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Anochecer del 23° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura [Turno 1]

Rodeando el pueblo hacía al norte y este, había peñas y colinas llenas de senderos ocultos y desfiladeros conocidos por Dain, Gror y Cuhrin. A los enanos de la ciudad les era explicado a detalle todo sobre estos senderos y los túneles bajo de ellos desde que eran niños, sobre todo a los miembros más importantes del clan, por lo cual Gror debería conocer todo, aunque su falta de compromiso y raciocinio no le había permitido tomar la importancia adecuada a todo esto. Por suerte entre aquel laberinto pétreo Dain con la ayuda de Cuhrin y de su afinidad con la piedra, pudo encontrar cerca de media docena de entradas secretas a la Roca de Durgis, de entra las cuales, solo uno los llevaría directamente bajo los túneles que daban al gran salón.

Y aunque a Dain no le había sido dicho por el Dorith cual de todos estos era el correcto, el enano Dunkan si que lo conocía, y le dio las indicaciones a Dain para que éste pudiese reconocerlo. Así, el grupo de héroes de Aryth se encontró frente a una gran plancha de piedra sin ninguna singularidad aparente, al menos no para ellos. Pero Dain afirmaba que allí había una gran runa grabada bajo destellos ocultos. Solo Michani pudo reconocer aquello que otros ojos no veían.  Ulfrin y Cuhrin tenían la intuición de haber notado igualmente algo, aunque no había tiempo para contemplar la nada durante horas.

La puerta oculta les condujo a un pasadizo que era demasiado pequeño para un orco e incluso bastante estrecho para un enorco. El pasaje descendía abruptamente cerca de diez metros hasta una amplia cámara abandonada hacía ya muchos años. Tras ella, los túneles se bifurcaban, unían, desviaban y cerraban sin un aparente orden. Dain les contó que todo aquello tenía un simple propósito, confundir a cualquier que accediera a través de ellos o bien perder a cualquiera que intentase perseguirlos.

Dain avanzó liderando al grupo prácticamente a ciegas, solo guiados por señales que solo él mismo veía. El pasaje al final los llevó hasta una encrucijada que unía aquellos laberintos abandonados con los túneles subterráneos bajo la ciudad – conozco este lugar – exclamó en enano antiguo – hacia mi derecha está el salón del Dorith, a mi izquierda está la ciudad; algo más adelante hay una salida que podríamos tomar para llegar cerca de los prisioneros –. No obstante sus palabras, todos tenían claro su propósito, y tomando el camino a la derecha, avanzaron hacia el gran salón. Aunque a sabiendas, de que no deberían olvidar el camino, quizá a su regreso tuviesen que avanzar rápidamente por los caminos subterráneos, y perderse sería fácil.

Una vez que se encaminaron rumbo al salón del Dorith de la Roca, los túneles se les hicieron conocidos, sobre todo para aquellos que eran oriundos de aquel lugar o que llevaban ya un tiempo viviendo allí. El camino hasta el gran salón fue corto, pero intenso pues el enemigo acechaba en las cercanías. Al menos un par de orcos merodeaban la zona, probablemente en busca de sobrevivientes o de algún buen botín que no hubiesen visto antes. Por ello tuvieron que andar en silencio, escondiéndose y retirándose de vez en cuando; atentos a sus alrededores y sobre todo a la oscuridad, pues muchos peligros podrían esconderse en ella.

En su recorrido se toparon con al menos una veintena de enanos caídos, sobre todo en las cercanías al gran salón donde al parecer se había centrado el final de la batalla. Pero por cada enano caído, había al menos dos orcos, y hacia las proximidades al gran salón, probablemente tres. Ya en las proximidades de la amplia escalera de más de treinta metros que daba acceso al salón de los héroes, los pudieron escuchar las ásperas y desagradables voces de múltiples orcos, más de diez con seguridad, quienes parecían reír a carcajadas mientras deambulaban de un lado a otro.

Cuhrin, mirando al resto, hablo en voz baja mientras señalaba las largas y angostas escaleras – allí seremos presa fácil. Tienen ventaja desde la altura, y los que lograsen subir tendrán que abrirse paso en desventaja numérica. Desde allí no podríamos sorprenderlos. Este lugar fue construido para aguantar con pocos guerreros enanos. Será mejor tomar otro camino, el pasaje secreto de la fuente – sugirió el enano, a lo cual no hubo resistencia, más que por parte de Gror quien tenía una creciente sed de venganza que ya era muy difícil de contener. Para el resto, era claro que morir de forma estúpida no sería nada provechoso por lo que siguieron al guardián enano.

Los primeros metros, en la oscuridad, fueron un verdadero desafío para el defensor. Pero poco a poco, sus ojos se fueron acostumbrando a la oscuridad y pudo comenzar a moverse con algo más de seguridad. Sin embargo, la infinidad de túneles le hicieron sospechar que, si no los guiaba alguien que realmente conociera la zona, podrían permanecer perdidos hasta que el hambre y la sed acabaran con ellos

Cuando el terreno se volvió más conocido, Wendell suspiro aliviado. Por lo menos ahora sabía donde se encontraba, aunque los sonidos de los orcos le hicieron darse cuenta que que el acceso al salón sería más difícil de lo que preveían.

La posibilidad de usar un camino alternativo, el para el desconocido pasaje de la fuente le dio, por lo menos, un mínimo de esperanzas. Quizás, con mucha suerte, serían capaces de llegar a la presencia del Dorith. Escapar con el, para que pudiera juntarse con los elfos sería una tarea que deberían enfrentar a futuro. Si lo encontraban. Y lo convencían de acompañarlos. Y, sobre todo, si sobrevivían.

Con un saludo y sus mejores deseos en muda oración, Pel se despidió de aquellos que se dirigían a tratar de ayudar a los heridos, mientras el grupo de Enanos y los voluntarios para llegar hasta el Dorith, se internaban en las entrañas de la tierra a través de oscuros túneles. Sólo el saber que eran Enanos quienes les guiaban, y además que estaba al lado del fiero y leal Ulfrin, impidieron que el Canalizador cayera en la tentación de convocar una luz mágica, dejando que fueran otros quienes les guiaban.

Una vez llegaron a la zona donde los sonidos guturales que indicaban la presencia de orcos se hizo más patente, tomaron un camino que no conducía través de ellos, ya que como se había señalado, un enfrentamiento con esas criaturas con tanta desventaja no sería nada halagüeño.

Una vez llegaron al lugar donde una tenue iluminación al menos les dejaba intuir ciertas formas, y dado el sonido que les indicaba la presencia de al menos una decena de orcos, era momento de esbozar un plan que les diera cierta ventaja.

En el camino por los tuneles de la Roca todos vamos en silencio e intento memorizar el camino que tomamos, por si tenemos que salir con prisas, aunque me preocupan los humanos a los que veo trastabillar con las manos por delante por los túneles.

"Si tenemos que salir con prisa vamos a tener problemas"

Pero pensar en eso no sirve de nada y me concentro en el camino.

Ya en terreno mas conocido y con un poco de luz examino los alrededores y pregunto a Dain (aunque Gror está a su lado) en enano antiguo

-¿donde se habrá refugiado el Dorith para presentar la última resistencia?-

A medida que se iban adentrando por aquellos túneles, Keg se sentía bastante ansiosa, y no podía evitar que se le acongojara el pecho al ir viendo a los enanos caídos aquí y allá, aunque también el ver los cuerpos de los orcos vencidos le daba la seguridad de que aquellos guerreros habían caído con honor. Más no importaba cuanto valor y cuanto honor los moviera, los orcos habían sido demasiados.

Finalmente llegaron a una zona que se le hizo más familiar, y la ereña apretó la empuñadura del arma en sus manos. Debían decidir cómo enfrentarse a aquellos orcos, sobretodo cuando la disposición del lugar les daba a ellos la ventaja. Estuvo atenta a los que mejor se le daba la organización, procurando cubrirles las espaldas.

El camino por los túneles, aunque con una tensión palpable en el aire, no sufre ningún inconveniente y no encontramos a nadie en ellos, para bien o para mal. Mi posición en retaguardia no es la más cómoda para mirar hacia donde vamos pero no es algo que me importe pues tampoco soy precisamente el mejor oteador ni rastreador, aunque me angustia mucho la perspectiva de que los enemigos nos vean de frente y no pueda luchar contra ellos por mi posición. No aguantaría saber que todos asesinan a orcos menos yo.

Los cadáveres que vemos en nuestro avance demuestran que nuestros hermanos enanos lucharon con fiereza y se negaron a entregar sus vidas fácilmente.

"Murieron como valientes. Pido a mis ancestros que sus almas puedan encontrar paz a pesar de quedar encerradas en este mundo despiadado."

Pero al ver los cuerpos, entiendo que mis oraciones se pierden en la inocencia. Todos ellos pronto se levantarán como no-muertos por culpa de los crímenes de Izrador contra el ciclo natural por lo que, de haber sobrevivientes, de todas formas tendrán que mudarse de este lugar y buscar otra parte en la que continuar sus vidas.

"Este lugar ya son solo ruinas y está maldito. En unas horas, los orcos se irán de acá y solo la muerte gobernará estos salones."

Entonces escuchamos las voces de los orcos y su desagradable lengua. Me quedo en mi posición de retaguardia y espero a que el líder tome una decisión, aunque mis venas arden con el fuego de la venganza y los filos de mis armas claman a gritos por la sangre de los enemigos. Jamás había deseado tanto a que Gror tome la decisión equivocada.

Seguí al resto lo más rápidamente que pude, observando cada esquina que doblábamos, cada recoveco por el que pasábamos, mientras pensaba en cómo habían podido descubrir este lugar esos malditos orcos. Sin duda alguien se lo tenia que haber dicho, si no, sería imposible localizar esta fortaleza. Pero esos Golem.......terribles criaturas de piedra, inmunes a la mayoría de los golpes. Esas unidades de combate marcaban una clara diferencia, si con los enormes y peligrosos orcos no fuera bastante.

Anochecer del 23° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura [Turno 2]

Guiados por Cuhrin, el grupo se adentró a través de pasadizos secretos hasta los estanques de aguas termales junto al gran salón. Desde allí los héroes entrarían al gran salón para intentar rescatar al Dorith, si es que esté aún vivía. Gror intento lanzarse al combate de forma precipitada varias veces, pero Dain y los otros enanos lograron contenerse, aunque la mayoría con unos deseos de atacar casi tan fuertes como los del mismo heredero de la Roca.

En su avance el enemigo los había escuchado más de una vez, pero siempre lograron permanecer ocultos sin despertar sospechas de que una fuerza de combate avanzaba hacia el gran salón. No obstante, todos sabían que el enemigo estaba bajo alerta, razón extra para que Cuhrin insistiera en no realizar un ataque frontal. Ahora, ya en las proximidades del gran salón, no solo seguían con la oportunidad de sorprender al enemigo si no que a su vez sabían que, si se posicionaban bien, no podrían ser atacados por la espalda pues habían llegado allí por un túnel secreto y que según Dain, daba señales de no haber sido usado en varios meses.

- Antes que nada deberíamos verificar si el Dorith está por aquí - propuso el defensor en enano antiguo y casi sin levantar el tono de voz mientras abría y cerraba los puños para preparar sus golpes - Y descubrir sonde se esconden esos orcos para poder acabar con ellos. Quizás deberíamos abrirnos un poco para cubrir más terreno - se explicó.

Tras escuchar las opiniones del resto, aprovechando el momento para dejar caer su mochila y la de Girolamo en el piso, Wendell tomó un cetro solar de la mochila, manteniendo el que tenía en el cinto para una posible emergencia y lentamente se movió por el lateral de la caverna, usando sus manos como ayuda y listo para detenerse si era capaz de ver algún orco en su camino

Finalmente ingresamos en la sala de la fuente, que le brinda el nombre por su ostentosa presencia en el centro de la estancia. Miro alrededor pero no consigo ver a ninguno de los orcos, por lo que supongo que estarán en las cercanías pero tampoco nos han visto.

La verdad es que lamento un poco que no nos hayan detectado pues evita que comencemos a luchar contra estos asquerosos orcos, pero la verdad es que elegir cuando empezar el combate muchas veces define como va a terminar.

"Debemos ser más cuidadosos que eso. A la Sombra no se le vencerá con fuerza bruta, atacando de frente y anunciando nuestra llegada. Aunque sea la manera en la que me gusta luchar, con honor, ellos tampoco merecen esa consideración."

Permanezco en la retaguardia, donde fui asignado, pero noto que debemos hacer un reconocimiento pero no soy un buen elemento para mantener el sigilo. Le digo a Pel que está directamente delante mío para que lo comunique al resto, entre susurros y en el idioma enano antiguo:

 - "Pel, no soy bueno moviéndome en silencio, mucho menos con la coraza que llevo puesta. Si sigo avanzando, nos escucharán sí o sí."

Le advierto, para que le diga a los exploradores más adelante pues no tengo ningún inconveniente para avanzar llamando la atención de todos los enemigos mas no quiero que sea por mi culpa que la misión falle.

Pel hace un gesto inequívoco a Ulfrin de que no entiende lo que le está diciendo, para responderle unos susurros en la Lengua del Comercio, y de no entenderla, lo repetiría en Ereño. Desenvainó su espada lentamente por si le fuera necesaria en breve.

- No entiendo Enano, amigo Ulfrin. Apenas veo nada, ¿enemigos cerca? -

El antiguo explorador se quedó quieto escuchando los alrededores y atisbando tan lejos como podía, que realmente no era apenas nada, para luego ir avanzando poco a poco, cosa que hizo que Ulfrin hiciera asimismo para que su presencia no fuera tan notoria.

Keg avanzaba mirando a un lado y a otro, concentrada en reconocer la zona en la que se encontraban. Sabía cual era la misión, qué era lo que tenían que hacer, y esperaba que pudieran lograrlo, pero no podía dejar de pensar tampoco en su espada, aquella que había pertenecido a su padre, y que había quedado en Roca de Durgis. No abandonaría al resto del grupo, menos habiendo la amenaza de orcos tan cerca, pero si surgía la oportunidad de poder movilizarse a donde recordaba haber dejado su espada, intentaría llegar a ella. Era, después de todo, el único recuerdo que le quedaba de su familia y su pueblo.

Avanzó sólo unos pasos, sin poder ver mucho pero con los oídos atentos, intentando captar cualquier sonido relevante o reconocer las palabras que los enemigos podrían pronunciar. También intentaba estar atenta al resto de sus compañeros, para saber cual sería el plan de ataque contra los orcos que se encontraban en ese lugar.

La situación era tensa, pues era obvio que los orcos nos habían escuchado y estaban atentos. Mantener el sigilo se hacia cada vez más dificil, pues como decía Ulfrin, con esas armaduras y armas, era casi imposible, y más para un enano que esas cosas siempre le habían importado un comino

Pel, dice que no podrán mantener mucho tiempo el sigilo. Colocaos e intentar tomar buenas posiciones para cuando el combate comience, que sin duda lo hará en breve digo alzando la ballesta y buscando una posición donde disparar, a cubierto, y escondido si fuera posible.

La batalla no había escondido nada nuevo a decir verdad. Cada enano había hecho su parte hasta el final, y era todo cuanto podía pedírseles. Para Dainn sin embargo, las palabras de Gror eran mas pesadas que aquellas muertes; el muchacho no lo entendía. Incluso frente a esto, no lograba salir de su cerrada visión de guerrero. Por ende, todos estos sacrificios habrían sido en vano…

-Si el Dorith sigue con vida, habría retrocedido hacia las posiciones mas defendibles, al fondo, para luchar hasta el final. +murmuro quedamente mientras sus ojos escudriñaban la sala, tanto para la pregunta que había surgido de Michani hacia un rato como para los demás

-Debemos explorar como dice Wendell, pero no todos podemos avanzar al mismo paso, y las armaduras pueden delatarnos. Yo iré por el otro lado. El resto tomen posiciones lentamente junto a la columna, y esperen para avanzar.

Seguidamente, avanzo despacio por el camino despejado a la derecha del grupo, aguzando la vista mientras aferraba el urgrosh.

Durante el camino hacemos bastantes ruidos y en silencio maldigo mis pies en mas de una ocasión al tropezar con algún objeto caido.

Y aun así llegamos al salón sin llegar al combate, aun.

La idea de separarnos no me gusta nada, pero no sabemos donde está el Dorith y en grupo somos demasiado numerosos y ruidosos.

Así que asiento al plan de Dain y permanezco junto a gror y el gemelos que se quedo con nosotros para controlarlo si hace falta mientras oteo la oscuridad atenta a algún movimiento que delate a los orcos

Anochecer del 23° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura [Turno 3]

El grupo de héroes avanzó un poco a través de la sala de la fuente, con un cierto nerviosismo que era natural ante la situación que enfrentaban. Solo por los enanos tenían una cierta idea de lo que había más adelante, pues los humanos apenas y lograban ver con claridad a metro y medio por delante de ellos.

Cuhrin, quien les había llevado hasta aquel pasaje secreto para acceder al salón de los héroes y que ya se encontraba con Gror, les habló de lo que les esperaba más adelante – Todo derecho hay unas escaleras, conducen al ala izquierda del gran salón, si queremos ir juntos, es una buena opción para acceder y mantener nuestras espaldas cubiertas. Hacia donde está Dain, un poco más adelante, hay otro acceso al gran salón, y justo delante están las escaleras que descienden al exterior del gran salón. Más allá hay otro acceso que da al ala derecha. Si queremos sorprenderlos podríamos dividirnos en dos o tres grupos. No obstante, si un grupo es descubierto antes de tiempo, estarían solos – señaló Cuhrin en susurros en la lengua antigua de los enanos, notando que Gror no le hacía caso, parecía concentrado en avanzar y encontrar un orco sobre el cual incrustar su hacha, probablemente más de una vez.

Continuo mientras sus pasos lo llevaban mas cerca de la pared, para buscar una cobertura parcial que lo ayudase, mientras espiaba en busca de las posiciones de los orcos. Ahora esa era su misión,y de nada valia continuar rumiando sobre otras posibilidades...