Partida Rol por web

Wendell sonrió ante el susurro de la enana a la que todos tenían por alguien importante. Sin embargo, la sonrisa ocultaba su preocupación. Ya había pasado por problemas de comunicación en un grupo y era consciente que, en una situación de emergencia, un error de comunicación podía resultar en problemas. Problemas serios que podían terminar en la muerte de alguno de los involucrados

- Más allá de cualquier entrenamiento - comentó tras las palabras de Valtarn - deberíamos organizarnos, también, respecto al idioma - se explicó utilizando la lengua del comercio - En mi caso, aunque mi lengua materna sea el Ereño, soy capaz de hablar razonablemente bien la lengua de comercio - comento antes de cambiar al enano antiguo y expresarse con su habitual falta de gracia - Y decir poder cosas pocas y no muy excelentes en idioma enano - 

Pese a su esfuerzo, estaba claro que su dominio del idioma era, a todas luces, insuficiente - Incluso poder poco hablar con medianos en lengua de su - cambió nuevamente de idioma, pasando al mediano con tan poca falta de gracia como lo había hecho con el enano. Volviendo a la lengua de comercio, con la que a todas luces se sentía más cómodo insistió - Sin embargo lo importante es que todos podamos comunicarnos, sobre todo en caso de peligro. Deberíamos poder entendernos si hace falta -

Las palabras de la bárbara, sin embargo, apuntaron al punto que menos entendía. Tratando de disimular su preocupación añadió a sus pregunta - Por cierto, alguien conoce personalmente a nuestro nuevo jefe? - preguntó manteniéndose en la lengua del comercio - Reconozco que me gustaría que compartiera es entrenamiento con nosotros. Por lo menos para saber como le gusta encarar los problemas - añadió - Después de todo incluso cosas tan sencillas como organizar un orden de marcha pueden ser complicadas siendo un grupo tan grande -

Valtar los reunió de nuevo después de presentarse ante el Dorith para ampliarles la información que ya habían recibido y puntualizar ciertos aspectos de la misión. Barich prestó mucha atención a cada una de sus palabras intentando no perderse ningún punto de su cometido. Nuevamente reafirmaron su compromiso con su comandante al mismo tiempo que les proponía entrenar y conocerse para mejorar las aptitudes del grupo.

De Hasta ahora había actuado como explorador, buscando rutas seguras y ayudar a caravanas de cotrabando a evitar patrullas de la Sombra. Todo lo que tendría que hacer no resultaba muy diferente pero se encontraba en territorio desconocido y con mayor presencia enemiga. Wendell una vez más parecía tomar más iniciativa a la hora de organizar al grupo. -Yo puedo hablar en la lengua de comercio sin problemas.- Contestó. -Y en cuanto al entrenamiento, me gustaría poder hablar con gente que conozca estas tierras. Mi labor siempre ha sido de rastreador, pero cualquier dato que pueda conocer de antemano sobre el territorio que vamos a cruzar será de mucha ayuda.- Dijo Barich esperando que alguno de los allí presentes o el mismo comandante le indicase quién podría instruirlo en este tema. 

Cuando el grupo se puso a hablar tímidamente acerca de las cosas que sabían hacer, mantuve silencio pues no tenía nada que decir. Para ser sincero, solo soy un enano que sabe usar sus armas y luchar por su vida y sus ideales. No vale la pena decirlo ni ostentar ninguna basura a gente en la que no confío y que, muy probablemente, tendrá su propia oportunidad para ver por sí mismos mis habilidades.

Valtarn aparece y nos reúne para informarnos de manera más interna la misión. Nada nuevo realmente pero es el discurso que se espera de un líder antes de que sus soldados vayan a la batalla, sobre todo en condiciones diferentes a lo normal, como es este caso, en el que nuestro líder no será siquiera miembro de la Compañía del Trueno pero sí una figura política en este lugar.

Escucho a mis compañeros hablar también, las preguntas que tienen acerca de Gror y de el supuesto entrenamiento que quiere que hagamos.

"De seguro debe ser tácticas de escuadrón. Recuerdo que en mi entrenamiento, hace ya tantos años, se me enseñó a intentar cohesionar a la tropa para funcionar mejor como equipo. Dudo que nos vayan a enseñar en tan poco plazo algo más."

Me parece una buena idea, un buen plan antes de partir y eso es algo que le ha de distinguir como un buen líder y una buena compañía. Lo único que espero es que sean personas de confianza y buenos en lo que hacen, para no andar trayendo lastre... o traidores.

El humano, Wendell, se ha dado cuenta de mis difiultades con la lengua de comercio, son bastante evidentes. Y señala lo obvio, un grupo en el que la vida de cada uno depende de los demás ha de ser capaz de comunicarse. Y no tardo en darme cuenta de dos cosas, todos parecen conocer la lengua de comercio, al meno smejor que yo, y hay varios que no saben hablar enano antiguo.

Suspiro con resignación, tendré que mejorar en esa lengua

-Comercio ser buena. Yo mejor luego- frunzo el ceño insegura de si eso último habrá tenido sentido, en fin

La parte del entrenamiento es interesante, algunos son rastreadores, algunos parece que solo están aquí para luchar, lo que está bien

-mañana enseño algo magia yo. Yo cura, con magia y con manos. Pero mas magia, mejor vosotros sabeis-

Claro que esperaba aquello. ¿Qué más podía hacer?  Después de dos meses Dainn tenía bien claro cuál eran las aptitudes e ineptitudes del chico… pero su padre de tantos años, al parecer no. Pero otra discusión sobre el tema seria impráctica; había una misión y de alguna forma, debían sacarla adelante. Con un seco cabeceo de su cabeza marcada, el montaraz se hizo cargo de las palabras de Woden, sabiendo que haría cuanto estuviera en su mano. Era lo que había jurado y así seria.

Por supuesto que la forma, los métodos y el resultado podían no ser los que el líder de Roca de Durgis esperaba. Pero a diferencia de los enanos locos que daban todo por morir en la lucha, él era un superviviente; encontraría la manera de resolver aquello y salir con vida. Abandono aquella sala con esa determinación en mente y teniendo claro que debia hablar con aquella Michani a la brevedad. Era su mejor oportunidad de atravesar la roca que Gror tenia por craneo y llegarle a los pensamientos.

Pel observa los avances de Michani con la Lengua del Comercio mientras trata de expresar sus ideas. Sin duda lo hacía mejor que si él tratara de comunicarse en Enano. Mientras Valtarn se decidía a contestar o no las cuestiones que le habían puesto sobre la mesa, el arcano se acercó con disimulo a la Enana, a la que habló en Lengua Comercial, con palabras sencillas pero cargadas de significado.

— Gusto en conocerte, soy Pel. Puede que tú enseñarme Enano en viaje. Yo te ayudo con Lengua Comercio, ¿sí? Conozco bien el idioma, pero no hablo nada de Enano. Sé algo de magia también. Curar y algunos trucos. Puedo ayudar en cosas de sanar. —

Una sonrisa tímida y un encoger de hombros acaba con la simple petición de ayuda mutua a la Enana llamada Michani. SI eran capaces de enseñarse mutuamente el idioma, sería algo positivo para el futuro de la comunicación en ele grupo. Michani ya tenía una base de Lengua del Comercio, pero Pel se consideraba bien dotado para los idiomas, y confiaba aprender rápidamente los rudimentos del idioma natal de la respetada Enana.

Cuando se dio la chance de hablar con Michani, Dainn le indico sin miramientos que pasaran a su cuarto. Siendo los dos enanos más veteranos, tenían un pequeño lujo y convenía aprovecharlo para hablar de ese tema sensible.  

-Probablemente más.- gruño, sentándose en el reducido lecho, mientras estudiaba a la mujer- Ese cabeza de alcornoque solo piensa en matar orcos; no sabría distinguir una baya de una semilla de espino aunque le fuera la vida en ello, mucho menos liderar nada que no sea una carga suicida. Lo he visto casi caer en una de sus propias trampas...  No le falta valor ni habilidad para la lucha, pero eso es todo lo que tiene. 

Las palabras iban acordes al tono hosco y molesto. Los rodeos o las zalamerias no iban con su caracter. Tampoco hablar tanto, a decir verdad. Pero esta vez,  y con esta enana en particular, era necesario.

-Mi idea era que le acaricies la barba hasta que empiece a pensar con otras partes que no sean su cabeza, mujer. No es por ser descortés ni nada, +aclaro aunque en su rostro no se veía la menor vergüenza o lamentación. La verdad, era el único valor que tenia para él la canalizadora en ese momento+ pero puede ser la única forma de que el atienda razones rápido y no nos lance de cabeza a la batalla a la primera señal de problemas. Si muere, aunque la misión salga bien el problema todavía lo tendremos nosotros, pero con Woden.

El que Valtarn entendiera bien la situación no lo soprendia, pero que lo expresara de esa forma ciertamente lo alegraba… Bien, eso serviría al menos para probar ajenos casi tanto como para que vieran el problema con Gror sin tener que enredarse con palabras hablando. La idea del entrenamiento conjunto contaba con su total aprobación.  

Diferente de otros kurgun que preferían las hachas pequeñas, el tatuado anciano llevaba un urgrosh a su espalda y una honda al cinto. Pero por la misma razón que siempre no comento nada de sus habilidades a aquella banda de extranjeros.  Sin embargo, se aproximó al tal Barich y lo miro fijamente de abajo hacia arriba, que era más sencillo, antes de expresarse claramente en lengua de comercio. Un ayudante podía servirle, al menos como escudo de carne.

-Tú caminaras conmigo. +dijo simplemente. No era una pregunta. + Veremos si sirves.

Acompaño a Dainn a su habitación y tomo asiento en una silla cuando empezamos a hablar, o mas bien habla el. Y su opinión sobre Gror parece confirmar e incluso empeorar los rumores que había escuchado

Pero es cuando hace su sugerencia que me envaro y lo miro con dureza

-Veo que no tienes en alta estima a los maestros del saber si piensas que eso es lo único que puedo hacer por Gror- cruzo las manos en mi regazo pero me mantengo firme mirando a los ojos a este descarado enano -me temo que no se me da bien "acariciar barbas", intentaré meterle sentido común de forma algo mas tradicional. También te noto bastante hostil hacia el, y no digo que no sea una hostilidad merecida si la mitad de lo que dices es cierto, pero no va a ser adecuada en la misión. Espero que te muestres paciente y razonable con el o podría reaccionar de forma impredecible-

Me pongo en pie y aliso un poco mi ropa antes de marcharme

-Será mejor que conozca cuanto antes a Gror en persona. Que Aryth te guarde-

Pese a estar controlandome es evidente el tono de enfado en mi voz

Los primeros rayos del sol en la mañana me encuentran sentada junto a la muralla oeste de la Roca, con las piernas cruzadas junto al riachuelo que cruza la población. Estoy con los ojos cerrados, meditando, pero al notar el calor del sol en mi cara empiezo a entonar un suave cántico. Al principio es solo una tonada sin sentido, pero pronto empiezan a formarse palabras

-Espiritus de Aryth, escuchad mi súplica, escuchad mi petición. Enviadme vuestra ayuda en esta hora oscura, la sombra es larga y necesito una luz. Espiritus de Aryth escuchad mi llamada, escuchad mi voz. Enviarme vuestro sirviente y que renazca la luz, la sombra es oscura y necesito guia-

La letania se repite varias veces y luego vuelve a convertirse en una tonada sin palabras hasta que muere en mis labios

Solo entonces abro los ojos, frente a mi hay un pequeño sapo que ha salido del rio y me mira fijamente

-hola pequeño- digo al animal con una sonrisa y extiendo mi mano hacia el. El familiar se sube de un salto y noto como el vínculo se cierra, mi cuerpo se llena de fuerza y sonrio feliz

Noche del 12° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura [Turno 5]

Tras las largas palabras de Valtarn, el primero en hablar fue Pel, a lo cual el comandante de la compañía respondió con cierto desánimo. Valtarn era un enano duro y curtido, con mucha experiencia, tanto en la guerra pasada como en la lucha actual por la supervivencia, por lo que el orden y la sensatez entre sus tropas eran algo que él privilegiaba – Si no eres un experto explorador, déjale esa tarea a Dunkan o Dainn, que para eso se les ha llamado – exclamó secamente el comandante, aunque no dando todo por zanjado, agregó – aunque si te interesa, hay un viejo almacén en la fortaleza donde se custodian muchas cosas de valor similar, allí encontraras seguramente viejos mapas. Si sabes leer enano antiguo, podrás echarles un vistazo. En cuanto al puesto comercial, no se trata de nada extraño, gnomos vendiendo en medio de la nada como un punto de parada entre rutas de comercio. Encontraran igualmente humanos y medianos, y quizá incluso enanos, que al estar en las fronteras y estar algo escondido, es un lugar donde el contrabando se puede dar con mayor libertad. De la mercancía no se les ha concedido saber nada y por tanto nada se les dirá. Remítanse a su juramento – recalcó Valtarn.

Valtarn de momento parecía evadir preguntas o comentarios, tal era el caso de la última pregunta de Pel o de los comentarios de Keg – Gror estará allí mañana para el entrenamiento – respondió a Wendell con cierto entusiasmo – tanto él como sus dos escuderos. Es necesario que se conozcan y empiecen a trabajar juntos – detalló. De los idiomas tampoco dijo nada, pues si bien era un tema importante, era algo que debía responderse por si solo a lo largo de aquellos tres días.

–  Veo bien que deseen saber cosas, pero no hagan demasiadas preguntas a los lugareños, o mejor ninguna. Recuerden donde estamos y el mundo en el que vivimos. Preguntar demasiado puede ser mal visto por muchos o llegar a oídos de gente que no debe saber nada. Mi consejo es que se callen y trabajen con lo que tienen, pues el enemigo tiene ojos en todas partes – exclamó, - en cualquier caso, si su curiosidad es grande, hablen con Dunkan, el conoce el camino –.

Con aquellas últimas palabras, la reunión iba terminando. Ya entre los héroes se iban poniendo de acuerdo, como Pel que quería ir mejorando su dominio de la lengua de los enanos ofreciendo su ayuda en la lengua del comercio a Michani, o el caso de Dainn que directamente hacia el llamado a Barich de que le asistiera como explorador.

Satisfecho con ello, el comandante se limitó a comentarles algo más de su entrenamiento – mañana trabajaran en equipo en un combate contra las fuerzas de la guardia de la ciudad. Será un combate duro, quizá desigual, pero tienen que estar preparados para la adversidad. No les aconsejo que entablen batallas, pero si tienen que hacerlo durante la misión, lo mejor es que sepan como hacerlo bajo el liderazgo de Gror – exclamó, mostrando intenciones de ya querer marcharse a descansar.

Como era de esperarse en una hembra, era todo sensibilidades. Dainn no hizo el menor asomo de detenerla ni de disculparse. Solo frunció el ceño más que antes. ¿Qué era lo que había entendido?

-Igualmente. +gruño en la despedida, mientras se recostaba como estaba vestido+ Si razonas con él y logras que entienda, avísame; lo intentare con la primer patrulla de orcos que nos crucemos…ugh.

Vaya maestra del saber. Pero bueno, algunos solo aprendían bien con la práctica. Tal vez era su caso, y entonces una charla con Gror probablemente le abriría los ojos. Respirando hondamente cerro un poco los suyos, aunque no se permitió dormirse. Debía hacer sus preparativos. Solo necesitaba descansar un momento la mente de las frustraciones de la jornada…

Tras mi decepcionante encuentro con Dainn me marcho a buscar a Gror, puede que sea tan idiota como dicen, o puede que no sea para tanto, en cualquier caso he de meterle sentido comun, y mejor si lo hago cuanto antes.

De vuelta frente a las puertas donde el Dorith nos encargo esta misión pregunto a unos y otros donde puedo encontrar a Gror

Cuando Valtarn los hizo llamar para exponerle sus impresiones sobre la misión, donde comentaba, no tanto la conveniencia, como la necesidad de que la dirigiera Gror, mi mente estuvo ausente, pensando en todas las cosas y preparativos que habría que hacer, ajeno a las diferentes preguntas y comentarios del resto de los miembros de la expedición. Sin saber muy bien lo que estaban diciendo, sí que parecían, al menos, dispuestos a dar lo mejor de sí.

Realmente, si estaban hablando de técnicas de combate así como de las capacidades de cada uno, estaba fuera de lugar. Mi don era la palabras, e intentar pasar desapercibido y, a pesar de mi excelente desempeño contra los orcos y el legado en el pasado, no creía que eso fuera a poder repetirse. Pero necesitaba algo, una de esas pequeñas ballestas estaría bien. Tendría que intentar conseguirla a la mañana  siguiente.

Mi atención volvió justo cuando escuche ese tono de Valtarn, ese que no presagiaba nada bueno. Parecía que iba contra el que había dicho que se llamaba Pel. Parecía que había interpretado, a mi entender malinterpretado, la verdadera intención de Pel, más como una ayuda más, que como dudas en cuanto a los exploradores designados.

Cuando habló del entrenamiento, miré al resto con cara extrañada. ¿Entrenamiento? ¿Combate desigual? Negaba con la cabeza alzando las cejas ante la idea que me hicieran hacer el ridículo ante todo el mundo. No tenía problemas en admitir mis limitaciones, y no veía la necesidad de hacerlas evidentes.

Necesitaba encontrar el equipo que necesitaba, si iban a darme por culo por la mañana, más me valía ponerme a ello.

Las palabras de la enana, si las había entendido bien le resultaron música para sus oídos. Magia. No era algo que lo asustara, aunque generalmente había visto sus resultados en carne propia, cuando los legados la usaban en contra. Pero si Midani estaba en lo cierto, y realmente era capaz de usar el poder de la sombra en contra de esta sería un arma terrible. Con razón el resto de los enanos la respetaba de esa manera. Y por lo que decía era capaz, también, de curar. 

- Si realmente eres capaz de curar e incluso atacar con tu magia cuenta conmigo, creo con todos, para protegerte. Un poder así es demasiado valioso - afirmó en la lengua del comercio mientras la miraba a los ojos, para ver si había entendido - Si tu eres magia, nosotros espaldas mucho cuidar - trató de explicarle en su chapurreado enano antiguo - Ser importante en grupo salud - insistió en el mismo idioma

Estaba claro que no todos los presentes estaban demasiado dispuestos a hacer públicas sus habilidades, pero Wendell esperaba conocerlas durante el entrenamiento que se había organizado para ellos. Sin embargo las palabras de Valtarn lo hicieron fruncir el ceño "Un combate desigual contra la guardia de la ciudad?" se planteó. Algo en esa idea le chirriaba - No quisiera herir a nadie de la guardia - comentó - Son necesarios para la defensa de la ciudad, o eso supongo. Y no creo que sea bueno que los lastimemos - añadió seguro de la potencia de sus puños - Quizás pueda combatir sin intención de hacer daño, pero no es algo a lo que quiera acostumbrarme. Ni creo que a ellos le sirva... o que sepan hacerlo - terminó, recordando utilizar las armas en forma segura implicaba un mayor dominio de las mismas. Y que no todos eran capaces de ser eficaces combatiendo de esa forma. Ni los guardias ni, quizás, sus propios compañeros.

– Nadie quiere herir a un hermano de armas de forma intencional, pero ustedes necesitan entrenar, y mandarlos a luchar a ciegas sería un error. Pelearemos con armas romas, incluso las flechas y los virotes. Quiero ver sus movimientos y como se acoplan a los movimientos de su líder Gror. Allí Michani y Dainn tendrán mucho que considerar – exclamó Valtarn ya de salida, parado en el marco de la amplia sala interna en la que se encontraban. – Ustedes son en total 14 combatientes – señaló – y van a enfrentar a sólo 10 soldados de la ciudad, por lo que tendrán superioridad numérica, espero puedan aprovecharla – Valtarn meditaba un poco, iba a explicarles todo al día siguiente, pero quizá era conveniente soltar un poco de cosas desde ahora, para que fuesen pensando, aunque realmente todo dependía de Gror. – Mañana les mostraré el terreno donde entrenaremos, y les mostraré también la formación de sus oponentes, les dejaremos formar como gusten, tener el tiempo de planear su estrategia en base al terreno y las circunstancias. Claro, se que eso no sucederá en una súbita batalla inesperada, como son las que podrían presentarse; pero si no pueden cohesionarse en una batalla donde han tenido tiempo de prepararse, mucho menos lo harán ante la adversidad – resaltó dando luego paso a una despedida formal, retirándose a sus aposentos. Al parecer, las actividades al día siguiente serían mucho más movidas de lo esperado.

Una vez Valtarn se hubo marchado, y Arvin pudo cerciorarse de eso, se acercó entonces a sus compañeros, llamándoles a señas a que se reuniesen entorno a él, aunque con poco éxito, Wendell, Girolamo y los otros veteranos ya le conocían, algo trama con su peculiar toque sarcástico y ofensivo. – deshagamos del enano – soltó de la nada – no digo que lo matemos claro está, pero si podemos hacer que se quede dormido o que se le revuelva el estómago, podremos trabajar mañana con mayor soltura y éxito – explicó ya notando las miradas de reprobación de algunos.

– Piénsenlo, si Gror tiene esa fama, es por algo. Mejor será que no pelee a nuestro lado de momento. Diez contra catorce suena bonito, y Wendell no quiere lastimarlos; muy amoroso él. Pero ya conocemos a Valtarn, no nos va a entrenar con unos muñecos de palo, serán veteranos duros, que quizá valgan por dos de nosotros. Piensen mejor en un combate de veinte contra catorce y estaremos más cerca de lo real. Y si peleamos con ese enano liderándonos, nos darán una paliza, y al menos yo no tengo deseos de que me recuerden lo frágil que soy, ¿supongo tampoco tú Girolamo? – preguntó el charlatán noble sarcosano buscando apoyarse en alguien y luego soltó la verdadera bomba – incluso podríamos deshacernos de él de una forma tal, que podamos llevar la misión solos – y entonces se hizo el silencio, al menos por un momento.

Las palabras de Arvin, a pesar de decir lo que estaban diciendo, no me sorprendieron demasiado. Ya habían pasado juntos mucho tiempo, y conocía un poco al humano taimado. Sin embargo, no podía concebir que estuviera si quiera planteando algo así. ¿Cómo íbamos a poder hacer eso? 

Arvin, entiendo lo que dices, pero no entra en mi cabeza hacer algo así. Han puesto toda su confianza en nosotros, y es el hijo del señor de Durgis de quien estamos hablando. No estamos hablando de una mierda de vaca o de una piedra en el camino empezaba a ponerme un poco nervioso, rascándome la cabeza y negando con la cabeza ¿Cómo se te ocurre decir algo así? pensarlo, pues si, quizás todos lo pensemos, pero no por eso vamos por ahí diciendo todo lo que pensamos ¿o sí? 

Habrá que probar mañana y ver cómo se desenvuelve en el terreno. Como bien dices, si el río suena, agua lleva, pero ya hemos luchado con un río con mucha agua y hemos salido victoriosos. 

Al parecer, la impetuosa bárbara tendría que esperar al día siguiente para comprobar por si misma cuales eran las razones y circunstancias que llevaban a que los enanos de la ciudad mostraran tal rechazo a quien iba a ser el líder de la aventura. Comenzaba a ver que dentro del grupo no había, aquellos que no pertenecían a la raza enana, alguno con alegre temperamento con quién pasar largas horas contando historias... O tal vez era porque no estaban acostumbrados a extraños de otras razas como lo era la mayor parte de la compañía.

Una vez más iba a hablar y comentar sobre las estrategias que ella usaba en batalla, cuando vio a otro miembro de la compañía acercarse. No recordaba haberlo notado, pero parecía pertenecer al otro grupo. Sus palabras no le gustaron a la bárbara, quien lo miró entre sorprendida y molesta. -¿Atacar al líder por la espalda? ¿Qué clase de confianza fomentaríamos entre nosotros si ya desde el principio planeáramos deshacernos de alguien del nuestro mismo bando? ¡De quien será nuestro líder, además!- Miró al hombrecillo, el tal Arvin, con fijeza. -La intención de este entrenamiento es fomentar lazos, si no de amistad al menos de confianza mutua. ¿Qué será después? ¿Si algunos de los que estamos llegando nuevos no les agrada, si yo no les agrado, ¿se desharán de mi también?-

Se cruzó de brazos. -No hay honor en tus palabras; por mucho que el honor le valga poco o nado a Girolamo, hemos jurado por nuestro honor.-

Arvin iba a dejar el tema allí, al fin y al cabo, poco le importaba, solo intentaba dar un buen consejo, que ellos no quisieran ver la realidad y aceptarla, esa era otra historia. No obstante, la mujer ereña de nombre Keg tuvo que hablar, aludiendo a palabras que le sentaron mal, o más bien, le provocaron, por que pocas cosas les sentaba mal a Arvin, quizá solo su pasado, y meterse con aquello que más amaba, su madre.

Consciente de lo que iba a decir, Arvin dio unos pasos atrás – ¿Cómo se me ocurre decir algo así?, digamos que he aprendido de un par de buenos maestros, ¿no es así Girolamo?, ¿no es así Wendell? – soltó repentinamente y sin darles tiempo a reaccionar continuó – ¿o es que han olvidado a Hamil?, fueron ustedes quienes lo dejaron tirado en el suelo mal herido tras una batalla, abandonándolo por que era un estorbo, por que no era un buen combatiente, según el criterio que ustedes mismos habían forjado. Solo Manfred se detuvo a ayudarle mientras ustedes se marchaban. Y que decir del pequeño que encontramos en el bosque, ustedes iban a dejarlo allí, en medio de la nada a merced de los caídos, solo por que era un estorbo a la misión, porque no le necesitaban – del enano Arvin no dijo nada, no era tonto, el enano podría tomar su hacha y querer tomarse todo como un agravio. – Ustedes estaban condenando a la muerte a inocentes, yo solo propongo que, para salvar muchas vidas, evitemos llevar a alguien en una misión, podemos simplemente darle algo para el estómago. No me confundan, podré querer evitar un problema antes de que inicie la misión, pero jamás abandonaría a un aliado en un momento difícil como ustedes han hecho reiteradas veces – recalcó Arvin mofándose de los demás. Arvin sabía que todo tenía un contexto, y que el contexto era importante, pero también sabía que explicar el contexto a los presentes sería algo difícil para Girolamo y Wendell; esta batalla la tenía ganada.