"¡Ven, Agua de la Vida que brotas del Cielo!
¡Ven, Agua de la Vida que brotas de la Tierra!
El Cielo arde y la Tierra se estremece
ante la llegada del Gran Dios.
Las montañas, a Occidente y a Oriente, se abren,
el Gran Dios aparece,
el Gran Dios se apodera del cuerpo de Egipto".
Ra se asomó lentamente por el horizonte, bañando de fuego las dunas. Su presencia ígnea tiñó la arena, y el rojo avanzó ondulante, ora escarlata, ora arrancando matices anaranjados de las volutas de polvo en suspensión.
El agua del Padre Nilo se deslizaba en silencio, desde el Sur y hacia el Norte, y en las orillas los palmerales mecían sus verdes hojas a la brisa.
Una nota flotaba en ese instante, una nota sin sonido, íntima, interior. Una nota de grandeza, solemne, como el grito de un demonio, como el himno a un dios.
Y el Gran Dios Llegó. El Halcón. Y con él, la Alimaña, su Némesis...
La planicie se mostraba ahora nítida, despejada, sólo agua, arena y palmeras. Pero el sol, en su alzarse, recortó de pronto siluetas en el horizonte.
Seis. Y seis más. Frente a frente.
Seis y seis siluetas inmóviles, hieráticas. Las largas túnicas ondeaban, sus figuras imponentes rezumaban majestad. Poder. Destino.
Y entonces se enfrentaron, Uno y Uno, seis contra seis...
NEW YORK TIMES
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IN MEMORIAM
"Saqqara, 21 de Junio de 2010
La preparación de la esperada Ceremonia de Apertura de la Mastaba de Horhotep, el mayor descubrimiento de la arqueología de este siglo, ha tenido un fatal desenlace que ha conmocionado al mundo entero.
Un inesperado y extraño seísmo ha destruido por completo el milenario edificio, y todo su contenido. En el trágico accidente han resultado muertas cinco personas. Entre ellas el mecenas de la excavación, el altruista millonario Olam Al Hassim, así como su amigo y representante del Consejo de Antigüedades egipcio, Anhur Hajnam. Ambos fueron los primeros en entrar en la Mastaba cuando ésta fue descubierta, dando pie a que en Egipto empiece a hablarse de una nueva "Maldición de la Momia".
También han resultado muertos la secretaria personal de Al Hassim, Maddalena Dafuoco, y el hombre de confianza del magnate, conocido por Rashidi, que se encontraban en ese momento cerca del monumento funerario.
Todos ellos han desaparecido tras haber sido literalmente engullidos por un enorme remolino de arena formado durante el suceso, que horrorizó a cuantos llegaron a verlo.
Sin embargo, y por fortuna, después del seísmo han podido ser rescatadas de entre los escombros, inconscientes pero con vida, catorce personas milagrosamente indemnes. Un hecho insólito siendo que durante el terremoto se encontraban todas ellas en el interior de la Mastaba destruida. Entre esas personas están los dos arqueólogos que dirigieron la excavación, así como los diez propietarios de las piezas desaparecidas, invitados al evento por el millonario.
Las piezas formaban parte de la exposición que tendría lugar en la Mastaba con motivo de la edición del Catálogo recientemente publicado por Al Hassim, y que, según nos ha informado el General Hassan Abmud, portavoz del Gobierno egipcio, fueron en su momento, y a instancias del propio Gobierno, generosamente aseguradas por Al Hassim a favor de los propietarios.
También han sido rescatados un periodista francés y un hombre egipcio cuya identidad aún no ha sido revelada. Todos ellos han sobrevivido a la tragedia de un modo casi sobrenatural.
Nuestro más sentido pésame para la anciana madre del filántropo, Umayma Al Hassim, dolorosamente trastornada tras la terrible muerte de su hijo, y para los familiares de los demás fallecidos durante el luctuoso suceso.
Sentimos profundamente tener que comunicarles así mismo que la quinta persona muerta era nuestra querida corresponsal en Egipto, Sarah Jones, quien se encontraba allí cumpliendo con su deber profesional.
Descansen en Paz."