podido responder hasta ahora y listo, tampoco es algo urgente. Ummmm…. Lo de la arrobita te dejo que lo dejes, pero fiusss no se, esas distinciones me ponen un poco los pelos de punta. Pero déjalo, está bien. Puedes cambiar lo siguiente un poco, para que quede claro que es algo de los cuatro… puedes poner algo asi como “Nos parece genial vuestra idea, hablar del asunto…” y lo demás igual –releía rápido, intentando ponerse en el lugar de ellos y que pareciera un mensaje sincero- Y por cierto, ¿por qué dices que exageran? Yo estoy segura de que ocurrió tal y como nos lo han contado o como hemos llegado a saberlo, ¿para qué iban a engañarnos? ¿no? –arrugó la nariz, pensativa, mientras que miraba a los ojos de su hermano.

¿Realmente piensa que exageran?¿Que no nos han contado la verdad?¿Que le ha dicho papá que a mí no me han contado? Tendré que sonsacar…trabajo de sacacorchos…a la de tres…

-¿Te ha dicho papá algo que a mí no me han contado? –Sí, porque sabía que su madre cuando le hablaba era sincera pero, ¿había algo que no le había dicho y Sean sí sabía? Su padre era más reservado hablando de ese tema, pero sabía que con Sean tenía una unión especial y tal vez algún comentario se le habría escapado que, evidentemente, Sean habría pillado al vuelo y archivado en su memoria para sacarlo en el momento más adecuado, o inadecuado, según se mirara. O simplemente a ella se le había olvidado algo importante, centrada en recordar las escenas más intrigantes y los episodios más emocionantes, los que más magia tenían para ella de todo lo que sabía- Y no me digas eso de que ‘Lottie…¡no me seas ingenua! ¿te crees todo eso?’ porque sí, sabes que me lo creo. Así que venga, larga por esa boquita.

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08/01/2014, 20:12
Sean Dunne

¡Bravo por mi hermana mayor! Claro que es capaz de romper corazones que no conoce. De eso y de mucho más. Por algo le enseñé todo lo que sabe. Espera un poco más... y listo. El segundo borrador queda así... Bueno, o el tercero si incluímos lo de la secta caníbal.

"Wow, ¡hola! Precisamente estamos reunidos Estel, Omar y los hermanos Dunne, así que un saludo de parte de tod@s. Nos parece genial vuestra idea, hablar del asunto puede ser muy terapéutico, más o menos es como hacer arqueología genealógica de la historia de nuestros padres.  Al fin sabremos lo que ocurrió de verdad, que ellos siempre exageran cuando lo cuentan."

Cuando la tarea de escribir el mensaje ya no pudo distraerle del problema, el gesto de Sean se volvió serio. Como una puñalada, la conversación había derivado por derroteros peligrosos. ¿Debía contárselo? Prometió a papá guardar silencio, pero eso era lo mismo que mentir a Lottie. Lo contara o no, estaba traicionando a uno de los dos. Y cualquiera de las dos cosas podría acabar con la felicidad de su familia.

Lottie... ¿Recuerdas la llamada perdida desde el móvil de papá? Yo iba al instituto, y tu te habías quedado en casa de una amiga. Nos telefoneaste desde un fijo, preocupada por si era algo importante... por si alguno había tenido un accidente o algo. Al principio te cogí yo, pero luego hablaste con papá y dijo... no recuerdo sus palabras exactas, pero dió la escusa de alguna trivialidad.

Lo que pasó en realidad... antes de esa llamada... Uf. Yo entré en el dormitorio de ellos. Estaba buscando los regalos de navidad. No creí... no esperaba... Encontré un álbum de fotos, Lottie. Un álbum del viaje a Egipto. Quería hablar contigo, pero nuestros padres estaban en el salón y no podía usar el teléfono fijo. Pero papá tenía el móvil en la habitación. Fui yo el que te hice la llamada perdida, Lottie. Papá irrumpió en la habitación antes de que pudieras cogerlo. Me apretó la mano hasta que solté el móvil, y colgó. Me hizo prometer que lo que vi en aquel álbum de fotos no te lo contaría jamás.

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08/01/2014, 23:28
Charlotte Dunne

Cuando se hermano comenzó a leer el mensaje definitivo, Charlotte se sentó bien junto a él, leyéndolo a la par que su hermano de la pantalla del comunicador. Ella hubiera quitado las risas del final, esos iconitos de risa histérica que tanto gustaba Sean de incorporar a sus mensajes, pero algo le decía que su hermano no pensaba quitarlos ni con dinero de por medio. Aunque otra cosa muy diferente sería que Estel se lo pidiera. Pero para eso ella tendría que salir del agua, venir, leer el mensaje y mirar a su hermano con una de esas miradas que ella se gastaba...mientras Omar le quitaba el comunicador para retocar lo retocable. Aquella era la última versión del mensaje, del mensaje de Sean, sí, pero no la definitiva del grupo. Lo veía venir.

-Por mi esta bien, es un comienzo para hacerles saber que estamos aquí y que estamos interesados en retomar el contacto -Se volvió para asentir a su hermano y, al hacerlo, se dio cuenta de que estaba serio, profundamente serio. Era como si en los segundos que lo había perdido de vista algo se hubiera deshinflado en su interior, incluidas las ganas de pasarlo bien. Iba a abrir la boca para preguntar que ocurría, cuando Sean comenzó a hablar.

Mirada esquiva, titubeos. Lo conocía muy bien y sabía que cuando se ponía de aquella forma era porque algo pasaba. Y generalmente, pasaba de verdad, es decir, que fuera lo que fuera era serio.

Sus primeras palabras la hicieron dudar. No recordaba aquella noche. El en el instituto, ella en casa de una amiga y una llamada perdida... ¡De eso hacia mucho tiempo! Pero lo de la trivialidad le hizo recordar.

-Si...ahora me acuerdo de esa noche. Porque ya era tarde cuando me di cuenta de la llamada, estabamos cenando... Papa me dijo que me había llamado para que le dijera el nombre del pienso del perro, que habíais ido a comprarlo pero que no os acordábais...pero que al final el veterinario había buscado en la ficha y listo. Realmente, sí.... -dijo lentamente, pensativa- fue una tontería...pero ya conoces a papá... no me sonó raro que preguntara eso... -cada palabra que decía le salía más lenta que la anterior. Realmente, recordó, se había reído con él, le había chinchado diciéndole que cómo podía olvidarse de eso si todos los dias le echaba de comer al chucho. Pero ahora, al ver a su hermano tan serio, saltándole por lo sucedido aquel día tan lejano en el tiempo, una señal de alarma saltó en su mente mucho antes de escuchar sus siguientes palabras.

Y cuando Sean terminó de hablar, el silencio los rodeó. Lottie lo miraba con los ojos abiertos por la sorpresa, llenos de incredulidad y velados por el temor y por el dolor. Una mezcla de sensaciones la invadió, arrastrándola por un tobogán que parecía interminable. Sorpresa, la que le trajo el saber que su hermano había sido capaz de guardar un secreto como aquel durante tanto tiempo. Incredulidad por imaginarse esa escena... por pensar que su padre hubiera podido en algún momento ser capaz de un acto como el que Sean le contaba ahora que, aunque inofensivo, no era propio de él. El que era capaz de caerse a la piscina con tal de esquivar al más diminuto insecto y no hacerle daño, él que era la dulzura en persona. No, no podía imaginarse esa escena. Temor. Esa nube negra que aparece en el horizonte presagiando una gran tormenta de la que es imposible escapar y que hace que parezca que una mano ciclópea te agarra el pecho sin piedad, impidiendote respirar. Y el dolor sordo de saberse apartada de algo por sus seres más queridos, mantenida al margen, en la inocencia del desconocimiento.

Todo se mezcló en uno y casi podía sentir a la tormenta aproximarse físicamente. Estuvo tentada de dejarse llevar por la emoción de saber que había un albúm de fotos de aquellos días, pero dejó que esa emoción se sumergiera en la sensación de dolor...por unos segundos, los que tardó en salir a flote e intentar agarrarse a lo que podía, y esperaba, que fuera.

Y si era así, si el salvavidas era real.... Sean lo iba a pagar muy caro.

Ella había preguntado, le había puesto la carnaza al anzuelo que había lanzado a su hermano y ahora él se estaba aprovechando.

-¿Te estas quedando conmigo verdad? Que me caiga un rayo encima ahora mismo si eres capaz de mantener en secreto una cosa así durante tanto tiempo... -susurró casi, deseando no haber intentado sonsacarle nada segundos antes.

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11/01/2014, 17:23
Sean Dunne

¿Y qué otra opción tenía? Si hubieses estado en el cuarto de al lado habría ido corriendo a contártelo. Decírtelo a la mañana siguiente hubiese sido tan mentira como no haberte dicho nada. Hubo... hubo una decimoquinta persona hace treinta años. No sé cómo se llamaba, pero su rostro se me grabó a fuego en la retina. Aquel hombre... No, olvídalo. No debí mencionarle. Te pido disulpas.

Es solo que...

En la foto era aquel hombre, y no papá, quién cogía a mamá de la mano. Había más fotos luego. Fotos de después de todo aquello, en la terraza de alguna cafetería de alguna vieja ciudad europea, no supe identificarla. En aquellas fotos solo salían mamá y el desconocido. Y puede que para los Yaddow no tenga relevancia, pero mamá estaba embarazada en aquellas fotos. Charlotte... tenemos distintos padres.

Juasjuasjuasjuas... Ay, por favor, no sé cómo logré mantenerme serio hasta el final. ¡Claro que me estoy quedando contigo, hermana!-y Sean vuelve a poner gesto hierático-Las fotos que demostraban tu verdadero linaje fueron destruidas hace mucho. Juasjuasjuasjuas...

Fuera bromas. El mensaje está listo. Jajajaja... ¿Lo mando ya? ¿O deberíamos esperar a que Omar y Estel vuelvan del océano por si quieren añadir algo más?

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13/01/2014, 23:01
Charlotte Dunne

A Charlotte le iba a dar algo. A su hermano le estaba costando contarle lo que fuera que ocurrió aquella noche. Y sí, se lo tragó todo, de principio a fin.

Igual de seria que había empezado a escucharlo todo, terminó de escuchar. Solamente abrió los ojos en un pequeño gesto de sorpresa cuando escuchó que Sean y ella no eran hermanos, justo antes de que este rompiera a reir y viera que Sean le había tomado el pelo vilmente una vez más.

No le había importado saber que su madre había estado con otro hombre, era algo natural, su padre tambien estaría con más mujeres antes que con Isabelle. No, nada de eso había preocupado a Charlotte. Pero una cosa era clara. Conocer a un chico pelirrojo que te gustase era un hazaña, conocer a dos, un milagro, y que encima dos niños de padres diferentes salieran ambos pelirrojos...no tenía precio.

Charlotte se levantó sin dejar de mirar a su hermano, sin dejar de estar seria e igual de seria habló.

-Es una lástima, casi estaba soñando con desembarazarme de ti pronto y dejar de ejercer de hermana mayor... ¡Una lástima! No me hagas otra vez pensar en algo tan bueno... -dijo con fingido tono de lástima, exagerando el tono y los aspavientos con las manos- Eso sería mejor que me tocara la loteria... y no es bueno hacerse ilusiones.

Se dio media vuelta y comenzó a andar hacia fuera del bar, en dirección a sus amigos.

-Por cierto, haz lo que quieras con el mensaje. Lo vas a enviar desde tu móvil, es tú responsabilidad -le dijo mientras tiraba del vestido para arriba y lo dejaba de cualquier manera en el sillón, se quedaba en ropa interior y echaba a correr al agua mientras gritaba- POR CIERTO....¡EL ULTIMO PAGA LA RONDAAAAAAA!