Partida Rol por web

Horus - II

París

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12/01/2014, 11:36
Charlotte Dunne

Había amanecido despejado. No había ni rastro de las nubes que durante varios días habían estado dejando una fina lluvia sobre París. Pero lejos de molestar, aquella lluvia había sido casi bienvenida al ayudar a refrescar el ambiente de los primeros días del verano.

-Les Galeries Lafayette, s'il vous plaît –había pedido unos minutos antes al taxita que las había recogido en casa.

Después de un viaje más largo de lo habitual debido al intenso tráfico, el taxi se detuvo delante de la puerta principal de la galería más famosa, no ya de todo París, sino de Europa entera.

Lottie sonrió a Estel, pícara, mientras pagaba al taxista, como lo llevaba haciendo desde que había dicho la dirección de su destino y había visto la expresión en la cara de su amiga. Pero no había dicho ni una palabra de por qué la llevaba allí aquella mañana.

Salió del coche y miró alrededor. Daba igual que fuera lunes, martes, sábado o un día de fiesta, siempre era igual el aspecto que ofrecía aquella entrada principal. Decenas de personas, entrando en el centro comercial, otras decenas saliendo cargadas de bolsas, grupos de turistas entrando mientras sacaban las cámaras de fotos y otros tantos saliendo hablando entusiasmados de lo que habían visto en el interior. Cerró la puerta del taxi y buscó con la mirada a una Estel que andaba rodeando el taxi y subiéndose a la acera hasta pararse junto a ella.

-Venga, déja de mirarme como si te llevara al matadero,mujer. Vas a entrar en el centro comercial más grande de Europa. Es precioso, te gustará –le dijo mirándola y sacando entonces un folleto del bolsillo trasero de sus vaqueros- No te traigo de compras, descuida, que te conozco…aunque eso no quita que acabemos entrando en un par de tiendas y mirando un par de cosas. Todo el mundo pica cuando viene a este sitio.

Mientras le hablaba, le tendió el folleto con una sonrisa. Y conformé Estel lo cogió, Lottie enlazó su brazo con el de su amiga y comenzó a caminar al interior del centro comercial arrastrándola tras sí.

Estel pudo leer la primera página del folleto:

 

Lottie cruzó las puertas buscando alguna indicación de donde podría estar la exposición pero se sorprendió al ver que no era necesario. Una gran parte de los mostradores que habitualmente ocupaban la zona central habían sido retirados y, en su lugar, habían colocado los paneles de las exposición. Desde allí, desde la misma puerta, se podía hacer uno la idea del tamaño de la exposición presidida por un enorme cartel en el que un tigre blanco miraba estoicamente a la cámara rodeado de abetos cubiertos de nieve.

-Las galerías están trabajando conjuntamente con National para dar a conocer esta exposición. No se lo que sacan las galerías con esto…bueno, entiendo que cualquier persona que entre aquí para ver la exposición es un cliente potencial, así que supongo que le prestan el espacio a National y se hacen publicidad al mismo tiempo. Venimos a ver fotos, máquina, no ropa –dijo riendo mientras la arrastraba a ella al interior- Y es más, te propongo un juego- dijo misteriosa mientras pasaba junto al cartel del tigre deteniéndose un instante- te imaginas encontrarte con uno de estos cara a cara…¡Debe ser impresionante! Oh…. Pero no, no es ese el juego –dijo volviendo a la realidad y mirando a Estel- No te voy a proponer que te pongas delante de uno, estamos en Paris, ¡aquí no tenemos de estos en libertad! –volvió a tirar de ella adentrándose en la exposición- El juego es… descubrir algo en la exposición. No te puedo decir más –la miró, misteriosa- ya lo descubrirás, ¡sé que lo harás!  Por cierto…National vende también merchandising…procura no picar, me han dicho que tienen los precios más elevados de los que puedes encontrar en internet. Si te gusta algo lo pedimos luego. ¡Ah! Y arriba hay una cafetería en la que sirven crepes de chocolate que están para pedirse dos. No, no, no te estoy diciendo de ir ahora –se anticipó a que Estel se metiera con ella por estar pensando siempre en esas cosas-Solo informo de algunas de las cosas que puedes encontrar aquí. Pero ¡Venga! ¡Vamos! No tenemos todo el día y tu tienes que encontrar algo.

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17/01/2014, 03:36
Estel Highwater

- S'il vous plaît?  S'il-vous-plaît? ¿Y qué ha pasado con lo que a mí me plais? - había susurrado Estel, la voz como la imagen misma del enojo y los ojos como la esencia de la sonrisa.

Aún quedaban los ecos de sus palabras cuando arribaron a destino, y Estel giró hacia Lottie con los ojos muy abiertos, poniendo la mejor cara de animal al que conducen hacia una muerte lenta. En parte lo hacía por molestarla, y fundamentalmente por seguirle el juego y verla feliz, ya que podía darse cuenta la emoción con la que la había despertado ese día y metido en ese taxi como si no hubiese un mañana. En parte, sí, lo hacía en serio. Concedió una mirada de reojo a la impresionante fachada de las Galerías, y suspiró mentalmente. En el reparto, Lottie y Omar se habían quedado con todo el gusto por las compras, por la expectativa, el acto y las consecuencias. A ella, la sola idea le generaba escalofríos.

- Me gusta el edificio. Me gusta la fachada, visual y estéticamente, me gusta la iluminación... Merci beaucoup, monsieur. Au revoir - saludó Estel al taxista, con una sonrisa, mientras cerraba la puerta y volvía a mirar a Charlotte - Me gusta, sí. Y seguramente me gustarán sus cúpulas, sus arcadas, incluso quizás alguna que otra de sus escenas cotidianas... - rodeó el automóvil, que ahora partía, y llegó hacia donde estaba la francesa. A su lado, la miró con el mayor desasosiego de la historia del mundo, y luego le guiñó un ojo - Me vengaré. Aunque eso ya debes saberlo, querida.

Miró el folleto que Charlotte le tendía, y una sonrisa traviesa atravesó su rostro.

No quieras arreglarlo ahora. Ya está hecho. Sólo conseguirás atenuar lo que te espera - advirtió, con picardía, mientras prestaba su brazo para ser cogido y se dejaba arrastrar... oponiendo resistencia - ¡Ten amigos para esto! - resistencia fingida, por supuesto - ¿Lo ha visto, cielos? ¡Me secuestra! - soltó hacia el guardia de seguridad apostado en la puerta, que dibujó una diminuta sonrisa en su gesto estoico - ¡Oh, bueno! ¿Alguien?

Aquello era más que suficiente, sí. Estel sonrió sin mover los labios ante las miradas de las mujeres clavadas en Lottie, aprobando y reprobando, y las expresiones empáticas de carnero degollado de los hombres que las acompañaban. Mientras dejaba que la pelirroja se retorciera en su propia vergüenza, echó una mirada al folleto que tenía en la mano. Permaneció mirando largamente las imágenes, y la sonrisa acudió más rápida de lo que podía ser captado. Miró a Charlotte, con cariño y brillo en los ojos.

Oh, querida.

El tigre las observaba, estoico en su caminar ajeno a la amenaza de la cámara intrusa y ladrona. Estel vinculó ojo con ojo, pupila con pupila, como si fuera ella misma la que estuviera agachada allí, rodilla apoyada en la nieve, codos trabados en un aire más frío que una navaja, y la adrenalina... el dolor de no poder captar exactamente el sentimiento, el vínculo, aquel instante infinito e imponente. Suspiró. Y con aquel suspiro se fueron sus palabras, fascinadas, pensativas, mientras Charlotte le hablaba la llevaba de un lado a otro y le proponía aquel juego, y aquel movimiento, y aquella vida.

Oh, debe ser que hay alguna foto o varias de su padre por aquí. No me extrañaría. Son extraordinarias. Aunque eso sería demasiado obvio, y usualmente lo demasiado obvio es lo falso.

Estel sonrió. Lottie sabía que los rompecabezas eran lo suyo, o al menos lo que sería cuando acabase con los números y comenzase con la criptología, aunque esta vez se forzó a anular el chispazo que se encendió en su mente y no pensar en todo lo que podía llegar a ser. No, no lo haría esta vez. No así. Esta vez lo harían a la forma de Lottie, aunque la parte Roget de este estuviese autoflagelándose por ese caso omiso a la abstracción y las neuronas.

Me has planteado una búsqueda del tesoro, como si fuera una vil pirata... o contrabandista de arte. Bien, me gusta - ahora la sonrisa le abarcaba el rostro entero - Y ya que has preparado todo esto para mí... engaño incluido - le guiñó un ojo -, vamos a hacerlo a tu modo. He pensado en una sola posibilidad, la obvia y esperable, y luego he puesto la mente en blanco. Iré sólo con mis sentidos, ciega a toda posibilidad y abierta a todo lo que puede ser. ¿Deal?

Le cogió del brazo, mientras la ponía a caminar rumbo a la que estaba señalada como la entrada de la exposición.

Empezaremos por animales marinos, ¿qué te parece? Con esos aún no te he visto trabajar - comentó, mientras le guiñaba un ojo cómplice y seguro. Uno que decía Y por supuesto que te veré, y bien vista - Imagino que las galerías sacarán rédito económico por los que atraigan con la exposición en sí, como los que puedan atraer cuando se las siga teniendo como espacio de avanzada, colaborador de la defensa de la naturaleza y otras cosas - agregó, en voz más baja, mientras pasaban al lado de lo que setenta años antes hubiese sido un hippie de pleno derecho - A mí me parece fascinante que le den voz a estas cosas. ¿Qué se siente mirando a las pupilas a un tigre? ¿Qué se siente cogiendo a un pequeño lémur en la palma de la mano? - Estel miraba a su alrededor, como si buscara vagamente, pero volvió a Charlotte y sonrió - Son cosas que sólo personas como tú pueden saber a ciencia cierta. Los fotógrafos aquí... joder, y vaya que son buenos, tratan de reducir todo aquello para que personas como yo, y el 99% por ciento de los que vengan aquí, sobre todo las señoras como aquella - se rió por lo bajo, señalando a una con el porte de una diva del siglo XX a la que sólo le faltaba justamente el abrigo de piel - podamos sentir lo que es, o rozar con la punta de los ojos al menos una pequeña hilacha de esa madeja de sensaciones y experiencias.

 

 

 

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24/01/2014, 18:12
Charlotte Dunne

Charlotte esperó junto a Estel mientras ella comulgaba con el tigre de la entrada disimulando a duras penas que no se daba cuenta de las miradas de reproche que andaba recibiendo, entre ellas las del guardia de la exposición que no dejaba de mirarla de arriba a abajo y de varios hombres a los que faltaba acudir en ayuda de su amiga si esta se lo insinuaba de nuevo.

¡Será! Que aqui a ella no la conoce nadie, pero ¡vete a saber a mi!

Cuando devolvió de nuevo su mirada a su amiga, esta ya había adelantado unos cuantos pasos en la primera parte de la exposición. En unos cuantos pasos rápidos, se puso a su altura.

-¡Deal!-exclamó entrando de lleno en la exposición- ¿Y cual era la posibilidad obvia? ¡Ah! Pero no me la digas, porque si es eso es lo... eso, que no me digas nada. Vamos a ver esto y tu atenta a todo, a ver si te das cuenta. Y... ¡deja de llamar la atención así o acabarán echándome de la exposición acusada de corrupción de menores! -bromeó alejándose con ganas de la entrada y del grupo de gente que habia escuchado la petición de ayuda de Estel.

Se detuvieron delante de una foto que Charlotte se quedó mirando especialmente.

-Me encantaría trabajar con ellas en el futuro, solo que tengo un problema de base. No me veo en el agua. Eso es para ti, pero yo soy más de tierra. No se como se me daría, la verdad, porque veo a ese buzo ahí y me muero de envidia...pero no me veo. ¡Mira esta! ¿Y si fueras tú algún día? \'Frente al depredador\' la titularía.

-Supongo que delante de ese tiburón, se siente lo mismo que teniendo un lémur en la mano. Sientes la vida que te rodea. La complejidad de cada ser. Y mientras que nosotros nos encargamos de que ellos estén bien, los fotógrafos debéis de encargaros de hacer trabajos como estos para hacerlos llegar al 98% del mundo que no es como yo...ni como tú -le dijo sonriendo mientras tiraba de ella para llevarla a ver las siguientes fotos- Y ¡no! no me mires así. Tus fotos son muy buenas, digas lo que digas...

Dejó la frase ahí y miró a la siguiente foto- Aunque aquí si me metería. ¡Has visto que agua! ¡Es transparente! Y nadar con él tiene que ser... ¡impresionante!

Miró a la mujer que Estel le indicaba- ¿Se parecen? Jejeje. Y te diría que ella está aqui porque viene de visitar una o dos joyerías de la parte de arriba y ahora se está pavoneando aquí cual pavo real en celo para que todo el mundo admire los pendientes y la gargantilla que lleva. Vaya, aquí hay que tomar decisión. Aves o pequeños mamíferos -dijo mientras se paraba junto a la división en dos del pasillo principal dando entrada a esos dos temas. Aves, izquierda. Pequeños mamíferos, derecha.

En ese momento, el comunicador de Charlotte comenzó a sonar...

-¡Oh! Discúlpame... -dijo mientras que apartaba a un lado para no estorbar al resto de la gente y leía atentamente lo que había recibido.

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24/01/2014, 18:13
Charlotte Dunne
Sólo para el director

Notas de juego

Si quieres puedes borrar el primero. Es que una vez que posteo ya no me deja modificar el mensaje. Me deja editar, hago cambios, pero no los graba. ;)

Editado Dama: Sin problemas guapa. Y borra este cuando quieras. :)