Hizo una pose ante el piropo de Mike y negó a la pregunta sobre sus gafas, estaba yendo a ciegas; pero no es que necesitara un bastón para guiarse. Eso sí, nadie la libraría de hacer caras raras mientras identificaba a las personas a cierta distancia.
- Ya veremos si sale algún plan. De todas formas -dijo antes de que Mel se marchara a por las chicas-, recordad que debemos pasar al menos una hora juntos antes de ligar, ¿ok?
Tardó unos segundo en relacionar lo que estaba diciendo Mike antes de contestar:
- No hay nada que confesar. Ya os he dicho miles de veces que sois mis dos grandes amores -Guiñó un ojo-. Pero por ser mis dos grandes amores gemelos... pues nada, de nada, de nada -Se echó a reír. No iba a desanimarse en medio de un lugar tan animado-. Pero ahora es momento de pasarlo bien, por ahí viene las chicas -Señaló con un leve gesto de cabeza por dóde venían.
- ¡Hola, guapetonas! -Sonrió mientras, con más normalidad de lo esperado, correspondió el piquito-. Qué bien se os ve, chicas. Hacía tiempo que no coincidíamos -Indicó-. Vamos moviéndonos o no encontraremos nada. Por allá parece que hay algo.
Tras señalar la zona anduvo sin despegarse de Mike.
- ¿Y Sal por dónde anda?
-¿Solo una hora? Pues si que tenéis grandes planes para esta noche... Yo pensaba pasarla entera con vosotras pero está claro que al final me dejaréis solo y os iréis con el primer guapo que llegue. Mike se encogió de hombros. Está bien, al menos siempre podré criticar a vuestras futuras parejas.
Las explicaciones de Samantha no eran desconocidas para Mike, aunque nunca había presenciado algo como lo de aquella tarde, aunque parecía que su amiga no tenía muchas ganas de entrar en explicaciones así que no quiso forzar más la conversación.
-Así que como decía aquel cantante latino de hace años tienes el corazón partido. Bueno, supongo que encontrarás la manera de arreglarlo, ya sabes que nosotros también te queremos y ya has oído a Melyssa hoy... Últimamente me estáis dando mucho miedo...
La llegada de las chicas hizo que se callara y el reparto de besos en la boca entre ellas no lo hizo sentirse más cómodo, de repente se sintió algo fuera de lugar, como si estuviera en mitad de una fiesta de pijamas y guerra de almohadas a la que no había sido invitado.
Seguramente cualquiera que me vea pensará que soy muy afortunado, cuatro chicas para mí solo, y no podrá estar más equivocado... dos lesbianas, mi mejor amiga y mi hermana.
Ese pensamiento le hizo sonreir, tampoco tenía intención de buscar pareja aquella noche, prefería pasar una noche relativamente tranquila junto a su hermana y disfrutar del concierto de Henry.
-Bueno, ¿Que van a tomar las señoritas? Me dejareis al menos que os invite a la primera, el resto ya os dejo a vosotras que las consigáis, estoy seguro que no os faltarán voluntarios que quieran invitaros a unas copas de más.
De camino a la mesa, Melyssa pensó en su amiga, la tetas. Esta parecía una noche en la que ella hubiera disfrutado mucho, era una pena que no había venido. La fiesta siguió su curso enseguida y una grande sonrisa delató lo bien que se sentía.
- Para mí, un Cubalibre, por supuesto... Y, Mike, respondió Michelle sin quitarse la sonrisa, creo que te vas a quedar sin esas dos preciosidades sin darte cuenta, echaba de menos a tu hermana y Sam es más guapa de lo que recordaba. La veo algo diferente... hmmm, no sé...
- ¡Ya lo sé, dijo espontáneamente Rosa, hoy no lleva gafas! Se le acercó mucho y la miró fijamente a los ojos por unos instantes. Perfiló con el índice la barbilla de la chica y le guiñó un ojo al volver a su asiento. Dime, ¿hay alguien interesante en tu vida? Además de Mel, quiero decir... Ah, y no estaría mal empezar con Vodka con Red Bull, necesito energíaaa para bailaaar toooda la noche.
- Chicas, chicas, un poco de calma, Sam es mi amiga, cogió la mano de ella y la apretó con cariño, hay muchos peces en el mar para que le tiren el anzuelo. Además, esta noche salimos a pasar el tiempo juntas, digo... juntos, perdona hermanito, pero se me olvida que estás entre nosotras. Se levantó y le dio un bezo a su hermano en la mejilla a pesar de la mirada que le dedicaba. ¿Me concedes el primer baile, hermanito mío de mi alma? Mmm yo voy a tomar... un... Beso de Ángel.
La pantomina de que MIchelle y Rosa ya no eran lesbianas duró lo que tardaron en olvidarse de que Mike estaba allí y centraron su atención en Sam. Mike sonrió ante el pequeño acoso al que la estaban sometiendo mientras negaba con la cabeza, esas chicas no tenían remedio.
-Veo que esta noche no te van a faltar propuestas. Y todas de mujeres por lo que parece, claro que no parece disgustarle. A mi me sigues gustando más con tus gafas, aunque sin ellas sigues muy guapa. ¿A que si chicas?
Tenía la sensación de haber entrado en un bar de ambiente gay y se sentía algo fuera de sitio entre tantas mujeres y sin ninguna que pudiera sentir interés por el género masculino. Pero aquella era una discoteca latina y eso le aseguraba que tendría otras muchas mujeres dispuestas a bailar con él y algún que otro amigo con el que poder hablar de otra cosa que no fueran vestidos y zapatos.
-Claro que sí, el primer baile será para mi recién llegada hermanita, antes de que estas chicas que tanto la echan de menos reclamen su presencia de nuevo. Pero antes iré a por las bebidas. Un Beso de Ángel, sea lo que sea eso... Espero que la camarera no se ría de mi. Un cubalibre, ¿Vodka con Red Bull? Si tu lo dices... ¿Y tu Sam? ¿Que quieres?
Él tomaría una cerveza de momento, no quería emborracharse, o al menos no tan pronto, después la noche marcaría lo que fuera a pasar.
No me extraña que las chicas se lancen a ella como buitres XDXD.
- No seas tonto, Mike, claro que estamos aquí para pasarlo juntos -le dio un sonoro beso en la mejilla, aunque sólo en la cercanía podía escucharse-. Y yo no doy miedo, a menos que intentes hackearme -Se echó a reír.
Tras los saludos iniciales con las amigas de Mel, que por sorpresa no se murió de vergüenza, supo que iban a pasarlo muy bien. Había alegría, salero en la buena compañía. Tenían que quedar más a menudo.
- Llevo las gafas, en el bolso... -Sonrió-. Y claro que tengo a personas interesantes en mi vida, pero no del tipo al que te refieres -Puso falsos morritos.
Noches como aquella no eran comunes en la vida de Sam, y no le importaba reconocer que su trabajo la absorbía. Pero otra gran verdad es que amaba lo que hacía, había nacido para ello.
- Un cosmo, Mike -dijo mientras sacaba una microcámara dispuesta a inmortalizar el momento y obsequiar a los gemelos con una malvada sonrisa.
Mike recibió el beso de Sam y su broma, aunque siguió estando algo intranquilo con la falta de explicaciones, quizás tan solo eran paranoias suyas.
-Nunca intentaría hackearte, tengo mucho aprecio a mis equipos informáticos...
De alguna manera le tranquilizaba saber que Sam llevaba las gafas en el bolsillo, no sabía porqué pero prefería que fuera así, como si formaran parte de ella y temiera que si se alejaba de ellas podía pasar algo malo, otro de esos estúpidos pensamientos que tenía últimamente. Hizo un gesto a las chicas y comenzó a escribir imaginariamente sobre la palma de su mano.
-Vale, lo tengo todo apuntado señoritas. Enseguida les traigo sus consumiciones, no os dará tiempo a echarme de menos.
Aquello era más una amenaza que otra cosa, no pensaba dejarlas solas aunque eso significara tener que aguantar a Rosa y Michelle y sus bromas de lesbianas. Se dio media vuelta y se alejó hacia la barra hasta que consiguió hacerse un hueco y llamar la atención de una de las camareras.
-¡Hola guapa! Gritó para hacerse escuchar entre toda la gente y la música. Ponme un cubalibre, un vodka con red bull, un cosmo, un beso de ángel... Hizo una pequeña pausa y miró a la camarera esperando que ella supiera lo que le estaba pidiendo y su hermana no se hubiera confundido con cuaquier otra cosa. Si no tienes eso me puedes dar algo parecido, un beso tuyo me serviría dijo mientras sonreía y le guiñaba el ojo a la camarera pero a mi hermana supongo que habrá que llevarle otra cosa... y una cerveza.
La camarera anotó el pedido y sonrió ante la broma de Mike, seguramente no era la primera ni sería la última que recibiría aquella noche. Mike esperó en la barra mientras le preparaban todo y miró a su alrededor observando a la gente que bailaba o charlaba con sus amigos.
Su mirada se cruzó con la de alguien y notó que lo estaban mirando, aunque cuando intentó retroceder al mismo punto alguien se había puesto en medio y tan solo pudo ver una cabeza girando hacia otro lado. Sintió una extraña sensación, había algo que le resultaba familiar y no sabía que era.
-¡Ahora vuelvo! Dijo a la camarera mientras se alejaba de la barra con prisa.
Se abrió paso rápidamente entre la gente y no tardó en acercarse y localizar de nuevo a la dueña de la mirada que le había inquietado, pese a los intentos de ocultarse que estaba haciendo.
-¡Jess! Llamó mientras acercaba el brazo al hombro de la chica para intentar detenerla. Se que me has visto. Ella se detuvo y se dio media vuelta, no parecía muy contenta de verlo y tampoco hacía ningún esfuerzo por disimularlo, aunque Mike no parecía darse cuenta. No sabía que habías vuelto, pensaba que estarías aún con tus padres, no respondías ninguna de mis llamadas ni mis mensajes. Pero me alegro de verte, sigues igual de bien. Había cambiado, estaba diferente, aunque Mike no sabría decir porqué, quizás solo fuera la ropa que llevaba o que no la veía desde hacía un año. Me sentí mal por como acabó todo, te debía una disculpa pero fui incapaz de hablar contigo. Tu vecino me dijo que habías ido a vivir con tus padres.
Tras su última discusión había dejado su apartamento y se había ido a vivir a las afueras de Miami. Nunca habían vuelto a verse ni ella había querido responder a los intentos de Mike por establecer contacto. Pensó que tan solo quería un poco de espacio y que pronto volvería a la ciudad, pero había pasado cerca de un año desde aquello. Pensó en buscar la dirección de sus padres en internet e ir a verla un día pero con el paso de los meses desistió de aquella idea, esta vez ella no quería volver a saber nada de él.
-Me gustaría hablar contigo, aunque quizás este no sea el mejor lugar. Dijo mirando todo el movimiento, ruido y gritos que había alrededor. ¿Quedamos mañana y nos ponemos al día?
Ella pareció dudar ante el intento de Mike de retomar la amistad y volver a verse, como si en su interior se estuviera disputando una pequeña batalla.
-Déjalo Mike, solo vine a celebrar el cumpleaños de una amiga, mañana volveré a casa. Parecía disgustada pero había algo más en su voz, o quizás fuera que con todo aquel ruido casi no la escuchaba, en cualquier caso parecía hablar con firmeza y decisión. No quiero verte, hay otra persona en mi vida. Dijo mientras se daba media vuelta. No me llames ni intentes volver a ponerte en contacto conmigo, es lo mejor para los dos.
-Pero Jess... Balbuceó Mike mientras la veía alejarse, pero no se movió, algo lo tenía pegado al suelo y no eran los chicles o los restos de bebida pegajosos. La siguió con la mirada hasta que desapareció entre la gente, tenía un nudo en la garganta. A pesar de todo el tiempo que había pasado seguía sintiendo algo por ella y aunque habían roto muchas veces siempre habían vuelto y Mike pensaba que la última vez no sería diferente. No se había dado cuenta hasta ahora que todo había terminado con Jess, otra relación perdida más que añadir a su lista.
Giró en dirección contraria hacia la barra donde le esperaba una bandeja con todas las bebidas que había pedido.
-Gracias. Dijo a la camarera obligándose a sonreír mientras le daba un billete. Quédate con el cambio.
Siguió practicando su sonrisa hasta que le pareció que le salía natural, no quería que las chicas supieran lo que había pasado y estropear la noche de bienvenida para su hermana, hoy todo debía ser alegría. Cuando se sintió preparado regresó con la bandeja hasta la mesa donde todas estaban esperando sedientas.
-Siento el retraso, pero los besos de ángel tardan mucho en bajar desde el cielo. Dijo sonriente mientras le guiñaba un ojo a su hermana. Aquí tenéis. Apoyó la bandeja sobre la mesa y fue repartiendo las bebidas a sus respectivas dueñas. Cuando terminó se sentó,cogió su cerveza y dio un largo trago directamente del botellín. Bueno ¿Me he perdido algo?
Aquí os dejo una foto de Jess más grande, cuando la contrataron para hacer publicidad de tinte de pelo:
Me se olvidaba poner que toda la escenita no la podéis ver, que estáis lejos y entretenidas cotilleando XD.
- Sam es guapa con gafas o sin, solo que con ellas es más... no sé cómo decirlo, es más Sam, jajaja. Las chicas no sabían que opinar, no tenían a la amiga rubia tan vista como los mellizos, ellas solo la veían guapa.
En cuanto Mike marchó a por las bebidas, las chicas empezaron a cotillear entre ellas, ajenas a lo que le pasaba al “hombre de la mesa”
- Veo que tu hermano no se cree que ya hemos dejado lo nuestro, Mel, dijo Michelle en cuanto se aseguró de que quedaban solas. Mejor... recuerdo que hace años estaba un poco colado por mí. Yo entonces solo quería ir en contra de mi familia y sus estúpidas normas católicas. Como odiaba la misa de los domingos... Menos mal que han cambiado y se dieron cuenta de que lo más importante en sus vidas es el amor y que eso es la base de una religión sana. Casi dejamos de hablar...
- Ya, ya, vale Michelle, le respondió Rosa. Sé que tienes malos recuerdos, los míos tampoco eran mejores. Con un padre en la armada y una madre profesora, me criaron como a un robot. Pero ya ves... Me acabo de casar y tengo una hija preciosa. En este hueco de aquí voy a tatuarme su carita. Aquí mismo, dijo enseñando una parte de su pecho, al lado de su padre y cerca de mi corazón. Aunque... incluso podría tapar la cara de su padre, jajaja.
- Eh, eh... Nada de malos recuerdos en mi fiesta de bienvenida. Estamos aquí para reírnos y celebrar. Estoy en compañía de la gente que más amo y eso es una razón excelente para brindar. Michelle tiene todo lo que quiere incluido una familia cariñosa, Rosa ya es mamá, Sam no podría estar en un mejor momento y yo voy a volver a vivir a Miami. Los gritos y los aplausos estallaron por parte de las comensales. Sssshhhhh todavía no he ido a la entrevista con el jefe del laboratorio de criminalistica de Miami, pero la verdad, no creo que me digan que no. En cuanto vuelve Mike, vamos a chocar esos vasos.
Poco más pudieron hablar y enseguida apareció su hermano con una bandeja llena de coloridos vasos. El trabajo que tuvo alguna vez de camarero le ayudó para poder llegar sin chocar con nadie hasta la mesa. Mel estaba mirándolo sonriente. Estaba segura de que le hizo la broma a la camarera sobre el nombre de la bebida y por ello tenía que volver con algo de pintalabios sobre su boca, con las marcas de una bofetada o con una sonrisa pícara. Al parecer solo llevaba la sonrisa, pero algo más apagada de lo que ella se esperaba. Nadie le conocía mejor que ella, ni su madre, pero se guardó la pregunta para cuando se vayan a bailar.
- ¡Yuuuhuuu! Se levantó, cogió su copa y empezó su brindis visiblemente emocionada. ¡Por tener una vida excelente y volver a casa! Llevó su mano con la copa hasta el centro de la mesa y enseguida sus amigas se unieron entre risas por el doble sentido que tenían aquellas palabras. Claro que ella no sabía lo que en realidad le pasó a Mike y cómo podía aquello afectarlo.
Mike se alegró de ver tan contenta a su hermana, al menos ella si que estaba teniendo una noche perfecta y no pensaba ser él el que la fastidiara. Jess había pasado página y él también lo haría. Se levantó y chocó la botella de cerveza con las chicas.
-¡Por Mel, su vuelta y su vida excelente en la que estamos incluidos!
Apuró el resto del botellín en el brindis sorprendiéndose de haberlo terminado con tanta rapidez.
-Vaya, creo que hoy os he ganado. Dijo a Rosa y Michelle. Va a ser verdad eso de que os habéis reformado, todavía no os habéis terminado las vuestras.
Por supuesto Mel y Sam aún tardarían un poco en terminar las suyas, no eran grandes bebedoras ni nunca lo habían sido, sin embargo sus amigas, en el pasado, podían retar a beber a cualquier chico y salir bienparadas.
- Vaya presumido que eres, Mike. Felicidades por acabar primero una cerveza. Eso es como si yo me bebo un vaso de agua, no hay comparación. Si quieres ver hasta donde nos lleva la noche, hagamos apuestas con chupitos de tequila.
- Eh, eh, eh... ¡De eso nada! Protestó Mel y por su cara no estaba bromeando. Esta noche nadie va a acabar borracho, a partir de mañana hagáis lo que queráis. Si os apetece apostar, que sea por... uhmmm su mente inocente no era capaz de pensar en ninguna maldad, solo en algo que hicieron hace años... Con cuantas personas distintas seríais capaces de bailar mientras suena una canción.
- Oh, nena, yo me apunto. Pienso decirle mañana a mi marido que este cuerpo os ha ganado a todos, no importa si tuvo que cargar con una criatura dentro de sí por nueve meses. Sigo siendo la mejor.
- Perfecto entonces, ¿Quién se apunta? ¡Yo, sí! Mel levantó la mano para que no queden dudas de que tenía ganas de bailar y de ganar esa apuesta inocente.
-Perdone usted, señorita chupitos. Pero ya ves lo que dice nuestra anfitriona, nada de emborracharse hoy, si quieres lo dejamos para otro día.
La apuesta que proponía Melyssa estaba claramente en contra de Mike, cualquiera de ellas lo tendría mucho más fácil para encontrar hombres con los que bailar y en general a las mujeres costaba más trabajo convencerlas.
-Bueno, yo me declaro perdedor de esa apuesta, cualquiera de vosotras conseguiría más parejas que yo porque hoy estáis realmente arrebatadoras las cuatro, pero me declaro vencedor de ser el primero en sacar a bailar a la chica más especial y guapa de la noche. Se acercó a su hermana y la cogió de la muñeca para sacarla a bailar. ¿Me concede este baile señorita? Preguntó con una leve inclinación. Y a vosotras más os vale conseguir pareja o tendré que venir a por vosotras también.
- Vaya quejica, Mike. No es verdad que solo por ser chico vas a perder esta apuesta. En esa mesa, Michelle apuntó hacía una mesa del centro de la sala llena de chicas con grandes escotes y cortas minifaldas, ninguna de esas chavalas te quitan el ojo de encima. Creo que son admiradoras de Henry.
- A mí me ve a hacer un enorme placer sacar a bailar a la otra morena guapa a bailar, dijo Rosa mientras se levantaba y extendía su mano hacía su ex. Así nos aseguramos la atención del público masculino que hoy parece estar de acuerdo con Mike y solo miran a Melyssa. Ah, y cuidado Sam, hablando de Henry, ahí lo veo llegar...
- Oh, no... Protestó Mel justo antes de que Henry llegara a la mesa y darse cuenta de la situación. Sus ojos miraban compasivos hacia su amiga del alma, dejarla como a una presa fácil para el amigo de su hermano, era cruel. Por un lado estaba agradecida de que no llevara las gafas, así no podría mirar la cara del hombre mientras bailaban. Seguro que más adelante la invitará a ella a bailar. Por lo menos, Sam se libraba antes. No había más tiempo que perder, una de las canciones preferidas de su hermano ya empezaba a sona. Sonrió y asintió con la cabeza a la invitación y salieron a mover las caderas.
Mike miró de reojo hacia la mesa que señaló Michelle. La verdad es que no se había fijado, en realida no se había fijado en nada desde su encuentro con Jessica y tampoco le apetecía ponerse a hacer concursos de baile teniendo que presentarse a extrañas una y otra vez y forzándose a ser simpático, otro día lo hubiera hecho de buen grado, pero ahora solo le apetecía estar con la gente con la que la sonrisa le saliera de manera natural: su hermana, Sam y su amigo Henry cuando apareciera.
-Si, soy un quejica, pero eso ya lo sabías Michelle, además competir con Rosa y contigo es un caso perdido, es algo que solo está a la altura de Mel y Sam, solo ellas podrían ganaros. Además como tu dices, deben ser fans de Henry y hoy es su gran día, no podemos quitarle protagonismo. Mira! Dijo volviéndose hacia Rosa. Ya tienes tu primera pareja, de momento vamos empatados, luego no digas que no lo he intentado.
Rosa anunció la llegada de Henry y Mike no pudo hacer otra cosa que sonreir al verlo, estaba muy contento por él y no podía evitar expresarlo sin reparos.
-¡Henry! Dijo soltando a su hermana y recibiendo a su amigo con un cálido abrazo.
Henry se rió y recibió el abrazo de su amigo, aunque pronto se zafó de él como pudo.
-¡Ya está ya está! Que van a pensal que somos mariconsones y ademá me va a arrugal la camisa huevón. Apartó a Mike con el brazo y se abrió paso hasta las chicas. ¡Pelo bueno! ¡Que tenemo aquí! ¡Pol veni tan bien acompañado te voy a peldonar lo de la camisa Maiki! ¡Señoritas! ¡Henry ha llegado! Siéntense ustedes como en su casa, hoy serán mis invitadas especiales.
Saludó a Rosa y Michelle rápidamente y después se centró en Melyssa y Sam.
-Querida Melyssa, es un verdadero placel tenerte aquí, sabía que no faltarías a mi gran noche. Le dijo mientras cogió su mano y se inclinó para besar su dorso. Y Samantha, me alegra tenerte aquí también, sin tu presencia la noche no sería tan especial. Se acercó donde Sam seguía sentada y también cogió su mano para besarla con dulzura. Esta noche no paguen ni una sola copa, mi primo y yo las invitamos!
-¡Podías haberlo dicho antes! ¡Yo pagué la primera ronda! Protestó Mike mientras se reía.
-Bueno, bueno Maiki. Respondió Henry haciendo gestos con las manos para calmar a su amigo. Eres un caballero y está bien que invites a las señolitas, es algo que me gusta de ti.
Asintió con una sonrisa pícara cuando respondió. Sabía que Mike era bastante bueno con la informática y no era cuestión de competir entre ellos, pero si fuera otro mejor que tuviera en cuenta su advertencia. Pero aquella noche no era para hablar de trabajo, así que en cuanto se marchó a por las copas se sumió enla conversación con las chicas.
- La verdad es que me encuentro muy rara sin las gafas, y al final se han quedado en el bolso por si las moscas -Levantó el bolso de mano y lo agitó para recalcar el hecho.
No tenía mucho tiempo para socializar, ni siquiera a través de las redes sociales. Sí que era asidua a algunos foros informáticos específicos, de esos donde a nadie se le ocurriría preguntar nada básico. Su trabajo era casi una pasión, y en retrospectiva no se arrepentía de su estilo de vida. Cada cuál vivía cómo quería.
- Qué os voy a contar, chicas... Ya sabéis lo estricta que es mi madre. No quería oír hablar de novios, y menos de novias - Se echó a reír-. Y mirad ahora, lo que tiene que aguantar con la Barbie -Hizo referencia a su hermana-. Total, la vida es un cúmulo de experiencias y eso, chicas -Señaló ligeramente a Rosa y Michelle-, forma parte de vosotras. Pero no hablemos de la familia, que no me apetece que me salga una urticaria -Exageró en su temblor.
Cuando Mike regresó con las bebidas se relamió los labios ante la idea de saborear su cosmo. No solía beber, y aunque hoy iba a moderarse también quería saborear cosas sabrosas.
- ¡Por Mel! -No hacía falta añadir nada más-. Wow, Mike. ¿Tienes prisa? -Preguntó al tiempo que sonreía- No te me emborraches, campeón -Fingió regañarlo.
Cuando Mel sugirió una apuesta sobre baile tembló internamente. Sam era una pésima bailarina, dos pies izquierdos sin remedio.
- Gano seguro. A los dos segundos se desharían de mí -Se carcajeó al tiempo que comenzaba aquella pegadiza música. Lo cierto es que tenía ritmo, pero la idea de hacer el ridículo...
Y entonces...
- Hola, Henry -Levantó su copa-. Te robaré una ronda, después. Eres muy generoso, no puedo resistirme a un par de cosmos tan buenos como éstos y me animaran para salir a bailar. Mike me guardará una, y si resisto el primer round tendrás otra -Le guiñó de forma exagerada a Henry.
Rosa y Michelle sonrieron y se fueron a bailar dejando ver algo de la pasión que hace no mucho era muy viva entre ellas dos. Por supuesto que no fueron a más. Rosa respetaba mucho su matrimonio y Michelle la quería tanto que nunca haría nada para hacerle daño.
- Holaaa, Henry. Saludó Mel e intentó ser lo más amable posible. Nooo, imposible faltar en una noche tan importante para ti... Ya sabes, mi hermano, Sam y yo, tus fan numero... uno, dos y tres... Ja, ja, ja, me parece genial que podamos beber si limite, creo que me hará falta. Pero tenemos otra apuesta en juego. ¿Te gustan las apuestas, no? Va de intentar conseguir cuanta más gente posible para que bailen contigo. El soso de mi hermano no se quiere apuntar, pero si tú lo animas, creo que cambiará de opinión.
Sam como siempre puso el punto cómico con su exagerada idea de como ganará la apuesta.
- Para nada, querida, vas a ganarla porque todos querrán bailar contigo. ¿Que te parece nuestra rubia sin gafas, Henry? Mientras tanto, Mel se quedaba pegada a su hermano e intentaba llevarlo un poco más lejos del amigo. Ya iba a escucharlo cantar toda la noche. No había razón para perder más tiempo ahora.
-No, no me emborracharé Sam, esta noche no al menos. Esta noche es para divertirnos. Y Mel tiene razón, podrías ganar perfectamente esa apuesta si te lo propusieras, debes confiar más en ti misma.
Sam siempre había tenido demasiada poca autoestima, incluso Mike no creía que ella se considerara a si misma como una chica guapa, pero realmente lo era. La llegada de Henry interrumpió la conversación y Mike dejó a su amigo que saludara con efusividad a las chicas.
-Ya me has robado el corasón preciosa, no me voy a enfadal porque me robes unas cuantas copas mamasita. Y por supesto que vamo a bailal tu y yo, todo lo que tu quieras mi amol. Que no se diga que Henry no cuida bien de la chicas guapas como tu. Además hoy pienso dedicarte una canción. Y otra a ti Melyssa, para algo sois mis mejores fans. Le dedicaría una a Maiki, pero no quiero que la gente piense lo que no es. Se rió con ganas. Apreciaba muchísimo a Mike y le agradecía su apoyo incondicional durante los comienzos, por eso siempre lo tenía en los pensamientos, al menos hasta que alguna mujer se cruzaba por delante. Pero iros a bailar helmanos, yo me quedaré aquí con Samantha si es que no quiere bailar todavía. Hace mucho que no la veo y seguro que tiene muchas cosas que contarme. Y sin gafas está tan guapa como con ellas, porque no importa lo que se ponga o se quite, es su belleza natural lo que nos vuelve locos. Yo hice una canción pensando en eso. ¿Te la ha puesto Maiki?
Mike sonrió, de toda la discoteca Sam no podría quedarse en mejor compañía. Henry podía ser un poco empalagoso, pero era completamente inofensivo, sobre todo cuando se trataba de Sam y Mel a las que siempre había respetado mucho.
-Entonces yo me voy a sacar a esta otra hermosura a bailar, que parece que hoy necesita quemar muchas energías. Dijo mientras cogía a su hermana y se alejaba un poco hacia la pista de baile.
Cuando los mellizos se van y dejan solos a Sam y Henry, él se sienta a su lado y se le acerca al oído para cantarle suavemente su último éxito, ante la mirada de envida de todas las chicas de la otra mesa que antes señalaba Michelle que ahora mismo querrían estar en el lugar de Sam.
Solos. Estaban solos.
Henry era un pedazo de pan, lo sabía. Al igual que sabía que por más veces que lo oyese cantar no iba a gustarle. Y ahora... ¡Iba a tener un privado! Sonrió ante aquel gesto, pues pese a todo Henry era muy atento.
- Parece bonita -dijo al terminar la canción-, aunque mi español es casi nulo -Se echó el pelo hacia un lado, y no era un movimiento coqueto aunque lo pareciera-. ¿Sabes que te arriesgas a una lluvia de pisotones, Henry? Mi genética es nula para el baile, pero ya te he advertido -Sonrió.
Sin más preámbulos dio una palmada y se levantó con aire renovado.
- Está bien, comienza la tortura -Tendió su mano. A veces, sin saber cómo, tomaba la rienda de la situación-. Yo te sigo, tú me esquivas -Se echó a reír.